Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 44

Comenzaba a acostumbrarse de que cuando una cosa salía bien, otra por defecto saliera mal.

Una de cal por una de azúcar, supuso.

— ¿A qué te refieres con que tu madre está enferma y deberás tomar un avión de vuelta a Japón? —Kirishima preguntó con una voz ahogada, dirigiendo su mirada hacia la cara de Midoriya y su maleta repleta, lista para ese viaje de emergencia.

Midoriya apenas fue capaz de esbozar una pequeña sonrisa triste.

—Sé que es inesperado... pero debo hacerlo, volveré en cuanto mamá se sienta mejor.

Melissa sostuvo su mano, en ese momento Izuku se dio cuenta de que estaba temblando.

Sabía que no debía estar tan aterrado, bajo las palabras de su madre, se trataba de una pequeña enfermedad pasajera que podía empeorar su estado de salud si no se cuidaba como debería, por eso necesitaba tener a alguien con ella. La única persona que podía cuidarla era él, no tenían más familia a la que recurrir, por eso en cuanto recibió esa llamada se contactó con Iida para explicarle su situación.

Él, tomando más el papel de amigo que de jefe, le permitió volver a Japón durante unos días hasta que su madre se sintiera mejor.

—Todo saldrá bien, Izuku. Cuida a tu madre todo lo que necesite y luego regresa con nosotros. ¿Sí? —Melissa habló dulcemente calmando la ansiedad en su corazón.

—Por supuesto.

—Y no olvides mantenernos actualizados, me has hablado mucho de tu madre y ya siento que la quiero. —Kirishima protestó apretando sus labios en un puchero tristón—. Oh, sería bueno si puedes traernos algo de allá, extraño comer katsudon.

— ¿Cómo se supone que traiga comida desde Japón? Se lo quitarán apenas entre al aeropuerto. —Todoroki respondió antes que cualquiera, entrando en la habitación con un abrigo para Midoriya—. Ten, hace algo de frío afuera.

Izuku sonrió aceptando el abrigo, intentando disimular lo mucho que le gustó el gesto. Estaba tan angustiado que incluso estaba olvidando abrigarse para el viaje.

—Gracias, Shochan.

—Sí, genial. Pero malditos servicios aduaneros eficientes. —Kirishima apretó el puño con ira fingida.

—Deja de quejarte, Kiri. Hay restaurantes de comida japonesa aquí también, solo pídela a domicilio.

— ¡Tienes razón, Melissa!

Shoto rodó los ojos mientras que Izuku sonrió. Era un momento triste, pero se sentía bien tener a personas que se preocupaban y estaban ahí para él.

Se despidió de ellos con abrazos y palabras de aliento, prometiéndole que todo saldría bien. Izuku les creyó contento de tener el ánimo que necesitaba. Shoto tomó su mano después de las despedidas y caminó con él fuera del hotel, por supuesto que le acompañaría todo el camino hacia al aeropuerto. De hecho, si no tuviera tantas responsabilidades como estrella del show con gusto le hubiera acompañado hasta Japón, pero no podía hacerlo.

Tomaron el taxi que les llevaría al aeropuerto en silencio. Izuku no necesitó más que la presencia de Shoto para calmarlo, de no haberlo conocido ahora estaría solo, dejándose consumir por los pensamientos pesimistas.

Pero no.

Su realidad era diferente ahora. Estaba en las bancas del aeropuerto esperando su llamada, el hombre que adoraba estaba con él, jugueteando con los dedos de su mano y haciéndolo sentir querido.

—Si tomas todos los días que te dieron volverás cuando no esté.

Izuku asintió con un poco de decepción. No solo pasaría todos esos días alejados de Shoto, sino que cuando regresara a la siguiente locación de los Estados Unidos, él no estaría ahí por su chequeo médico. Pasarían al menos dos semanas hasta que volvieran a encontrarse... y nunca habían pasado tanto tiempo alejados el uno del otro desde que se conocieron.

