𓆩*𓆪 Bang & Hwang
Hyunjin besaba los dulces labios del doncel, mientras Changbin daba succiones en su piel. El más bajo tenía cargado al menor con las piernas alrededor de su cintura, el chico los abrazaba a ambos por sobre sus cuellos para mantenerlos cerca de él.
Habían terminado la segunda ronda de sexo y como siempre, había sido espectacular.
—No podremos vernos en un tiempo —avisó el menor mientras salía de bañarse, secándose el cabello con una toalla y ya vestido.
—¿Ya te aburrimos? —preguntó Bin con una sonrisa coqueta—. Porque aún no te enseñamos todo lo que podemos hacer.
—Oh por los dioses —susurró el pelinegro imaginándose cualquier cosa que los incluyera a los tres en posiciones complicadas y placenteras. Se mordió el labio inferior—. Claro que jamás me aburriría de ustedes. Es solo que mis padres quieren que tome clases de español por las tardes. Soy pésimo en idiomas y mis notas no han sido las mejores últimamente, así que también tengo que estudiar.
—Yo puedo enseñarte —volvió a hablar Changbin.
—Gracias, pero no, sólo déjenme terminar el curso y nos vemos en vacaciones —ofreció con una sonrisita que arrugaba su nariz—. Me he estado divirtiendo mucho con ustedes, solo no se olviden de mí.
—Claro que no, bebé —aseguró Hyunjin levantándose de la cama y dándole un beso en la frente—. ¿Te llevó a casa?
—Por favor, Hyung.
Después de eso, el menor se despidió de Changbin con un beso en los labios y junto con Hyunjin, salieron del departamento de Bin.
Changbin se dio una ducha y sin secarse ni ponerse prenda alguna se lanzó a la cama boca arriba para tomar una siesta.
Abrió los ojos cuando sintió un cosquilleo en su bajo vientre y algo húmedo, caliente y aterciopelado rodear su miembro, se levantó sobre sus antebrazos y miró a su Jinnie entre sus piernas. El castaño tenía la boca llena con toda su extensión, subía y bajaba lentamente, el roce de su lengua era el paraíso y el toqueteo que daban las finas manos en la bolsa escrotal erizaban su piel. Soltó un gruñido y levantó una mano para acariciar los suaves cabellos.
—Aún no es mi cumpleaños —dijo con una sonrisa divertida y los ojos cerrados por el placer.
—Lo sé —se rió después de sacar el miembro erecto de su boca con un sonido húmedo—. Pero me quedé con ganas de más.
Changbin acarició su mejilla y se dio cuenta que Hyunjin se encontraba completamente desnudo. Se relamió los labios antes de acercarse al rostro ajeno y comenzar a besarlo de manera salvaje y demandante siendo correspondido al instante.
Hyunjin puso sus manos en el pecho de Changbin, empujándolo con fuerza para caer sobre su espalda en el colchón, se subió encima de él con sus muslos a los lados de la cadera del contrario y su trasero sobre el erecto miembro que se deslizaba entre sus nalgas.
—Hace mucho que no sólo somos los dos, Binnie —murmuró el mayor en el oído del chico con voz ronca—. Dámelo todo, bebé.
Changbin gimió en respuesta y soltando la cintura de su mayor, sacó un bote de lubricante de la mesita de noche, dejó caer el líquido entre los glúteos de Hyunjin y su pene, lanzó el artículo al suelo y ayudando al mayor a levantar sus caderas, se acomodó en su entrada y lo embistió de una sola vez sacándoles un jadeo a ambos, Hyunjin por la gran intromisión y Changbin por el apretado interior.
Hwang comenzó a mover sus caderas, el pene de Changbin acertaba directamente en su próstata que le sacaba sonidos nasales y suaves gemidos. Bang dirigió su fuerza a la planta de sus pies e impulsándose hacia arriba recibía la caída del mayor penetrándolo aún más profundo.
