4.
Cinco había regresado a la casa de Elliot lleno de enojo y frustración, no entendía por que sus hermanos no miraban la magnitud del problema. Respiró profundo varias veces para tratar de calmarse y tomó asiento en uno de los sofás.
"Te seguiré la corriente ¿Qué causa el apocalipsis?"
"Eres el genio que nos dijo que saltáramos, así que resuelve tú mismo tu problema."
El olor a café lo inundó por completo y se dirigió a la cocina.
-Huele muy bien- la joven miró al chico que se encontraba recostado en el marco de la puerta y le sonrió. - ¿Puedo? -señaló la cafetera y se sirvió un poco cuando la chica asintió. -Excelente café- dijo y ella le sonrió en agradecimiento.
Suspiró.
Al parecer la chica no quería dirigirle la palabra.
-Papá, la cena ya está servida- anunció T/n. El joven no quería ser inoportuno, así que estaba dispuesto a abandonar la habitación cuando la voz de la chica lo detuvo.
-Cinco, siéntate con nosotros- la mirada del joven se dirigió a la mesa y ahí observó que había tres platos con la cena servida. Un sentimiento de acogimiento lo invadió. ¿Cuándo había sido la ultima vez que cenó de forma decente? O acompañado.
Cinco debía admitir que había pasado un buen momento junto a T/n y Elliot, a pesar de su carácter fuerte y su singular personalidad, padre e hija lo aceptaban tal cual era.
La cena transcurrió entre chistes malos de Elliot y pequeños debates entre Cinco y T/n acerca de temas de ciencia, matemáticas e historia. Elliot se encontraba más que feliz, hacía mucho que su hija no sonreía tanto como en esa noche, él no era tan tonto como a veces aparentaba y pudo notar que ambos jóvenes se miraban de forma especial.
(...)
Cinco miraba con atención las fotos reveladas en el tablero que Elliot mantenía en su sala.
-Elliot ¿tu mismo revelaste estas fotos?
-Claro- respondió con la boca llena de cereal. -No puedo llevar todo ese material a la tienda de la esquina, el gobierno tiene ojos en todas partes- dijo obvio.
-No vi un cuarto oscuro- respondió el joven Hargreeves y tomó un lápiz para tachar la fecha en una película que había encontrado en el bolsillo de su saco. Supuso que fue el objeto que Hazel le había dado antes de morir.
-Modifique el closet para eso- volvió a ser obvio y su atención fue hacia su radio que estaba teniendo un poco de interferencia.
- ¿Puedes revelar esto? – el chico le acercó el objeto para que lo tomara, así lo hizo y lo examinó. - ¿Puedes o no?
-Claro, aunque me queda muy poco ácido acético... - Cinco rodó los ojos y siguió escuchando al hombre que trataba de hacer cálculos para darle una respuesta.
-Elliot...
-Tardaré unas cinco o seis horas- respondió atropelladamente al notar la mirada de advertencia del joven. T/n miraba con gracia la escena desde la cocina, en donde terminaba de preparar su merienda, tenía muchos pendientes para ese día.
-Atención, tenemos un código tres quince en el manicomio Holdrots- una voz salió del alta voz del radio.
- ¿Qué rayos es un código tres quince?
-Fugitivos sueltos- respondió la joven mientras se acercaba a su padre. Por otro lado, Cinco se acercó a aquel aparato para poder escuchar mejor la noticia.
-Veinticinco pacientes escaparon, muchos son considerados armados y peligrosos, debemos estar alerta.
El joven resopló fastidiado.
-Diego.
- ¿Quién es Diego? -cuestionó Elliot mientras seguía devorando su cereal.
-Imagina a Batman, luego algo peor- Elliot quedó igual de confundido pero la joven miró a Cinco con una ceja levantada.
- ¿Eso es posible? – el joven le sonrió y ella le correspondió.
-Oye, comienza con la película, regresaré en cuanto pueda ¿de acuerdo?
Elliot asintió y se dirigió de inmediato a su habitación para preparar sus cosas, el joven comenzó a caminar hacia la salida, pero se detuvo al escuchar que la chica lo llamaba.
-Ten cuidado.
El joven parpadeo repetidas veces y una sonrisa sincera se asomó en su rostro.
(...)
- ¿Entonces por qué lo haces?
-Porque es un idiota- la chica que acompañaba al segundo Hargreeves se sobresaltó y giró hacia el dueño de la voz sarcástica. Diego rodó los ojos al escuchar a su hermano.
- ¿Quién eres tú? -cuestionó la chica de tez morena.
-Hola, soy su amado hermano- dijo dándole una mirada divertida al latino.
-Me dejaste en un loquero- reprochó.
-Para protegerte idiota.
-Eso es tierno- dijo la chica. Diego resopló con fastidio.
-Si claro, quiero que los dos salgan del auto ¡ahora!
-Deja a la desquiciada y ven conmigo Diego, esto es importante.
El latino se negó a seguir a su hermano y este ya harto de la situación se asomó por la ventana del auto.
- ¡Oficial!
- ¿Qué demonios haces? – el segundo hermano tomó al joven del brazo y lo acercó a él de forma amenazante.
