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Baby...

Hace 16 años...

—Mami...¿porque mi papi golpea a mi hermano?— Pregunto aquel inocente niño mirando a su madre con toda la curiosidad que sabía ella podía sentir su pequeño.

—Tranquilo ¿si?, papi no le hará daño a tu hermano, solo está dándole una pequeña lección— La bella mujer se agachó a la altura de su bebé de tan solo diez años, el era tan inocente, tierno, saludable y sobre todo cuerdo.

Jamás dio indicios de ser como su hermano mayor Jongdae, así que lo protegían de todo y contra todo así sea de ellos mismos, sabían que el pequeño Anielka Ivanov era demasiado normal a comparación de ellos, nadie se lo había dicho y jamás lo sabría pero ninguno de ellos estaba bien mentalmente.

Su padre, un hombre guapo y deseado por muchas mujeres era un homofobico de primera, un mentiroso y calculador, pero ¿quién le creería si a simple vista parecía un hombre bueno?

Su madre, una mujer realmente bella con dotes actorales que podía utilizar en cualquier lado, una mujer psicópata acusada infinitas veces de asesinatos menores.

Su hermano a simple vista podía ser aquel jovencito adorable, bueno y tranquilo, pero realmente no era así, acusado varias veces de haber violado a tanto mujeres como hombres.

Ahora se preguntarán, ¿cómo es que un bebé de diez años normal en todo sentido podía ser de esa familia?, pues era demasiado simple, el pequeño Anielka Ivanov era adoptado desde que el tienen memoria suficiente como para darse cuenta de las cosas.

La adopción fue demasiado peleada debido al papeleo y las constantes acusaciones de esa familia, pero algo estaba seguro y era que el pequeño niño iba a ser de ellos costará lo que les costará...

Y así fue en menos de un mes el pequeño Anielka Ivanov estaba siendo parte de la familia Kim...



Actualidad...


—¿Y eso a que nos lleva?— Pregunto Minseok mirando hacia la nada escuchando constantemente el traqueteo de aquel reloj viejo el cual estaba colgado en esa misma pared blanca la cual nunca a cambiado para nada.

—Nos lleva a que ahora estas siendo más consciente de los echos, sabes bien que no te dejarán realizar tus labores de enfermero si no terminas con lo dictado por la corte.— Contestó su psiquiatra como si fuera la cosa más normal del mundo y quizás si lo era para el pero no para Minseok. —Escucha Anielka, eres una persona que entiende bien las cosas, estas demasiado encerrado en tu mundo como para saber que ya estás progresando...

—¡¿Cómo rayos quiere que avance si no hace más que recordarme de donde vengo o mejor dicho a donde fui a parar?!. Tan solo tenía diez malditos años y creía que cuando alguien me adoptara sería como el cuento de hadas perfecto...¿pero sabe que?, no fue así, esos idiotas me quitaron lo que tenía y usted sabe bien a que me refiero.— El psicólogo lo miro con expresión bien sabía Minseok que solo eran personas robotizadas que solo decían lo que estaba escrito o lo que les enseñaban en el transcurso de su carrera.

—Nadie sabe que destinó nos toca Anielka, el depender de ello somos nosotros, nosotros decidimos que rumbo va a tomar, eres inocente y los de la corte lo saben, pero eras solo un niño cuando pasó, ¿que te hace pensar que eres el único en este mundo?. Sabes tan bien como yo que hay demasiadas personas sufriendo lo mismo que tu... — ﹰMinseok se quedó callado ante eso, pues sabía que tenía razón, cuando empezó a estudiar medicina tenía uno que otro compañero que habían pasado peores cosas que el, ¿estaba siendo egoísta?, quizás si pero aún recordaba y le hacia daño.



Hace 16 años.... Unas horas antes de Navidad..

—Bebe, ¿qué te gustaría como regalo?— Pregunto si madre vestida de forma medio elegante pues estaba siendo noche buena y ellos irían a una cena con amigos.

— No lo se, quiero ir de viaje con ustedes a la playa— Respondió emocionado el pequeño Anielka mientras juntaba sus manitas.

A la distancia se podían ver las dos  figuras restantes haciendo diferentes cosas una de ellas era su padre, el hombre estaba tratando de arreglar su cabello hacia un lado y por otro lado estaba su hermano Jongdae quién lo veía con ojos alegres según el pequeño Anielka.

Su madre sonrió enternecida por la actitud de su pequeño Minseok, ella le habia tomado un gran cariño desde que lo vio, ella quedó encantada con el pequeño, tanto así que ella se encargaba de cuidarlo de todo lo que sucedía a su alrededor.

Dos horas antes de irse sus padres le dejaron como advertencia a su hermano mayor que cuidara del pequeño Minseok mientras ellos no estaban, que si el le hacia algo ellos le harían pagar, fastidiado el aceptó y les dijo que ya se fueran.

Cuando quedaron solos en aquella grande y bonita casa ambos tomaron rumbos diferentes... El mayor de ambos se encerró en su cuarto dejando a su pequeño hermano jugando en la sala.

Cuando Minseok se aburrió fue en busca de su hermano para ver si el quería jugar con el, su pequeño estómago sono haciendo que sus gorditas mejillas se colorearan de un bonito rojo, subió con cuidado las escaleras hasta encontrar el cuarto de su hermano, cuando lo hizo tocó varias veces escuchando ruidos extraños detrás de ella.

