Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31

Dedicado a: JKJMSHIP

Por tus maravillosos consejos❤.

Gracias a ti pude salir de este enorme bloqueo, y seguir con mi historia❤

Te adoro. Eres una maravillosa escritora y una excelente persona❤


Mis pies se deslizan por el suave y verdoso césped.

Camino con tranquilidad mientras observo el hermoso paisaje que me rodea.

Flores con diversidad de colores, árboles frondosos y enormes.

De alguna manera me siento conectado con el lugar.

Mi cuerpo se siente tranquilo y la sensación de suavidad en mi pies descalzos, es muy satisfactoria.

Sigo avanzando mientras apartó con mis brazos las ramas llenas de hojas, que cubren el camino.

Hay mariposas blancas y pequeñas volando a mi alrededor. Desde pequeño les tengo un miedo inmenso, hasta podría considerarlo una fobia. No obstante estas no me afectan ni un poco.

Por primera vez en la vida, dejó que una se pose en mi dedo índice. Sonrió y noto como sus alas se mueven con tranquilidad.

El color de sus alas es único.
Azul marino en el centro, y blanco alrededor.

Abre sus alas y despega de mi dedo, volando hacia al frente.

Es entonces que mi vista cae en la hermosa mujer con vestido blanco. Su cabello rubio y ondulado, moviéndose al compás del viento.

Al parecer está jugando con el agua del hermoso y transparente lago, en donde rebotan los rayos del sol, provocando un brillo intenso.

Esa sonrisa, se me hace conocida.

Se parece a mi mamá.

No puede ser, es mi mamá.

La bella mujer que me dió la vida.

Siento como mis ojos se llenan de lágrimas al instante. Intento avanzar, pero es como si mi cuerpo no respondiera.

Quiero decirle lo mucho que la extrañe, y que sigue presente en cada paso de mi vida.

Me hace tanta falta.

Sus ojos aterrizan en mí, y me sonrie.

Se ve tan angelical y joven.

La última vez que la vi estaba en su último aliento, con su cuerpo desgastado. Pero ahora, ahora parece un hermoso ángel.

Intento avanzar hacia ella nuevamente, pero esta vez me retiene un dolor intenso bajo vientre.

Me dobló a la mitad, mientras las lágrimas se van deslizando por mis  mejillas.

Miro a mi madre nuevamente, y esta vez esta parada observando en mi dirección.

No parece preocupada, de hecho, sigue sonriendo.

Lleva su delicada mano a sus labios, y me manda un beso volador, mientras sigue sonriendo.

Lo último que veo antes de caer profundamente dormido, son las hojas de los árboles frondosos y llenos de vida, que danzan, como si el viento fuera su música.

La tierra no se detuvo, y tampoco el tiempo.

Tres semanas habían pasado. Semanas, en donde muchas cosas cambiaron.

Jungkook nuevamente se ubicó en el trono de la mafia, y sus empresas rápidamente salieron a flote.

La ayuda de Taehyung y Somin, fue esencial para que el mayor de los Jeon, no cayera en una profunda depresión y desesperación.

Ser la cabeza y líder de toda una mafia, no era cosa sencilla, sobretodo si el amor de tu vida seguía postrado en una cama, y sin saber si en algún momento podría despertar.

Según los reportes médicos, Jimin se encontraba estable, así como también su bebé. Sin embargo por razones desconocidas, no despertaba.

Por otro lado, Jeon intentaba mantener la calma, y no darle un balazo al papá del rubio. El hombre era el mayor culpable para que todo sucediera.

Un cobarde que no supo enfrentar sus problemas como era debido, y que en algún momento llegó a creer que la muerte de los Jeon, lo liberaría del pago de su deuda.

Desgraciadamente para este, la mafia coreana era como una plaga sin exteminador. Mientras más pasaban los años, su poder aumentaba y el miedo crecía.

Jungkook tenía hombres por todo el país, quienes se encargaban de manejar cada ciudad, y en caso de que los Jeon fuera asesinados, ellos debían continuar con el negocio familiar.

Así que solamente su muerte, podría liberarlo de aquella deuda.

