Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35

Los días comenzaron a pasar y así como las demás ciudades Toronto también formó parte de los paisajes dejados atrás. Estados Unidos se convirtió en un golpe fulminante y se volvió un trabajo más pesado, el país norteamericano era el que más fechas consiguió y pasarían de ciudad en ciudad casi sin descanso. Actualmente estaban en Orlando y sería cuestión de un par de días antes de tomar el bus hacia Miami. Todos fueron advertidos que tomarían un último avión desde Miami a Washington DC y que todos los otros destinos los conseguirían viajando por la carretera.

Eso significaba que debería comenzar a dormir con Todoroki en el bus cuando los viajes se volvieran más largos de lo esperado, aunque ya no era un problema.

No imaginó que llegaría al punto donde estar junto a Todoroki fuese tan sencillo como respirar, pero ahí estaba.

Sus dedos se movieron rápidamente sobre el teclado acabando el último párrafo de su investigación. Al fin estaba terminado y solo faltaban unos cuantos días antes de la fecha de entrega, por suerte ya no debería preocuparse de eso. Alzó la mirada de su laptop y se estiró un poco, sintiendo un poco de vergüenza al hacerlo en la bonita cafetería del hotel.

Melissa levantó la mirada de su pequeño libro y le vio expectante.

—Acabé.

—¿En serio?

—¡Sí! —Midoriya sonrió con demasiada alegría, sabiendo que tenía un trabajo bien hecho y que podría disfrutar de un descanso durante los próximos días—. Está revisado y casi acabado. Enviaré todo en cuanto me lo pidan.

—¡Estoy orgullosa de ti, Midoriya! Estoy segura de que es tan o más impresionante que tu trabajo anterior. —Melissa casi aplaudió—. Mi tío estará tan emocionado.

Un pequeño sonrojo bailó sobre sus mejillas, se sentía tan orgulloso de sí mismo también, aunque su editor se encargaría de pulir el trabajo al máximo y desde ahí sería dirigido hacia los altos mandos de ambas compañías. Las fotografías también estaban adjuntas y aunque eso ya no formaba parte de su trabajo estaba emocionado por descubrir qué tomas elegirían para el libro final.

—Solo bastará con escribir un par de anécdotas sobre Estados Unidos y tomar las fotografías de cada concierto, prácticamente mi trabajo está hecho.

—¿Deberíamos celebrar?

Midoriya sacudió su cabeza.

—Todos están muy ocupados, no deberíamos molestarles por algo tan pequeño. —Midoriya intentó decirlo suavemente para que Melissa no se decepcionase, pero ella comprendió y solo asintió. Volvió su mirada hacia su laptop para apagarla y se impresionó por la hora, llevaba al menos tres horas sentado ahí—. ¿Shochan no debió terminar su ensayo hace una hora?

—De hecho... —Melissa acomodó sus codos sobre la mesa y apoyó su bonito rostro contra sus manos, mirándole con una sonrisa en sus labios—. Todoroki y Kirishima vinieron hace un rato, pero te vieron tan concentrado que decidieron regresar.

Midoriya ladeó su cabeza.

—¿Regresar?

—No lo sé, Kirishima hizo un par de señas y aunque puse todo mi coeficiente intelectual no conseguí adivinar lo que intentaba decirme, así que solo asentí mientras los veía irse.

Una pequeña risa brotó de sus labios. Estaba bien, podía esperar por Shoto todo el tiempo necesario. Cuando dejó de reírse y regresó a mirar hacia Melissa la encontró pensativa, como si algo estuviera incomodando en su mente y no quisiera dejarla en paz.

—¿Ocurre algo?

—¿Oh? No, es solo... —Melissa se avergonzó un poco, pero finalmente suspiró y tomó valor—. ¿Qué relación tienes con Todoroki? No quiero entrometerme en lo que no me incumbe, pero ya es tan evidente que no sé cómo debería actuar alrededor de ustedes dos.