Los movimientos de cadera de ambos se comenzaron a descoordinar terminando siendo una danza errática de jadeos, gemidos y placer cegador.
El sudor escurría de la frente de Hyunjin hasta bajar por sus clavículas, pecho, abdomen y terminar perdiéndose en su entrepierna, Changbin, de repente se sentó y apretó su agarre en la cintura del mayor para ayudarle a moverse. Hyunjin gimió y cerró sus ojos con fuerza cuando el menor comenzó a succionar uno de sus pezones mientras masturbaba el miembro que rebotaba por los saltos que daba.
—¡Ah! ¡Bi... Bin! ¡Me vengo! —el nombrado gruñó en respuesta y aceleró el movimiento de su mano hasta que ésta se manchó con el líquido blancuzco del mayor.
Él terminó casi enseguida con un fuerte jadeo dejándose caer de espaldas y llevándose al otro en el camino, le abrazó por la cintura y sonrió cuando su rostro fue llenado de besitos.
—Bin, ¿cuándo le vamos a decir a Félix? —preguntó mientras aún besaba la cara del menor.
—No quiero que lo asustemos, Hyung —respondió con un puchero—. No todos comprenden lo nuestro, y Félix es un chico especial. No quiero que lo perdamos.
—No lo haremos —aseguró el mayor—. Ya verás que tengo razón, la tuve contigo —recordó plantándole un pico y levantándose de la cama—. Uhm... —murmuró sintiendo su entrada gotear, el semen bajó por sus muslos hasta el suelo.
—¿Otra ronda? —preguntó mirando la escena con fascinación.
—Me encantaría, bebé, pero mañana tengo un pedido temprano en la florería —avisó entrando al baño siendo seguido por el menor hasta la ducha en donde ambos entraron para asearse.
—¿De mi hermano?
—No, es otro cliente —respondió sin darle importancia—. Volviendo al tema, en cuanto Félix termine su curso y regrese a nosotros, debemos de decirle.
—Bien, confío en que tienes razón.
—Siempre la tengo, mi amor.
—Por cierto, ¿has hablado con mi cuñado? —preguntó tallando el cabello de Hyunjin haciendo espuma por el shampoo.
—No, ¿por qué? —cuestionó adormilado por el masaje en su cuero cabelludo.
—Creo que la cigüeña llegó a la familia Bang —Hyunjin abrió los ojos, sorprendido—. Hace unos días fui a dejarles un pastel que hizo mamá para Jeongin y pasé al baño, tú sabes que yo soy muy curioso y vi dos pruebas de embarazo. Ambas dieron positivo.
—¡Wow! —exclamó Hyunjin con una sonrisa resplandeciente—. Qué emocionante debe ser.
—Sí, lo extraño es que aún no han mencionado nada y se supone que su matrimonio se realizó con este fin, existen muy pocos donceles y la familia Bang estará orgullosa de que Chan trajera descendencia con uno —confesó con una sonrisa que se desvaneció ante la mueca que hizo su compañero.
—Qué primitivo sonaste, Bin —dijo con el ceño fruncido volteando los ojos y estirando los brazos para tallar ahora el cabello de él—. Yo estoy feliz por ellos dos, un matrimonio arreglado difícilmente puede lograr encontrar la armonía y comprensión como la que tienen, un bebé tal vez logre unirlos aún más.
—¿Has pensado en tener hijos?
Hyunjin le dedicó una pequeña sonrisita antes de aclarar la espuma de su cabello y suspiró al contestar.
—Me encantan los niños, sabes que mi hermana tiene tres pequeños y amo cuidarlos. Pero soy gay, Changbin y lo que tenemos tú y yo... lo que queremos formar con Félix dificultaría una adopción, así que ya me resigné. Los elijo a ustedes.
Changbin le abrazó con fuerza por la cintura apegándolo lo más posible a él para plantarle un beso en los finos labios.
—Te amo, Jinnie.
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