No sabía qué sucedería en ese tiempo, la única certeza que tenía era que esperaría ansiosamente verlo de nuevo.

—Intentaré hablar contigo todos los días, todavía no calculo la diferencia horaria, pero encontraré una forma de escuchar tu voz.

Shoto dejó de juguetear con sus dedos, solo mantuvo su mano sobre la de Izuku como si estuviera pasmado por sus palabras. Incluso... parecía un poco mortificado.

—Ah... podríamos escribir, no sueno realmente bien durante mi tratamiento.

Izuku sonrió.

— ¿Eso te preocupa tanto? Estoy seguro de que suenas igual de bien, tienes una voz muy bonita. —Divagó antes de poder evitarlo, el calor acudió a sus mejillas cuando se dio cuenta de lo que decía—. E-Es decir... ay... olvídalo. Escribir suena mejor.

— ¿De verdad?

—Sí. No quiero interferir en tu tratamiento, además será emocionante escucharte otra vez cuando regrese.

—No, me refiero a... ¿de verdad crees que tengo una voz bonita?

Izuku frunció el ceño.

—Shochan, eres un cantante, por supuesto que tienes una voz bonita, muy bonita. —Lo dijo como un halago, pero Shoto seguía mirándole con un sentimiento que aunque indescifrable, parecía amargo—. ¿Hay algo mal? Sabes que puedes decirme lo que quieras, incluso si no estás preparado puedo esperar, solo quiero que tengas en mente que estoy aquí para ti y-

—Izuku.

Ambas manos cálidas y acogedoras acunaron sus mejillas, obligándolo a guardar silencio y admirar el par de ojos que tanto amaba. Una maravilla exótica que lo hacía temblar, no solo por su naturaleza excéntrica sino por todas las cosas que le hacía sentir en una mirada.

— ¿Qué... sucede?

Durante el primer latido de su corazón debió saberlo. Izuku parecía algo torpe delante de los demás pero era analítico, podía entender cosas con rapidez si solo prestaba atención. Solo que no estaba preparado para confirmarlo y lo único que pudo aceptar fue que la realidad lo golpeara de golpe.

—Te amo.

La voz de Shoto fue baja. Intima. Justo como la escuchaba cuando susurraban conversaciones durante la noche, solo que esta vez Izuku no consiguió encontrar las palabras para llenar el silencio restante como siempre solía hacer. Estaba demasiado ocupado intentando que sus labios dejaran de temblar y que su corazón dejara de latir en sus oídos, pero obviamente no lo estaba consiguiendo, no cuando sabía que los segundos avanzaban y Shoto se negaba a retractarse de sus palabras.

Después de todo... ese era el hombre que era, el hombre que desde el primer momento admiró. Alguien que tomaba sus pasos con dedicación y no temía hacer lo que creía correcto, aun cuando las cosas fueran en su contra.

Por algún motivo doloroso solo pudo recordar el primer encuentro, la conversación absurda y patosa en un bar de mala muerte, los besos que desconocieron a la mañana siguiente, el momento en que el destino los enlazó de nuevo, la primera vez que Shoto tomó la iniciativa para comenzar en buenos términos y la forma en que poco a poco conoció sus heridas, aceptándolo como era y de una manera que todavía no comprendía... apreciándolo.

Solo una vez su corazón latió tan rápido en su pecho... y esa fue la vez en que Shoto confesó sentir una atracción real por él. Ahora el momento se volvió a repetir... mucho más sorpresivo, mucho más arriesgado.

Eso... eso no estaba en sus planes y probablemente en los de Shoto tampoco.

—Yo... Shochan-

La llamada para abordar el avión resonó por lo alto, pero para ellos fue tan lejana como un grito en las profundidades del bosque.

Shoto sonrió un poco, apenas un apretón la comisura de sus labios, los mismos que besó más veces de las que alguna vez imaginó hacer.

—No digas nada.

— ¿Q-Qué?

—Solo no digas nada ahora, por favor.

