—¿Estás bien? — Fue lo primero que preguntó mientras lo veía cabeza a abajo. Jack se quitó el casco y dejó su arma a un lado sobre la tierra. Miró mi pie atorado e intentó elevarme para poder aflojar mi tobillo en la rama, pero fue inútil.

—¿Qué tan buena eres con los abdominales?

—No muy buena. 

—Pues te tocará esforzarte.

—¿Por qué?

—Me voy a subir y tendrás que levantar la parte superior de tu cuerpo para que pueda sostenerte. 

—Maldición. —Me quejé. El se rio para luego escalar el árbol hasta llegar a la rama. No supe qué estaba haciendo hasta que me habló de nuevo. 

—Bien, debes intentarlo. yo estiraré mis brazos lo más que pueda para que puedas alcanzarme. No lo pienses mucho solo debes hacer fuerza en tu centro.

—Es fácil decirlo.

—Lo sé, pero inténtalo. —Hice lo que pude. Traté de alzarme como si estuviera haciendo abdominales. Lo intenté una vez, pero no pude.

—Vamos Gabs, yo sé que puedes. 

—Sí, sí. Dame un momento. —Tomé aire y lo intenté de nuevo. Jack se estiró lo más que pudo y finalmente nuestros dedos se tocaron. hice más esfuerzo y finalmente tomó mi muñeca y de un jalón me subió sentándome sobre la rama y él cayendo sentado también. Respiramos con dificultad. Al verlo, él hacía lo mismo. Nos reímos por unos minutos y luego miré mi pie ahí atorado. Jack se acercó a mí y me ayudó a desatorarme. Sin embargo, me dolía mi tobillo.

—Creo que me lo torcí. —Jack suspiró.

—Por dios mujer. Tu no vives, sobrevives. — Bufé divertida. Se levantó de la rama y me ofreció su mano para poder levantarme. Él bajó primero  y luego alzó sus manos para sostenerme por la cintura y ayudarme a bajar. 

Mis manos quedaron sobre sus hombros y las de él no se movieron. Nuestros ojos se encontraron y fue ahí cuando sentí mi corazón latir como loco. Tragué nerviosa y por un momento, no sé si fue mi imaginación, noté que él dio un paso pequeño hacía mí acortando la distancia. 

—Será mejor que te lleve al auto. —Entonces vi a Isaac detrás de él. A unos cuantos metros. Me hizo una seña para que no hiciera ningún ruido. 

—Estoy bien.

—Dios, Gaby. ¿Qué haré contigo?

—¿De qué hablas?

—Creo que hay que cuidarte más de lo esperado.

—¿En serio?— Alcé mi ceja con cierta burla. Di un paso adelante y acerqué mi bosa lentamente hasta su oído. —Me temo Jack, que quien debería cuidarse eres tú.

Bang, bang, bang 

El arma de Isaac marcó la espalda de Jack con pintura azul. Me miró con los ojos bien abiertos.

—Tú...

—Has perdido. —Sonreí. Isaac caminó hasta nosotros sonriendo. 

—Parece, que acabamos ganando. — Isaac se burló de su amigo. Jack, sin embargo, sonreía divertido. 

—Eso estuvo bien chica fresa. —Puse los ojos en blanco al escuchar su feo apodo. —He de admitir que eres muy astuta. 

—Gracias. —Hice una inclinación como si tuviera un vestido y luego Isaac alzó su mano y chocamos los cinco. Sin embargo, me desequilibré debido al dolor de mi tobillo. Jack me sostuvo y me miró con preocupación.

—Bien capitán, me llevaré a tu soldado a la salida mientras esperas a tu equipo. Se lastimó el tobillo. —Isaac me miró con preocupación. Y antes de que pudiera decir algo, Jack me tomó por la espalda y detrás de las rodillas para cargarme. Solté un pequeño grito debido a la sorpresa y me sostuve muy fuerte de su cuello.

—¿Qué haces?

—Vamos afuera. De todas formas estoy fuera de combate y tu lastimada estás igual. —Isaac tomó nuestras armas y me mostró ambos pulgares. 

—Gracias por tu servicio señorita. Ahora estás en buenas manos. —Me hizo un saludo militar y no pude evitar soltar una carcajada mientras Jack avanzaba.