39
—Detente aquí y bajen del vehículo —le ordena Bon a Marie.
La camioneta se estaciona y de esta sale la alfa, Hoseok y la anciana. El auto de color negro que los sigue de cerca se estaciona y de este baja Taehyung junto a Jia.
—¿Por qué nos detenemos en medio de la nada? ¿Ocurre algo? —indaga Kim.
—Estamos cerca, los vehículos no pueden cruzar, iremos caminando —los pone al tanto la anciana.
—¿Estás segura que Jungkook se encuentra aquí? —la cuestiona Marie. —No veo la camioneta de Richie por acá —añade escéptica.
—Él esta aquí —asevera Bon. —Ahora vayan por el chico —demanda.
—Espera aquí, voy por él —murmura Taehyung alejándose de Jia.
El azabache camina hasta el auto, abre la puerta trasera y puede escuchar la respiración junto al ritmo cardiaco de Park. Se acurruca y con suaves palmadas golpetea uno de los muslos del humano.
—Jimin —lo llama. —Jimin —insiste.
Los ojos del rubio se abren de manera abrupta, ve al cambia formas con vista borrosa y luego toma asiento.
—Llegamos —le hace saber. —¿Cómo te sientes? —lo cuestiona.
—Un poco agotado —contesta el humano, mientras sale del auto. —¿Todos están bien? ¿Cuánto tiempo dormí? —indaga.
—Todos estamos bien. Y dormiste casi dos días —contesta el azabache.
—¿Estas bien? —lo cuestiona Bon.
—Uhum —emite Park, mientras asiente.
—Estamos por llegar, los humanos por favor no se involucren. Las bestias hagan lo que les digo y tú, chico —señala al rubio. —No te alejes de mí y no dudes ni por un segundo —le aconseja la bruja.
Bon extiende su brazo izquierdo hacia Jimin, el humano mira a Taehyung, el cual, asiente con confianza.
—Bestias, sígannos de cerca. Humanos mantengan distancia de diez a quince metros —les indica la anciana.
Dicho eso todos emprenden un viaje caminando entre árboles, maleza, hojas secas, tierra, piedras, riscos y un par de pequeñas montañas.
—Les dije que están aquí —dice Bon, al ver la camioneta averiada contra una enorme piedra.
—¿Cuánto nos falta? —inquiere Marie.
—Solo un poco más —responde la bruja.
—Bon, ¿Ju-Jungkook está vivo? ¿Él esta bien? —pregunta Jimin, mientras sostiene uno de los antebrazos de la anciana.
—Ya lo veras, ten paciencia —acota Bon.
Recorren un risco angosto, un paso en falso y te vas al agua con la posibilidad de que te golpees contra una piedra o la de morir ahogado.
—Bien, escúchame —habla la bruja, luego de detener sus pasos y tomar con sus manos el rostro del humano. —Sé lo que hago y también estoy segura de lo que diré cuando estemos abajo. Quiero que confíes en mí y que demuestres lo mucho que amas al alfa Jeon —le indica al humano.
El chico asiente.
—Ustedes no se alejen de él, si algo me ocurre sáquenlo de la cueva, vayan a los vehículos y márchense —les indica a los cambia formas.
El azabache y la rubia asienten.
Todos comienzan a descender unas escaleras de metal, adentrándose cada vez más a la cueva. Jimin no suelta el antebrazo de Bon, la sigue tan de cerca mientras su corazón palpita cada vez un poco más rápido.
—Esperen aquí —le ordena al humano y a las bestias.
La anciana se aleja un par de metros, llega a un muro de piedra, frota sus manos y luego las coloca sobre el muro. Se escucha un estruendo y luego todos ven como el muro se mueve y deja el interior de una cueva más pequeña rodeada e iluminada por antorchas.
—Kari, soy Bon —pronuncia la bruja, manteniendo su atención hacia aquella cueva. —Hay algo importante que debes saber —agrega, mientras da un par de pasos hacia el frente.