-Dicen que hay una recompensa por los dos- aseguró burlón. Pero el latino sabía que su hermano no mentía.
-Bien, iré contigo y - alargó- me llevaré a la desquiciada.
(...)
Cinco, Diego y Lila habían entrado con calma a la casa de Elliot, pero se encontraron la gran sorpresa de que aquel hombre los esperaba con escopeta en mano y exigiendo explicaciones sobre la película que Cinco le había dado a revelar.
Luego de desarmar a Elliot, amordazarlo y atarlo a una silla lograron ver por completo la cinta, ahora Diego y Cinco discutían sobre si su padre era el responsable o no del asesinato del presidente Kennedy.
-No se ve inocente, lo admito, pero...
-Es lo que Hazel trataba de decirte hermano- dijo Diego interrumpiendo al chico. -Tenemos que evitar que papá asesine al presidente.
-Relájate, Diego, papá era muchas cosas, pero no un asesino.
- ¿Cómo lo sabes? Desapareciste en sus mejores años- dijo con dureza.
- ¿Desaparecí? – repitió el chico. - ¿Crees que lo mío fue fácil? Estuve sólo cuarenta y cinco años.
El latino se quedó callado.
-No hay tiempo que perder, papá esta en Dallas ¿verdad? Si lo buscamos, tal vez nos ayude a reparar la línea del tiempo.
Ambos hermanos buscaron en la guía telefónica el paradero de su padre.
Elliot comenzó a pedir que lo soltaran, pero fue ignorado por los Hargreeves quienes hablaban entre sí.
- ¡¿Papá?!
Cinco maldijo en voz baja al escuchar la voz de la joven. T/n se acercó a su padre asustada y luego su mirada cayó en el joven.
- ¿Qué demonios pasó aquí? – el quinto hermano no respondió. -Cinco te hice una pregunta...
-Nos apuntaba con una escopeta y lo atamos, fácil, sólo lo defendimos- la joven reparó en el hombre que había respondido por el chico.
- ¿Se defendieron? -preguntó molesta y miró fijamente a Diego - ¿Quién eres tú?
-Soy el amado hermano de Cinco- el chico rodó los ojos ante la respuesta y Diego sonrió divertido. La chica lo examinó por un momento.
- ¿Eres la versión mala de Batman?
Cinco ahogó una risa y Diego lo fulminó con la mirada.
-Eres muy linda ¿sabes? – el segundo hermano sonrió triunfante al ver que su hermano apretaba la mandíbula y lo miraba con ganas de asesinarlo. La chica se removió incomoda por el alago.
-Sólo... desátenlo y no lo lastimen- pidió la joven. -Vine por unos libros que olvidé.
T/n entró a su habitación.
- ¿No habrá problema con dejarlo así? -los hermanos miraron a Elliot, quien se removía en un inútil intento por zafarse. Cinco negó.
- ¿Qué hay de la desquiciada? – el segundo Hargreeves buscó a su amiga con la mirada.
-Mierda, vuelvo en seguida.
Diego desapareció por uno de los pasillos y en su lugar apareció T/n con varios libros entre sus brazos.
-T/n, me aseguraré de qu...
Las palabras del chico quedaron en el aire cuando la chica paso a su lado sin siquiera mirarlo. Cinco balbuceo maldiciones y se teletransportó delante de la chica para evitar que siguiera caminando. La chica lo miró rápido y trató de tomar otro camino para evitar al chico, pero Cinco siempre aparecía frente a ella. Resopló fastidiada.
-Deja de hacer eso, necesito ir a la biblioteca.
-No hasta que me escuches- dijo firme el joven. Por primera vez Cinco vio que T/n rodaba los ojos con fastidio. Muy linda, pensó el joven. -Es sólo que, tu padre enloqueció al ver una película que reveló a petición mía.
- ¿Y de que trata la cinta? -la curiosidad de la joven se encendió.
-Es difícil de explicar- el chico hizo una mueca.
-Bien, debo irme.
-No, no, espera T/n, prometo contarte todo en cuando vuelva- Cinco la miró con suplica. Quien iba a decir que el joven rogaría para ser escuchado por aquella joven. -Debo buscar a mi padre- el ceño de la chica se frunció. -Es una larga historia, pero prometo que te la contaré ¿de acuerdo?
Ella lo miró con duda.
- ¿Podrías confiar en mí?
T/n asintió lentamente.
-Desaten a mi padre- no dijo más y salió por la puerta principal. Cinco soltó todo el aire que estaba reteniendo.
- ¡Vaya! El gran Cinco Hargreeves rogándole a una chica para que confíe en él.
El quinto hermano apretó la mandíbula al escuchar la burla de su hermano.
-Cállate y ayúdame a desatar a Elliot.
Fuera de la casa en donde ahora comenzaban a alojarse los Hargreeves estaba una T/n muy confundida, se preguntaba si confiar en aquel joven era lo más sensato. Soltó todo el aire que estaba reteniendo y comenzó su camino hacia la biblioteca. No tenía idea de lo que conllevaría confiar en aquel atractivo chico de ojos verdes, pero sin duda, sería una gran aventura.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro