6 de diciembre de 2017. 9:07 am. Gimnasio Central de Seúl.

—¿Qué tal tu primera cita?—cuestionó Leeteuk con una sutil sonrisa mientras bloqueaba los constantes golpes de MinHo.

—No puedo creer que tengas el descaro de preguntar, cuando prácticamente obligaste a TaeMin a salir conmigo—gruñó furioso arremetiendo sin cesar.

—No le puse una pistola en la cabeza.

—Te dije claramente que no lo quería cerca de mí—dejó de golpear.—Y aún así tú-

Arrastró los dedos entre las plateadas hebras de su cabello húmedo, queriendo calmarse o podría haber un asesinato en el gimnasio.

Leeteuk solo soltó una pequeña risa.

—Tienes comenzar a vivir, MinHo—el pelirrojo le tendió una toalla para que se limpiara el sudor.—Rompe de a poco esas correas que te mantienen infeliz.

—Merezco estas correas—dijo colocando la toalla en su nuca.

El mayor frunció el ceño.

—¿Cuánto más vas a condenarte por algo que no fue culpa tuya? ¿Acaso librarte de Escarlata no es lo que quieres?—Leeteuk sujetó bruscamente de la playera al moreno.—¡¿Por qué mierda peleas, Choi?!

—Es mi penitencia.

Leeteuk lo soltó negando.

—Cuanto más autocastigo te das, más fácil lo haces para él.

De pronto el bullicio del edificio cesó, los hombres de la mafia ingresaron primero, asegurándose de que fuera seguro para su jefe. Solo entonces Kim Seong Joon se abrió paso entre estos, caminando elegante y poderoso.

El líder de Escarlata se quitó sus lentes oscuros, mostrando una afilada mirada rugosa que intimidó a la mayoría de los boxeadores, todos allí hicieron una reverencia.

—Buenos días.

—¡Buenos días, padre!—exclamaron los boxeadores al unísono.

Padre.

Kim Seong Joon era el benevolente padre que rescataba jóvenes peleadores de la calle para hacerlos sus devotos hijos, haciéndole ganar incontables cantidades de dinero a través del boxeo.

Un estricto hombre de negocios que sabía cómo sacar el potencial de sus peleadores, cómo llevarlos a la cima o cómo destruirlos.

Al ver a MinHo allí, Seong Joon esbozó una sonrisa, acercándose a él.

—Hijo mío.

—Padre—el platinado hizo una nueva reverencia, provocando disgusto en Leeteuk.

—Dentro de dos semanas viajarás a Noruega, allí tienes 3 desafíos impuestos por los mejores boxeadores noruegos aprobados de la WBC.

¿Dos semanas?, le parecía bastante rápido. Debería realizar un riguroso entrenamiento sin distracciones, (ya que según sabía, los noruegos eran bastante grandes y muy feroces). Si quería avanzar, debería aplastarlos.

No importaba el precio.

—Entendido, padre.

—Sigue enorgulleciendome—le palmeó el hombro y se dirigió hacía otros boxeadores.

El moreno se quitó las vendas de sus manos y caminó a las duchas del gimnasio, ignorando el decepcionado rostro de su entrenador.

Abrió el grifo de la ducha y cuando la lluvia cayó sobre su cabeza, cerró los ojos.

*Flashback*

—Odio la escuela—sollozó un pequeño MinHo de tan solo 11 años.

—Mi amor—susurró preocupada su madre, al ver un moretón en su pómulo izquierdo.—Como lo siento, hablaré con los directivos.

—¿Hablar?—gruñó una voz desde la sala. El hombre dejó de prestarle atención a la pelea de box que veía en la televisión y se acercó a ambos.—¿De qué mierda sirve hablar? Lo que tienes que hacer es darle una buena paliza a esos críos.

—¡Choi JuWoon! ¡Solo son niños!

—Cierra la boca—escupió y miró a MinHo.—Te enseñaré a boxear y vas a defenderte—dijo e intentó agarrar al niño, sin embargo la mujer se interpuso.

—¡No lo toques!—gritó aterrada.—Ni se te ocurra ponerle una mano encima.

Chasqueando la lengua, el mayor bufó:—Bien, sigue criandolo a tu imagen y semejanza, toda su vida será un maldito cobarde e inútil.

MinHo no lo entendió en ese momento, no entendió porque su mami lo abrazaba mientras lloraba desconsoladamente, protegiéndolo.

*Fin Flashback*

—Cobarde e Inútil—repitió con una amargura que le quemaba la garganta.

Fuera de las duchas, una vez que Kim Seong Joon terminó de hablar con sus hijos, clavó los ojos en Leeteuk.

—¿Por qué llegaste tarde a la reunión del sábado?—le cuestionó el hombre de cabello cano a la par que se acercaba hasta el pelirrojo.