—Un paso más y serás alimento para lobos —le advierte una potente voz.
—Lo que estas por hacer es una terrible equivocación —dice la bruja.
—¿Qué es lo que haces aquí, Bon? —la interroga.
—Vengo a mostrarte algo para lo que tu especie, la mía y la raza humana será algo nuevo —contesta la anciana.
—¿Qué tiene que ver eso con lo que estoy por hacerle a ese inservible, alfa? —pregunta Kari.
—Todo —responde Bon. —Ahora por la madre luna te pido que me dejes pasar para que pueda mostrarte, lo veas, escuches y lo palpes por ti mismo —le implora.
—Nada de tu brujería o me encargaré de matarte yo mismo —la amenaza.
—Entendido —musita la anciana. —Jimin, ven a mí —le ordena al humano.
El rubio mira hacia atrás, ve a Marie y luego a Taehyung.
—Iré por ti si algo sale mal —le asegura el azabache.
Park ve a hacia el frente, pasa saliva y sin dudarlo camina con pasos firmes hacia la bruja, entrelazan sus manos y entran a la cueva juntos, mientras las bestias esperan afuera.
—¡Jungkook! —exclama el humano, soltando la mano de Bon para luego correr a toda prisa hacia el centro de la cueva en la que el pelinegro se encuentra atado con unas cadenas. —Jungkook, cariño, soy yo —solloza el rubio, sosteniendo entre sus manos el débil y amoratado rostro del alfa.
—¡Es el humano! —vocifera con desagrado, Samantha.
—Me encargaré de él —gruñe Richie.
—Detenlo —le pide Bon a Kari.
—¿Por qué debería hacerlo? —replica el viejo lobo.
—Porque todos moriremos si lo mata —acota con parsimonia, Bon.
—Jungkook, oye, mírame —suplica el rubio.
—Ji-Ji-Jimin —emite con dificultad el pelinegro.
—Sí, así es. Soy yo —le afirma el chico.
—Ve-ve-vete —trastabilla Jeon. —Vete —insiste.
—No, no lo haré. No saldré de este lugar sin ti —espeta Park.
—Richie, detente —le ordena Kari.
—Pero…
—Solo haz lo que ordene —demanda Kari. —Habla Bon, se breve porque muero de ganas por quitarle la cabeza a Jeon —añade.
—No puedes matar al alfa, Jeon —verbaliza la bruja.
—Sí, claro que sí. ¿Y sabes por qué? Porque él desobedeció nuestras reglas y a los que desobedecen las reglas los decapito —brama Kari.
—Es porque se involucró con un humano —habla Bon, señalando a Jimin. —Un humano escogido por la madre luna y mi poder —agrega entre risas.
—¿De qué estas hablando? —inquiere Kari.
—Los antepasados lobunos, la madre luna y yo hicimos una unión entre una bestia y un humano —expresa la bruja.
—Eso es imposible —vocea Sam.
—Imposible para ti, no para mí y para la madre luna —refuta Bon.
—Todo el tiempo supe que seria el descendiente de Jeon, pero desconocía al humano. Cuando llegó a Washington y tomé su mano supe que era él, ese chico —dice, señalado al rubio.
—Es una ridiculez, no la escuches —le sugiere Richie a Kari.
—Cierra la boca —demanda entre gruñidos el viejo lobo.
—La unión entre ambos es para ponerle fin a la disputa entre bestias y humanos y…
—¿Y como se supone que eso llegara a su fin? —la interroga Sam. —Las bestias y los humanos no somos compatibles —espeta molesta.
—Sí, si lo son —asegura Bon.
—¿Qué te hace decir eso? —la cuestiona Kari. —Esa unión no significa nada sin pruebas —reprocha el lobo.
—Las tengo —murmura la bruja, esbozando una sonrisa. —El humano esta en cinta —confiesa, dejando a todos absortos.
Jimin lleva su mirada hacia la anciana la cual asiente al notar la mirada del chico sobre ella.
