Capítulo 32
Jimin
Abro mis ojos lentamente, mientras intento adaptarme a la claridad de la habitación.
Muy confundido por el ambiente en el que me encuentro, comienzo a dar una breve inspección a mi alrededor.
A mi lado, hay un purificador de ambiente, mientras que en el extremo de la habitación, una silla y una mesa con un pequeño libro encima, acompañado de unos lentes.
El ventanal que va de esquina a esquina, descubierto por el blackout moderno.
Intentó no marearme en el proceso, cuando miro hacia el otro lado del cuarto. Solamente veo una puerta y a mi lado izquierdo, una computadora que al parecer está indicando mis signos vitales.
Levantó mi mano, la cual, extrañamente se siente pesada, así como mis ojos, y el resto de mi cuerpo. Noto que hay un suero en esta, pero también me percato, lo pálida pero bien hidratada que está mi piel; como si recientemente me hubieran puesto crema.
Miro hacia abajo, aún con mi brazo elevado, y veo una, mascarilla de oxígeno.
¿Qué demonios me pasó?
La retiro de mi rostro y al instante que se aleja, comienzo a sentir resequedad en mi garganta.
Hago la tentativa de sentarme, pero al instante siento un punzante dolor en el vientre. Suelto un quejido, mientras dirijo mi palma al lugar lastimado.
Es entonces que los recuerdos llegan a mi con fluidez.
Mi discusión con Jungkook. Hobi cubriendome con su cuerpo, mientras los disparos llegaban sin cesar. Los gritos aterradores que se escuchaban, mientras bombardeaban la mansión.
Todo pasa por mi mente como si estuviera adelantando una película.
Las aterradoras imágenes de Yoongi a través de la cámaras mientras me amenazaba con su aterradora voz. Sus ojos oscuros, llenos de ira y rencor.
Recuerdo que me llevaron como si fuera un saco de papas, dejando mi mejor amigo desplomado en el piso, desangrándose y casi muerto, al intentar protegerme.
Todo se vuelve oscuro, y de repente me veo en una casa muy antigua. El olor a podrido, la madera vieja y húmeda, podrían provocarme náuseas así como el primer día que estuve allí.
Mi cabeza comienza a doler.
De pronto, recuerdo la charla con mi papá.
——Hola hijo.
¿Que hacía mi padre allí?, acaso el sabía que me iban a secuestrar y no hizo nada.
——Necesito saldar mi deuda con los Jeon...
El me vendió...
——Yoongi me ofreció su ayuda, pero a cambio de entregarle a Jungkook y todo lo que se de los Jeon.
El desgraciado prácticamente me lanzó a la boca del lobo.
Mi pulso poco a poco se intensifica, así como el dolor de cabeza. No puedo hacer nada, más que llevar la mano hacia esta, y presionar mi sien.
——Cuando yo tenía doce años el papá de Jungkook asesinó a sangre fría al mío.
Esta vez las palabras de Yoongi comienzan a resonar en mi mente, y puedo verlo.
Está sentado frente a mí. No es el chico del que me enamoré; el joven callado y tímido del salón, con mirada tierna, con el que alguna vez pasaba mis tardes de película, y llenas de besos apasionados.
——Quiero que sepas el porque quiero a la familia Jeon a tres metros bajo tierra.
Ahora está lleno de odio y deseos de venganza. Sus ojos emanan rencor, pero su alma, solo está cubierta de dolor.
——Recuerda esto Jiminie, Jeon Jungkook y Jeon TaeHyung son tan crueles como su padre, y si en algún momento decides dejarlo, tendrás el mismo destino que mi papá.
Es entonces que recuerdo a Jungkook, mi hermoso mafioso.
Jamás sería capaz de hacerme de daño. Lo sé, porque cuando me contemplaba con aquellos orbes tan negros y profundos como la noche, solo podía ver amor y ternura.
Un tipo rudo y cruel ante sus hombres y enemigos, pero un joven adorable y cariñoso con su familia.
El nunca me haría nada. Yoongi estaba muy equivocado.
Las últimas imágenes se reproducen en mi cabeza.
——Yoongi por favor, mí bebé no, te lo suplico.
Mi bebé...
——¡No!——
El desgarrador grito de Jungkook, retumba en mi cabeza, y es lo último que necesito para entrar en shock.
Mi bebé, ¿Que pasó con mi hijo? ¿Sobrevivió?
El sonido del disparo, mientras corría. Mi mano yéndose hacia la parte trasera de mi espalda. La sensación de mi camisa mojandose poco a poco.
Sangre. Solo veo sangre en mis manos.
Siquiera me dió tiempo de experimentar algún tipo de dolor. Mi cuerpo se sintió débil al instante y mis piernas me fallaron.
Es entonces que todo se volvió negro, y lentamente mis ojos se fueron cerrando. Lo último que vi fue a Jungkook corriendo en cámara lenta.
Embarazo, disparo, sangre, hospital, dolor bajo vientre...
No puede ser. Perdí a mi pequeño. No se salvó.
Un grito aterrador sale de mi garganta, mientras comienzo a llorar. Las lágrimas inmediatamente comienzan a descender por mis mejillas.
