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El rey pide.

-Dejame ayudarte-

-No quiero-

-Por favor-

-Que no-

Suspire cansada. De nuevo estábamos teniendo está pequeña discusión, donde él no me dejaba ayudarle porque eso lastiman su orgullo.

Dejé la bandeja de comida a un lado y suspiré poniendo mis manos en mi cintura. Ésta era la tercera vez en el día que él hacia éste tipo de berrinches. No dejaba que lo ayudará a moverse del sofá a la mesa. Y empezaba a cansarme.

-Jungkook, tienes que dejar que te ayude, podrías lastimarte si dejo que lo hagas sólo- toque su mano.

-No, ya te lo dije, puedo sólo-  quitó mi mano, apreté mis labios en una forma recta.

-Estas soñando como un niño, y no lo eres, así que sólo deja que te ayude-

-Pues si no te gusta como soy entonces vete, nadie te pidió que te quedarás, tú sola te apuntarse a cuidarme cuando deje bien claro que sólo podría- su mirada era dura al igual que sus palabras. Eso había dolido.

Di dos pasos hacia atrás, fue como si me hubiesen dado una bofetada.

- Yo me quedé porque somos una pareja, y una pareja se apoya en las buenas y en las malas- mi labio inferior tembló un poco.

-Pues yo no pedí éso, así que te puedes ir ya-

Terminó de hablar y se giró a ver hacia el otro lado, como si la planta artificial que estaba adornando la sala fuera lo más importante del mundo.

Asenti mirando a la nada. Me di media vuelta y me dirigí a la puerta, di un última vistazo a donde estaba Jungkook, pero él no miró hacia mí. Salí de su casa y me dirigí al parque que estaba en la esquina. Claro que yo no me iría, estaba loco si pensaba que lo dejaría sólo, pero sólo le daría un poco de espacio para que se tranquilizara, y claro, para yo también hacerlo.

Me senté en la banca más cercana que vi y metí mis manos a mi suéter. Suspiré. Miré el cielo que empezaba a nublarse, esperaba estar dentro de casa cuando el tus se dejará venir.

El teléfono que estaba en mi bolsillo de mi suéter empezó a sonar, con rapidez lo saqué, pensando que tal vez era Jungkook. No era así.

📞-¡Hola! ¿Cómo estás?-

-Hola, estoy bien, ¿cómo conseguiste mi número?- alcé una ceja divertida.

📞-Seokjin hyung me lo pasó, sabía que se lo habías pasado a él, ¿cómo está Jungkookie?- suspiré, fue inevitable.

-Bueno, sabes que tu amigo es una persona orgullosa, así que también debes saber que no se deja ayudar fácilmente-

📞- A sí que eso pasa, ese niño es alguien que dice no querer a nadie cerca, pero es quién a la mera hora anda buscando compañía- pude escuchar su risa del otro lado.

- Lo sé, él es bueno, pero a veces dice cosas que pueden lastimar a otras-

📞-En ese caso, tratalo igual, háblame de la misma forma que él lo hace, él es como un perro salvaje, necesitas morder su oreja para que te haga caso, sino él mordera tu mano-

-¿Lo comparaste con un animal?- sonreí.

📞- A veces se comporta así, así que sí, y no me arrepiento de nada-

Reí por sus ocurrencias. Era divertido hablar con él.

- Gracias por marcar, Taehyung, tengo que colgar, tengo que morder esa oreja- sonreí divertida.

📞-Claro, suerte-

La llamada terminó y guarde mi teléfono en mi bolsillo de nuevo. Me levanté de la banca y caminé rápidamente hacia la casa de Jungkook, Taehyung tenía razón, no debería dejar que Jungkook ganará tan fácilmente, no está vez.

Saqué las llaves de repuesto que tenía y abrí la puerta, me adentro en la casa dirigiéndome a la sala, donde me encontré con Jungkook comiendo lo que yo le había dejado. Él volteo sorprendido, haciendo que casi se cayeran los platos.

-Escuchame bien Jungkook, antes de que digas nada yo hablaré, yo te quiero mucho y por eso estoy aquí, para nada me siento obligada, sólo quiero ayudarte y tú te vas a dejar, harás a un lado tu estúpido orgullo y dejaras que yo te ayude, nadie te dirá nada por dejar que yo te ayude cuando estás convaleciente, así qué...-

-Oye, espera...- intento hablar.

-No, tú espera, así que dejaras que te ayude y si no lo haces lo haré a la fuerza,  ya estuvo bueno de poner tu hombría de frente deja éso, no se te van a caer- terminé de hablar.

Mi respiración era agitada por lo rápido que había hablado. Pero es que si no lo hacía así, mi valor se haría al retrete.

- Ah, ¿Qué? Yo no... - Jungkook balbuceaba nervioso, me acerqué a él fundiendo el entrecejo, y me senté a un lado de él.

-Es mejor que comas, seguro la comida ya está fría- le acomode la bandeja en sus piernas y lo miré.

No dijo nada, sólo tomó los palillos y empezó a comer. Sonreí para mis adentros, había funcionado lo qué, al principio, habia sonado tan descabellado. Tal vez sería bueno usar eso de vez en cuando.

Al menos ahora sería algo más fácil llevar su recuperación.

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