Capítulo 26
——¿Crees que a mamá le guste?
——Claro que sí Jiminie, tus postres son los mejores. Además todas las recetas te las enseño ella.
——Tienes razón Chae, pero hace más de un año que no ha podido comer dulces y por su situación...
——Jiminie tranquilo, ella estará encantada por el detalle, ya verás, y seguro se alegrará más por vernos que por el flan.
El adolescente se quedó pensativo por unos segundos. Su hermana tenía razón, hace dos meses no veían a su madre. La señora había quedado internada de emergencia, debido a su enfermedad terminal.
A pesar de pasar por miles de doctores de todos los países, tratamientos modernos e incontables quimioterapias intensas, nada funcionó para el tipo de cáncer que tenía. Aunque este se descubrió a tiempo, deterioró la salud de su madre en meses y finalmente terminó en donde está ahora.
Con mucha melancolía y cabanga, colocó el dulce en un envase de plástico, y lo empaqueto acompañado de una cinta roja, el color favorito de su progenitora.
Finalmente salieron de la casa, acompañados de guardaespaldas. Los gemelos aún no se acostumbraban a estar rodeados de tantos hombres vestidos con trajes negros, armas a sus espaldas y comunicándose con sus walkie-takie reportando hasta el movimiento de una hormiga.
Todo porque su padre se había convertido en un político importante y supuestamente estarían en constante peligro.
Llegaron al hospital pasada una hora, y era más que obvio que llamarían la atención de las personas. Al menos tres autos iban detrás del suyo, y en cada vagoneta entraban cinco personas, todo un espectáculo.
Con su hermana tomados de la mano subieron al ascensor seguidos de cinco hombres más. Jimin bufó y miró a su hermana quien estaba igual de molesta. De todas formas no podía culparlos, el único culpable era de su padre por ser un exagerado.
Exhalo cuando las puertas finalmente se abrieron y salió con cortos pero rápidos pasos.
Vió al asistente de su padre hablar por teléfono mientras sujetaba la frente con una mano. Parecía estresado.
——Buenas tardes señor Lee...——Saludó la hermana de Jimin mientras hacían una reverencia——Quisiéramos ver a nuestra madre.
El hombre observó sorprendido a los chicos y tapó el teléfono con la mano que hace unos segundos mantenía en su frente——Cla-ro...——Titubeó.
Los guardias que custodiaban la habitación de la señora Park se hicieron a un lado y abrieron la puerta.
La imagen que vió Jimin al entrar, le quebró el corazón en mil pedazos. Jamás olvidaría a su mamá acostada en aquella cama.
Los huesos eran extremadamente notables a través de su piel tan pálida como la nieve, los labios morados y agrietados por la sequedad, sin cejas ni pestañas, un pañuelo cubriendo su falta de cabello, mientras su manos descansaban en su abdomen.
——Oh Dios mío...——Dijo la gemela mientras cubría su boca con ambas manos y sus ojos se comenzaban a llenarse de lágrimas.
No quedaba ni la mitad de lo que alguna vez fue su hermosa madre. Aquel cabello tan rubio que les había heredado, sus ojos grandes y redondos acompañados de sus pestañas siempre maquilladas. La piel suave y llena de brillo, sus labios gruesos y rojos como las fresas. Una sonrisa tan despampanante y despreocupada que hacían crecer sus mejillas y brindarle un color rosado pastel.
Como es posible que hace pocos meses se encontraba en jardín de su casa, sembrando flores con la mujer que le dió la vida, y ahora la misma, se encontraba apenas respirando.
El adolescente sin despegar la vista de su madre, dejó el dulce bien empaquetado a un lado, y camino hacia ella.
——Mami...——
Observó como la señora Park abría los ojos lentamente reaccionando a su llamado, y con la mano en donde llevaba el suero retiró su máscara de oxígeno.
——Mis pequeños...—— Dijo la señora Park mientras hacía el intento de sonreír.
Ninguno de los dos supo que responder debido al estado de shock en que se encontraban.
——Jiminie...——Hablo en un susurro——No debiste venir pequeño, mamá está muy mal y no quiero que me vean así.
——¿Por que papá no nos dijo que habías empeorado de esta manera?
——Porque yo se lo pedí. Se que es muy egoísta de mi parte, pero lo que menos deseaba era que mis bebés me vieran en estas condiciones.
La mujer llevó una de sus manos a la mejilla de su hijo, y limpió una de las tantas lágrimas que se deslizaban por sus mofletes desde hace unos segundos.
——¿Cómo vas a decir eso mamá? , acaso no tenías planeado despedirte.
