Capítulo 33
Jungkook.
Ser un mafioso que maneja todo el país y la ley como le da la gana, tiene sus ventajas.
Me encuentro de camino al hospital, con una velocidad de más de noventa kilómetros por hora, luego de recibir esa llamada de Chaeyoung.
Jimin despertó, en estado shock, y sobre todo, buscandome.
No tenía que esperar ni un minuto más.
Pasamos cada avenida y semáforo sin problemas, por lo que ya me encuentro parqueando en el hospital y llamando la atención como siempre.
Mis pasos son pesados pero rápidos. Los guardaespaldas me van abriendo camino. Hay algunas personas esperando el ascensor, y siquiera tengo que darles una mirada a los chicos, para que entiendan que las quiero a todas, lejos de ahí.
Uno de ellos aprieta el botón, y las puertas se abren al instante. Puedo sentir la disconformidad y las miradas de todos en mí, pero basta que dos de mis hombres se atraviesen, para que nadie tenga la valentía de hacer, ni decir nada.
Las puertas se cierran, quedando ellos afuera y tres guardaespaldas más conmigo.
Si no hubiera sido por el idiota de la empresa, hubiera estado aquí en mi hora puntual, y Jimin estaría en mis brazos, mientras le susurro lo mucho que lo extrañe, y le recuerdo a cada minuto cuanto lo amo.
Agregare a ese inútil a mi lista de futuros cadáveres.
Por un momento pierdo la noción del tiempo sumergido en mis pensamientos. Desearía que este aparato se moviera más rápido. Es desesperante que el día se haga tan largo, cuando sientes que tu vida parece un correcaminos.
Finalmente llego al piso indicado, mi respiración se acelera por cada paso que doy. Desde la llamada de mi cuñada, ha pasado aproximadamente media hora, así que mi hermoso rubio debe estar dormido aún.
Los guardaespaldas que se encuentran custodioando la puerta se apartan ni bien respiran mi presencia. Siquiera les doy tiempo de saludar cuando bruscamente tomo la manija entre mis manos, y entro a la habitación.
Lo primero que veo es a mi chico acostado, esta vez con una posición casi sentada, sus manos descansan en su vientre cubierto por la sábana, y su cabeza inclinada hacia un lado.
Ya no lleva la mascarilla de oxígeno y por alguna razón eso me hace sentir un poco más aliviado.
Está vivo.
Por otra parte, el cabello largo y rubio, está llegando más abajo del cuello, y es obvio. Una primavera, un verano, y la mitad de un otoño, pasaron volando como si nada.
Su rostro está algo pálido, así como también sus labios. Aún así, lo veo precioso. Un hombre con una vitalidad realmente fuerte, que fue capaz de mantener vivo a nuestro bebé.
La enfermera muy concentrada en su trabajo, revisa sus signos vitales, por lo que decido no intervenir.
Chaeyoung por mientras, está sentada en una silla junto a Jimin, reposando la cabeza entre sus brazos. Al parecer está dormida, y lo noto por su respiración calmada.
Cierro la puerta lentamente, y me dirijo hacia ella con pasos silenciosos.
Debe estar agotada por permanecer despierta toda la mañana, y no me puedo sentir más culpable. Se supone que quien debería estar en su lugar en este momento, sería yo.
Siento pena por despertarla. Después de mi hermana y Tae, Chaeyoung ha sido otro apoyo emocional. A pesar de ver a su único y amado hermano gemelo, con quien convivió casi toda su vida, postrado en una cama sin saber si despertaría o no, se mantuvo fuerte y muy positiva.
Eso de alguna manera, me hizo creer hasta el último momento, que Jimin lograría despertar.
——Chae...—— intento hablar lo más bajo posible, para no despertar a Jimin, a pesar de que esta sedado.
Mi cuñada levanta su cabeza repentinamente, y noto como su cabello se adhiere a sus mofletes, gracias a la saliva que recorre su quijada.
Le toma un tiempo adaptarse a la, situación, hasta que se da cuenta se mi presencia.
——Oh, Jungkook... ——Dice mientras retira los mechones, de su rostro, y limpia la baba en el proceso con el dorso de sus manos——Lo siento tuve una noche pésima.
——No te preocupes. Más bien yo debería de disculparme. Se me presentó una reunión de último momento, pero al final resultó ser una mierda.
Noto como la enfermera me lanza una mirada ruda, por el mal vocabulario que acabo de utilizar. No tengo más opción que inclinar mi cabeza hacia abajo, y brindar un, lo siento, en tono bajo.
