21
—Gracias por su compra, que tenga un buen día —se despide y agradece, Jimin.
Alza su rostro y lleva su vista hasta el reloj digital de pared que se encuentra arriba del umbral de la puerta de su negocio. Se da cuenta que falta poco para que se han las 5:00 pm hora en la que Jungkook irá por él a la ciudad para por fin llevarlo a la selva y conocer su casa y la manada.
—¿Puedo ayudarte en algo? —le pregunta a la única chica que se encuentra en su tienda, mientras guarda un par de cosas.
—¿Qué es esto? —inquiere la chica, alzando sus cejas mientras observa el local.
—Una tienda de obsequios —contesta el chico, tomando el dinero de la caja registradora. —Escucha, debo cerrar, mi novio vendrá por mí y debo estar listo —añade.
—¿Novio?
—Lamento hacer esto, pero necesito que te marches. Te daré un descuento a la próxima, no olvidare tu rostro —farfulla, mientras dirige a la chica hacia la puerta.
La chica se detiene y observa al rubio detenidamente, esboza una sonrisa socarrona y asiente.
—Volveré pronto —asevera y luego abandona la tienda.
Park la ve alejarse sintiendo una extraña sensación.
—Eso fue raro —murmura para sí mismo, regresando a la tienda por su mochila y dinero.
Apaga las luces, activa la alarma y por último cierra el local. Mientras espera afuera saca su celular y responde los mensajes de sus amigos y le avisa a Jungkook que está esperando por él.
Después de un par de minutos de espera escucha un gruñido que lo hace alzar su rostro y buscar al dueño de ese sonido.
—¿Qué te he dicho sobre gruñir en la ciudad? —lo cuestiona, molesto Jimin.
—Que no debo hacerlo porque las personas pueden escucharme —responde el pelinegro, abrazando por la espalda al más bajo.
—¿Y por qué lo sigues haciendo? —lo reta el menor.
—Porque me gusta ver cómo te preocupas por un cambia formas —acota en voz suave, sobre la comisura de la oreja derecha del rubio.
—¿Quién ha dicho que me preocupo por ti?
Jeon lo gira y posa sus manos sobre la delgada cintura de Park.
—No te preocupas —balbucea el mayor.
Jimin niega.
—De repente me dieron ganas de sacar a pasear a mi lobo —dice Jungkook, quitando sus manos de la cintura del más bajo.
—No, espera, no —verbaliza de manera precipitada el rubio, abrazando al cambia formas.
—Nos quedó claro que te preocupas por nosotros —susurra divertido el pelinegro.
—Ahora tú y tu lobo hacen bromas —gesticula Jimin, intentando pellizcar la piel del abdomen de Jeon.
—Mi lobo y yo queremos besarte —masculla Jungkook, descendiendo su rostro hacia el del contrario. —Besarte y devorarte —agrega entre besos.
—Jungkook —chilla el más bajo.
—Ok, guardare silencio, solo queríamos que lo supieras —parlotea el cambia formas. —Espera aquí, iré por un café helado y regreso —le pide.
Deposita un beso sobre la frente de Park y luego camina hacia la cafetería de la esquina.
—Lindo lobo —escucha Jimin.
Gira su rostro hacia la izquierda y ve a la misma chica de su tienda acercarse a él.
—El de tu mano —añade la chica, señalando la figura del lobo del brazalete que Jungkook le obsequio un par de días atrás. —¿Te gustan los lobos? —lo cuestiona.
—Oh, me lo obsequio mi novio. Y sí, me gustan los lobos —responde con una pequeña sonrisa en su rostro.
—Sí, así pensé —susurra la chica—. A mí también me gustan los lobos.
—Disculpa, no sé quién seas, pero hay algo en lo que pueda ayudarte —duda el rubio.
—¿El pelinegro que te besaba es tu... tu novio? —indaga la chica, ignorando las palabras anteriores de Jimin.
—Sí, él es mi novio y...
—No, no lo es —lo interrumpe.
—¿Disculpa? —verbaliza Park, frunciendo su entrecejo.
—No te disculpo, y él no es tu novio. Él es mío y yo soy suya —expone la chica.
—Creo que será mejor que vaya por Jungkook —murmura el rubio.
—Sí, ve por él y que nos diga porque te oculto que tiene una destinada.
—¡¿Qué?! —exclama el chico.
—Sí, ahora estoy segura que sabes que es un cambia formas y algunas cosas sobre nosotros —habla la ceniza. —También debes saber que un humano y una bestia no pueden estar juntos. No somos compatibles en nada y si usamos a los humanos es solo para el sexo —explica—. Es lo que está sucediendo en nuestro territorio, humanos entran, nos complacemos mutuamente y luego no nos volvemos a ver a menos que así lo deseemos. ¿Jungkook, no te lo ha dicho?
Jimin mira a la chica, pasa saliva y por más que quiere decir algo no tiene idea de que es lo que debe decirle a la linda chica de cabello cenizo frente a él.
—Conozco a Jungkook desde hace mucho tiempo y puedo asegurarte que detesta esto. Al igual que detesta la idea de estar con alguien que no es sumiso e incapaz de darle cachorros y una manada o como ustedes los humanos le llaman, familia —espeta la chica, tirando del brazalete que Jungkook le ha obsequiado a Jimin.
—Escucha...
—Sam, ¿Qué haces aquí? —escucha la ceniza y el rubio la fuerte voz del alfa.
—Conociendo al humano que hace que mi adorado destinado no quiera acercarse a mí —contesta la omega, fingiendo una tierna sonrisa.
—Seré breve, si llegas a ponerle un dedo encima voy a matarte —la amenaza Jeon.
—Uy, mi alfa está molesto porque me acerque a su juguete humano —chista la chica.
—Jimin...
—¿Es tu destinada? —lo interroga el rubio. —Ella dijo que es tu destinada —le hace saber, mientras la señala—. Responde.
—Ella...
—¿Es tu destinada sí o no, Jungkook? —lo confronta.
—Sí, pero...
—Correcto, me largo —dice Jimin, asintiendo para luego darle la espalda a ambos cambia formas y alejarse a toda prisa.
—Los humanos detestan las mentiras —balbucea Sam.
Jungkook suelta un fuerte gruñido debido al comentario de la omega, mientras ve como el rubio se aleja cada vez más.
—Sam —emite entre gruñidos.
Cuando se gira para ver a la chica la mira corriendo en dirección al bosque. El alfa suspira y luego empieza a correr tras ella.
—¿Y Jimin? —pregunta Marie.
—¿Hacia dónde fue, Sam? —indaga Jeon.
—Bosque adentro —responde Taehyung.
—Busquen a Jimin y protéjanlo a toda costa —les ordena el alfa, para luego adentrarse al bosque.
El pelinegro sabe que dará con el paradero de la omega, pero si quiere ganar tiempo necesita cambiar a su forma lobuna. Ve una roca y la sube mientras se lleva a cabo su transformación lobuna, haciendo que su ropa se rasgue y caiga al suelo junto a su celular.
Sus patas se posan con firmeza sobre el bosque, olfatea un par de veces y luego agudiza su oreja, escucha el crujir de hojas y ramas secas de manera secuencial. Cambia de dirección y el gran lobo negro corre tras su objetivo esquivando árboles y saltando rocas.
Entre cada pisada que sus patas y garras dejan se acerca cada vez más a la loba ceniza que corretea por el bosque en dirección hacia la selva Headwaters. Acelera un poco más entre gruñidos cuando escucha la respiración precipitada de la omega y comienza a sentir su temor.
Sube a un peñasco y salta para detener a la loba ceniza, haciendo que se estrelle contra un gran árbol, causando que un par de chillidos se escuchen. El ojo ámbar del gran lobo negro tiene ese brillo particular que les notifica a todos en la manada que el sub-alfa Jeon está muy molesto.
La omega intenta ponerse en pie, pero una de las patas cerca de su oreja se lo impide. El gran lobo negro acerca su hocico lleno de baba luciendo sus afilados y peligrosos dientes, le propina un par de golpes con el hocico y luego suelta un potente gruñido que hace temblar a la loba ceniza.
La loba chilla un par de veces, el alfa gruñe y con sus garras lastima parte del hocico de la omega y luego se aleja.
La omega regresa a su lado humano al ver que el alfa también lo ha hecho, el pelinegro se gira y aun con su ojo ámbar más brillante que el zafiro se acerca una vez más a su destinada.
—Si te veo cerca de él, o si él me dice que te le has acercado te juro que a la próxima cambiare mis garras por mis dientes —le advierte, tomando el brazalete que le ha obsequiado a Jimin.
—No pueden estar juntos, soy tu destinada, Jungkook —dice la chica, tomando asiento sobre las hojas secas, mientras limpia la sangre de su rostro.
—Sí, si podemos.
—No, claro que no —brama la omega, poniéndose de pie desnuda al igual que el alfa.
—Estoy imprimado de él, Sam —confiesa el pelinegro.
—Imposible —gesticula sorprendida la ceniza—. Es imposible que estes imprimado de un humano, Jungkook. ¡Reacciona!
—Sí, yo sé que es imposible —recita, disgustado el alfa. —Pero mi lobo lo reconoce y se siente bien con él al igual que yo, y eso es suficiente prueba para mí en que nuestra madre luna no nos quiere juntos a ti y mí —agrega, mientras se da la vuelta.
—¡Jungkook, es un maldito humano! —vocifera Sam, desesperada, al borde de las lágrimas.
—¡ES MI HUMANO, SAM! —grita el pelinegro, utilizando su voz de mando, causando que la omega suelte un sollozo y retroceda al ver que la mira con semblante serio.
El alfa observa el cuerpo desnudo y tembloroso de la chica, la ve llorar y muy en el fondo se siente mal por hacerla sentir de esa manera, pero no puede obligar a su lobo y obligarse así mismo a estar con alguien con quien no se siente conforme.
—Sé que no vas perdonarme nunca. Pero por tu bien y el de tu omega te pido que te alejes de él y de mí, mi advertencia no es un chiste, así que tómala en serio —le recalca Jeon.
El pelinegro, gira sobre sus talones, descalzo y desnudo da un par de pasos y luego se cambia a su forma lobuna y corre de prisa y con libertad hacia la selva. Toma una ducha, se coloca ropa limpia y luego arregla el brazalete que ha comprado para Jimin. Al encontrarse con Sam en el bosque solo se dan un par de miradas y ambos continúan con sus caminos.
Jungkook hace una parada en el lugar que se transformó, coge su chaqueta y se cerciora que el efectivo este dentro, recoge su celular, lo enciende y espera unos segundos. Escucha el sonido de notificaciones, desbloquea el aparato electrónico y luego entra al chat entre él y Marie.
Suspira al ver la indicación de no acercarse hasta que ella o Taehyung se lo indiquen, se asoma por los arbustos y mira las luces de la ciudad, toma asiento en una roca y espera contra su voluntad hasta recibir indicaciones por parte de Marie.
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