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Capítulo 7

Midoriya deslizó suavemente el cierre de su maleta acabando de empacar todo lo que necesitaría durante esos meses fuera de casa.

Por un momento miró su cama y los libros que mantenía sobre la mesita de noche, extrañaría muchísimo terminar su trabajo y recostarse en ese pequeño rincón donde escapaba del mundo con un libro en sus manos. Lo extrañaría con todo su ser, sobre todo porque desde ese día viviría en una montaña rusa, viajando de país en país a velocidades abrumantes junto a personas peculiares.

Personas peculiares y Shoto Todoroki, quien era el más peculiar de todos.

Su corazón dio un vuelco en el pecho. No, no podía estar pensando estupideces, él era Izuku Midoriya y sabía perfectamente que su vida se iba al traste cada vez que pensaba con el corazón y soñaba con cuentos de hadas. Solo debía hacer su trabajo en irse, esa noche con Todoroki no significó nada, él mismo se lo confirmó días atrás cuando fueron a recuperar su motocicleta, solo debían ser profesionales y punto final.

Midoriya tenía una vida monótona y aburrida, estaba cómodo con ella y no planeaba cambiarla.

El sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos. No tuvo que pensar mucho antes de dirigirse a abrir la puerta, solo una persona en el mundo tocaba a su puerta con tal insistencia.

Ochako Uraraka.

Suspirando y terminando de atar los rebeldes rizos de su nuca con una liga, abrió la puerta. Solo para recibir un grito de Uraraka y un empujón.

—¡Es momento de que abras esa boca y me digas qué te sucede!

La pequeña, pero endemoniada chica, se abrió paso en su departamento como si viviera en él.

—Muy buenos días para ti también —Midoriya musitó por lo bajo, cerrando suavemente la puerta—. ¿Cómo has estado?

Uraraka se volteó a verle con una mirada fulminante para nada acorde con su rostro redondo y peinado de honguito.

—¡Ja, no! ¡Ni creas que me cambiarás el tema!

Midoriya hizo un puchero.

—Solo quería saber cómo estabas.

—Y yo soy la reina de Inglaterra.

Uraraka lanzó su carísima cartera de diseñador que Iida le dio en su cumpleaños sobre su sofá. Midoriya quiso decirle que fuese más cuidadosa, pero luego recordó que se trataba de la loca de su mejor amiga y solo recibiría una mirada de indignación.

—Bien, tu hermana mayor está lista para escucharte.

—Ochako... —murmuró intentando ser cuidadoso—. Verás, he estado pensando... que ya no tiene importancia. Estoy bien, en serio.

Uraraka alzó una de sus cortas cejas poniendo sus brazos en jarra y dándole una mirada que le decía que no le creía en nada.

—Te la pasaste toda la bendita semana con la cabeza en las nubes, chillabas cada vez que alguien se acercaba de improviso y pensaste en renunciar al menos dos veces. —Uraraka bufó—. Estás bien, perfectamente bien.

Midoriya se sintió cohibido.

—Vale, lo comprendo. —Midoriya tomó asiento en el sofá para una persona, había pensado en contarle a su amiga lo que sucedió con Todoroki, pero el solo hecho de pensar en eso hacía temblar sus piernas cual gelatina—. Sin embargo, insisto, eso fue antes, estuve pensándolo anoche y me di cuenta de que no era nada en especial.

—Yo juzgaré eso. —Uraraka se sentó en el sofá más grande, viéndole con los ojos entrecerrados—. En serio no te comprendo, también fuiste de gira con Dark Fox y escribiste su libro sin ningún problema. Lo único diferente es que esa gira fue nacional, con Todoroki es internacional, así que tus pecas verán el fabuloso clima de Europa en estas fechas.

La otra diferencia era que no se metió en la cama de ninguno de los miembros de Dark Fox, en cambio con Todoroki...

—Bueno, ¿recuerdas cuando te acompañé a ese feo club mientras esperabas por Iida?

Midoriya desvió la mirada, Uraraka parecía leerle el alma cada vez que le veía, y esta vez no quería que ella sacara sus propias conclusiones.

—Por supuesto que sí, te fuiste temprano, ¿qué hay de malo en ello?

—Puede... —pasó saliva, sentía su garganta estrecha—. Puede que no me haya ido tan temprano.

Un pesado silencio cayó en la habitación.

