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Capitulo seis

JiMin se acercaba sin prestar mucha atención a su alrededor, porque sus oídos percibían levemente la entusiasta platica de TaeMin sobre una nueva tienda cerca, y los diferentes postres que servían, mientras sus pensamientos no iban más allá de una caja en blanco, donde solo existía la nada y su cerebro descansaba, hasta que, a metros del salón, encontró al pequeño individuo con quien compartía una desagradable experiencia, que si bien, no había invadido al completo su cabeza, durante los últimos días le había molestado.

Sus ojos se encontraron y su rostro no pudo evitar mostrar su claro descontento, a la vez, y pese a la expresión fría que JiMin le daba, el chico de grisáceos cabellos soltaba un suspiro, preparando su mente, deseando expresar, de alguna manera, sus disculpas, y su sinceridad con las galletas que en ese momento se estaban aplastando en su pecho mientras el nerviosismo atacaba su sistema. «Vamos, tú puedes» se animó a sí mismo.

Volvió a suspirar, dando esta vez una notoria gran calada de aire, sus pies comenzaron arrastrarse en la cerámica, bajo los ojos curiosos de los alfas cerca de JiMin y del mismo «No pasa nada, no te hará daño.» de acuerdo, su mente y sus acciones no parecían estar muy animadas, pese a esto, siguió avanzando hacia el y cuando finalmente estuvo frente de Park, decidió ignorar la escases de amabilidad en sus facciones y dedicarle una muy tenue sonrisa.

─ Oh, vaya ─ escuchó a uno de los chicos, amigos de JiMin, a quien dirigió una leve mirada y una tenue reverencia. Seguidamente su mirada volvió hacia el alfa, a quien le debía una sincera disculpa. Los suspiros en ese momento no cesaban por un largo tiempo, por lo que volvió a inhalar y exhalar para seguidamente extender la bolsa de galletas hacia Park, este observó tanto el nerviosismo del chico como la ya mencionada bolsa, el ceño se frunció levemente.

«¿Esta es tu única manera de pedir disculpas? ¿Por lo menos las hiciste tú?» pensó, sin retirar sus orbes de las galletas horneadas. Soltó un suspiro mientras pasaba una de las manos mano por su negra cabellera. De acuerdo, el posiblemente aceptaría las disculpas del omega, pero ahora mismo no sabía cómo actuar frente a todos los demás presentes.

─ Llevan mucho tiempo asi ─ Dijo uno de los presentes.

─ Oh, ¿Acaso es una confesión? ─ se escuchó murmurar a otro. YoonGi rápidamente negó con la cabeza, no quería que alguien interpretara mal esto, su intención no tenía nada ver con ese ámbito, pese a que sus nervios lo estaban logrando hacer que sus manos temblaran como si una especie de taquicardia se tratase, sudaba y por su nuca se deslizaban las gotas hasta llegar a su espalda.

El pálido no era un entusiasta de las multitudes, y aunque no muchas personas estaban prestando atención hacia su persona, para él, aquello no era asi, podía sentir los ojos llegar hasta su frente, como si fuesen focos apuntando a su rostro... el de hecho, está por hiperventilar si la tensión aumentase.

Relamió sus labios viendo de regreso a JiMin, mientras una pequeña gota de sudor se paseaba cerca de su oreja, se preguntó si debía insistir un poco más, hacer alguna especie de movimiento para que este captase y que tomara de una vez las galletas, sin embargo, eso no sucedió.

Los alfas eran seres orgullosos, y JiMin, quien ciertamente se la pasaba reprimiendo una parte de sí mismo, aquel parecía un buen momento para que aquello saliese sutilmente, la negación del omega había removido algo dentro de él, como si le hubiesen lastimado de manera emocional, y la situación era ciertamente afortunada, así que sonriendo de lado soltó un gruñido que logró llamar la atención de todos ─ Que ridículo, es claro que no es una confesión, yo ni siquiera soy amigo de este chico ─ Las palabras fueran tan sencillas de pronunciar.

Algo de dentro de YoonGi temía que no aceptase las galletas, pero su lado más positivo pensó e imagino que aquel dominante tomaría una de las tantas galletas y la comería, no que se estuviese burlando frente a sus narices con la bolsa de estas, como si una broma se tratase.

Apretó sus labios en una fina línea, observo a las personas que estaban presentes, unas riendo, otras tantas simplemente viendo con pesar, el no deseaba nada de ello, no lo necesitaba en absoluto, por lo que arrebatándole las galletas a JiMin de las manos, se fue de ahí, no corrió, ¿Por qué lo haría?, no era algo humillante, no si el no lo pensaba de esa manera.

─Oye, la clase... ─ Unachica intentó decirle, pero no era necesario, él sabía que la clase estaba porcomenzar, pero en ese momento fue poco relevante, más cuando en su fruncidorostro comenzaban a temblar sus cejas y labios, un evidente llanto silencioso, quizástristeza opacada con la molestia, aquel enojo que lo hacía tan miserable,YoonGi no podía controlarse a si mismo cuando esto sucedía. Deseaba golpearalgo, tirar cualquier cosa y si pudiese hablar... gritarle a JiMin lo idiota queera y lo poco arrepentido que se sentía entonces de decirle aquello tan cruel,aunque esto último fuese una completa mentira.

─Tsk, que aburrido, mejor vayamos a clases ─ soltó un chico que se encontraba al lado de Park, el cual se quedó observando hacia la dirección a la que se había marchado aquel omega de cabellera gris. Todos terminaron asintiendo mientras tomaban sus cosas para poder irse y dejar todo aquel show de lado.


Todos menos Jimin, quien no pudo simplemente irse así como si nada, no después de haber caído en cuenta en toda la estupidez que había hecho, cerrando fuertemente los ojos negó con la cabeza, mientras los demás se adentraron al salón.  Sus pasos fueron normales, intentando no llamar demasiado la atención, y por supuesto no dejar en claro su verdadera intención, el siguió aquel sutil aroma que había dejado por todo el pasillo y el cual era distinguido de todos los demás gracias a que este tenía una combinación agria, posiblemente por la tristeza y/o enojo que tenía el dueño.

Cuando por fin logró llegar hasta donde terminaba el aroma se quedó parado detrás de la puerta, intentando así escuchar algo, para después caer en cuenta que aquel omega no podía ni quiera expresar su tristeza a través de sollozos o hipidos.

"vaya tonto que soy..."

Pensó un poco en si entrar o no, pero finalmente su lobo hizo que entrara aquel cuarto de baño, para ahí encontrarse con una imagen que posiblemente le afectaria por un largo, muy largo tiempo.. todo debido a que él era el causante.

Y es que, aquello ojos rasgados, tan pequeños que simulaban ser los de un pequeño gatito, estaban teñidos de un leve rojos, hinchados y cristalizados. Oh, bien, había hecho algo muy grave sin duda...


Volvimossss wuuuuu

¿dudas, preguntas u opiniones?

N O S 

L E E M O S

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