Cómo perros y gatos
Habíamos llegado al restaurante donde ya nos esperaba la madre de Jungkook. A ella solo la había visto un par de veces, las cuales fueron rápidas las visitas.
Esa mujer estaba realmente concentrada en el menú, que no se dio cuenta cuando llegamos a la mesa.
--¡Me asustaron! -- exclamó ella sorprendida y levantándose de la silla para saludarnos.
No supe como reaccionar, ella me abrazó pero solo pude quedarme estática en mi lugar. De reojo pude ver como Jungkook hacia terribles muecas de odio --para nada disimuladas-- hacia su madre.
--¿No me darás un abrazo a mí, hijo?--
La mujer miraba sonriente a mi novio con los brazos abiertos. Podía sentirse el ambiente tan tenso en el lugar, que tal vez, se podría cortar con un cuchillo de mantequilla.
--Olvídate de eso, olvidemos el papel de madre e hijo porque eso no existe, no existió jamás -- Jungkook miraba furioso a la mujer.
Daba gracias a Dios que estábamos en una mesa con un cubículo apartado, donde estábamos apartados de todos.
--Hijo, no entiendo por qué dices eso, no lo entiendo--
Había explotado la bomba, el rostro de Jungkook se torno rojo por la furia que sintió. Traté de tocar su brazo pero él se soltó de inmediato y sin mirarme. Dando un paso adelante para mirar a su madre.
--¿No lo entiendes? ¿En serio? -- se río sarcástico. --Te lo recordaré de nuevo, por que al parecer ya se te olvidó. Hace diez años, cuando aún era un niño, te fuiste y me dejaste con mi alcohólico padre, te fuiste para dejarme por aquél amante, pero cuando te diste cuenta que ese hombre te engañaba a ti y a otras mujeres. Te arrepentiste muy tarde. ¡Muy tarde! --
Jungkook le sacaba al menos dos cabezas de altura a su madre, a pesar de que ella estaba subida en un par de tacones finos.
--No me hables así, soy tu madre-- ella se tocó el pecho dramatizando.
Oh, oh. Ésto no pintaba para nada bien. Me había mantenido al margen de todo ésto, pero ver como Jungkook estaba a nada de romper algo, eso me aterraba demasiado.
--Ah, Jungkook, es mejor que nos vayamos-- murmure mientras trataba de jalar un poco su camiseta.
--¡¿CREES QUE PUEDES VENIR Y DECIR QUE ERES MI MADRE DESPUÉS DE TANTO TIEMPO?! -- fue tarde, él había explotado. --¡Tú no mereces siquiera que pierda mi tiempo contigo!-- le dio un empujón a su madre que la hizo sentarse en una de las sillas. --Vamonos--
Volteó y tomó mi mano. Me jaló hasta sacarme del restaurante. Estaba furioso, tanto que las venas de su cuello se podían notar.
Él no dijo nada en el camino, cuando llegamos al auto me abrió la puerta y después me metió poniéndome el cinturón de seguridad. Todo eso lo hacía bajo mi atónita mirada. Jamás había hecho eso, jamás me había abierto la puerta o me había ayudado a ponerme el cinturón de seguridad.
Él estaba mal, tenia problemas, y muy fuertes. Él y su madre habían peleado, pero también lo habían hecho cuando fue la primera vez que la conocí. Cuando nos la encontramos en el centro comercial, ahí había pasado otra de esas peleas, pero claro, no paso a mayores porque me había llevado a Jungkookie lejos de ahí.
Ellos en verdad, en verdad parecían como perros y gatos. No lo culpaba, su madre lo había abandonado.
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Tal vez se han dado cuenta que no he puesto nombre de esa chica. Bueno, la sorpresa es que no pensaba poner un nombre, seria como si ustedes contarán algo, no lo sé. ¿Que opinan?
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