—¡Oh Dios! —Uraraka jadeó—. ¡¿Te quitaron la florecita sin consentimiento?!

—¡Por supuesto que no! ¡¿Q-Qué clase de conclusión es esa?!

—¡Entonces no me dejes a la deriva! ¡Me asusté!

Midoriya se cubrió el rostro con una mano, a eso se refería.

—Conocí a Todoroki en ese club.

—¡¿Qué hiciste qué?! —Uraraka exclamó tan rápido como pudo, no se tomó su tiempo para pensar en la situación—. ¡¿Cómo es eso posible?! ¡Si lo conociste significa que le hablaste!

—No, bueno, él... —Midoriya se mordió la lengua—. No es...

—¡¿No es...?! ¡¿No es qué?! ¡Termina tus oraciones, estoy hiperventilando!

Uraraka estaba abanicándose la cara con ambas manos, completamente tensa. Midoriya estaba seguro de que si no terminaba sus oraciones correctamente ella le daría un golpe con la cartera.

—Él estaba borracho y solo, nadie le reconoció, yo fui el único que lo notó... entonces comencé a pensar que sería peligroso para él volver solo a casa.

—¡¿Lo acompañaste a su casa?!

—¡No...! Espera, si lo hice, ¡p-pero eso es después!

—¿Después? ¡¿Después de qué?!

—¡Por las heroicas tangas de All Might, Ochako! No puedo decirte absolutamente nada si tú gritas. —Midoriya gimoteó—. ¿Puedo contarte con calma?

Uraraka frunció los labios mientras le veía como si el enigma de la vida estuviera frente a sus ojos. Finalmente soltó un largo suspiro y se calmó.

—Bien, pero quiero detalles.

Midoriya le contó todo, bueno, al menos gran parte de ello. Desde la forma en que le encontró en el club hasta como Todoroki le coqueteó entre sus vagos intentos por conseguir que volviera a su casa y dejara de beber. Cuando llegó a la parte en que Todoroki reclamó el beso prometido, sintió su sangre hervir y su corazón explotarle en rápidos latidos, por lo que dijo todo con prisa y sin entrar en detalles.

—Entonces tanto el manager como ese chico te vieron en su cama.

Uraraka estaba tomándoselo muchísimo mejor de lo que esperaba, para ese punto, Midoriya suponía que ella se levantaría a jalarle el cabello y preguntarle por qué diantres no le dijo antes.

—Sí. Ellos intentaron sobornarme, pero me negué, solo acepté el dinero suficiente para volver a casa en taxi. —Midoriya solo se veía las zapatillas rojas, como si les preguntara a ellas qué hacer con su cochina vida—. Luego debí ir otra vez cuando Iida me encargó el trabajo a mí, por eso no quería ir.

—¿Y qué sucedió? ¿Ahora tienes un famoso cantante que va tras tu pecoso trasero?

Midoriya negó repetidas veces.

—No, todo lo contrario —jugó con sus dedos—, él... él me dijo que solo fuésemos profesionales.

Uraraka gruñó por lo bajo.

—Te coquetea, consigue meterte en su cama y al día siguiente te echa de una patada.

—Pero fue amable.

—¡No existen las patadas amables, una patada es una patada! —Uraraka cruzó los brazos por sobre su pecho mientras bufaba—. ¿Sabes algo? Él podrá ser Shoto Todoroki, tener una fanaticada rabiosa, millones de dólares en el banco y ser sexy como el infierno, pero puede irse al demonio si cree que eres un cualquiera y que olvidarlo será fácil para ti.

—Uh... lo que sea, es mi culpa también por seguirle el juego —Midoriya admitió con amargura—. Le haré caso y solo trabajaré, recopilaré cierta cantidad de información suya y tomaré las fotografías durante la gira, no es mucho, tendré bastante tiempo libre para alejarme de él, además, no le agradé mucho a su manager, probablemente también ponga una distancia entre Todoroki y yo, no importa, ¿no? Mejor me concentro.

—Izuku, estás divagando y creo que me perdí en la mitad de tu discurso.

—¡Perdón...!

—Ajá. —Uraraka le dio una fija y larga mirada que le hizo incomodar, ella era su amiga, pero las miradas fijas le ponían nervioso y no podía controlar eso—. Escucha, no dejes que ese tipo te use como una distracción por lo que le sucedió con Momo Yaoyorozu, de seguro tiene el autoestima hecho pedazos y debe reafirmarlo de alguna manera.

—Si él intenta eso no creo que lo haga conmigo de todas formas.

Uraraka rodó los ojos.

—Ahí va tu baja autoestima.

Midoriya tiró de las mangas de su sudadera intentando esconder sus nervios de la mirada juzgadora de Uraraka. Siempre soltaba comentarios poco favorables sobre sí mismo, a veces sin siquiera darse cuenta de ello, él estaba seguro que eso tenía que ver con su pasado, pero confiaba que el tiempo lo curaría.

El tiempo debía curarlo.

—Y bien, ¿dónde está el gato?

—Lorito.

—Perico.

—Es un lorito —Midoriya le corrigió.

Uraraka sonrió y negó con la cabeza, como si le dijera que era un completo nerd, aunque así le quería.

El ave canturreó desde su jaula colgada en la pared cercana al balcón, desde que había comprado a All Might Junior Midoriya sufría mini infartos cardíacos. El ave cantaba cuando se le daba la gana y para alguien que vivía nervioso y alerta era una constante amenaza, sin embargo, no se arrepentía, le hacía compañía y le alegraba la mañana cada vez que cantaba al sol.

—Cuida bien de él.

Uraraka infló sus mejillas.

—¡Por supuesto! Iida ya se tomó la molestia de investigar un montón sobre aves, además que propuso tener un veterinario cerca.

—Hey, no comas delante de los pobres.

—Antes la pobre era yo, ahora te aguantas.

Midoriya rió suavemente mientras veía a Uraraka intentando quitar la jaula de su lugar.

Ella había encontrado su propia felicidad, pasó por mucho y ahora el mundo se lo pagaba con creces. Estaba seguro que prontamente se comprometería y formaría una familia, y él seguiría allí para ella y sería su mejor amigo aunque Uraraka no le necesitara.

Después de todo, la felicidad de Midoriya era esa, tener a sus amigos cerca y una vida tranquila donde los desastres no tocaban a su puerta cada mañana, donde no vivía grandes aventuras y no se lanzaba por emociones.

Solo debía convencerse de ello.

—Yo le dije, Blasty no seas bobo, el concierto de Todoroki será a las nueve, es imposible llegar si tomas el vuelo de las siete —Kirishima farfulló caminando de acá para allá en el reducido espacio del tour bus—. ¿Y él que dijo? "Cállate pelos de mierda, qué sabrás tú de aviones." ¿Le insistí? No, y ahora Blasty está varado en ese avión, soy un pésimo amigo.

Todoroki suspiró al notar que Kirishima volvía a abrir la boca para quejarse de la mala persona que era cuando eso no era verdad.

—Mire por donde lo mire es culpa de Bakugou, no tuya, Kirishima.

Kirishima levantó la cabeza cual nutria y le vio con una mezcla de preocupación y esperanza.

—¿Tú crees?

Todoroki casi rodó los ojos, casi. Dejó su cuaderno de notas sobre el asiento y cruzó los brazos sobre su pecho, estaba molesto también, pero con el real culpable. Como a Bakugou se le haría imposible llegar para el concierto de apertura estaba obligado a conformarse con uno de los bateristas contratados por su productora y si era sincero, le costaba confiar en personas cuyo talento no había presenciado directamente.

—Aizawa le dijo que debía llegar temprano, a más tardar este día por la mañana debido a cuestiones de responsabilidad, pero él no hizo caso. Esto es sin duda alguna su culpa.

La voz de Todoroki sonaba algo gastada, su garganta aún dolía un poco ya que apenas esa madrugada obtuvo su voz de vuelta. Hizo una mueca debido a la molestia antes de abrir su botella de limonada dulce y darle un largo sorbo intentando relajar a sus cuerdas vocales.

Kirishima dejó su berrinche a un lado para ver seriamente a su amigo.

—¿Duele?

—No tanto. —Todoroki secó la comisura de su boca con la manga de su chaqueta—. Es incómodo, pero ya estoy acostumbrado.

—¿Podrás cantar? Sabes que siempre y cuando lo permitas te dejarán hacer playback.

—Las personas pagan para oír en vivo, no pienso hacer algo tan bajo a menos que sea realmente necesario.

—¡Hombre, eres tan responsable...!

Todoroki bajó la cabeza. No, no era responsable. Una persona responsable actuaba según las normas y tenía la mente clara, Todoroki no, él era todo impulsos y confusión.

¿Quién más que él escribía una canción sobre un chico que alejó? Se contradecía, él debía actuar como una persona seria y responsable, trabajar junto a Midoriya y terminar ese trabajo, no escribirle canciones y ansiar sentir un poco más de aquellas emociones intensas.

De algún punto de su mente, recordó la voz de Touya diciéndole "pendejo" sin pena alguna. ¡Y por los infiernos que tenía razón!

—Y por cierto, ¿sabías que Midoriya estará fotografiando desde ahora?

—Ajá.

—Y no te da... no sé, ¿cosquillas?

Todoroki frunció el ceño completamente extrañado.

—No. ¿A ti sí?

Kirishima soltó todo el aire en una escandalosa carcajada.

—¡Esta charla no tiene sentido!

Todoroki bufó e ignoró la risa de Kirishima, optó por tomar su cuaderno del asiento y comenzar a trazar notas una vez más. Si bien debía concentrarse en su concierto que estaba a nada de empezar, la idea de su canción inconclusa le removía. Quería terminarla, pero le faltaba algo, algo que no sabía qué diantres era.

Tal vez se debía a sus memorias difusas, aun no conseguía recordar del todo, solo lo más importante. Esos detalles podrían tener la respuesta, tal vez era la tonada, tal vez la letra, necesitaba descubrirlo y arreglarlo.

Pero por supuesto, debía hacerlo solo, absteniéndose de acercarse a Izuku Midoriya.

—¿No crees que deberías preocuparte un poco más?

—Hablé con él —dijo sin levantar la mirada—, no queremos tener cercanía, de ningún tipo.

—Espera, ¿qué?

Arqueando una ceja ante la insistencia, Todoroki alzó la vista topándose con el rostro incrédulo de Kirishima.

—¿Ocurre algo?

—¿Dijiste que no querían tener cercanía? ¡Pensé que solo habían hablado! Ya sabes, algo así como tener una amistad o ser compañeros... —Kirishima bajó sus hombros y suspiró, su buen humor había bajado drásticamente—. Amigo, que decepción.

Todoroki no podía sentirse más confundido.

—¿Por qué lo dices?

—Creí que podría volverse cercano a ti.

Sacudiendo la cabeza con negación, Todoroki dejó la libreta a un lado. La insistencia y perseverancia de Kirishima rozaba lo ridículo, él estaba más inmerso en el tema de mutis que él mismo.

—Y yo creí que habíamos dejado en claro ese tema —gruñó por lo bajo—. No quiero hacer nada respecto al mutis, déjame olvidarlo y ya. Mucho menos intentes meter a Midoriya en esto, no estoy interesado en él.

Oh, jodida mentira.

Kirishima hizo una mosqueta digna del berrinche de un niño de cinco años.

—Juro que no estaba pensando en mutis —bufó—. Solo creí que estar junto a Midoriya te haría olvidar lo que ha pasado últimamente. Es decir, Midoriya es agradable, el tipo de persona que podría llevarse muy bien contigo.

Todoroki entrecerró sus ojos.

—¿Ah sí?

—Sí. Debes hacer nuevos amigos, Todoroki, sobre todo porque te quedaste en el círculo social de la fama y tú odias a los famosos. —Kirishima sonrió de soslayo—. Midoriya es una persona del mundo normal, ¿no?

Bien, debía admitir que Kirishima logró inventar una excusa decente en tiempo récord, pero aunque tenía el crédito por eso, Todoroki no pensaba hacerle caso. Era obvio que Kirishima estaba intentando por todos los medios empujarle hacia ese chico radiante de pecosas mejillas.

Infiernos, no. Eso tenía sellos de advertencia desde cualquier ángulo.

—No necesito tu preocupación, Kirishima. Estaré bien.

—¿Eso quiere decir que no te importará Midoriya?

—Exactamente.

—¿Ni un poquito?

—Ni un poco —repitió escéptico.

—Uh, okay. —Kirishima suspiró, y aunque parecía haberse rendido, Todoroki no podía sentirse seguro.

Esperaba que su amigo no estuviera planeando algo estúpido.

Midoriya sentía que iba a vomitar el corazón o que en cualquier momento caería desmayado al suelo.