——No hay problema. Después de todo, es mi hermano a quien estoy cuidando.
——¿Cuando se despertó?
——Hace aproximadamente una hora. Al parecer tuvo algún tipo de shock o un efecto postraumático, según explicó el doctor. Comenzó a gritar mientras te buscaba.
De imaginar a mi chico en esa situación, me causa una gran angustia.
——Las enfermeras tuvieron que, sostenerlo, mientras el doctor le colocaba un sedante. Yo estaba en la cafetería para comprar el desayuno, hasta que escuche por los parlantes del hospital el número de habitación. Corrí lo más rápido que pude, pero cuando llegue, ya Jimin se encontraba fuera de sí. Despierto, pero diciendo incoherencias.
——Dios, esto mi culpa——Digo mientras jalo mi cabello.
——¿Por qué sería tu culpa?
——Sí hubiera estado aquí, el no se hubiera puesto tan mal.
——Jungkook, no te culpes. Las urgencias pueden ocurrir. Además, tu empresa también es importante. Lo bueno es que ya despertó, ahora solo falta que se le pasen los efectos del medicamento.
———Todo listo—— interrumpe la enfermera mientras regula el suero—— el joven se encuentra estable. Como les explicó el doctor, su reacción al despertar fue totalmente normal. Será una, entre tantas cosas que le sucederá luego de ocho meses en coma. Tendrá efectos secundarios. Solo queda apoyarlo, y no se preocupen, en unas horas despertará un poco más relajado por el efecto del sedante.
Solo espero que la mujer tenga razón, y cuando Jimin despierte esta ves, si estaré para él, brindándole todo el apoyo que necesite.
Horas después...
Como es posible que una criatura tan pequeña y tierna, pueda derretir el corazón más frío del mundo.
Mi pequeño y fuerte bebé, se encontraba entre mis brazos, mirándome con toda su atención.
Sonreí con orgullo al notar como era la viva imagen de mi madre. El característico color negro en nuestros ojos, que nos heredó a los tres por igual. Su cabello lacio, abundante y oscuro cual azabache. Labios finos y muy pequeños.
Lo único que recibió de Jimin, fue su pequeña pero respingada nariz, y mejillas regordetas y muy rosadas.
Paseandome por el cuarto, sonreí nuevamente. Adoraba a mi hijo, y adoraba por igual a la persona que lo trajo al mundo.
Luego de unas horas en donde ya no sabía que hacer, dos enfermeras llegaron con un pequeño cunero de cristal.
No me esperaba ver a mi pequeño tan pronto, pues al ser prematuro de ocho meses, debieron llevárselo a cuidados neonatales de urgencia.
Sin embargo, y por la explicación del doctor, sus pulmones se habían formado correctamente, y se encontraba estable, pero por precaución, lo dejaron con oxígeno por unas horas.
Después de llorar un largo rato, demostrando lo bien formados que estaban su pulmones, la enfermera me enseño como darle biberón y seguidamente sacarle sus gases.
Jamás en mis casi treinta años de vida, me imaginé siendo padre. La vida en la mafia es muy complicada y llena de peligro cada día que pasa, por lo que desde mi juventud perdí cualquier esperanza de formar una familia, o tener hijos.
Pero ahora, tenía a un bebé entre mis brazos, y era mi bebé, mi
pequeño, y mi creación.
——¿Jungkook...?— mi nombre suena débil y bajo, pero aún así lo logro escuchar.
Detengo mis pasos, y seguidamente me giro muy despacio.
Jimin ya está despierto. Mi hermoso y tierno chico se encuentra mirando fijamente en mi dirección, y a punto de llorar. No me pierdo el momento en que fija su mirada en mis brazos, y lleva ambas manos a su boca.
Jimin.
La imagen más tierna y bella de todo lo que he presenciado en este mundo, aparece junto frente a mis ojos ni bien despierto. Hago lo posible por grabar cada detalle, con tal de que jamás se borre de memoria.
Jungkook, un mafioso tan peligroso y temido, con sus manos repletas de sangre y almas, gracias a las vidas que arrebató.
Un hombre de metro con ochenta, espalda ancha y dura como roble. Brazos ejercitados y llenos de tatuajes. Portando dos armas en la parte trasera de su pantalón, que cubre sus piernas largas y definidas.
Se encuentra con un bebé entre sus brazos, mientras sonríe y susurra lo que parece ser la melodía de una canción.