En un momento mientras tenía a Jimin en sus brazos, consideró perdonarle la deuda al hombre.

Aquello ojos color avellana, esa sonrisa hermosa y llena de vida, su cuerpo bien dotado que se completaba a la perfección con el suyo. Por último, el noble corazón que poseía el más bajo, no se podía siquiera comparar con el objeto más caro de la tierra.

Jimin para él, era su tesoro su debilidad, y ninguno de los millones que mantenía en sus cuentas, podría reemplazarlo.

En sus planes jamás estuvo que el rubió se introdujera tan profundamente en su piel, en su cabeza. Jamás imagino que en algún momento su estabilidad emocional dependiera del chico. No obstante convivir con el tanto tiempo, lo afectó más de lo que esperaba.

Se enamoró de Jimin, incluso llegó amarlo, y ahora, todo aquel que le hiciera daño o fuera capaz de siquiera tocarle un cabello, no viviría para contarlo.

Una lástima que Lisa y Yoongi, estuvieran a tres metros bajo tierra, ya que ellos podían ser los primeros testigos.

La deuda del señor Park hubiera quedado saldada completamente en algún momento.

Jimin, era su mejor pago.

Pero su poca inteligencia y avaricia fue capaz incluso de  provocarle daño a sus hijos, e incluso dejar en coma a uno de ellos, y con su único nieto en el vientre.

Si a el no lo importó las consecuencia de sus actos, pues a Jungkook no le importaría ponerle una bala entre sus cejas. Lo único que era capaz de detenerlo, era su inmeso amor por Jimin.

Tal vez y solo tal vez, podría perdonarle la vida, si es que así lo deseaba su hermoso rubio.

Pero ahora siquiera podía moverse, o emitir alguna palabra, por lo tanto debía mantenerlo bajo mira, aunque el hombre creyera que huyendo hacia otro país era su escapatoria.

Desde que llegó a sus oídos, la muerte tan sádica, cruel y lenta de Yoongi, el señor Park decidió escapar a Tailandia, con la excusa de que haría negocios en el lugar.

Jungkook lo mantenía vigilado por su hombres, y los socios, que en ningún momento le perdieron el rastro.

El hombre creía que su escondite era perfecto, que sería capaz de escapar como una rata.

No podía estar más alejado de la realidad.

Si Jimin moría, lo mataría. Si su bebé moría, lo mataría, y si ambos morían, pues su destino sería incluso más brutal y atroz que el de Yoongi y Lisa.

Ahora se encontraba en el medio de la sala de espera.

Hace algunos minutos Jimin había presentado contracciones, y gracias a una de las enfermeras que daba sus rondas puntuales, pudo darse cuenta que la fuente del rubio había roto.

Inmediatamente se armó un revuelo en la sala del hospital, y no era para menos.

Un chico joven, pareja de un mafioso, en estado de coma, en embarazo, y con un parto prematuro.

Tanto los médicos como las enfermeras, no pudieron evitar sentirse expuestos y sobre todo, con miedo.

La mirada del hombre mientras estos hacían su trabajo y daban las primeras atenciones para Jimin, los hizo estremercerse.

Su profesionalismo y años de estudios, fue lo único que les permitió completar la mitad de su trabajo sin problema.

En minutos llevaron al rubio al salón de operaciones, para realizarle una cesárea de emergencia.

Es por eso que ahora Jeon se apoyaba en la pared, con los brazos cruzados, y toda su atención en el piso de color blanco.

Solo deseaba como nunca, que su pequeño mantuviera esa fuerza que tuvo durante ocho meses, y resistiera la cesárea tan riesgosa.

Por otro lado, quería que Jimin de igual forma saliera de aquel salón de operaciones con vida, pues tenía todo el derecho de ver a su pequeño hijo fuerte y saludable.

Jamás en su vida había sentido tal admiración. Tanto Jimin y su pequeño bebé era un ejemplo de fortaleza y amor. De alguna manera el rubió se las arregló para mantenerse con vida durante todo este tiempo, y así traer a su hijo al mundo.

Lo justo sería que Jimin también viviera, junto a él y su pequeño.