Había llegado temprano al lugar del concierto y consiguió ver el frente donde cientos de fanáticas hacían campamentos, por un momento se sintió aterrado, luego recordó que él hacía esas mismas filas por sus ñoñadas así que decidió no juzgar a nadie.

Pero ahora...

Se encontraba en backstage, todos los del staff ya estaban en sus lugares y prontamente dejarían ingresar a los asistentes que por lo que oyó, era una multitud. Eso no se comparaba para nada con lo que Dark Fox podía lograr, Todoroki estaba a un nivel superior en cuanto a la fanaticada y el apoyo.

Y eso solo le hacía sentir más pena, el tipo era demasiado asombroso como para decidir que meter su talentosa lengua en su boca era buena idea, pero lo hizo.

¡Santa mierda! Esta vez sí que la había jodido, sin duda alguna esa podría ser su experiencia más bizarra y tormentosa hasta ahora, pero él era Izuku Midoriya y siempre podía sucederle algo peor.

Siempre.

—¿Izuku Midoriya? ¿Es usted?

Un chico joven con una negra camiseta del staff  llamó su atención.

—Uh, sí. Estaba por ir a mi lugar, no me tardaré nada.

—No es eso, tengo un recado para usted. —El chico sonrió culpablemente—. Le están esperando en el camerino uno.

Midoriya parpadeó perplejo.

—¿Quién?

El chico subió sus hombros y siguió su camino, dejándole a la deriva.

Sintió que su corazón dio un vuelco. No se trataba de Todoroki, ¿verdad?

Se perdió entre los pasillos en busca de los camerinos, los había visto anteriormente, pero no les tomó atención, no debía acercarse a ellos así que no era de importancia.

Quería gritar. Estaba deseando con todo su ser que se tratase de Aizawa, aunque el hombre tuviera un porte tenebroso y un rostro apático, él era el más sensato de todos, si le llamaba sería por trabajo, nada más. En cambio, si se trataba de Todoroki se sentiría incómodo como el infierno.

Encontró la puerta del camerino y dio dos golpes suaves antes de abrirla. El lugar era claramente sofisticado y ordenado, ideal para un artista.

Sin embargo, quien estaba esperándole era Kirishima.

—¡Hola, Midoriya! —Kirishima le saludó desde el sofá, lucía diferente a las veces anteriores. Traía una ropa llamativa y al más puro estilo rockero, suponía que era debido al estilo propio de Todoroki, si estaban todos juntos en el escenario debían verse armónicos. A Kirishima no le quedaba mal, lucía extremadamente guapo, pero Midoriya solo pudo concentrarse en la cantidad de maquillaje que tenía en el rostro—. Hombre, nadie nos dijo que habías llegado.

—Oh. Bueno, lo hice desde muy temprano —Midoriya balbuceó. No quería ser descortés, Kirishima era amable y le trataba bien, además no había necesidad alguna de alejarse de él.

En cambio, con Todoroki...

—¿Temprano? Entonces es verdad que eres muy responsable con tu trabajo. —Kirishima sonrió—. Hey, pero no te quedes de pie allí, siéntate conmigo.

—Uh, es que... tú sabes, el concierto está por empezar.

—En cuarenta minutos. ¡Eso es casi una hora!

—¡Pero podría pasar rápido! Incluso creo que tú deberías estar más ansioso que yo, ¿no?

—No me preocupo, solo debo hacer lo de siempre. Además estoy solo y aburrido, Todoroki siempre se tarda un montón, ya sabes, él es la estrella esta noche y debe verse más que asombroso. —Kirishima subió sus hombros—. Y tú eres amigable, pensé que podríamos llevarnos bien...

Midoriya parpadeó casi perplejo. ¿Era amigable? Él era un desastre al conocer gente, antes de Uraraka jamás tuvo un mejor amigo, e incluso, era gracias a ella que podía tener más amigos, porque ella le juntaba con los demás. Si era sincero, jamás hizo un amigo por su propia cuenta.

Se sintió nervioso y ansioso a la vez, Kirishima era una buena persona, amable y muy sincero, si estaba intentando formar una amistad con él era porque en realidad así lo quería.

Midoriya frunció sus labios antes de sentarse en el sofá junto al bajista, aunque a una distancia prudente.

—Supongo que estaría bien, aunque es inconcebible para mí llegar antes de tiempo.

—¡Relájate un poco! Es más, se supone que en cuarenta minutos dejarán ingresar a los asistentes, pero después de eso se tardan un rato más en comenzar. —Kirishima bufó—. Es más agotador esperar que subir al escenario.