Shoto lo sabía, claro que lo hacía. En cuanto le revelara sus verdaderos sentimientos a Izuku, él entraría en pánico. El amor era algo que los dañó a ambos en el pasado y esa estúpida relación que crearon fue solo para mantener a raya los sentimientos que tenían por el otro, sin embargo esos sentimientos comenzaron a crecer sin que siquiera se percataran.

Cada uno de los pasos burdos y apresurados los llevaron hasta ahí. Y no podía decir que se arrepentía.

— ¿Cómo puedes pedirme que no diga nada? —La voz de Izuku fue casi como un sollozo.

—Porque si dices algo será para rechazarme. —Shoto se encogió de hombros, y aunque Izuku no pudiera decirle que en su lugar aceptaría su amor, deseó golpearlo. No entendía cómo ese hombre maravilloso seguía sin ver lo bueno que era para el mundo, lo bueno que era para Izuku mismo—. No debí decirte esto ahora, lo siento... pero por favor, ¿puedes al menos pensarlo?

— ¿P-Pensarlo?

—Toma todo este tiempo que estarás alejado de mí para pensarlo, incluso más si lo necesitas. Estoy completamente seguro al decir que te amo y esperaré lo que necesites para darme una respuesta con la misma seguridad que tengo ahora.

—Shochan-

Shoto negó sin perder la sonrisa, inclinándose hacia el frente y besando suavemente su cien, apenas un roce que desapareció tan pronto como llegó.

—Ten un buen viaje, Izuku.

La presión lo hizo sentir mareado, por eso solo pudo seguir el camino cuando Shoto empujó ligeramente sus hombros, incitándolo a caminar y seguir su camino.

Sin embargo, en su cabeza poética y poco convencional, fue casi una forma de decirle:

"Eres libre de alejarte de mí o volver si es lo que tu corazón en verdad desea"

—Eres un animal, te voy a sacar de mi testamento.

—Ni siquiera tienes uno.

— ¿Cómo podrías saber eso?

—Lo supuse, Blasty. Eres demasiado temerario como para pensar en la muerte, si te viene a buscar seguramente le dirías: "Vete a matar a tu madre porque contigo no me voy."

Bakugou entrecerró sus ojos hacia Kirishima, el bajista estaba dándole toda su atención al instrumento entre sus manos, haciendo sonar las cuerdas y afinándolas repetidas veces mientras charlaba con él.

Solo era otro de sus pequeños encuentros no planeados y casuales que no estaba dispuesto a cuestionar. Era bueno que después de tantos años pudieran hablar sin una incomodidad silenciosa, simplemente eran ambos pasando el rato como solían hacer. Sin embargo, tenían la certeza de lo que se vendría a futuro no sería doloroso ni mucho menos tormentoso, simplemente lento y cómodo, tomando los pasos con calma para no fallar otra vez.

—Bueno, si tuviera un testamento te sacaría.

— ¡Oye! Solo dije que el helado de McDonald's quedaba bien con las patatas fritas, no es un pecado. —Kirishima hizo un puchero fingidamente angustiado—. La gastronomía consiste en mezclar cosas. ¿No viste Ratatouille?

—Basas tus argumentos para mezclar chatarra en una película familiar. Notable.

—Aguafiestas.

Cualquier cosa que planeaba decir para continuar esa discusión sin sentido murió al escuchar la puerta abrirse. Bakugou apenas pudo alzar una de sus cejas al notar a Todoroki bajo el umbral, extrañamente perdido y casi angustiado.

Bastó con compartir una mirada con Kirishima para que ambos entendieran: Había algo demasiado mal con ese idiota impulsivo.

— ¡Hola, Todoroki! —Kirishima saludó dando palmaditas al espacio libre en el sofá donde estaba sentado—. Pasa, no te quedes ahí como si hubieras visto al fantasma de tu abuelita.

Bakugou esperaba que Todoroki frunciera el ceño y soltara una de sus elocuentes respuestas a Kirishima, pero el hombre solo hizo caso a las señas y se sentó junto a su mejor amigo sin dar ni una sola palabra.