Es un hermoso sueño del que no me gustaría despertar.
El pequeño que tiene en sus brazos, debe ser mi bebé. El que no fui capaz de salvar.
Mis ojos se llenan de lágrimas ante la imagen. Si esto es un sueño, quizás deba aprovecharlo al máximo.
——¿Jungkook?—— no esperaba que se diera la vuelta, pero si lo hace, muy lentamente en su lugar.
Verlo de frente, cargando a esa hermosa criatura de Dios entre sus brazos, mientras es cubierto por una colcha de color azul, finalmente me hace quebrarme.
Daría lo que fuera para volverlo real.
Mi llanto se intensifica, y dolor se aloja en mi pecho.
¿Por qué no puedo despertar? Ya quiero hacerlo.
——¿Jimin?——
Su voz se siente tan existente, incluso puedo escuchar su respiración.
Comienzo a pellizcarme en ambos brazos, pero manteniendo mis párpados cerrados.
No es real. No es real. Es un sueño...
Me sigo repitiendo una y otra vez.
——Basta príncipe, no hagas eso.
Una mano cálida se posa en mi muñeca. Puedo sentir su cuerpo a unos centímetros de mí.
Mi respiración aún se mantiene agitada, y mis lágrimas siguen cayendo como lluvia en la sábana.
Abro los ojos lentamente, y miro hacia arriba, para encontrarme a Jungkook, con su rostro lleno de preocupación, sosteniendo a mi bebé con un brazo, mientras con el otro sujeta mi muñeca.
——Es real mi amor. Yo estoy aquí, nuestro bebé esta aquí, y tú, también estas aquí.
——Dime por favor que no es un sueño...—— ruego mientras dejó escapar un sollozo.
——No lo es mi bello chico.
Es suficiente para que comience a llorar nuevamente, mientras enrrollo mis brazos en su cuello con fuerza.
——Te extrañe tanto——
Jungkook se sienta a mi lado, y ahora la mano que se encontraba en mi muñeca, rodea mi espalda, y se dirige a mi cabello.
——Shhh, tranquilo principe, aquí estoy...
Sus palabras son como las cálidas brasas, en un invierno extremadamente frío, para mi agitado corazón.
——Lo hiciste muy bien Jiminie. Eres el hombre más fuerte que conozco.
Es entonces que me percato de la pequeña distancia que aún queda entre nosotros.
Líbero mi agarre de su cuello, y mientras limpio mis lágrimas, me fijo en el bebé que tiene en su brazo contrario.
——¿Es nuestro bebé...?
Jungkook asiente lentamente, mientras quita parte de la colcha, de sus mejillas. Parece algo irreal y muy confunso.
Es decir, ayer estaba con las manos en mi vientre poco abultado, protegiendo con todas mis fuerzas la vida que mantenía adentro. Y ahora, es un ser humano bien formado.
Es entonces que me pregunto, ¿Cuanto tiempo transcurrió, desde el disparo?
No me interesan las dudas que se arremolinan en mi mente. Ya tendré tiempo para aclararlas.
En este momento sólo deseo cargar a mi pequeño.
Reúno toda la energía y fuerza que tengo para acomodar mis brazos, y así poder traerlo conmigo.
Jungkook, me acomoda a mi pequeño con todo el cuidado del mundo.
No puedo dejar de mirarlo.
Paseo mi mano desde su frente, su naricita de botón, sus mofletes redondos, su boquita fina y muy rosada. Tiene unas pestañas gruesas y largas como su papá.
Quiero grabar cada facción de su rostro en mis manos.
——Mi bebé...—— digo entre sollozos—— yo soy papá Jimin, y no sabes el amor tan inmeso que acabas de dejar en mi. Te adoro pequeño.
Siento como Jungkook reposa su brazo en mi hombro, y apoya su cabeza junto a la mía.
Los dos sonreímos a la par...
——Dios Jungkook, es hermoso y perfecto...
——Lo sé cariño, y todo gracias a tí.
Subo mi rostro, y esta vez conecto mi mirada con él. Seguidamente juntamos nuestras frentes, mientras el acaricia mi mejilla con su mano sobrante.
——Te amo Jungkook...——
—— Te amo mucho más mi vida.
Rezo a cada Dios del universo, para que esto no sea un sueño, y en caso de que así sea, jamas quiero despertar de él...
Dos capítulos más para el final, y el epílogo 😭
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