Gloves 4
28 de Noviembre. 11 PM. Gyeongin-ro. Incheon.
Tiró su lápiz contra la mesa, ofuscándose.
Nunca antes se había bloqueado mentalmente, pero ahí estaba… sin poder trazar una sola línea por estar pensando en el boxeador. ¿Qué reacción fue esa cuando quiso tocarlo?
Pudo ver el dolor en sus ojos por breves segundos.
Tal como ese hombre.
Aquel boxeador que había amado a su padre y quién le rompió el corazón, abandonandolos para protegerlos.
¿Protegerlos de qué o de quién?
¿Es que acaso todos los boxeadores tenían algún tipo de conflicto interno o iba más allá de eso?
Sabía que era un asunto que no le incumbía, pero simplemente no podía evitarlo, TaeMin quería ayudar.
—Hijo, bebe un poco de té herbal, no te ves bien—dijo con calma JinKi.
—Gracias papá—agradeció el castaño, tomando la taza y bebió un poco—Mm. Está realmente bueno, ahora sé porque te gusta tanto.
—Es verdad—se sentó.—¿Qué sucede? No es propio de ti que te ofusques con un trabajo que te encanta, aunque reconozco que es muy demandante.
—Papá—se detuvo tratando de ser lo más explícito posible.—Tú…
—¿Yo?
Joder, no quería tocar un tema que ya se había enterrado hace algunos años, pero necesitaba información.
—Lee Joon… ¿Alguna vez te contó qué lo atormentaba?
La expresión de JinKi cambió, ya no había un semblante sereno y alegre, era todo lo contrario, este se levantó y le dió la espalda.
—¿Por qué estás preguntándome esto ahora? ¿Acaso tiene que ver con el boxeador?
—Papá-
—No te involucres con él—dijo el mayor, mirándolo ahora con una seriedad poco propia de él.—Ellos pertenecen a un mundo muy diferente del nuestro, no quiero que te lastime.
Y TaeMin sabía que no se estaba refiriendo a lo físico.
—Sabes que de no ser por MinHo, yo no estaría aquí, pude haber muerto esa noche—el castaño tenía la decisión tomada, no importaba si su padre se negaba a ayudarlo, encontraría la forma de averiguarlo.
Vio al mayor abrir la boca para responder, sin embargo ambos se vieron interrumpidos por la llegada del novio de JinKi.
—Buenas noches—saludó DongWook.
—Buenas noches—respondieron al unísono padre e hijo.
—Lamento llegar tan tarde, el departamento estuvo hecho un caos durante todo el día—dijo esbozando una sonrisa algo cansada.—Tanto los casos de tráfico de drogas, cómo la trata de personas ha aumentado un 45% en los últimos 5 años. Estoy seguro que la mafia roja está detrás de eso.
El ceño de JinKi se frunció mientras se acercaba a su pareja:—¿Son el único departamento que puede hacerse cargo?
—El único que hasta ahora no se vendió.
—Iré a mi cuarto, tengo que terminar los bocetos—dijo TaeMin, tomando sus libretos y lápices.—Hasta mañana—hizo una reverencia y desapareció de la vista de los mayores.
DongWook pudo darse cuenta del ligero momento tenso que padre e hijo estaban teniendo cuando llegó.
—¿Qué sucedió entre TaeMin y tú?—preguntó viendo lo rígido que su novio se ponía.
—Un boxeador.
Oh, ahora lo comprendía. JinKi todavía tenía un resentimiento que no podía quitar de su corazón hacia todo lo que tenía que ver con el box o boxeadores, a pesar de que ya conocía la verdad.
La herida que dejó Lee Joon, era difícil de cicatrizar.
—Creo que tendré que cambiar de oficio si les atraen más los boxeadores—dijo en un tono de falsa ofensa.—Mi orgullo está herido, cariño.
—Cállate—gruñó el castaño levemente ruborizado.
colocándose detrás del menor, DongWook
masajeó sus hombros:—¿Quién es?
—Choi MinHo—soltó JinKi en un suspiro, adoraba los masajes de DongWook, pero debería ser él quién se lo hiciera al azabache, después de llenar su estómago.—Siéntate, te serviré la comida.
—No necesitas hacerlo, me lo serviré yo—susurró dejando besos en aquel sensible cuello.—Investigaré a Choi MinHo—tomó asiento en el sofá y tiró de JinKi, para sentarlo en sus piernas, (con la espalda del contrario pegada a su pecho).—Escarlata también tiene controlado parte del rubro del boxeo, quizás uno de sus boxeadores puede llevarme a los peces gordos.
—Si resulta ser muy peligroso, solo déjalo.