Todoroki siempre fue callado, abría la boca solo cuando tenía algo importante para decir, pero ahora había algo mal en él. Cualquiera que lo conociera podía confirmarlo.

— ¿Midoriya tomó su vuelo sin problemas? —Kirishima hizo lo posible por hablar aunque Todoroki solo asintió—. Si a mí me dará tristeza no verlo por aquí durante un tiempo no quiero imaginar cómo estarás tú.

—Estaré bien.

—Genial. Eres un mentiroso.

Todoroki le dio un codazo a Kirishima, provocando que el bajista se retorciera más por las cosquillas que por el impacto.

—Déjame en paz.

—Bueno, amigo. Luces como si te hubieran arrebatado el sol de las manos. —Kirishima se encogió de hombros después de soltar su muy acertada metáfora, pero aunque espero que Todoroki dijera algo, no hubo respuestas.

Bakugou deseó rodar los ojos, pero en su lugar le dio un par de palmaditas a Kirishima en el muslo.

—Hazme un favor y tráeme un refresco.

Kirishima iba a decir algún comentario burlesco hasta que notó la seriedad en Bakugou. Sus labios se formaron en una pequeña "o" al comprender y se levantó con una sonrisa.

—Bien. Kirishima es momento de hacer recados. Todoroki, ¿quieres ese té helado con sabor feo que te gusta tomar? —El cantante ni siquiera se movió—. Sabía que lo querías. Espérenme aquí.

Ante de marcharse Kirishima alzó disimuladamente el pulgar, una señal de apoyo a lo que sea que Bakugou fuera a decirle. Una parte de él se sintió complacida. A pesar de no saber nada, Kirishima confiaba lo suficiente para dejar esa situación en sus manos.

— ¿Te le confesaste? —En cuanto la pregunta brotó, Todoroki alzó la cabeza para mirarlo con sorpresa—. A Midoriya. Es eso. ¿Verdad?

— ¿Y qué si lo fue?

—Conociéndote, tendrás la cabeza en la luna durante todos los días que vengan.

— ¿Conociéndome?

—Déjame adivinar, le dijiste que no te respondiera enseguida y lo pensara. —Todoroki actuó justo como lo temía, abriendo la boca y cerrándola al no encontrar cómo refutar la verdad—. Ajá. Bingo.

—No te burles.

—No lo hago, idiota. Solo me enfada que seas tan poco considerado contigo mismo.

— ¿Y que se suponía que hiciera? ¿Decirle que estoy tan nervioso que podría vomitar? Izuku necesita mantenerse seguro, no puedo ir y empujar todos mis sentimientos hacía él. Es egoísta. Bajo. Arruinaría su ánimo también.

Bakugou dejó a un lado sus baquetas, demostrando con pequeñas acciones que eso no se trataría de una charla banal.

—Debiste decirle la verdad. No necesitas mantenerte como su héroe o una especie de salvador de mierda, eres humano, cometes errores y te sientes mal aunque intentes ocultarlo. —Bakugou le dio una mirada de pies a cabeza—. Disculpa, cometes muchos errores y te sientes muy mal aunque intentes ocultarlo.

— ¿Era necesario amplificarlo?

—Sí.

Todoroki se dejó caer sobre el respaldo del sofá, su cabello se desparramó contra el terciopelo azul dando la imagen de un hombre derrotado. Bakugou deseó golpear su entrecejo a ver si conseguía meter algo de razón en el cantante.

—Siento que hice algo horrible.

—Decir la verdad no es algo horrible. —Bakugou suspiró. Él jamás halagaba a alguien, era demasiado orgulloso como para admitir que admiraba alguna cualidad en otra persona, pero después de tantas cosas la verdad no se sentía pesada en su lengua—. Fuiste valiente para decirlo, solo necesitas dejar de aparentar ser fuerte para él. Ahora quieres revolcarte en tu miseria mientras Midoriya piensa que todo está bien.

—Todo está bien. —Todoroki frunció el ceño, luego de un par de minutos soltó un quejido—. Mierda, no es cierto.

