La cena de apertura se estaba llevando a cabo, la mesa de la pareja de la noche estaba rodeada de fotógrafos, todos los ojos se posaban en ellos, en Jennie y Kai.

Lisa de encontraba de pie frente a Jennie, solo a unos metros, cuidandola solo a ella, Nam y Bam también hacían su trabajo, juntos con todo el equipo de seguridad.

Jennie y su esposo se la pasaban riendo, comiendo y sonriendo ante la cámara, pero cuando esta les dejaba de tomar fotos, el aura era diferente , ambos ni se hablaban ni mucho menos reían juntos.

- No quiero que se vuelva a repetir lo de hace rato, me dejaste como un idiota parado frente a las cámaras - Dijo entre dientes Kai, sonriéndole a la cámara que acababa de enfocarlos.

- ¿Adivina qué?, ya no soy tu juguete Kai, vete con la zorra con la que te acuestas, lo nuestro se acabó - Dijo Jennie segura de si misma.

Kai quedó atónito, pues no sabía que decir, y justo cuando iba a hablar se acercaron los diseñadores de Vogue a saludar a Jennie, quien con una sonrisa falsa los abrazó y comenzó a hablar con ellos, invitándolos a su mesa.

Lisa veía toda la situación ansiosa, pues no sabía de qué hablaba Jennie y Kai y mucho menos porqué ambos parecía haber discutido por lo bajo.

Kai repentinamente se levantó de la mesa, llamando a Jennie y casi arrastrándola a su lado.

- ¿Puedo robarles a mi esposa un minuto? - Preguntó con una sonrisa de oreja a oreja Kai a los diseñadores que hablaban con Jennie.

- Oh, ¡Si claro!, toda tuya - Respondieron cordialmente.

Kai tomó del brazo a Jennie, quien aturdida solo lo siguió.
Llegaron a un lugar con poca gente, un corredor vacío.

- ¿Qué te pasa?, suéltame, me lastimas - Pidió Jennie.

De pronto Kai se detuvo en seco.

- No puedes deshacerte de mi así, de la nada - Habló - Tu y yo hemos estado juntos desde hace mucho tiempo y jamás te quejaste de nada, piensa en la familia que podríamos ser, por favor - Rogó el hombre.

- Kai, lo nuestro no funciona, crees que me amas pero no es así, si me amaras no harías las cosas que haces conmigo, no me engañarías ni tampoco me golpearías - Explicó sutilmente - Será mejor que nos dejemos ir por las buenas.

En ese momento Jennie vio como la vena del cuello de Kai sobresalía, pudo ver la furia en sus ojos.

- Eres mía quieras o no - Dicho esto, la tomó de ambos brazos inmovilizandola y comenzando a besar su cuello a la fuerza.

- Kai no, por favor aquí no - Pidió angustiada la chica, el hombre no hizo caso y continúo con sus actos - ¡dije que no! - Gritó Jennie seguido de darle una patada en las partes íntimas a su esposo, quien solo soltó su agarre y se tumbó al suelo del dolor.

Jennie corrió lo más lejos que pudo, dejando a su esposo tirado en el suelo.

- ¡Jennie! - Escuchó gritar a Kai, pero ella solo corrió más veloz.

Ese camino solitario la llevó a la cocina, dónde los chefs trabajaban duro para servir todos los platillos a los invitados, todos la vieron extrañados, ya que una estrella como ella no debería estar en la cocina, mucho menos corriendo por ella.

Jennie llegó hasta la puerta trasera, por dónde escapó y huyó lo más lejos que pudo, hasta llegar al estacionamiento donde estaban aparcados todos los autos y camionetas lujosas dónde se transportaron a las estrellas.

En seguida, como señal del cielo, vio como un ballet parking estacionaba la camioneta donde ella había llegado. A paso rápido, llegó hasta donde el chico se encontraba saliendo de la camioneta.

Jennie se acercó a él, agitada y el chico se sobresaltó por un momento.

- Toma - Le tendió un billete de 100 dólares al chico - Vete, la necesito - Entonces le quitó las llaves de la camioneta al hombre y se subió en ella para después arrancar a toda velocidad.

El chico solo se quedó atónito sin saber que decir.

Jennie condujo a toda velocidad, lejos de todo, de los paparazzi, de Kai, de Lisa, de la gente falsa y su vida falsa. Huyó de todo lo que la abrumaba, de todo lo que la hacía feliz.

El trayecto fue largo, ya que no sabía a dónde ir, no tenía con quién desahogarse, todo el mundo parecía estar en su contra, parecía que todos querían hacerle daño de una u otra forma.

No estaba segura de que pasaría después de ese momento, pero de lo que sí estaba segura, es de que quería ser feliz.
La lluvia comenzó a caer con fuerza, Jenni encendió el radio y comenzó a sonar música.

Sintió ese sentimiento de libertad invadir todo su cuerpo, por fin se sentía libre, sin ataduras, sentía que valía la pena, ya nadie iba a usarla, ni Kai ni tampoco Lisa, esta vez sería ella la que pondría las reglas, no la sociedad, no el público... Ella.

- ¡Wuuuu! - Gritó agarrando el volante con fuerza y conduciendo veloz.

Su grito fue de felicidad, de una chica libre que solo quería ser amada y respetada por lo que era, no por lo que querían que fuera.

En un momento Jennie dejó de conducir y aparcó la camioneta en la orilla de la playa, la cual estaba completamente sola debido a la lluvia. Las gotas de agua podían verse chocar con el inmenso mar, la arena estaba ligeramente mojada.

Jennie salió de la camioneta quitándose sus lujosos tacones Chanel, empapándose en seguida por la lluvia, arruinado por completo el vestido Chanel que tenía puesto, valorado en Miles de dólares.

Esbozó una sonrisa al sentir el agua impactar en su cuerpo, sintiéndose feliz de al fin disfrutar de cada detalle, siendo ella misma, sin necesidad de recibir un regaño por parte de su manager o por parte de Kai, pidiendo que se comporte.

Caminó a pasos torpes hasta la orilla de la playa, sintiendo como las olas tocaban ligeramente la punta de los dedos de sus pies. En seguida comenzó a dar vueltas sobre su propio eje, feliz, dejando que la lluvia la tocara, sintiendo cada sensación al tope.
Brincó de felicidad, soltando una que otra risa, fue ahí cuando se dejó caer por completo al mar, sintiendo su cuerpo flotar.

Rió de nuevo, pensando en como habría sido si esa noche Lisa no la hubiera encontrado en el techo, ¿Qué hubiera pasado si de verdad hubiera muerto esa noche?

Los pensamientos la invadieron, sentía que no encajaba en este mundo, siempre fue demasiado para la gente de allá afuera, jamás la entendían, no entendían su escencia y es que la gente está tan acostumbrada a algo que cuando ven algo distinto, simplemente lo rechazan, y eso pasó con Jennie.

Dejó que esos pensamientos negativos la invadieron y simplemente dejó de respirar, dejándose envolver por las imponentes olas del mar, sintiendo como poco a poco el oxígeno guardado en sus pulmones se iba.

De pronto sintió como unos brazos la sacaban del mar.

Holiwi.
Últimamente me ha agarrado mucho la inspiración con esta historia, sé que es una de sus favoritas y quiero seguir actualizando seguido.

Por favor denle mucho apoyo a esta historia para sentir que les gusta y seguir actualizando, sigan comentando, me encanta ver sus comentarios en mis historias:)

También apoyen los demás fanfics que hago, últimamente no tienen mucho apoyo:(

Sin más que decir, nos leemos luego, bye cuidense <3