—¿No tienes dolor de estómago? Yo solo voy a fotografiarlos, así que no me siento ansioso, pero ustedes serán el centro de atención de tantas personas... —Midoriya musitó casi con miedo.

—¡No es para tanto! O al menos para mí, ya sabes, casi todos aquí vienen por Todoroki, yo solo soy su bajista.

—¡Espera un segundo! Según lo que yo sé, tú también eres bastante querido por los fans, ya todos te reconocen como uno de los grandes amigos de Todoroki y un músico excepcional.

Kirishima le vio con una mueca algo asombrada.

—Tú espera un segundo, ¿eres un fan?

Las mejillas de Midoriya adquirieron un tono rojizo.

—¡N-No! Sabía un poco de ustedes antes, aunque ahora que debo trabajar me tomé el tiempo de investigar un poco. —Midoriya desvió la mirada y frunció sus labios—. No soy un fan, mucho menos un acosador.

—Woah, espera, nadie ha dicho nada de acosar.

—¡N-no es...! ¡Juro que no soy un acosador!

Kirishima soltó una pequeña risa que le hizo callar.

—Eres divertido, Midoriya. —Kirishima dijo entre su leve carcajada—. Será bastante agradable tenerte aquí, podríamos llegar a ser buenos amigos.

—¿Estás seguro?

—Mientras no seas un acosador.

—Bien, me comprometo a no robarte tus uñas cortadas. ¿Hecho?

Kirishima sacudió su cabeza y sonrió, Midoriya se sintió aliviado, su intento de chiste había sido bien recibido por el bajista.

—Por supuesto, hecho.

Kirishima tomó su mano y le dio un amistoso apretón, sin embargo duró mucho más que lo acostumbrado. Midoriya pudo sentir las yemas duras de los largos dedos de Kirishima rozando su dorso, casi como si estuviera testeando su piel.

—Oh vaya —Kirishima musitó—. Tienes la piel suave, ¿lo sabías? Eres como un bebé.

Midoriya se sonrojó un poco debido a la vergüenza, una sonrisa temblorosa se formó en sus labios.

—Me lo han dicho, es algo vergonzoso —admitió—. Oh, ¿qué hay de ti? ¿Las durezas en tus dedos son por el bajo?

—¡Exacto! De hecho —Kirishima tomó su mano y la volteó, esta vez sus dedos trazaron caminos sobre su palma—, Las cuerdas del bajo son mucho más anchas que las de guitarra, es normal que las yemas de tus dedos se vuelvan así de duras cuando pasas mucho tiempo tocándolo.

—Oh.

—Si gustas, puedo tocar para ti, ¡claro, solo si quieres!

—¿En serio? ¡Me encantaría!

La puerta del camerino fue abierta de golpe, ambos dejaron de ver sus manos y voltearon a ver al culpable del escandaloso sonido. Shoto Todoroki parecía haberse congelado bajo el marco de la puerta, su rostro no mostraba expresión alguna, pero aquello no era necesario, era obvio que estaba más que sorprendido. Su misteriosa mirada se fijó en sus manos, luego en Kirishima y finalmente, en él.

Midoriya quiso reaccionar y quitar su mano de las de Kirishima, sin embargo, en cuanto su mirada se encontró con la de Todoroki todo a su alrededor pareció desvanecerse. El hombre lucía muchísimo más atractivo que la última vez, no sabía si era el cabello despeinado o la ropa negra que gritaba masculinidad desde cualquier punto de vista, pero él estaba magnífico, como para besar su boca irrespetuosa y colar sus manos por debajo de esa chaqueta de cuero.

Debió tragar nerviosamente. Diablos. ¿En qué se suponía que estaba pensando?

Sí, lo aceptaba. Midoriya tenía un gran problema con el tipo de hombre alto, serio e intimidante, pero eso no iba al caso, él sabía controlar sus emociones, no se dejaba llevar por las fantasías porque eran eso, absurdas fantasías que no necesitaba.

Y ahí estaba, babeándose.

¡Tonto!

—¿Qué se supone que hace él aquí? —Todoroki rompió el pesado silencio, ignorándole por completo y preguntando hacia Kirishima.