—Dae ¿estas ahí?, ¿estas bien?— Pregunto con su tierna voz inocente tocando más la puerta, un ruido más alto se escucho haciendo que Minseok se espantara, cuando menos lo espero una mano lo jalo hacia dentro de aquella habitación oscura y con un olor demasiado raro, los ojitos del pequeño se llenaron de agua debido a lo asustado que estaba, casi gritó cuando sintió unas manos en su pequeñita y algo estrecha cintura.

—Oh, Min ¿te asuste?— Escucho la voz de su hermano mayor pero esta estaba más ronca de lo usual y eso hizo que el corazón del pequeño empezará a acelerarse sin saber el motivo. —Mi precioso angelito, ven vamos a jugar será divertido...



Actualidad...



—Por favor, ya no quiero recordar— Susurro entre lágrimas.

—Anielka me duele pero esto es necesario, tienes que contarme todo así sea otra vez... tienes que terminar con esto de una vez por todas, lucha por aquello que quieres y si ayudar a las personas es lo que quieres toma eso como incentivo, eres una persona fuerte y capaz, mirate terminaste tu carrera a pesar de los demonios que te atormentan cada noche, una vez más ¿Si?. — Minseok lo miro atentamnte se limpió sus abultadas mejillas las cuales ya estaban sonrojadas debido al llanto, aspiro profundo y continuó su relato...



Hace 16 años....



El pequeño lloraba en una esquina de aquella cama echo un desastre, veía a su hermano mayor con terror en sus pequeños y rasgados ojos.

—Mirate tan precioso...— Paso su dedo por un costado del pequeño. — Tan inocente, tan único y tan mío de ahora en adelante ¿no es así mi amor? — Minseok negó muchas veces haciendose bolita, era tan solo un niño el cual lo habían roto de la manera más asquerosa y horrible, un golpe en su abultada y pequeña mejilla lo dejo atontado y adolorido. —¡Di que eres mío! — le gritó haciendo que Minseok llorara más y pidiera por su madre su hermano se rió de una forma maniática y se acercó para besarlo a la fuerza, quería sentir aquellos labios rosaditos, esponjosos y bonitos, quería volver a sentir ese pequeño cuerpo como suyo, sabía bien que nadie lo había tocado así que se sentía como un dios al ser el primero de su angelito....


Actualidad...


—Ya no por favor— Susurro Minseok con algo de dolor, él recordar todo aquello era bastante difícil, sentía como si una parte de su alma se volviera a romper.

—Anielka...— Su psicólogo intento hablarle decirle más, pero ya era tarde Minseok entró en ese estado en el cual los recuerdos eran más fuertes y el dolor lo cegaba. —Tienes que volver, ya no estás ahí, estás en el presente eres un excelente enfermero, una buena persona que a pesar de tu pasado sigues de pie, eres una persona que sobrevivió a lo que quizás otros no...



Hace 16 años...



—Y no se te ocurra decirle alguna palabra de esto a mamá, si lo haces lo qué pasó aquí no será lo único que probarás de mi— Sonrió de forma sinica empezando a vestirse como si no hubiera pasado nada.

El pequeño Minseok aún lloraba sus partes dolían, sus ojitos estaban más rojos e hinchados de lo normal, su boca tenía leves rastros de sangre y su mejilla derecha estaba roja debido a los constantes golpes que su hermano le había dado.

Minseok se sentía cansado y débil, se sentía como si en cualquier momento fuer a dormirse, su visón estaba tornándose borrosa, unos puntos negros aparecieron haciendo que el aire empezara a faltarle.

—No, no, no..— Escucho la voz de su hermano mayor totalmente distorsionada, Minseok no entendía lo que estaba pasando, solo sentía su cuerpo anteriormente adolorido más liviano. —No se te ocurra dejarme— entonces lo vio, vio aquel golpe directo a su ya mejilla maltratada, pero el pequeño ya no la sintió simplemente sonrió de aquella manera que tanto le gustaba a su hermano, de aquella manera que tanto celaba pues el pequeño era muy sociable y a todo mundo le daba esa bonita e inocente sonrisa. —No eres quien para dejarme eres mío y siempre será así— Pero el pequeño ya no entendía nada, simplemente veía, cerrando cada vez más sus ojitos los cuales derramaron una que otra lágrima, ya no escuchaba, ya no sentía, ya estaba más liberado y nada le dolía.


Actualidad.


—¿Y entonces esa fue tu salvación?— El psicóloga le pregunto a Minseok el cual ahora tenía una sonrisa pero esta era más de derrota que de felicidad.

—Ya no supe más de Jongdae, no supe a donde fue a parar, solo supe que cuando desperté estaba en un hospital conectado a miles de cables y a un respirador— Minseok ladeó su cabeza limpiando su mejilla. —Era demasiado pequeño para entender.

—¿Volviste a ver a tus padres?— Minseok negó varias veces, pues desde aquella tragedia jamás los volvió a ver y ya no quiso saber más de ellos. —¿Volviste a ver a Jongdae?— Minseok volvió a negar, estremeciéndose en cuanto un leve escalofrío lo recorrió. —Vete...— Minseok miró al psicólogo sin entender, hasta que le pasó una sobre sellado. —Eres libre Anielka— El psicólogo rio. —Lo siento, eres libre Minseok— Entonces realmente sonrió.

Minseok al fin era libre de todo aquello y si el sobre contenía lo que él pensaba podría al fin mudarse, podría al fin rehacer su vida, podría al fin recibirse, podría al fin cumplir sus sueños.

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