—¿Es eso cierto? —inquiere con dificultad, Jungkook.
El humano regresa su mirada hacia el alfa, presiona su mandíbula y débilmente asiente con su cabeza recordando las palabras de Bon, antes de adentrarse a las cuevas.
—Es una broma, es una puta broma —alza su voz, Richie.
—Bon, es mejor que…
—Jimin, ven aquí —le pide la anciana.
El rubio se pone en pie, ve sus manos llenas con la sangre de su pareja, pestañea un par de veces espantando las lágrimas y luego camina hacia la bruja.
—Eres un buen chico, y mi obsequio es hacerlos felices —musita Bon. —No temas, todo estará bien —le asegura.
Coge la mano derecha de Jimin y extiende su brazo contrario a Kari, el cual, dudoso se acerca a la bruja y toma su mano.
—Mira lo que la luna y yo hemos hecho posible —susurra la anciana, sosteniendo con fuerza la mano del lobo.
—Bon —emite sorprendido, Kari—. Eso es…
—Mi magia y el poder de la madre luna —lo interrumpe la anciana.
Los tres se sueltan las manos, Jimin observa a Bon, intenta hablar, pero repentinamente siente su cabeza dar vueltas y su cuerpo débil, segundos después su cuerpo se desvanece contra el suelo.
—¡JIMIN! —gritan Marie y Taehyung, desde afuera de la pequeña cueva.
—¡JIMIN! —desgañita Jungkook al ver a su humano contra el suelo.
—Despertará pronto así que escúchame —le pide Bon a Kari. —Ellos fueron escogidos por la madre luna para unir ambas especies. Tendrás la ultima prueba de que el chico esta en cinta cuando despierte. No los lastimes y deja que les muestren a los humanos y a las bestias que si pueden convivir juntos. He hecho mi trabajo, asegúrate de hacer el tuyo, Kari —le explica, mientras el tono de su voz disminuye cada vez un poco más.
—Bon, espera tú…
La anciana asiente.
—Hay sacrificios que valen la pena, Kari —musita la anciana.
Los ojos de Jimin se abren y el viejo lobo puede ver como de inmediato los de Bon se cierran y luego cae al suelo abruptamente.
—¿Qué es lo que ocurre? —pregunta Sam, confundida.
Kari se acerca al humano, se pone de rodillas y ve como el rubio se sobresalta un poco al verlo. El viejo lobo posa su mano izquierda sobre el estómago de Jimin, cierra sus ojos y se concentra en el sonido del interior.
—Madre luna —pronuncia Kari al escuchar aquellos latidos desde el interior del cuerpo del humano. —Tú-tú tú estas en cinta —se dirige al humano.
—Lo sé —susurra Jimin. —Bon, lo dijo antes —recuerda el humano.
El rubio se pone en pie con la ayuda del viejo lobo.
—Al parecer no eres tan inservible, Jeon —se dirige Kari al pelinegro. —Entren y suéltenlo —les ordena a Marie y a Taehyung.
—Eso quiere decir que ya no va a lastimarlo —duda el humano.
—No puedo oponerme a los designios de una bruja y de la madre luna —dice Kari.
—Jimin, Jimin, Jimin —lo llama con desespero, Jeon.
El humano mira hacia la derecha y ve como el cambia formas gatea de forma lenta hacia él.
—Amo a esa bestia, lo amo demasiado —expresa entre sollozos el chico, y luego trota hasta el pelinegro.
Los brazos llenos de sangre de Jeon rodean el cuerpo de Park, el cambia formas se aferra a él mientras su lobo se siente completo al sentir al rubio cerca de él.
—Mi lindo humano —susurra el alfa.
Jimin lo mira, abre su boca, pero en estos momentos lo único que sale de ella son sollozos e hipidos.
Jungkook lo atrae hacia él nuevamente, lo abraza mientras deja besos es la coronilla, frente y sien de su humano.
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