——Si hijo, para eso les deje una carta con su papá, el se las daría luego de que yo me fuera.
——Chae, pásame el flan——Pidió Jimin mientras quitaba el resto de lágrimas de su rostro.
La joven quien igualmente intentaba retener su estado de ánimo para no hacerle pasar un mal momento a su mamá, con sus manos temblorosas sostuvo el empaque y lo acercó a su hermano.
———Hola mamá...——Habló la joven——
——Mi hermosa princesa, tan preciosa y adorable como siempre. No sabes la alegría que me da de verlos.
——A nosotros también mamá, Jiminie te hizo un flan mira.
——¿Enserio? Que casualidad, hace unos días me dió deseos de comer——
El rubio retiro el plástico que cubría el dulce, sirvió un pedazo en el pequeño plato que había en la mesita de noche a su lado, y con una cuchara lo llevó hasta sus labios.
La señora sonrió antes de abrirlos y saborear el exquisito sabor mientras masticaba.
——Está delicioso Jiminie...
——¿Si te gustó?——
——Claro que sí, además es mi receta...
Ambos chicos sonrieron con suavidad.
La felicidad duró poco. Minutos después la señora Park les brindó una última mirada, un último te amo para sus hermosas creaciones en un suspiro, y comenzar a saltar en la cama liberando un líquido espumoso y blanco por la boca.
——¡Mamá! ¡No por favor, mamá! ¡Ayuda!—— Gritaba el pequeño rubio con desespero mientras apretaba el botón de emergencias.
Los guardias entraron rápidamente al escuchar los gritos, acompañados de médicos y enfermeras.
Su padre quien apenas iba llegando, al ver a sus hijos adolescentes llorando a mares, mientras le pedían a su madre que no se fuera, reaccionó y camino hacia ellos.
Entonces fue cuando se escuchó el pitido agudo en la máquina y a los medicos sacar el desfribilador.
——Debe sacarlos de aquí——Dijo una de las enfermeras.
El señor Park asintió y tomó a su hija por la espalda para alzarla ya, que la chica no reaccionaba con ningún movimiento. Miró a su asistente para que lo ayudara con Jimin.
Pero este ya había visto y escuchado todo. Mientras lloraba con intensidad y cubría su boca, observó como a su madre la intentaban reanimar con un desfribilador.
——¡200 Joules!——Gritó el doctor dando la primera descarga.
——Joven Jimin tiene que salir de aquí.
El rubio estaba perdiendo fuerza en su cuerpo, con un fuerte mareo acompañado de náuseas era sostenido por el asistente quien lo intentaba sacar de la habitación con todas su fuerzas.
Los recuerdos vinieron a su mente. Su mamá ayudándolo a hacer la tarea mientras sonreía y le sacaba un mechón de cabello de su frente. Preparando una deliciosa tarta de manzana para navidad juntos. Enseñándoles a plantar flores en el jardín de su casa, a montar bicicleta, patinar, cocinar.
El único ser viviente en esta tierra con la sonrisa más hermosa y llena de amor, con el único abrazo cálido que podía hacerte olvidar todos tus problemas.
Esa persona se estaba yendo de este mundo y jamás la volvería a ver.
La gota final fue cuando escuchó al doctor dictar la hora de muerte de su madre.
——Hora y día de muerte Sábado 27 de Noviembre a las 20:00 pm.
Fue entonces que comenzó a ver todo negro y finalmente se desmayó en los brazos del señor Lee.
En la actualidad.
——¡300 Joules, rápido!
Jimin se encontraba en la cama de la sala de emergencias, siendo reanimado de la misma manera que su madre años atrás.
El más bajo sentía cosquillas recorrer todo su cuerpo mientras recordaba en su sueño, el momento más traumático en su vida.
No tenía fuerzas para despertar a pesar de querer hacerlo, sin importar todo el esmero que pusiera para poder abrir los ojos y dejar de ver la imagen de su madre sin vida, no podía.
Sentía su cuerpo débil y como si flotara en el aire.
——Jimin mi amor por favor, no te vayas.
Esa era la voz de Jungkook, pero por qué se escuchaba tan lejos.
——¡360 Joules!, todos atrás...
El rubio con su camisa abierta y repleta del líquido rojo, daba saltos en su lugar por cada descarga que le daban a su cuerpo.
Sin embargo aquello no fue suficiente, el pitido agudo y constante se seguía escuchando.
La enfermera llevo la máscara de oxígeno manual a su rostro nuevamente mientras daba presiones constante en esta. El doctor no le quedó más opciones y se subió con su bata blanca encima del rubio, para dar compresiones en su pecho.