—Ajá. ¿Ya lo ves?

Todoroki le dio una pequeña mirada de soslayo antes de fijarse nuevamente en el blanco techo de la sala de práctica.

— ¿Desde cuándo te importa tanto lo que siento? ¿O lo que haga?

—Desde siempre. Así que jodete.

—No es cierto. Así que jodete tú.

Bakugou contuvo un suspiro. Bueno, ahí estaba una de las pequeñas astillas que tanto le estaban molestando. Desde el inicio de todo jamás fue sincero con nada, orgulloso y cobarde mantuvo cada uno de sus sentimientos con recelo y se negó a hacer algo al respecto solo porque sabía, tenía todas las de perder.

De algún modo no pudo evitar pensar en Midoriya. El chico había avanzado mucho más de lo que Bakugou podría soñar, y en lugar de envidiarlo solo podía... admirarlo. Tomar cada uno de los problemas del pasado y enmendarlo en base al esfuerzo propio era mucho más significativo que alardear para cualquiera, era comenzar a cruzar un camino vertiginoso en busca de ser una mejor versión de sí mismo.

Sin arrepentimientos que cargar sobre su espalda.

Finalmente soltó el suspiro que intentó contener.

—Tengo suficiente de todo esto, Todoroki. —El hecho de llamarlo por su apellido sin un apodo estúpido o un tono mordaz fue tan extraño para él como para el propio Shoto. En un movimiento la atención del cantante se fijó en Bakugou, provocándole el temor que desde siempre temió sentir—. ¿Puedes escucharme por una vez sin respuestas estúpidas? Yo no gritaré y tú no interrumpirás.

Su temática usual se rompería solo unos minutos.

No necesitaba más que eso.

—No estoy entendiendo, pero... bien, supongo. ¿Qué quieres decir?

—Dije que fuiste valiente al decirle tus sentimientos a Midoriya porque no todos podemos hacer eso. Yo no lo hice. —Revelar una de sus debilidades no fue mortificante como creyó que sería, más bien fue liberador. Las palabras que alguna vez deseó decir años atrás por fin encontraron un pequeño lugar para salir—. No solo eso. Fui lo suficientemente cobarde para poner todo mi esfuerzo en ocultarlo, aun cuando no tenía nada más que temer que un rechazo.

—Entiendo...

Por su tono de voz, supo que Todoroki en verdad no lo estaba entendiendo del todo.

—Tú tienes más que perder que yo por culpa del amor, y aun así lo hiciste. —Verlo dirigir su mano hacia su garganta fue casi doloroso. Bakugou lo pensó varias veces en el pasado, si tan solo hubiera sido sincero pudo intentar ser el indicado para salvarle, pero no lo hizo y el paso al costado lo dio en cuanto decidió cerrar la boca—. Ahora, ¿puedes no cometer mi error y guardarte todo? Sí, tienes puntos por decir lo más importante, pero no puedes callarte todo lo que sientes solo para "no molestar", estarías siendo insincero con Midoriya y cruel contigo mismo.

—Eso... eso tiene bastante sentido.

—Claro que lo tiene, imbécil. No puedes guardar todo lo que sientes porque de algún modo va a destrozarte por dentro, incluso si tu motivo es tan cursi como no querer incomodar a Midoriya. —Bakugou apretó las baquetas entre sus manos. Las mismas que indirectamente el hombre frente a él le dio como un camino para ser libre—. Y no esperes que simplemente él... vaya y lo note. Las cosas no suceden así. Yo... siempre estuve aquí... y jamás te diste cuenta que alguna vez me enamoré de ti.

El secreto que tan recelosamente guardó no existiría más desde ese mismo día.

—A-Ah...

—Antes. No te induzcas al pánico, idiota. Soy yo quien debería hacer eso.

—Pero-

—Silencio.

—Lo siento.

— ¿Por qué?

—No estoy seguro.

Bakugou frunció el ceño.

—Entonces no te disculpes.

