Después de pasar quince minutos abrazados bajo el umbral de la puerta de aquel apartamento. El rubio le pide al cambia formas que entre.

—¿Estás bien? —pregunta Jimin, tomando asiento en la silla frente al pelinegro.

—Sí, siempre estuve bien —le asegura Jungkook, esbozando una sonrisa divertida. —Es normal en nuestra especie entrar en celo, incluso los omegas lo experimentan —añade.

—¿Celo? —verbaliza el chico realizando mohines extraños con su rostro.

—El celo para nosotros es sentirte amenazado por otra persona que pretende quitarte a tu novio —dice el rubio.

—Eso quiere decir que soy celoso —murmura Jeon.

—Yo diría que posesivo compulsivo —bromea Jimin, carcajeándose un poco. —¿Qué es el celo en los cambia formas? —indaga con mucho interés.

—El celo es a lo que llamaría la mejor época de apareamiento y procreación entre alfas y omegas —contesta Jungkook.

—Entonces… ¿estuviste con un o una omega?

El pelinegro niega y dice. —Te deseaba a ti. Te deseo a ti —hace una pausa breve al ver el rostro ruborizado del rubio. Sonríe y luego prosigue—. Por eso Marie y Taehyung me alejaron de ti. Cuando un alfa entra en celo se vuelve mucho más posesivo y protector con su pareja.

—Si te quedabas…. ¿Qué hubiera pasado? —pregunta, curioso Park.

—¿En serio quieres escuchar lo que hubiera pasado si me hubiese quedado? —lo cuestiona el cambia formas.

El rubio asiente en dos ocasiones.

—Si me hubiese quedado —gesticula Jeon, esbozando una sonrisa ladina mientras observa al humano frente a él. —Te hubiera traído aquí, al cruzar la puerta hubiera estrellado tu cuerpo contra la pared, luego te hubiese desnudado mientras te besaba y me deleitaba con cada parte de tu piel. Esa pequeña mesa donde colocas tus llaves, ese hubiera sido el primer lugar en el que te hubiera cogido sin parar, hasta correrme dentro de ti mientras tus dedos estrujaban la piel de mis brazos y espalda. Luego descansaríamos y tú asimilarías lo bruto y bueno que soy mientras follo —hace una pausa mientras ríe un par de veces. —Sino me hubieran alejado de ti esa noche, te hubiera cogido duro, con deseo y pasión durante veinticuatro horas, día y noche con descansos cortos y largos. Si eso hubiera pasado estoy seguro que estaría a tu merced por completo —confiesa el alfa.

Jimin se queda en silencio, traga grueso, ve la manera en la que el cambia formas lo mira y desvía su mirada de inmediato. Se siente nervioso, pero no incomodo, escuchar al pelinegro describirle lo que hubiera pasado esa noche lo sorprende un poco, pero lo que más le produce es curiosidad, intriga y deseo de un día poder vivir esa experiencia junto al hombre corpulento frente a él.

—Marie te envía algo —dice Jeon, aprovechando el silencio del rubio para entregarle el sedante y los inhibidores.

—¿Qué es? —inquiere Jimin, luego de carraspear su garganta.

—Estos —señala la caja mediana. —Son inhibidores, me ayudan a controlar y frenar el celo —le explica. —Y esto —señala a hora la caja más pequeña—. Es un sedante para...

—¿Sedante? —repite incrédulo, Park.

—Sí, Marie lo usa en mí cuando no puedo controlarme. Me pidió que te lo diera y te dijera que lo utilices cuando veas que pierdo el control —expone el cambia formas.

—¿Seguro que quieres que lo utilice? —lo interroga el rubio.

—Solo si no puedo controlarme —contesta el alfa, extendiendo su mano hacia el humano. —Te lo digo porque esa cambia formas, loca dijo que te llamaría para asegurarse que te había explicado lo del celo, lo de los inhibidores y el sedante —le comenta. —¿Tienes miedo de mí después de lo que te he explicado? —indaga, haciendo que Jimin se ponga de pie de su silla.

—No —niega el chico de pie a dos pasos de distancia de Jeon. —Te vi convertirte en lobo, creo que es lo que más miedo tuvo que haberme causado —dice el rubio.

—Pero no lo hizo —susurra Jungkook, posando sus grandes manos con sutileza sobre la cintura delgada de Park.

—No —afirma Jimin, sintiendo las pequeñas caricias sobre la tela de su camisa que los dedos ásperos del cambia formas realizan. —Eres muy extraño y peligroso, pero me siento bien a tu lado, suena loco, pero creo que algunas veces soy capaz de sentir tus emociones —se sincera el rubio.

—Quiero besarte —murmura Jeon, acercando un poco más el cuerpo de Jimin al suyo mientras él permanece sentado en la silla.

—¿Seguro que no estuviste con algún omega? —lo cuestiona una vez más el humano.

—Marie me atraganto con dos inhibidores y luego me inyecto el sedante, debido a eso no desperté en todo un día —le recuerda. —Además solo te quiero y deseo a ti —suelta con naturalidad el pelinegro.