——Uno, dos, tres, cuatro...——Contaba el joven con su rostro lleno de sudor, y el cabello pegado en su frente.
Veinte presiones más bastaron para que en la computadora se reflejara como las ondas finalmente, volvían a subir y bajar y el "beep" fuera más constante.
Y entonces fue cuando Jimin pudo entreabrir levemente los ojos y observar el rostro de su hermoso mafioso ensangrentado, cubierto de sudor y sobre todo, lleno de lágrimas.
No le dió tiempo para elevar su mano, cuando se desmayó nuevamente.
——Preparen el quirófano, y llamen a un ginecólogo para que nos acompañe en la cirugía. Quiero una ecografía antes, y saber si el feto sigue vivo.
——Si doctor.
Las enfermeras y residentes salieron corriendo a toda velocidad del cuarto de reanimación.
Seguidamente salió el médico retirando su ensangrentada bata, acompañado de Jungkook.
——Haga todo lo posible por salvarlo doctor——
——Señor Jeon le seré sincero, el joven ha perdido demasiada sangre, y hay pocas posibilidades de que salga vivo de ese quirófano. Quizás lo pude salvar hace unos minutos pero no le aseguro que sea así en la cirugía. Debe prepararse para lo peor.
Jungkook no podía creer que esto estuviera pasando y todo era por su jodida culpa. Como es que fue tan idiota para mencionar el embarazo de Jimin al psicópata de Min.
No todos valoraban la vida de embarazadas y niños como él lo hacía. Algunos eran tan sanguinarios y locos como Yoongi, y si por su culpa algo le sucedía a Jimin y a su hijo, mataría a todos los que tuvieron implicados y luego acabaría con el mismo.
——Jungkook, ¿Cómo esta Jimin?——Preguntó Hoseok al verlo entrar a la sala de espera.
——No lo sé Jung, el doctor dice que tiene pocas probabilidades de sobrevivir.
——Lo siento mucho Kook——Dijo su hermano.
Jeon restregó su rostro con ambas manos. ——Esto es mi culpa, llevo años en este trabajo y jamás se me ha escapado nada de mi boca frente a mis enemigos. Soy un idiota.
——Jungkook, tu no sabías, no puedes culparte. Eres humano y entraste en un momento de desesperación.
——Da igual, si algo le sucede a Jimin, jamás me perdonaré.
A su hermano no le quedó más remedio que acariciar levemente su espalda, dándole a entender que siempre contaría con el.
No podía hacer más nada, pues sabía perfectamente que Jungkook era un terco y obstinado de primera, y seguiría culpandose hasta el final de sus días.
Su estabilidad emocional estaba en un hilo desde el secuestro de Jimin, y era sabido que en cualquier momento perdería su poca cordura y caería en la desesperación como hace unas horas.
♣♠
Pasaron horas y horas y nadie se había movido de la sala de espera, esta vez la que se encontraba afuera del quirófano.
Jungkook se había mantenido de pie, apoyado en la pared y con su mirada fijamente en el piso. Con sus músculos rígidos por la mala posición, le rezaba a todas las deidades, cosa que jamás hizo, para que Jimin y su pequeño pudieran salir con vida de aquellas cuatro paredes.
También pensaba en como rescatar a su pequeña hermana de las manos de aquel psicópata que logró escapar con varios disparos en su cuerpo. No sabía como la había encontrado, pero lo iba averiguar todo.
Si no estaba muerto, pues Jeon se encargaría de asesinarlo a él y a sus ratas ayudantes, pero no sin antes darse el lujo de torturarlo y desquitarse de todo el mal que hizo.
Todos sus pensamientos se, esfumaron cuando vio al doctor salir del quirófano mientras retiraba su gorro desechable. Su mirada se veía cansada y decaída debido a las tres horas que estuvo encerrado en aquel lugar.
Todos se acercaron creando un pequeño círculo. Y la hermana de Jimin, quien había llegado hace unos minutos por la llamada de Hoseok, se recosto en los brazos de este mientras daba largos sollozos y su nariz roja como un tomate.
——¿Como está Jimin doctor?——Preguntó Jungkook con desespero.
El médico carraspeo fuerte antes de darle una mirada indecifrable al pelinegro.
——Me temo que no le tengo buenas noticias señor Jeon.
Aquellas palabras provocaron que todos abrieran sus ojos de par en par, y sus respiraciones se aceleraran.
——Antes de la operación hicimos una ecografía para poder ver el estado del feto. Apenas tiene seis, semanas y es un milagro que sobreviviera a pesar de la pérdida de sangre que hubo. Otra cosa es que la bala estuvo a centímetros de tocar el saco en donde se aloja el pequeño, pero como le digo, tuvo mucha suerte——El doctor liberó un largo suspiro, pues se venía la peor parte——Por otro lado el joven Park debido al paro cardíaco que tuvo hace unas horas, provocó que entrara en estado de coma durante la cirugía. No sabemos con exactitud cuanto tiempo estará así, pero gracias a la falta de oxígeno que tuvo en el cerebro por unos minutos, es muy probable que quede en estado vegetativo señor Jeon.
Jungkook se quedó estático en su lugar al escuchar aquello. Pero bastaron unos segundos para reaccionar, cerró su puño llenándose de ira y desesperación y lo incrustó una y otra vez en la pared que estaba detrás de él.
Su hermoso rubio, el chico de sus ojos, podría caer en estado vegetativo y no verlo nunca más.
El recuerdo de su sonrisa, su mirada llena de brillo y ganas de vivir en aquellos ojos color miel. Su cabello, siendo movido levemente por el aire mientras corrían y reían por el jardín de la mansión.
El hermoso y fino cuerpo entre sus manos mientras hacían el amor mirándose fijamente a los ojos.
Cuando Jimin le cocinaba sus deliciosos postres luego de un tedioso día de trabajo, y lo esperaba en la cocina con una gran sonrisa, con sus mofletes teñidos de rojo y llenos de harina.
Recordarlo entre su gran jardín sembrando flores, dándole color a su casa y a su vida. Aquel niño que un día cualquiera capturó su atención con apenas una foto.
Sus berrinches llenos de ternura acompañados de un pequeño puchero. Aquellos labios dándole cortos y traviesos besos cada vez que se le ocurría.
Jimin había cambiado su mundo gris y rojo, por uno arcoíris, lleno de amor y ternura a pesar de tener poco tiempo de relación.
Le daría su primer hijo, y ahora todo se iría al carajo por culpa de él y Min.
——¡Maldito Yoongi!——Gritó mientras escuchaba a la gemela de Jimin llorar en brazos de Hoseok.
Tae por otro lado era quien se mantenía más tranquilo entre todos. No podía negar que estaba igual de afectado que los demás, pues en todo ese tiempo le tomó mucho cariño al pequeño rubio, sin embargo debía mantener la cordura por su hermano y su novio, o entonces todo se iría al carajo.
——Doctor dijo que es probable, pero no seguro.
——Exacto. Pero si le soy sincero el chico es muy joven para soportar tal daño en su corazón, por lo que la falta de oxígeno con la falta de sangre, fue fatal para él. No puedo asegurar nada y mucho menos darles esperanzas.
——¿Y como mantendran vivo al bebé?
——El joven Jimin estará respirando a través de oxígeno artificial y su cuerpo será monitoreado por varias máquinas, ya que no sabemos cuanto tiempo su cerebro seguirá respondiendo. Prácticamente solo será un portador para el feto hasta que este tenga el suficiente tiempo para respirar por sí solo y podamos hacerle una cesárea. Otra cosa es que quizás el pequeño nazca con secuelas debido a las descargas eléctricas de la reanimación y la pérdida de sangre que tuvo su padre.
——¿De verdad no se puede hacer más nada doctor?
——Lo siento mucho, es todo por ahora——Fueron las últimas palabras del doctor antes de retirarse con mucha pena.
——Jungkook...——Llamó Tae mientras se acercaba a su hermano, quien tenía la mano cubierta de sangre——De verdad siento mucho lo que está pasando, pero debes ser fuerte por Jimin y tu bebé. Además no todo está perdido, Jimin aún sigue con nosotros, y estoy seguro que lo seguirá estando, es muy fuerte.
——Es mi culpa, todo esto es mi maldita culpa...——Se culpaba entre lágrimas.
——No Jeon, por favor deja de culparte.
——Lo seguiré haciendo hasta morir, porque de no haber dicho eso frente a Yoongi, el no le hubiera disparado a mi Jiminie y seguiría aquí conmigo.
——No entiendes que de igual manera lo iba hacer. Jungkook debes estar cuerdo, hay que encontrar a Somi y ahora serás padre en unos meses.
——Lo haré no lo dudes, y después mataré a cada maldita rata que estuvo involucrado en esto. Juro por Dios que se arrepentirán de meterse con los Jeon, es una promesa. Ahora tendrán más motivos para tenerme miedo.
Ya casi estamos llegando al final solecitos, y aún no se que haré con Mimi🥺🥲
Nos vemos en unos días. Las amo❤
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