—Me disculpo por... ¿no notarlo? Yo-

—Dije que eso fue mi culpa. —Bakugou juró ver todas las ideas que pasaban por la mente de Todoroki. Un tipo tan amable que estaba haciendo lo que podía para encontrar una manera de hacerlo sentir mejor—. No hay nada más que una amistad estúpidamente rara entre nosotros. Desde hace mucho tiempo estoy bien con eso... pero gracias por darme un momento para dejarlo ir. Así tan ñoño como se escucha.

—Creo... creo que has crecido bastante desde que nos conocimos. Ya sabes... con altibajos y todo.

—No necesitas hacerme sentir mejor.

—No lo intentaba. Solo es un momento para dejarlo ir. —El silencio que se instaló entre ellos debió ser fatal, sin embargo se sintió cómodo. Al menos hasta que el idiota considerado de Todoroki ladeó su cabeza como un cachorro confundido—. ¿Qué hago ahora? ¿Te doy un abrazo?

— ¡Mierda, no!

Bakugou dejó sus baquetas sobre el bajo de Kirishima en el sofá, levantándose y dirigiéndose hacia la puerta.

—Oye, espera...

—Me marcho. Usa tu cabeza para pensar bien en lo que estás haciendo. —Bakugou gruñó—. Voy por Kirishima. Ese idiota no puede vivir sin mí.

—Oh.

— ¿Qué?

—Bingo.

—Voy a matarte.

Antes de salir por la puerta vio a Todoroki regresar a su posición sobre el sofá, sin embargo ahora no parecía derrotado... más bien esperanzado.

Bueno. Esperaba que algo de lo que dijo sirviera para ayudar a aquel que tanto le ayudó en su peor momento, sin esperar nada a cambio.

Al llegar a la vuelta del pasillo vio a Kirishima recargado contra la pared con sus brazos estaban cruzados sobre su pecho. En cuanto sus miradas se encontraron pensó que estaba en casa... y deseó golpear su mano contra su rostro para ocultar el calor de sus mejillas. Estaba avergonzado y en parte feliz de encontrárselo tan rápidamente.

Tener la certeza que ese hombre maravilloso que se mantuvo fielmente a su lado durante años estaría ahí para sostener su corazón en momentos difíciles era conciliador.

Sobre todo ahora que tenía la libertad sus manos y podría hacer lo mismo por él.

Kirishima sonrió.

— ¿Le dijiste?

—Sí. Creo que es una buena forma de cerrar esto al fin.

Kirishima asintió, luego extendió sus brazos hacia él.

— ¿Quieres un abrazo?

—... por favor.

Dejó que se envolviera a su alrededor, abrazando su cintura y permitiendo que su cabeza descansara contra su hombro.

Era liberador.

Así debía sentirse estar vivo.

De verdad me duele el culo, necesito una mejor silla.

Hola.

La verdad, no sé cómo explicar esto ni cómo desenvolverlo, así que iré por el camino corto. Alguien importante para mí murió. Hubo muchas cosas entre medio que no le pude decir y muchos problemas sin resolver. Intentar escribir Mutis me pegó muy fuerte, la familia y los problemas que conlleva ha sido parte del transcurso y al yo no saber cómo enfrentarme a esto, me tocó sentarme a pensar.

Me puse a escribir fics de comedia tonta para pasar el trago amargo, pero siempre tuve a este fic presente. Tanto ustedes como una de mis mejores amigas que me ayudó en este proceso han estado aquí apoyando esta historia y necesitaba darle un cierre.

Y bueno. Me puse a leer este fic entre mis estudios y me enojé al llegar al capítulo anterior.

"¡¿Y dónde está mi continuación?! —Exclamé con indignación, luego palidecí—. Mierda, soy la autora."

Chale, casi un año sin aparecerme, la verdad si se sintió mal. Recuerdenmeeeee. Y tomen la canción que si está bien linda.

https://youtu.be/PxNYvk_0Onw

Nos vemos en el próximo capítulo. Gracias por estar aquí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro