Todo estará bien
A veces uno siente que el mundo conspira en nuestro contra, que las personas nos odian o que los animales nos aborrecen, que la vida solo nos quiere dar tragos amargos. Pero no es así, nosotros, al ser humanos, cuando nos sentimos acorralados sólo nos ponemos a la defensiva.
Actuamos como animales apunto de ser asesinados, tal vez suene feo esa manera de decir las cosas, pero es lo mas cercano a la realidad que hay.
Nuestra perspectiva de ver el mundo cambia, nos sentimos ahogar, y sentimos que estamos sumidos en la oscuridad. Nos ahogamos en un vaso de agua...
Pero con la ayuda de la persona correcta, en el momento correcto, eso puede cambiar.
--Ya deja de llorar, ¿quieres?--
--No puedo... dejar de... hacerlo--
--¿Sabes que te ves horrible así?--
Y esas palabras sólo bastaron para hacerme llorar más fuerte. No era mi culpa estar así, yo no podía evitar llorar, después de todo lo malo que estaba pasandome.
Jungkook chasqueo su lengua y pasó sus brazos por mi espalda, abrazandome con algo de duda, como temiendo que yo me rompiera o llorará aún más. Sobo con delicadeza mi espalda y apoyó su mentón en mi cabeza.
--Está bien, solo llora entonces, será mejor que saques todo lo que sientes--
Y al parecer mi cuerpo sólo necesito esas palabras para terminar llorando aún más fuerte, lagrimas salían como cascadas desde mis ojos. ¿Que era lo que me estaba pasando?
Mi corazón parecía querer lavar todas sus penas.
Una de ellas era que mi madre había tardado más ésta vez en estar en mejores condiciones. Ella aún estaba enfadada conmigo, y aunque regresé a casa, parecía como si solo viviera sola. Lo poco que pasa en casa, está encerrada en su habitación, no me dirige la palabra para nada. En la escuela parecía lo mismo, demasiados trabajos que me ponían porque era aplicada y porque no querían dejar que mi rendimiento bajará por estar con Jungkook.
No lo entiendo, ¿por qué dejaría que eso me afectara? Ah, es porque ya lo hace. Me afecta que hablen cosas a sus espaldas o a veces frente a mí. Me molesta que digan misa cuando no saben en realidad como es Jungkook.
Él es un amor de verdad.
--Muy bien, ésto es lo que haremos-- habló separandome un poco de él. --Tú les dirás a esos profesores que todos los trabajos que no tienen nada que ver con tu educación, lo mandas a la mierda. Segundo, tu madre sigue molesta, además es una bruja por querer tratarte así --
--Jungkook, es mi... mamá -- hablé entre hipos.
--Sí, bueno, como sea, nadie en su sano juicio trata a su hija como sirvienta y la corre de su casa, ahora, dale tiempo y veremos que pasa, y sino... tú y yo viviremos juntos--
Me separé realmente sorprendida de él. Parpadee varias veces para poder distinguirlo de entre mis lágrimas.
--¿En serio? Pero apenas tenemos dieciocho, aun nos faltan como dos años más para ser mayores--
--En Corea y en América sí, pero en países latinos no, ya somos mayores--
--No tenemos dinero, ¿como viajaremos?--
Él frunció su entrecejo, le estaba llevando la contraria en todas sus respuestas y eso le molestaba. Yo estaba siendo realmente pesimista.
--Puedo trabajar, en lo que sea, tengo buenos músculos y agilidad, cualquiera cosa está bien, solo tienes que decir y yo me encargaría de todo... como el hombre de la casa--
Pude ver como un leve sonrojo cubría sus mejillas. Rascó un poco su barbilla a modo de incomodidad y nerviosismo. Sonreí ante esa imagen.
--Sí, tienes razón, nosotros saldríamos adelante-- asentí.
--Sí, así que no tienes de que preocuparte, todo estará bien, siempre que me tengas-- me abrazó de nuevo.
Ésta vez no lloré, solo me dediqué a oler su suave y encandilante aroma. Tan suave y tranquilizador. Si Jungkook decía que todo estaría bien, así lo estaría. Él no mentía, no era de esos chicos que mienten.
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