Midoriya sintió que la burbujeante emoción caía en picada. ¿Qué ocurría con él? Estaba actuando a la defensiva, como si hubiera hecho algo malo. No tenía sentido, apenas el otro día Todoroki fue amable, no tanto, pero lo fue, incluso se ofreció a llevarle a casa.

—¿Uh? ¿Te refieres a Midoriya? —Kirishima preguntó con fingida inocencia, había un notable reclamo en su tono de voz—. Nada, solo pasamos el rato.

Kirishima soltó su mano, aunque lo hizo para acortar la distancia que tenían en el sofá y sentarse más cerca, atreviéndose incluso a pasar uno de sus brazos sobre sus hombros. Midoriya se sintió abrumado, pero no se atrevió a alejarse del bajista.

Todoroki bufó.

—Kirishima, él no está aquí para pasar el rato, está aquí porque tiene un trabajo que hacer.

—¡Vamos, hombre! Él se la pasará la gran mayoría del tiempo revoloteando alrededor de ti, y aunque te quiero, eres algo aburrido. Midoriya necesita relacionarse con el equipo y hacer amistades, yo me estoy ofreciendo como voluntario.

—No. —Todoroki cortó todo su parloteo—. Obviamente puede hacer los amigos que quiera, pero está aquí para trabajar.

Un suspiro algo pesado escapó de los labios de Midoriya, por supuesto, se trataba de lo que temía, Todoroki solo fue amable para que no manchara su reputación, ahora que tenía su silencio asegurado no tenía la necesidad de ser agradable.

—¡Pero Todoroki...!

—Está bien, Kirishima —Midoriya le detuvo antes de que ellos empezaran una discusión—. Todoroki tiene razón, estoy aquí para trabajar y ya debería estarme dirigiendo hacia mi puesto. Te agradezco mucho tu bienvenida.

Kirishima le miró por largos segundos, Midoriya comenzó a sentirse incómodo, pero no quería ser grosero así que guardó silencio. Finalmente Kirishima volteó hacia Todoroki con un exagerado puchero en los labios.

—¡Hombre! ¿Ya ves lo que haces? Eres un jefe del demonio, pobre Midoriya.

—Yo no he hecho nada.

Midoriya se ahorró el verle con incredulidad, tan solo negó con la cabeza y se soltó del abrazo de Kirishima.

—Si me disculpan, me retiro —dijo poniéndose de pie—. Muchas gracias por acompañarme un rato.

—Qué va, hombre. Yo te traje hasta aquí, las gracias son para ti. —Kirishima guiñó—. Y mi ofrecimiento sigue en pie, puedo tocar para ti cuando gustes.

Una sonrisa sincera apareció en sus labios antes de que se diera cuenta.

—¡Eso sería estupendo! En cuanto consiga tiempo libre te lo haré saber. —Midoriya hizo una pequeña reverencia antes de irse por la puerta, ignorando a Todoroki.

Caminó por el pasillo aunque quería salir corriendo, ¿qué se suponía que estaba haciendo? No debería importarle tanto la actitud de Todoroki, había pasado por humillaciones mucho más grandes, ese pequeño desplante no era nada.

Tal vez se debía a que su mente no lograba asociar a Shoto Todoroki con el hombre que conoció en el bar, aquel que hizo girar su cabeza y alterar su corazón. Pero era suficiente, no podía aferrarse a eso.

Suspiró y siguió su camino, si debía esperar en soledad lo haría, gran parte de su vida la pasó en solitario y unos minutos no le matarían.

Además, tendría tiempo de ordenar sus ideas.

Necesitaba ordenar sus ideas.

TRÁIGANME A THANOS-

Es broma, volví .u. ¡Hola, tribu preciosa! ¡Muchísimas gracias por esperarme! La verdad, sobreviví la semana pasada y tuve algunos días libres para relajarme y poder avanzar en los fics, aunque aun no estoy completamente al día (no he terminado el capítulo de MPMH y ya me quiero cortar un brazo, pero estamos bien y espero terminarlo pronto).

Por cierto, si sienten que el tema del mutis parece estar en un segundo plano es un poco normal, no quería que el fic se centrara totalmente en esto, es decir, habrá temas más importantes que tratar, pero el mutis está ahí, y no diré cuando tendrá su momento.

Pensaba en poner la canción ahora, pero mi internet a base de patatas no funciona bien y no me deja poner links, será para la próxima semana, lo juro xD

¡Un beso para todos ustedes! ¡Nos vemos!

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