—Eres demasiado tierno —murmura Jimin, entre risillas.

—Solo lo soy contigo —le puntualiza. —Porque eres tú —susurra el cambia formas.

—Porque soy yo —emite entre risas, Park. —Eso no me suena muy convincente —bromea.

—Cuando un lobo se imprima no tiene ojos para nadie más que esa persona. Y en mi caso eres tú, ninguna otra persona puede hacerme sentir como tú me haces sentir —admite con parsimonia.

—Jungkook —lo llama el rubio en voz casi inaudible. —Bésame —le pide.

Los ojos bicolores del cambia formas destacan aquel brillo que hipnotiza al humano. Lo sujeta con fuerza de la cintura, lo alza y lo sienta en su regazo.

—Eres fuerte —menciona, nervioso Jimin.

—Por eso soy el sub-alfa de la manada —se mofa Jeon, para luego posar sus labios sobre los de Park.

Sus narices se rozan en cada movimiento que sus rostros realizan, la respiración de ambos es suave y para el alfa la respiración de Jimin le resulta dulce y acogedora.

Sus cuerpos relativamente cerca, invadiendo el espacio personal del contrario, percho contra pecho mientras las manos de Jungkook se turnan para acariciar y brindar soporte al cuerpo del rubio. Los brazos del humano rodeando el cuello del cambia formas mientras sus dedos acarician y jalonean unas cuantas hebras a su paso.
Sus lenguas húmedas batallando mientras sus dientes se golpean de forma grácil haciéndolos reír de manera tierna.

En la pequeña sala de aquel apartamento sobre esa silla solo son ellos en su mundo, besándose y acariciándose de manera dulce y apasionada, transmitiéndose de esa manera los miles de sensaciones y emociones que sienten cuando están juntos.

—Mi lindo humano —murmura Jeon, ahora con su respiración acelerada, recargando su frente sobre la del rubio.

—Mi bestia —musita con voz cansina, Jimin, con sus ojos cerrados mientras el cambia formas lo observa con vehemencia.

Jungkook eleva su mano derecha, con sus dedos roza la piel del cuello de Park retirando un par de mechones rubios. Luego acerca su rostro a la piel blanquecina, posa sus labios mientras suelta un suspiro que se estrella contra piel lechosa del humano, haciéndolo estremecer un poco.

El pelinegro, roza sus labios sobre el cuello y la clavícula de Jimin, luego deja castos besos en la misma zona para por último succionar un poco y soltar un par de ronroneos mientras el rubio suelta suaves jadeos sin dejar de acariciar el cabello del cambia formas.

—Mío —gruñe el alfa, abrazando con posesividad el cuerpo del humano mientras esconde su rostro entre el cuello y clavícula del rubio.

—¿Te gusto? —pregunta repentinamente, Jimin.

—Sí —contesta Jungkook.

—Si estoy contigo quiero gustarte, que me quieras y que me ames —agrega el rubio, posando sus manos pequeñas sobre el atractivo rostro del alfa.

—Lo haré, los cambia formas somos leales.

—¿Sabes cuál es la diferencia entre gustar, amar y querer? —lo interroga Park.

—Explícamelo —le pide Jeon con mesura.

—La diferencia es que gustar es por ahora, querer es por un tiempo y amar es por siempre —manifiesta el rubio.

—Quiero todo eso contigo, y antes que me preguntes. Sí, estoy seguro de mis palabras —asevera el cambia formas.

—Eres una bestia demasiado tierna —lo elogia Jimin, presionando las mejillas de Jungkook con las palmas de sus manos.

El rubio mira los ojos zafiro y ámbar del pelinegro, esboza una sonrisa, roza su nariz con la del cambia formas mientras escucha ese suave ronroneo emitido por el mayor. Alza un poco más el rostro de Jeon y luego deposita un beso sobre los delgados labios del alfa.

—¿Qué te parece si vamos a almorzar? —le propone el pelinegro.

—Me parece bien —responde Jungkook.

—Ok —musita Jimin, intentando bajarse del regazo del cambia formas.

—Ok —pronuncia Jeon de igual manera.

—Necesito que me sueltes para poder ducharme y vestirme, para luego poder ir a almorzar —le hace saber el rubio.

—Si lo hago ¿dejaras que te abrace y bese de la misma manera cuando quiera? —indaga con astucia el alfa.

—Si lo haces, podrás besarme y abrazarme de esas y de muchas formas cuando quieras, Jungkook —le enfatiza Jimin. —Ahora, suéltame —le pide con voz dulce.

—De esas y muchas formas cuando quiera —repite, entusiasmado Jeon, soltando la cintura del humano. —Te lo recordare cuando lo olvides —alza su voz, al ver que el rubio se aleja de él.

—No será necesario, pero si te hace sentir bien, hazlo —aprueba entre risillas, Jimin.

El lobo del cambia formas se remueve constantemente transmitiéndole ese sentimiento de felicidad que lo hace esbozar esa grande y notable sonrisa en el rostro del alfa Jeon.