Ambos, uno al lado del otro.

—Tenía un asunto que atender—fue la brusca respuesta de Leeteuk.

—Mi cuervo me informó que saliste del gimnasio con un hombre joven.

Estrechando los ojos, una mueca burlona apareció en los labios del pelirrojo.—A tus cuervos les fascina el chisme.

La tensión que se formó entre Leeteuk y Kim Seong Joon, podía dejar paralizado a cualquiera.

—No tengo que recordarte por qué estás dónde estás, ¿Verdad, Jung Soo?—la mirada del líder de Escarlata chocó contra la del entrenador.

—Me disculpo, padre—Leeteuk hizo una reverencia.—No volverá a suceder.

—Espero no tener que llamar tu atención o la de mi querido hijo MinHo, realmente estaría muy decepcionado si me muerden la mano como lo hizo Park Chanyeol.

Al mencionar aquel nombre, Leeteuk tensó la mandíbula.

—Él se equivocó—dijo el pelirrojo, casi vomitando con rabia aquellas palabras.

—Por supuesto que se equivocó—la sonrisa helada del gánster, estremeció a Leeteuk.—Y pagó el precio por ello.

Nakseomjung-Ro. Incheon. 11:38 am.

—Muchas gracias por ayudarme con la mudanza—dijo Kibum mirando un poco apenado a JongHyun.—Pero, ¿Y sí algún paparazzi te reconoce?

—¿Dudas de mis capacidades de camuflaje?—preguntó el castaño con una sonrisa divertida.

—Una gorra, unos anteojos y un cubrebocas no es exactamente mi idea de un camuflaje—respondió el fotógrafo y colocó otra caja en el suelo.

Llevando la mano a su pecho de manera dramática, el cantante se quejó:—Eres un crítico muy duro, tendré que esforzarme más la próxima vez.

—Si quieres complacerme, claro que debes esforzarte, Kim JongHyun.

Con miradas cómplices, comenzaron a reírse y siguieron ordenando hasta que la puerta del departamento fue abierta por un recién llegado TaeMin.

—¡Lamento la tardanza!—chilló disculpándose.

—Llegaste en el momento justo, aún nos quedan las cajas frágiles y subir algunos muebles, las camas y el sofá—dijo el azabache, acercándose a su amigo para saludarlo.

—¿Y quién es la persona te está ayudando?—preguntó TaeMin refiriéndose al moreno que estaba dentro de la habitación.

—Oh, tenía que presentarlos—Kibum guió al castaño hacía JongHyun.—Tae, te presento a Kim JongHyun, es el vocalista de la banda Eternal Shine.

—¿QUÉ? ¡Un cantante famoso está en nuestro departamento!

El fotógrafo cubrió la boca de TaeMin, susurrando.—No grites, son varios inquilinos en el piso donde estamos, nadie puede saber que JongHyun está aquí, nunca se sabe cuándo puede haber un fanático loco cerca.

—¿Y por qué lo tienes aquí, ayudando con la mudanza?—dijo en un susurro también.

—Porque se ofreció a ayudarme cuando le dije que me mudaría y además mi roomie decidió retrasarse.

—Lo siento, anoche me desvelé terminando los bocetos y olvidé colocar la alarma—TaeMin se disculpó.—¿Me disculpas?

—Siempre y cuando me compres café importado—respondió Kibum esbozando una sonrisa.

—Hecho—el diseñador miró de reojo a JongHyun.—¿Desde cuándo?

—Te lo contaré luego.

El cantante soltó una carcajada:—Saben que puedo escuchar todo, ¿no?

—Finge que no escuchaste, esto es una charla entre roomies—gruñó Kibum.

Esto hizo reír tanto a TaeMin cómo a JongHyun.

2:09 pm. Puerto de depósitos marítimos. Busan.

DongWook dió la señal para que sus hombres abrieran uno de los contenedores señalados, encontrándolo vacío. El oficial frunció el ceño evidentemente frustrado, ¿dónde estaban las jóvenes que habían sido transportadas en la madrugada?

—¡Abran los demás!—ordenó a los agentes.—¡Tienen que estar aquí!

A pesar de los esfuerzos por encontrar el paradero de las mujeres, ninguna se halló dentro de los contenedores. ¿Las habrían sacado del país por otros medios?

Imposible, tanto el método terrestre como aéreo sería aún más arriesgado para Escarlata, la aduana lo reportaría tan rápido que no tendrían tiempo de escabullirse antes de que el ejército llegara a ellos.

—Jefe, la aduana marina no tiene nada inusual que reportar—dijo Song MinGi, su suboficial.

—Por supuesto—respondió DongWook con una sonrisa.—¿Por qué verían algo inusual? Revisen la bodega y los compartimentos del buque de cargas.