Con brusquedad, me quito el suero de la mano, y al instante comienza a escapar el líquido rojo. No me importa.
¿Donde está Jungkook? ¿Esta vivo o también murió? No podría soportar perderlo también.
Hobi, Rosé. ¿Por qué estoy solo?
Me intento levantar de la cama, con la intención de buscarlos.
Todo plan se ve retenido por las enfermeras y doctores que entran a la habitación.
Mi cuerpo comienza a temblar. No quiero que me hagan daño, no de nuevo.
——¡Alejense de mí!—— grito nuevamente, pero hacen caso omiso a mis palabras.
Dos enfermeras me sostienen por los brazos, y otras dos por los pies.
—— Joven Jimin, calmese...
Como demonios quieren que me calme. Perdí a mi bebé. Jungkook no está y mi mejor amigo, ni me hermana tampoco.
Mi mente está en colapso.
Veo a un doctor entrar y dirigirse hacia mí, con una jeringa llena de un líquido transparente.
Comienzo a patalear y forcejear. Quiero correr, estar en los brazos de mi mafioso nuevamente.
——¡Jungkook!——
Su nombre es lo único que sale de mis labios. No hasta que me clavan el objeto en mi cuello, y segundos después todo se vuelve negro.
Jungkook.
Llevo tres horas en esta tediosa reunión, y siento que no avanza el tiempo.
El director general lleva casi veinte minutos cayendo en el mismo tema, y si no fuera porque esta es mi empresa, y no la mafia, ya le hubiera puesto una bala en su frente.
Acarició levemente mi entrecejo, reuniendo toda la paciencia del mundo. Abro mis ojos, y veo a Taehyung del otro lado de la mesa, con el mismo rostro que yo, solo que a este se le nota un poco menos.
Me mira por unos segundos y sonrie intentadome brindar tranquilidad.
Sabe que debería estar desde hace mucho en el hospital, reemplazado a Rosé para estar con mi hijo, y mi amado rubio. Sin embargo esta reunión apareció de último momento, y ya van tres horas que estoy aquí, y nada se soluciona.
¿Para qué mierda les pago?
Miro mi reloj nuevamente. Ya son las once de la mañana.
——Entonces, señor Lee...
Todo el lugar queda en silencio, y el mencionado se queda en su lugar en posición de militar.
——¿Que necesita de mí? Todos los meses se va a su casa con un sueldo de más de cinco ceros, y pretende que yo solucione todo.
—— No quise decir eso señor Jeon.
—— No hace falta que lo diga, lo está demostrando. Para que mierda les pago. Son más de diez directores y trescientos empleados. Sabe perfectamente que mi hermano da todas las autorizaciones.
——Creí correcto que por ser el dueño, debería estar en todas las reuniones.
Y el idiota no se equivoca. La empresa es mía, y debo supervisar, incluso a mi hermano. Pero se muy bien que Tae está haciendo un excelente trabajo, y yo suficiente tengo con manejar a toda una mafia.
Respiró hondo, y me admiro a mi mismo por la calma que he conservado hasta el momento.
Agarro mi maletín y me paro bruscamente de la silla.
Puedo sentir como el hombre tiembla en su lugar, dándose cuenta del error que acaba de cometer.
Camino hacia él lentamente, mientras observo a Taehyung con su semblante neutro y seguro como siempre, intentado no reírse.
Llegó hasta el hombre, y fijó mi mirada en sus ojos, mientras siento como su respiración se acelera. Es unos centímetros más bajo.
——Señor Jeon, yo...
——Estas malditamente despedido. Si mañana te veo por aquí, juro que te pondre un bala en el cráneo, te cortare la cabeza, y se la daré de comer a mis perros.
La tensión se aloja en el ambiente, así como el temor de todos, pero me importa tres mierdas y dos carajos.
Abro la puerta de la sala de juntas con fuerza, y con la misma la cierro, estremeciendo las paredes.
Los empleados de afuera saltan en su lugar, pero aún así no son capaces de mirarme directamente. Algunos están con su ojos fijos en el piso, y otros disimulando que trabajan.
Aprieto el botón del ascensor varias veces, como si eso fuera a funcionar y minutos después me encuentro en el garaje caminando hacia mi auto.
En el proceso mi teléfono vibra. Sacó las llaves del coche, a la misma vez que este.
Veo que la llamada es de Rosé. Deslizó el botón verde, y mientras quito el seguro, respondo.
——Chaeyoung lo siento mucho, pero tuve una reunión de último momento y...
——Jimin despertó.
Ya me encuentro adentro del auto, y con mi mano en el botón de encendido. Acaso escuche bien.
——¿Como dices? ——
——Mi hermano ya despertó Jungkook. Pero al parecer entró en un estado de shock y comenzó a gritar y a querer levantarse. Tuvieron que sedarlo. Según los doctores estaba diciendo tu nombre.
Eso fue suficiente para que encendiera mi auto, y pisar el acelerador con fuerza.
——Llego en unos minutos.
Y que Dios me castigue si no cumplo con lo que acabo de decir.
Es hora de que la policía me sirva para algo. Me van a despejar todo el camino, o no me importara atropellar a una anciana, si se atraviesa en el proceso.
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