—Sabes que no puedo, es mi deber terminar lo que mis compañeros no pudieron.
—Ellos murieron a manos de la mafia, DongWook—siseó JinKi temblando de rabia.—No quiero verte dentro de un cajón, no lo soportaría.
—Ey—el azabache sujetó del mentón al menor, ladeando un poco su rostro para encontrar su mirada.—Te prometo que estaré bien, ¿Sí?—dejó un beso sobre los esponjosos labios de JinKi y le sonrió.—No te preocupes.
El menor se acomodó, colocando las piernas a cada lado del oficial y acarició su negro cabello de forma cariñosa antes de sujetarlo con fuerza.
—Si me tengo que preocupar por ti, te juro que te mataré antes de que la mafia lo haga—advirtió el castaño haciendo reír a DongWook, quien asintió.
—Cambiando de tema, ¿le dirás la verdad a TaeMin alguna vez?
—No necesita saberlo, si llegase a enterarse sin duda buscaría con más insistencia a ese boxeador para ayudarlo. En eso se parece a tí, tiene que entender que hay situaciones que no tienen solución y esta es una.
—JinKi, toda situación tiene una solución, siempre y cuando quieras encontrarla.
1 de Diciembre. 2 PM. Daechi-dong, Gangnam.
—¿En serio Teuk?—cuestionó MinHo con evidente emoción.
—La última victoria te abrió las puertas al mundo, apenas conseguiste una buena posición en la tabla de la WBC y para mantenerla tienes que ganar en su mayoría por puntos de dominación—respondió Leeteuk cruzado de brazos.—Si ganas por nocaut, antes tienes que haber conseguido el visto bueno de los jurados y a ellos les interesa el desempeño en combate del boxeador.
El moreno estaba realmente emocionado, con ello no solo tendría la oportunidad de enfrentar al campeón mundial, sino que sería avalado por las cuatro grandes organizaciones del boxeo internacional y aspiraría a un futuro lejos de las presiones de Escarlata.
—Por cierto, ¿Quién era ese hombre de la otra vez?
La pregunta de Leeteuk confundió a MinHo.
—¿Qué hombre?
—El joven de cabello pardo que tenía un asunto contigo—dijo el pelirrojo estrechando los ojos.
—Nadie, solo alguien sin importancia.
Una sonrisa apareció en el rostro de Leeteuk, MinHo era un mal mentiroso.
—Alguien sin importancia que dejaste entrar a los vestidores—le señaló.—Por el cual corriste a los especialistas que te estaban curando y con quién te quedaste a solas. Ese Nadie.
El platinado gruñó.—Te oyes cómo una maldita vieja chusma, ¿si lo sabes, verdad?
—Discúlpame si todavía me preocupo por tí, tengo que asegurarme de que ningún tipo loco se te acerque. Eres mi responsabilidad.
—Dejé de ser tu responsabilidad cuando cumplí los 18.
—Dejarás de ser mi responsabilidad cuando alcances la gloria—Leeteuk le palmeó el hombro.—Hasta entonces solo soportame.
Bufó, el mayor era imposible, caminó hasta su cocina, sacando una cerveza fría de la nevera para destaparla y tomarla con tranquilidad.
—¿Me dirás el nombre de nuestro querido, nadie?
—Lee TaeMin.
—RyeoWook lo investigará—dijo a la par que atrapaba la lata de cerveza que MinHo le lanzó.—Para tu protección.
El boxeador lo miró indignado.—¿Te parece que necesito protección?
—Aunque pienses que eres de acero, no eres inmune a armas blancas o de fuego.
Choi se acercó hasta su entrenador, quien no sé inmutó con la repentina hostilidad de este.
—No me hagas reír, ¿cuál es tu verdadera intención? Si lo hubieses considerado peligroso, no lo habrías dejado entrar a los vestidores.
—Tuve un momento de curiosidad—encogiéndose de hombros bebió de la lata de cerveza.
—Como sea, no necesitas investigarlo, no volverá a acercarse—frunció un poco el ceño, había una mirada de pesadumbre que Leeteuk comprendía perfectamente.—No se lo voy a permitir.
No estás seguro de eso, te conozco mejor que cualquiera, fue el pensamiento del pelirrojo.
—Date un descanso, tenemos entrenamiento en unas horas—dejó la lata en la encimera.
—De acuerdo.
Leeteuk se despidió y antes de abrir la puerta, observó al moreno.
—Oh, si algún día quieres desahogarte sexualmente, puedo pedirle a RyeoWook que te arregle citas—soltó el mayor, sonriente.
—Me niego.
—Para los boxeadores el sexo es una terapia antiestrés, piénsalo.