No podía negar que estaba muy asustado, lleno de temores e inseguridades, pues en caso de que el menor, no fuera capaz de sobrevivir y solamente haber esperado que su bebé naciera, no tenía ni puñetera idea de cómo cuidar a un ser humano tan pequeñito.

A sus hermanos los cuidó, pero ya eran adolescentes, capaz de hacer todo por ellos mismos, no podía compararse.

Tendría mucha ayuda, de eso estaba seguro. Pero no deseaba nada más, que ver a los dos amores de su vida, correr por el jardín de su enorme casa.

Su corazón nuevamente se hizo bolita, y una lágrima inesperada descendió por su mejilla.

Nuevamente recordó la sonrisa de su rubió, sus besos, sus caricias, el amor que le hizo sentir a pesar del poco tiempo, como le demostró que aún existían las personas buenas, y como fue capaz de sacar lo mejor de él, incluso si hace mucho lo había mantenido en un cofre bajo llave.

Jimin había sido su luz en la oscuridad, y ahora todo dependía de un hilo.

Sintió una mano rodear su hombro, sacándolo rápidamente de sus recuerdos.

——¿Estás bien?—— era su hermano, quien desde hace unos minutos había llegado, por la llamada de Hoseok.

Jungkook limpió su rostro con ambas manos, y asintió mientras adoptaba su típica postura rígida.
——Si Tae, estoy bien, no te preocupes.

Taehyung siempre admiró a su hermano, y lo respetaba más que a nada. Siendo un joven de casi veinte años, tuvo que hacerse cargo de toda una mafia, y una familia que no perdió de la oportunidad de intentar asesinarlos.

El joven bondadoso que fue alguna vez, dejó de existir.

Le brindó protección tanto a él como a Somin, a quien envió a otro país, bajo la seguridad de incontable guardias, con tal de alejar a su inocente hermana de ese mundo.

Mató aquellos que se pusieron en su contra, y arriegaron la vida de sus hermanos.

Amaba a Jungkook, y la muerte sería lo único que los separaría en algún momento.

—— Jungkook no tienes que aparentar estar bien. Haz hecho demasiado, y eres el hombre más fuerte y valiente que he conocido en este mundo. Tienes derecho a llorar, a liberar todo ese mal de tu cuerpo. Lo necesitas hermano.

Las palabras de Taehyung fueron como un detonante, para que finalmente cayera en sus brazos, y comenzara a llorar como un pequeño bebé.

Sus lágrimas eran una acumulación de todo lo que vivió, incluso desde la muerte de sus padres.

Lloraba por todo lo que tuvo que llevar en su espalda a tan corta edad, lloró por sus padres, por no poder ser un mejor hermano. Todas las vidas de los hombres leales que se perdieron mientras lo defendían. Lloró por esas familias que ahora se encontraban solas.

Por el miedo de perder a Jimin, de perder a su pequeño. Los meses de incertidumbre que vivió, sin saber si Jimin despertaría.

Lloró por tantas cosas.

Luego de tantas lágrimas y sollozos, se separó del abrazo de su hermano, y sentía como si su cuerpo hubiera liberado toda la tensión que acumuló en años.

—— Gracias Tae, de verdad no se que haría sin ustedes.

—— Para eso estamos. Tu fuiste como nuestro padre en todos estos años, es lo menos que podía hacer. Eres un excelente hermano Jungkook.

—— A pesar de todas las vida que arrebate.

——Sí, a pesar de eso, y mucho más.

Jungkook sonrió ante las palabras de su hermano, y aunque quería seguir llorando, no podía, no debía.

Mantenerse fuerte y seguro era la mejor opción para ese entonces.

Somin y Rosé llegaron minutos después, y mientras se abrazaban, se brindaban palabras llenas de apoyo y motivación.

Reaparecí solecitos🥺❤🌞

Luego de un desesperante bloqueo, les traigo otro capítulo de My best Payment. Espero les guste.

Haré lo posible por actualizar rapidito y no dejarme llevar por la falta de inspiración🥺❤

Las amo❤aunque no las merezca. Lo siento❤


















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro