Hace una hora.
Jungkook había llegado al hogar de Jimin, con una enorme caja de pizza en manos.
Por alguna extraña razón, estaba nervioso.
No era la primera vez que se quedaba en casa de Jimin. Solía hacerlo cada tres semanas y pasaba la noche así.
Pero tenía un extraño presentimiento que le decía que algo iba a ocurrir.
Y exactamente fue de esa manera.
Porque cuando llegó, se encontró con el cuerpo de su pequeño amigo recostado en el sofá, mientras tomaba una fotografía de ellos dos.
Jeongguk lo tomó entre sus brazos y lo llevó a la cama, pero antes de devolverse a traer la pizza, Jimin despertó.
—¿Googie? - Preguntó con los ojos entreabiertos y una pequeña sonrisa.
—Hola minnie. - Jeon le sonrió de vuelta, mientras abrazaba el cuerpo del mencionado.
Estaban tan acostumbrados a este tipo de afecto, que no les parecía extraño.
—¿Dónde está la pizza? - Preguntó y Jeongguk rodó los ojos divertido.
—Iba por ella, bebé. ¿Quieres ir conmigo?
—Mm no quiero. - Hizo un puchero y Jungkook entendió que debía ir por ella.
Jeon salió de la habitación y luego de un par de segundos, regresó con la comida en manos.
Tenía un aroma demasiado agradable y Jimin no dudó en traer la pequeña mesita, especial para ese tipo de ocasiones. Golpeó con delicadeza el colchón, en señal de que Jeongguk se recostara a su lado y encendió el televisor.
Encendió su teléfono que se encontraba en la mesa de noche y tomó una foto, hizo un tweet al respecto y lo apagó de nuevo.
Estaba muy feliz, a pesar de lo ocurrido horas atrás.
Puchereo y recostó su cabeza en el hombro de Jeongguk.
—¿Qué fue lo que realmente pasó? - Preguntó Jeon y Jimin se tensó de inmediato.
No, No.
No podría decirle.
—Uhm, n-no fue algo realmente malo, koo. - Habló con una fingida tranquilidad.
—¿Seguro? - Jeongguk le acaricia el cabello, sabiendo que es su debilidad y suspira derrotado.
Le contó a detalle lo que había ocurrido y a cada palabra que daba, Jeongguk parecía enfadarse más.
Sabía que algunas veces, sus seguidores solían presionarlo y aunque fueran amorosos con él, no les bastaba y gustaban de saber todo sobre su vida personal.
Luego de unos minutos de silencio, Jungkook tomó la mano de Jimin y la acarició con delicadeza.
—No diré nada sobre eso, pero sabes que si hay algo que te incomoda debes decirlo. No te dejes presionar, bebé. - Habló con lentitud. — A parte de eso, ¿entonces hay alguien que se ha robado tu corazón? - Preguntó intentando no sonar celoso, pero Jimin notó algo de celos.
—Sí. Pero no puedo decirte quién eres.- Las palabras salieron de sus labios con torpeza y supo que lo había arruinado. Cerró los ojos con fuerza, esperando que Jungkook le dijera algo al respecto, pero no fue así.
Al esperar unos minutos por alguna reacción, abrió los ojos y se llevó una gran sorpresa al ver la expresión de Jungkook.
Seguía con la pizza en manos y el queso derretido, saliendo de esta. Sus labios estaban entreabiertos y no sabía qué decir.
¿Le gustaba a su amor platónico?
Quizá su reacción no fue la más normal posible pero aún así, no sabía que hacer.
¡Le gustaba a Park Jimin!
Parpadea múltiples veces y sonríe.
— ¿Y-yo?, ¡Jimin tú también me gus-
El queso que seguía caliente, cayó sobre su preciada camisa de Guns N' Roses.
Bah.
Jungkook no le dio importancia a ello y antes de poder decir algo más, fue interrumpido por los labios de Jimin.
Al principio fue algo torpe, debido a la posición en que se encontraban, pero cuando Jimin se subió sobre las caderas de Jungkook , todo cambió.
Sus labios se movían al compás y de esta manera, los sentimientos que ambos mantenían retenidos, salieron a la luz. Se amaban desde hace mucho, pero por el temor de lo que diría el otro, prefirieron callar.
Jimin mordió los labios de Jungkook y este gimió. Quién hubiera pensado que tras aquella dulce faceta, se encontraba un Jimin bastante atrevido.
Jeongguk tomó el cuerpo de Jimin y cambió de posiciones.
Ahora Jimin se encontraba debajo del cuerpo de Jungkook, sintiendo los labios de este sobre sus pezones. Gimió de placer y se despegaron al oír los quejidos de su vecina que estaba oyendo todo.
Jimin se sonrojó y Jungkook sonrió.
—Tal vez será para otro día. - Ambos asintieron ante la afirmación de Jungkook y Jimin sonrió. — No sabía que te gustaba ser algo rudo, cariño.
Jimin elevó los hombros y sonrió pícaro.
—¿Quieres ser mi chico, Park Jimin? - Preguntó besando la frente de este y recostando su cuerpo sobre la cama.
—Sólo si tu quieres ser el mío, Jeon Jungkook.
Ambos se sonrieron de vuelta y compartieron un último beso, antes de que Jimin cayera plenamente dormido.
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