22
—¡Es él! —exclama Marie, al ver a Jimin caminando hacia dentro de un parque.
—Deprisa —murmura Taehyung.
Ambos trotan y reducen la velocidad cuando están al lado del rubio.
—Jimin, detente —le pide la rubia.
—No quieras justificar a tu líder —reprocha Park, molesto.
—No lo haré, te lo aseguro —dice la chica.
—¿Entonces que hacen aquí? —los interroga, deteniendo sus pasos para tomar asiento en una banca de color café.
—Jungkook, nos pidió que te encontramos y te mantengamos a salvo, eso es todo —responde Taehyung.
—¿Está con su destinada? —los cuestiona, mientras los dos cambia formas se sientan uno a cada lado.
—Pueda que la mate —masculla Marie.
—Pero si la mata estaremos en problemas —le recuerda el beta.
—Espero que la rasguñe o muerda —verbaliza ansiosa, Marie.
—Mar, el del error fue Jungkook —espeta Taehyung.
—¿Estás defendiéndola? —lo reta la alfa.
—Solo digo que sí...
—Cierra el hocico antes que te lo cierre a golpes —lo interrumpe la chica.
Jimin los observa y luego suelta una estrepitosa carcajada, haciendo que ambos cambia formas lo vean de manera extraña.
—¿Entonces si está con ella? —duda el humano, cuando ha tranquilizado su ataque de risa.
—Posiblemente —responde Marie.
—¿Posiblemente? —repite el beta. —Sí, si está con ella, pero no de la manera que Sam desea. No te preocupes —contesta.
—Taehyung —lo llama la alfa.
—Sí, ya cerraré la boca —murmura el azabache, cruzándose de brazos.
Marie se pone en pie, sube su jean y mira hacia todos lados.
—Iré por un helado —dice la chica.
—Jungkook, dijo que le avisáramos...
—Sé lo que dijo, pero se merece esperar un poco —interviene la rubia, mirando su celular para luego alejarse.
—¿Desde cuándo te gusta? —pregunta Jimin.
—¿Co-cómo? —trastabilla Taehyung, irguiendo su espalda.
—Sí, ¿Desde cuándo te gusta, Marie?
—No, ella no. Yo no...
—Por supuesto que sí —lo interrumpe Park. —He visto como la miras y como siempre intentas darle la razón para complacerla —agrega el rubio.
—No es tan fácil, sabes. No en nuestro mundo —expone Taehyung.
—Eso es un sí, ¿Verdad? —susurra, divertido Jimin.
—Eso creo —gesticula el beta.
—¿Alguna vez has intentado decírselo? —indaga el humano.
El cambia formas, niega y dice—. Es una alfa, seguro que encontrará a su destinado o destinada en un futuro y si sucediera algo entre nosotros. ¿Cómo crees que quedaría yo?
—Como yo supongo —chista el rubio.
—No, lo tuyo es distinto. El alfa de Jungkook está imprimado de ti al igual que él. Marie es distinta, todos los cambia formas lo somos —explica el azabache.
—¿Cómo crees que reaccionaría si le dijeras que te gusta? —inquiere Jimin.
—Seguro me daría un puñetazo y luego se reiría porque piensa que es una maldita broma o apuesta entre Jungkook y yo —acota entre risas, Taehyung.
—Sí, eso suena muy de Marie —concuerda el rubio, esbozando una sonrisa.
—Jungkook viene en camino —anuncia la rubia, entre pequeñas pausas mientras degusta cucharadas de helado,
—¿Dónde está mi helado? —pregunta el beta.
—Recuérdame cuando fue que dije que compraría uno para ti —refuta la alfa de manera sarcástica.
—Tampoco compraste uno para mí, ¿Verdad? —la cuestiona Jimin.
—Te lo comprará Jungkook —es lo único que dice la rubia, haciendo reír a Taehyung y al humano.
Después de discutir sobre los mejores sabores de helados según los dos cambia formas y el humano junto a ellos, la alfa se pone de pie y el beta hace los mismo.
—Jungkook, llego —anuncia Marie.
—¿No se irán? —los interroga Jimin.
—Si quieres que nos quedemos lo haremos —dice Taehyung.
—Tengo muchas ganas de golpearlo, pero tengo miedo de que se transforme en lobo —se sincera el rubio.
—Nos quedaremos, no me perderé esto —habla la alfa, para luego alejarse.
—Estaremos cerca —le hace saber el beta al humano. —Suerte —se dirige a Jeon y luego sigue los pasos de Marie.
—Jimin, yo... creí que no querrías verme —murmura el pelinegro, tomando asiento en la banca.
—No quiero hacerlo. Quiero darte un puñetazo y luego alejarme de ti —expone el chico. —Pero creo que escucharé tu versión del porque me mentiste y luego tomaré una decisión —añade, mirando de soslayo al cambia formas—. ¿Por qué me ocultaste lo de tu destinada? Empieza, te escucho.
—Samantha y yo descubrimos que somos destinados desde la adolescencia, pasamos mucho tiempo juntos, ambos descubrimos como transformarnos y como controlar a nuestros lobos. Cuando comprendimos lo que era ser destinados decidimos ser pareja, todo marchaba bien, pero luego de la muerte de su padre y el mío nuestra manada paso al mando de Richie, su hermano. Ella cambió, se convirtió en una cambia formas, pedante, quería manipularme porque es la hermana del líder de la manada, Richie y ella hacen cosas locas que casi nos expone. Mi alfa y mi parte humana comenzaron a detestarla y dejar de quererla. Yo sé que Sam es mi destinada, pero no siento nada por ella —responde Jungkook.
—Linda historia, ahora recuerdo que dijiste que los destinados son para toda la vida —le recalca el rubio, intentando ponerse en pie.
—Sí, y también te dije que muchos destinados no están juntos —le recuerda Jeon, impidiendo que se levante de la banca.
—¿Por qué dejas que humanos entren y sexualicen a los de tu especie? —lo cuestiona, cambiando un poco el tema principal de conversación.
—Porque ellos lo permiten, no puedo hacer nada hasta ver que los fuerzan —acota Jeon.
Jimin no dice nada simplemente asiente, se suelta del agarre de Jungkook y se pone de pie.
—Espera, ¿Qué hay de nosotros? —lo detiene Jeon, poniéndose de pie.
—No sé si lo que dices es verdad, Jungkook. Tampoco sé si lo que esa linda chica me dijo sea cierto, pero si de algo estoy seguro es de que no soy un omega, no soy sumiso, no puedo darte cachorros y una manada. Soy un humano y...
—Eso es algo que debo decidir yo —lo interrumpe el pelinegro.
—Soy humano Jungkook, no puedo darte lo que tu lobo y tú quieren.
—Lo que queremos es...
—A mí —lo interrumpe Jimin, sonriendo. —Suena muy lindo ¿no lo crees? —lo interroga. —Me gustas Jungkook, pero ella tiene razón; las bestias y los humanos no somos compatibles, y sería injusto para ambos —explica el rubio.
—¿Qué estás haciendo? —pregunta el cambia formas.
—No tengo idea —contesta entre risas débiles, Park. —Lo correcto —gesticula.
—¿Lo correcto? —repite Jeon, frunciendo su entrecejo.
—Píensalo un poco, Jungkook. Tus líderes y los míos hicieron un acuerdo para mantener las especies separadas, si lo hicieron fue por...
—No puedes decirme esto, no ahora —reprocha el alfa—. No pensabas eso cuando te lo dije, tú no puedes, no lo hagas.
—Posiblemente cambie de opinión —dice el rubio en voz baja.
—¿Esperas que me crea esto? —lo interroga el pelinegro.
—Deberías, yo me creí eso de que no tenías destinada —contesta.
—Jimin...
—No, no digas nada, solo cállate, no quiero que me digas nada. Solo... seamos maduros y quedemos bien, serás mi amigo cambia formas y...
—¡¿Tu amigo?! —vocea el más alto, haciendo que Marie y Taehyung se pongan de pie de la banca a un par de metros y corran hacia donde Jungkook y Jimin se encuentran. —No quiero ser tu amigo, Jimin. Como puedes decirme que seamos amigos cuando mi lobo te desea con locura, ¿Te has vuelto loco? —espeta, molesto.
—No me hables de esa manera —lo reta el rubio, mientras lo señala con el dedo índice de su mano izquierda. —No es mi problema si tu lobo y tú no quieren ser mis amigos, y sabes que, no seguiré discutiendo contigo, bestia —expresa, disgustado Jimin, dándole la espalda al pelinegro.
—¡No me des la espalda! ¡Detente! —brama con voz de mando el alfa, haciendo que Taehyung y Marie se acerquen a él.
—¡Te dije que no me hables de esa manera! —grita, furioso. —Y sigue esperando, no soy tu destinada —parlotea, alejándose a pasos rápidos de los tres cambia formas.
—Tienes mucha suerte de que él no sabe distinguir tu voz de mando —balbucea la chica, posando su brazo izquierdo sobre el hombro derecho del alfa.
—Sí, eso te hubiera dejado en cero —se une a la conversación, Taehyung.
—Jimin, es rudo, comienzo a quererlo —murmura Marie, ganándose un gruñido por parte de Jeon. —Como amigo, idiota, algo que tu alfa y tú no pueden hacer —se burla, haciendo reír al beta.
—¿Van a ayudar o a continuar burlándose? —los interroga de manera pedante.
—Creo que debes esperar —susurra Taehyung. —Escuchamos lo que te dijo y pienso que debes pensarlo bien, Jungkook —le sugiere.
—¿Pensar qué? —pregunta a la defensiva el pelinegro.
—Pensar en si estás dispuesto a no tener cachorros y una manada, Jungkook. En sí en el futuro no le reprocharas a Jimin el no tener descendencia porque es un humano del que tu alfa se imprimo, pensar en que puedes sentirte miserable y si eso llega a pasar lo harás sentir de la misma o peor manera a él —responde Marie, alterada.
—Marie, tiene razón —secunda el beta. —Somos mitad humanos, mitad bestias, nuestro lado lobuno siempre prevalecerá en momentos de ira y enojo. Puedes lastimarlo al darte cuenta que te equivocaste en tu decisión y eso puede llevarte a perder el control y lastimarlo. No digo que eso sucederá, pero es una posibilidad si tomas una decisión precipitada con respecto a este tema —concluye el azabache.
—¿Entonces que hago? —articula en voz suave, Jeon.
—Esperar —acota Marie. —Esperar a que tengas las cosas claras y convencer a Jimin de que es lo que quieres —enfatiza.
Jungkook permanece uno minutos en silencio y luego asiente.
—¿Qué quieren cenar? —indaga. —Yo invito —murmura.
—Pollo, no. Carne —canturrea la alfa.
—Tacos —propone Taehyung.
El alfa mira y escucha a sus amigos discutir sobre que sería mejor cenar, suspira y luego sonríe ladinamente, se siente mal, pero ambos le sirven de distracción a él y a su lobo en estos momentos.
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