MinHo le enseñó el dedo medio en respuesta y Leeteuk abrió la puerta, retirándose de la casa entre risas.
4 PM. Empresa de Modelaje y Diseño Imperial Block, Incheon.
—Muy bien, ya hemos terminado con la sesión de hoy—dijo Kibum sonriendo a los modelos, estos asintieron y salieron para cambiarse.
A su lado estaba TaeMin quien se notaba bastante feliz con la sesión de fotos y sus diseños siendo portados por los muchachos.
—Han quedado de maravilla—alabó el castaño sonriendo.
—Es obvio, lo has hecho tú y yo tomé las fotos, una combinación explosiva, ¿no crees?
—Claro que lo creo, somos la perfección encarnada de la moda—alardeó TaeMin con una sonrisa.
—Así se habla—Kibum sonrió de igual forma.—Oye, se te está pegando lo ególatra, te enseñé bien—se cruzó de brazos.—Demasiado bien.
—Es difícil que no se pegue, cuando llevamos trabajando por 6 años en el mismo lugar.
—Tienes toda la razón.
El jefe de redacción felicitó a todo el staff y exclamó:—¡buen trabajo a todos y nos vemos el lunes!
Ambos se despidieron de sus compañeros y pasaron por la cafetería donde Kibum compró dos cafés para llevar mientras que TaeMin se encargaba de comprar los pasteles. Tras salir de la Empresa, pasearon por la plaza de Incheon y tomaron asiento en una de las bancas para disfrutar su merienda, sintiendo el frío otoñal golpear sus pómulos.
—Oh, el café es muy bueno—susurró el azabache degustando elegantemente.—Pero no supera al café colombiano.
TaeMin quedó pasmado ante la revelación de su amigo.—¿Cuándo has probado el café colombiano?
—Fue un pedido que hice en AlxExprxxx, hace más o menos 2 meses—le reveló con una sonrisa divertida.
—¿Y no fuiste capaz de invitarme a tu casa a tomar café importado? En verdad me estás perdiendo Kim Kibum.
—Lo siento, sabes que soy un adicto al café incurable, lo tomé con pesar si eso te tranquiliza.
El menor negó, no tenía sentido seguirle el hilo a aquella conversación.
—¿Qué tal van las cosas en tu casa?—preguntó TaeMin, desviando la anterior conversación.—¿Al final te mudarás?
—Sí, aunque las cosas están bien, necesito mi propio espacio—Kibum paseó las yemas de sus dedos por el vaso hermético de café—Estuve averiguando y encontré un buen departamento cerca de la Empresa, pero la tarifa sobrepasa mi presupuesto y se reduciría si tuviera un roomie con quién compartir.
—¿Me lo estás proponiendo?
La sonrisa del fotógrafo, creció.—Por supuesto solo si quieres.
—¡Claro que quiero!—chilló TaeMin devolviéndole la alegre mueca.—¿Cómo podría no querer ser el roomie de tan increíble persona?
—Halagame más por favor.
Ambos rieron y continuaron hablando de trivialidades hasta que el atardecer terminó de teñir el cielo.
7PM. Departamento de Seguridad Estatal número 13.
—Jefe, esta es la lista de los lugares que frecuentan los sospechosos—anunció uno de los cadetes entregándole los papeles a DongWook.
—Gracias, Chang Bin—agarró los papeles, sin despegar la vista de su laptop—Lo revisaré en un momento.
—También hemos emitido la orden de allanamiento en una de las propiedades marcadas. Los muchachos están en camino, le mantendremos informado si encontramos los cargamentos de droga o de armas.
—Bien, buen trabajo.
Chang Bin hizo una reverencia y se retiró del despacho de su jefe.
DongWook se echó hacía atrás en el respaldo y pasó la mano por su cabello, soltando un suspiro.
—Choi MinHo, todo indica que serás tú el que me lleve hacia Kim Seong Joon, sin embargo eso te vuelve más peligroso—sus ojos siguieron viendo la pantalla en la cual se veía a MinHo junto al líder de Escarlata.—Sobre todo para TaeMin.
✨✨✨✨
Hola! Espero que estén bien ^-^ disculpen la tardanza, difícilmente encuentro momentos de inspiración, pero cuando llegan le doy como loca 😂💕
Me cuesta bastante reeditar la historia, sobre todo porque hay que rehacer muchas partes, quitar, colocar, quitar, colocar, etc.
Así que si pueden ser pacientes, trataré de traer más seguido.
PD: Lee DonWook es un personaje nuevo en MY CHAMPION, le dará más emoción y acción a esta historia llena de acción jajaja ✨
Gracias por leer y brindar amor! 💕
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