Asintiendo, Song MinGi ordenó a los agentes, movilizarse hacia el buque, tras ingresar en la bodega, abatieron a 4 hombres armados que se encontraban escondidos y para su sorpresa, las jóvenes estaban allí.

7 mujeres de 16 a 23 años, desaparecidas desde hacía casi 2 meses.

El suboficial se comunicó con DongWook, que aliviado ordenó sacarlas rápido de ese lugar, pues sus familias estarían felices de verlas pronto, pero antes deberían pasar por el hospital.

El operativo de búsqueda y rescate se dió por terminado y los agentes policiales dejaron el puerto, ganando una pequeña batalla contra la organización criminal más poderosa e infame de Corea del Sur.

6:23 pm. Sede Coccinum Frost. En algún punto de Ulsan.

A lo largo de un gran corredor elegante, los apresurados pasos de dos hombres resonaban con fuerza. La mayoría sabía que solo los cuervos Escarlata tenían ese andar, por lo que nadie se ponía en alerta.

Estos ingresaron en el salón principal del complejo, interrumpiendo la junta del líder y sus socios.

Kim Seong Joon los observó sin expresión alguna mientras calaba de su cigarro.

—No quiero malas noticias—dijo antes de que los cuervos hablaran.

Estos apretaron los labios, sabiendo que lo que dirían, probablemente podría matarlos, así que se quedaron en silencio, pero su silencio fue más que suficiente para Seong Joon.

El hombre mayor se levantó del sofá donde estaba sentado y acercándose a los cuervos, abofeteó brutalmente a uno de ellos.

—Imbécil de mierda, ¿Qué sucedió en el puerto?

—A-Agentes policiales supieron del intercambio de los productos—respondió aterrorizado, sentía que la carne de mejilla ardería en llamas en cualquier momento.—Abatieron a cuatro de nuestros hombres y liberaron a las mujeres.

—Esas mujeres iban destinadas al Zar—caló del cigarro y exhaló el humo para después sujetar del mentón al sujeto y quemarlo con el cigarro en el pómulo enrojecido, el hombre reprimió un grito de dolor.—¿Te das cuenta de que nuestro negocio se acaba de retrasar por culpa de su irresponsabilidad?

—¡Per-Perdónenos, señor! ¡Nos haremos cargo!

Aburrido de escuchar las excusas y súplicas, Seong Joon metió el cigarro en la boca del cuervo y lo pateó en el pecho, provocando que cayera de espaldas.

—Antes de que los mate, ¿Quiénes fueron los agentes policiales?—la pregunta del líder de Escarlata fue dirigida hacia el otro cuervo intacto.

—E-El oficial Lee DongWook, jefe de las fuerzas especiales y encargado del Departamento de Seguridad Estatal 13—respondió el cuervo con la cabeza gacha.—Estuvo involucrado en el asedio de la lucha contra el crimen organizad-

Un ruido sordo se escuchó en el salón y un cuerpo cayó desplomado sobre la costosa alfombra.

Kim Seong Joon apuntó con su arma al otro sujeto en el suelo y disparó.

—Bien, hay dos nuevas vacantes para los cuervos Escarlata—dijo mientras uno de sus subordinados le entregaba un pañuelo con el cual limpió sus manos después de entregarle el arma.—Emite el anuncio.

Los que custodiaban la sala, levantaron los cuerpos y la alfombra, retirándose.

—Se supone que la mafia rusa nos proporcionaría un cargamento de armas cuando las mujeres llegaran a su puerto—habló Sato Yoshida, socio japonés de la organización.—Fueron cuidadas recelosamente, sólo para entregarlas vírgenes, porque su precio es más alto. Ahora por culpa de Lee DongWook, esto puede complicarnos.

—¿A qué te refieres con complicarnos?—Seo TaeRim, otro de los socios lo miró como si lo que acababa de decir, fuese lo más absurdo que había escuchado.—Es solo un estúpido policía.

—¿Es así?—Seong Joon sacó un cigarro nuevo de su paquete y lo encendió, calando.—¿Kang In?

Los hombres allí observaron al individuo que tecleaba en su laptop de manera rápida.

—Lee DongWook: jefe de las fuerzas especiales, 3 veces condecorado en acción, ayudó en la lucha contra el crimen organizado que acorraló a nuestra organización hace 13 años. Fue sobreviviente de la purga azul y ahora tiene a su cargo al Departamento de Seguridad Estatal 13.

—Nunca me interesé en Lee DongWook—dijo el líder de Escarlata a la par que exhalaba el humo por su nariz.—Supongo que ya tiene mi atención.

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Hola! Que estén bien 🥰❤️

Disfruten mucho de la historia porque tiene mucho para contar todavía.

Gracias por leer y brindar amor!

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