Narra Kalem:

Llegué a la empresa de mi padre y le pedí a su secretaria que le avisara a mi padre que ya había llegado, menuda sorpresa me lleve al ver salir a mi padre con una sonrisa y ser muy amable con la mujer que salía junto a él de su oficina. Era un patán, mi madre lo esperaba ansiosa en casa y él nunca tenía tiempo para ella, pero para otras era todo un galán.

-Preciosa, en cuanto tenga una respuesta te llamo -le dice mi padre a la muchacha y está se despide con un beso en la mejilla.

Me quedo de piedra al ver el rostro de la muchacha, Es Scarlet, está tan hermosa como la recordaba y ese vestido que lleva hace que sus curvas resalten y a mi mente viene cada noche que fue mía, o al menos creía yo que era mía.

-Hola Kalem, ¿cómo has estado?

-No creo que eso sea algo que te importe mucho -le digo tratando de que sienta dolor con mis palabras, tanto como el que sentí yo cuando supe toda la verdad.

-No deberías guardar tanto rencor en tu corazón -se aproxima a mi oído y me susurra sensualmente -. Yo también te extrañe.

Salió de la oficina y yo me tome un momento para retomar la compostura.

Me adentro a la oficina siguiendo al idiota que se hace llamar padre.

-¿Me podrías explicar que hace Scarlet aquí?

-Vino como representante de su padre ya que estamos haciendo unos negocios juntos. Si todo sale como lo planeado la empresa crecerá más y será una gran alianza.

-Estuvo hermoso el espectáculo, digno del Señor Kevin Thompson. Sabes bien la situación entre ella y yo, pero igual la trajiste de nuevo a mi vida.

-No seas sarcástico Kalem, sabes que me gusta ser amable y tú deberías dejar el pasado atrás.

-Claro, sería lo más fácil del mundo -le espeto con sarcasmo.

-Toma asiento -me indica mientras él se sienta en su silla de cuero pulcra e imponente. -Tenemos cosas importantes de las que hablar.

-Entonces dime, ¿para qué soy bueno?

-Como ya sabes, por fin este año terminas tu carrera de administración de empresas -comienza a hablar y hace una pausa para comenzar a hablar de nuevo-. Sé que me dijiste que quería ir por tu cuenta y adquirir experiencia en otras empresas y hasta ahora no había pensado mucho en eso, pero quiero que comiences a trabajar aquí cuando te gradués.

-Sabes bien que esa es mi decisión -le contradigo furioso-. Deberías respetar mi decisión al menos una vez en tu vida. Pero como siempre, mi opinión no importa.

-Por eso no la pedí, te dejaré que pienses las cosas, pero no aceptaré un no como respuesta. Manejarás las empresas y te casarás.

-¡No puedes obligarme! -grito furioso y me paro del asiento.

-Si puedo -me dice calmado mientras se le forma una sonrisa ladina en los labios-. Sino te casas y manejas las empresas te desheredaré y me encargaré de que no puedas manejar una empresa en tu vida. No me subestimes Kalem.

No le respondí nada y salí echo una furia de aquel lugar. Estaba entre la espada y la pared. Las condiciones no eran el problema, podía casarme y seguir en la fiesta con las chicas, la cuestión era de orgullo siempre había tenido que agachar la cabeza frente a mi padre y ya estaba harto de esta situación.

Todavía tenía tiempo de planear las cosas y salir victorioso, el curso apenas comenzaba.

Tenía que sacar este estrés de algún modo así que decidí llamar a Alejandra para recordar viejos tiempos ya que sabía que mi actual novia no se abriría de piernas tan fácil.

Como imaginé no fue ningún problema que Alejandra aceptará y ahora estábamos en el cuarto de un hotel.

La chica frente a mis ojos se quitaba la ropa de manera airosa continuando sus caderas. Conocía sus intenciones, quería que me asegurará de que mejor opción era ella y no lo negaba, pero necesitaba a Lena también, ella era como mi proyecto personal; la chica de carácter fuerte y mente inocente que anhelaba corromper.

Estaba acostado en la cama apoyado de los codos y Alejandra aprovechó la posición para tomar el control. Se contoneaba sobre mi miembro y yo iba sintiendo el efecto que esto causaba.

Comenzó un camino de besos desde mi torso hasta el lóbulo de mi oreja, donde susurró sensualmente -eres solo mío.

Me beso apasionadamente y yo le correspondí de forma voraz.

Cambie las posiciones y ahora era yo él que estaba sobre ella. Hice el mismo camino de besos que ella había echo en mi anteriormente, solo que yo no estaba para decirle cursilerías al oído, sino que chupe el lóbulo de su oído y seguidamente la bese dejando atrapado el gemido entre nuestras bocas.

Me quite la playera que llevaba puesta, y Alejandra se deshizo de su ropa interior y yo me dirigí hasta su intimidad saboreando la humedad que había en esta.

Mientras lamía de forma desenfrenada iba tocando ese botoncito cargado de emociones. Sentía como temblaba debajo de mi cuerpo y el primer orgasmo no tardó en llegar.

Subí hasta sus pechos y me apoderé de sus senos, mientras succionaba uno, iba masajeamdo el otro.

Cuando termine de recorrer su cuerpo con mis caricias me coloqué entre sus piernas, tomé un condón y lo coloqué sobre el duro falo. Abrí un poco más sus piernas y me adentré en ella de una sola estocada y un grito ahogado abandonó sus labios.

Gemía como loca mientras aumentaba los movimientos de mi cadera. Ella se meneaba al compás de mis movimientos haciendo más intensa la experiencia.

Giré su cuerpo y la coloqué en cuatro sobre la cama. Me encantaba como se sentía hacerlo en esta posición porque era mayor la penetración que podía alcanzar. Comencé con movimientos lentos hasta que fui aumentando la rapidez. La tomé por las caderas para apoyarme y aumentar aún más la velocidad, ella jadeba desenfrenadamente y esto hacía que aumentará el líbido.

En minutos ya nos encontrábamos cansados sobre la cama "El poder de un buen polvo"

-Entonces Kalem -me habló Alejandra -. Eso significa que volvimos a ser novios.

-No te equivoques hermosa Alejandra, bien sabes que me gusta variar, pero eso no significa que vallamos a volver. Ahora salgo con Lena y si quieres que estos encuentros vuelvan a repetirse deberás cerrar la boca.

-¡Eres un idiota Kalem! -exclamó furiosa.

-Parece que no se va a volver a repetir.

Me vestí e iba a salir de la habitación.

-Kalem -me llamó Alejandra-. Te quiero.

-Entrega la llave cuando salgas.

Fue lo único que le dije y salí de aquel lugar, ya eran bastantes dramas para un día.

❤N/A❤
Hola chicxs, un poco tarde otra vez, pero aquí está el capítulo, ¿intenso verdad?
Es la primera vez que escribo este tipo de escenas, espero haberlo echo bien.

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