Midoriya realmente agradeció la lentitud de sus palabras y la calma que emergía de su mirada, porque de otro modo hubiese colapsado en ese momento. Desde Toronto dejaron de aparentar delante de Kirishima y Melissa, pero olvidó por completo que jamás habló con su amiga como lo hizo con el bajista, quien ya estaba al tanto de la situación y les apoyaba incondicionalmente.

Además desde que Aizawa regresó a Japón cuando dejaron el país canadiense, Todoroki se volvió especialmente pegajoso. En el momento menos pensado Midoriya se encontraba envuelto por sus brazos o tomando su mano.

Melissa tuvo la prudencia de guardar silencio y actuar naturalmente, aunque debía estar muy confundida.

—¡Lo lamento mucho! No pensé... esto... —su voz murió poco a poco y solo pudo carraspear en un intento de recuperarla—. ¿Somos... algo?

Un pequeño silencio les envolvió. Melissa parpadeó mientras procesaba sus palabras sueltas y luego asintió.

—Comprendo. ¿Una relación carente de seriedad?

Está bien. Ella era realmente inteligente o aprendió a leerle a la perfección, ambas opciones eran igual de válidas y sospechaba que se trataba de las dos.

—Sí, algo así... estábamos de acuerdo con esto y dudo que tengamos algo más cuando todo esto termine, así que...

Melissa se estiró sobre la mesa para tomar su mano y acunarla entre las suyas.

—No estés avergonzado por eso, Izuku. Eres un adulto y su situación es bastante compleja, Todoroki sigue siendo... pues, Todoroki. —No podía decir si se refería su posición como cantante o al escándalo amoroso que aconteció a principios del año, pero Midoriya solo pudo asentir—. Ustedes deciden cómo lidiar con esto. Solo quiero que sepas que puedes confiar en mí y si necesitas que alguien te aconseje estaré aquí para escucharte.

La paz le inundó rápidamente y pudo corresponder a su sonrisa. Melissa siempre era tan inteligente y comprensiva que llegaba a brillar ante sus ojos, realmente estaba feliz de ser su amigo.

—Gracias, Melissa.

—No hay de qué. —Ella parpadeó antes de mirar más allá de su espalda y Midoriya solo pudo voltearse un poco para comprobar qué estaba viendo—. Bueno, están de vuelta.

Tenía razón. Todoroki y Kirishima habían regresado a la cafetería y estaban casi tras sus espaldas. Agradeció a toda existencia superior porque no llegaron cuando hablaba con Melissa, pero ese pensamiento se evaporó como una nube al notar lo que Todoroki cargaba en sus manos. No pudo evitar parpadear por la perplejidad mientras Todoroki le miraba con algo parecido a la vergüenza y la duda, aunque Kirishima estaba haciendo todo lo posible para aguantar una carcajada.

El gran cuerpo de algodón estaba envuelto en suave felpa gris, las costuras simulaban una cara gatuna y las patitas eran condenadamente cortas. Una sensación de ternura le invadió. Era un peluche muy bonito, aunque no podía adivinar en dónde debieron meterse todo ese tiempo para encontrar algo así.

Kirishima le acertó un codazo a su amigo para sacarlo de su transe y Todoroki apenas se movió, estirando el peluche hacia el como si estuviera actuando más por instinto que por razón.

—Para ti.

Midoriya abrió la boca con sorpresa y estiró sus manos para recibirlo, completamente fascinado, casi como un niño pequeño recibiendo un regalo muy bonito.

—Yo... yo... —Miró por un momento la cara del gato de peluche antes de abrazarlo como un hijo perdido—. ¡Muchas gracias, Shochan! Es muy bonito, no tenías porqué.

Kirishima estaba casi saltando sobre sus propios pies mientras que Melissa solo le dio una mirada, algo que pudo interpretar como "No es nada serio, ¿eh?" Pero prefirió ignorarlo y solo mantuvo su atención en la mueca que hizo el hombre frente a él.

—Por supuesto que tenía porqué.

Oh.

Midoriya bajó la mirada hacia su nuevo amigo de felpa sintiéndose mortificado. ¿Descubrió la fecha de su cumpleaños? ¿Estaría enfadado por habérselo ocultado? ¡No era su intención! Solo estaba intentando no ser una molestia, sabía lo importante que eran las fechas de Estados Unidos para todos y no quería echar a perder la primera semana con algo tan insignificante.

—Lo siento, en serio. No quería ocultar mi cumpleaños, solo quería...

—¿Qué? —Shoto preguntó completamente incrédulo y no pudo hacer más que temer. Alzó la cabeza y se dio cuenta que todos le veían con suma preocupación—. ¿Dijiste?

Un escalofrío escaló por su cuello y le hizo estremecerse como un cachorro secándose después de una ducha.

—Tú... ¿no? Supongo que no, entonces... —Balbuceó mientras se abrazaba aún más a su regalo, luego lo señaló casi en pánico—. ¿Por qué es el gatito?

—Estás terminando tu trabajo hoy y pensé que merecías algo. —Eso fue sumamente dulce, pero la confusión del momento le impidió saltarle encima y agradecerle con un abrazo—. ¿Hoy es tu cumpleaños?

—¡C-Claro que no, olvídalo!

—¡No cambies el tema, Midoriya! —Kirishima alegó y puso ambas manos en forma de pistola, apuntándole con suma dedicación—. Estás bajo arresto, dame tu cedula de identidad ahora.

Midoriya intentó buscar ayuda en Melissa, pero ella negó fervientemente y también puso sus manos en forma de pistola, casi puso los ojos en blanco al ver que estaba acorralado y sin más opción que dejar su billetera sobre la mesa. Kirishima la recogió apuntándole con una sola mano y echó un vistazo a su cedula de identidad.

—¡Falsa alarma! Es en cuatro días, pero eso no quita que nos los ocultó creyendo que era problemático. ¿Qué procede?

Melissa alzó su mano.

—Reprenderlo, luego comprar pastel.

—Suena como un plan para mí. —Kirishima le devolvió su billetera y Midoriya solo pudo guardarla con mucha pena antes de refugiar su cara contra el gatito—. ¿En realidad no pensabas decirlo, amigo? ¡Es algo importante, sabes!

—Pero todos estarían tan ocupados, pensé que si lo decía pensarían que estaba exigiendo algo y solo... ¿un día normal estaría bien para mí?

—¡Pues, por supuesto que no! —Melissa alzó la voz y golpeó sus palmas contra la mesa sorprendiéndole de sobre manera—. ¡Somos amigos y es una fecha importante! ¡Mereces pastel y regalos!

Midoriya sacudió sus manos intentando calmar un ambiente que se encendió tan rápido como un incendio forestal.

—¡No es tan importante! Quiero decir, el mundo no se detendrá ese día.

—¡Aun así! Es tu cumpleaños y somos tus únicos amigos aquí, todas las personas que amas están en Japón y podría ser deprimente pasar tu primer cumpleaños lejos de todos. ¡Y somos tus amigos! ¡No nos mataría comprar un pastel! —Kirishima farfulló cruzándose de brazos antes de volver hacia Todoroki que estaba mortalmente callado, casi como una presencia que solo escuchaba—. ¡Díselo, Todoroki!

Midoriya hizo un puchero involuntario y Todoroki solo pudo suspirar.

—Él tiene razón, Izuku. Ninguno de nosotros pensaría que eres narcisista por mencionarnos tu cumpleaños. —Midoriya no sabía si sentirse feliz o avergonzado por toda la situación, así que ocultó su rostro más profundamente en el gatito, al menos hasta que una mano muy conocida para él acarició su cabeza—. Eso no significa que estemos enfadados contigo, solo no pienses que eres una molestia nunca más. ¿Bien?

Cuando finalmente decidió alzar la cabeza se topó con todos viéndole, pero no había enfado ni decepción, solo un reproche por no ser sincero y eso era su culpa.

—Lo siento, no lo haré otra vez.

—¡Bien dicho! —Kirishima arrastró el par de sillas libres, empujó a Todoroki hacia una y se sentó en la otra—. Ese día estaremos en Miami y sin conciertos que presentar, así que algo podríamos hacer.

—Pero...

—Silencio, Midoriya. Esto lo discutiremos entre nosotros y luego serás notificado. —Kirishima empujó un dedo entre sus cejas, empujándole un poco hacia atrás—. Solo tienes derecho a decirnos tu sabor de pastel preferido y a qué eres alérgico.

Midoriya se iluminó, eso podría hacerlo.

—Crema y fresas. No soy alérgico a nada.

—Genial, podemos trabajar con eso. —Kirishima robó una de las galletitas que ordenaron hacia poco y se la llevó a la boca—. ¡Oh, antes que lo olvide! Mina se unirá a nosotros en Miami, estaba allí para un trabajo y aprovechará para visitarnos.

Supuso que Kirishima hablaba de Mina Ashido, la bailarina que Melissa le mencionó hacia un tiempo. No sabía casi nada sobre ella más allá que era una amiga de los tres chicos y que les acompañó durante algunos días en dos giras pasadas, además que solía ser la novia de Kirishima y la persona que le salvó de su síndrome de mutis.

No sabía qué esperar de ella y no podía hacer más que rogar al cielo porque fuese amable. En un principio deseó que ella lograse arreglar el quiebre que tuvo la amistad de Todoroki y Bakugou, pero después de enterarse que fue novia de Kirishima no podía estar seguro sobre nada. Midoriya no era tonto ni mucho menos ingenuo. Él notó ciertos comentarios entre Todoroki y Kirishima, casi bromas que insinuaban que el bajista estaba enamorado de Bakugou, aunque sin esperanza alguna por la clara preferencia sexual del hombre rubio.

Ahora, tampoco debía juzgar a alguien sin conocerle, así que solo se mantendría al margen e intentaría conocer a Mina como lo haría con cualquier persona, siendo amable y sincero.

—No se escapará de su trabajo para colarse en el bus, ¿no?

Kirishima rió y negó ante el comentario de Todoroki.

—¡Claro que no, amigo! Ella hizo su última presentación anoche, ahora solo se está tomando un descanso y planea disfrutar su ciudad. —Kirishima se volvió hacia Midoriya con una gran sonrisa en los labios—. ¡Ansío que la conozcas! La adorarás y ella a ti.

Sus palabras fueron como una ola reconfortante, tal vez Midoriya solo estaba siendo paranoico respecto a Mina.

—También lo espero, entonces.

—¡Solo no te impresiones si es pegajosa! Suele entrar en confianza demasiado rápido incluso si eres prácticamente un desconocido. —Kirishima sacudió su cabeza—. Créeme, ser su novio fue casi un martirio.

Midoriya no pensó que Kirishima diría algo como eso tan a la ligera, pero a final de cuentas se trataba de Eijiro Kirishima, quien era tan claro como el agua y tan sincero como podía ser.

—Ella te golpeará si sigues hablando así a sus espaldas. —Todoroki ni siquiera se molestó en mirar hacia Kirishima, solo tomó la mano de Midoriya y entrelazó sus dedos. Midoriya no podía decir qué estaba pasando por su mente porque no había ninguna emoción legible en su cara.

—¡No tiene que enterarse! —Kirishima casi chilló—. No se lo digan, ¿bien? Comenzará a alegar que me salvó de mutis y que aun así le trato mal.

Otra vez, Midoriya no esperaba que soltase eso así, dejándolo tanto él como Melissa con la sorpresa marcada en sus ojos.

—Kiri, ¿tú...? —Melissa preguntó, ella era la única en la mesa que no tenía conocimiento de eso.

Kirishima se carcajeó.

—No te preocupes por eso, Melissa. Apenas estuve unos años con el síndrome, así que a veces lo olvido. —La sonrisa de Kirishima se desvaneció un poco—. Quiero decir, a ustedes no les parece muy raro, ¿verdad?

Midoriya sabía a lo que se refería. La frase de "Si alguien te salva de la maldición de mutis, pon un anillo en su dedo y amalo hasta morir" iba casi de la mano con el síndrome, todos esperaban que el salvador de un mutis se tratase de su alma gemela, así que era sumamente extraño encontrar un mutis que rechazó seguir con su salvador. Era casi inaudito, extraño para los ojos de cualquiera.

Pero ahí estaba Kirishima.

—Por supuesto que no, Kiri. No hay reglas para el amor, simplemente ocurre y si deja de existir no puedes hacer nada. —Midoriya intentó consolar a Kirishima mientras que Melissa le dio un par de palmaditas en la espalda, asegurándole que todo estaba bien y que tenían la tolerancia y empatía que a muchas personas les faltaba.

—Gracias, chicos. No saben lo feliz que me hacen, no es como si estuviera soltándole esto a medio mundo. —La alegría volvió poco a poco en sus facciones, volviendo a mostrarse como el hombre feliz que siempre cargaba una sonrisa en los labios—. Como sea, espero que puedan conocerla bien. Sobre todo tú, Melissa, no creo que hayan hablado antes.

Melissa se sobresaltó un poco al recibir toda la atención de golpe, aunque Midoriya consiguió ver una especie de molestia en su rostro antes de verse tan natural como siempre.

De seguro estaba viendo mal.

—Sí, no hemos hablado demasiado. Será genial conocerla.

Ella sonrió tan familiar como solía hacer.

Después de mantener una tranquila conversación en la cafetería decidieron que era momento de alistarse para salir, todo el staff se movería hacia Miami en cuestión de algunas horas y no podían permitirse dejar nada atrás. Todoroki pensó en pasar esas horas perdiendo el tiempo, pero notó que Midoriya se puso tan tenso como una cuerda de un arco al oír que debía alistarse.

Como debió suponer, Midoriya estuvo tan ensimismado en terminar su trabajo que apenas levantó la vista de su laptop que no hizo sus maletas a tiempo y debería hacer malabares para lograrlo. Todoroki se rió por lo bajo y decidió ayudarle, aunque no fue demasiado trabajo porque Midoriya no era realmente una persona desordenada.

Aunque el único problema fue decidir dónde debía viajar el gato de peluche. Sinceramente Todoroki no pensó en eso cuando lo compró, Kirishima simplemente empujó el peluche hacia su cara diciéndole lo bonito que era y como pensó que tenía razón, lo compró.

—Compraré un bolso deportivo en Miami, creo que merece viajar cómodamente. —Midoriya se rió abrazando su regalo.

Todoroki se sintió satisfecho sabiendo que al menos consiguió hacerle feliz con algo tan insignificante como eso. Comenzaba a desesperarse un poco con Midoriya, el chico era tan natural y hogareño que no sabía cómo debía complacerle bien. Sus anteriores relaciones eran tan superficiales que los regalos se resumían en joyas, relojes exclusivos y perfumes glamurosos, cosas que no merecían realmente. Midoriya sí, pero estaba seguro que si le obsequiaba algo así el chico tomaría su mano, el regalo y le arrastraría devuelta a la tienda para obtener un reembolso por su dinero.

Y ahora tenía un problema mayor.

El cumpleaños de Midoriya estaba a la vuelta de la esquina, a tan pocos días que realmente debería poner todo de sí para pensar en cómo darle un gran cumpleaños a pesar de las circunstancias.

El sonido del teléfono de Midoriya resonó en la habitación. Él miró rápidamente la pantalla y abrió sus ojos con sorpresa, luego se giró hacia Todoroki.

—Es una video llamada de mi mamá. —Midoriya le alertó—. Puedes, uh... ¿no hablar por un momento? No sé cómo podría explicarle esto.

Todoroki ladeó su cabeza.

—¿Por qué no?

Si no contaban la extraña relación que tenían aun serían amigos, ¿entonces cuál era el problema? ¿Su situación todavía era demasiado?

—Uh, créeme, mi nerviosismo es heredado. Antes de que ella hable contigo debo prepararla mentalmente o se asustará —dijo casi con pena—. ¿Por favor?

Todoroki finalmente cedió y se hizo a un lado, permitiendo a Midoriya contestar libremente. En un principio se apoyó contra la pared dispuesto a guardar silencio, pero las muecas que hacía le hicieron sonreír.

—¡Hola, mamá! Me sorprendiste, estaba empacando. —El tono de su voz cambió a uno muchísimo más respetuoso—. ¿Cómo estás?

¡Oh, lo siento mucho, Izuku! Olvidé que hoy viajas una vez más. —Shoto debió morder su labio inferior para no reír, ellos se expresaban de una forma similar incluso a la hora de hablar—. He estado bien, pero eso no es lo importante. Estuve discutiendo con tu tía y no hicimos más que mortificarnos. ¡Pronto es la fecha de tu cumpleaños y estás al otro lado del charco! ¿Qué debería hacer? Dudo que un pastel llegue sano y salvo hasta allá.

Izuku sonrió dulcemente y negó con su cabeza.

—Estaré bien, mamá. He tenido grandes celebraciones con ustedes, no tenerla este año no me afectará demasiado. Gracias por preocuparte.

Shoto sacudió su cabeza, ahí iba Izuku otra vez, empujándose hasta el último lugar de sus prioridades.

¿Cómo puedes hablar así? ¡Te he preparado katsudon durante tus veinticinco días especiales y no podré hacerlo para el veintiséis! Esto es importante para todos, Izuku. —Su madre sonó muy triste y desanimada—. Es más, ¿qué planeas hacer ese día? No me digas que te encerrarás a trabajar, eso me deprimirá.

—¡Estaré bien, lo prometo! —Por un momento su mirada se desvió hacia Shoto—. U-Unos amigos se enteraron de mi cumpleaños y parecen haberse entusiasmado por eso.

Se vivió un pequeño silencio antes de una exclamación.

¡¿Qué?! ¿En serio? ¡Qué alegría, Izuku! ¿Quiénes son esos chicos tan dulces? Agradéceles por mí, por favor. —Ella sonó tan agradecida que Shoto deseó decirle que no se preocupase, que pondría todo el esfuerzo posible para hacer feliz a Izuku, pero por obvias razones no pudo hacerlo—. ¡Y no te atrevas a decirles que no vales la pena! Si ellos deciden hacer algo por ti, aprécialo.

Izuku se sonrojó de vergüenza.

—Mamá, por favor.

Te conozco, Izuku. No intentes decirme que no harías algo como eso, porque tal vez hasta ya lo hiciste y llegué demasiado tarde para advertirte.

Izuku comenzó a explicarse a sí mismo, tratando de evadir la asertiva respuesta de su madre. Shoto no lo soportó más, la curiosidad fue más fuerte. Se acercó un poco aprovechando que Izuku estaba envuelto en sus propios desvaríos, murmurando sus razones, para inclinarse hacia la pantalla del celular.

Se encontró con la imagen de una mujer entrada en años, un poco rechoncha, pero que daba la apariencia de una mujer muy dulce. Su cabello estaba decolorándose por el pasar de los años aunque sus ojos verdes eran igual de brillantes que los de su hijo, con la misma forma redondeada que causaba ternura. Shoto podía apostar que si estuviese viéndola cara a cara encontraría muchas más similitudes entre ella y su hijo.

Pensó que sería suficiente con eso y que podría alejarse sin causar ningún problema, pero más pronto que tarde la madre de Izuku miró hacia él, su boca se abrió por la sorpresa antes de saludarle con su mano. Shoto se rió y devolvió el saludo.

—¡Cómo sea, mamá! El punto es que no diré nada que pueda perjudicarme y... ¿qué estás viendo? —Izuku se giró hacia atrás para ver lo que su madre veía con tanta atención y casi perdió la cordura cuando Shoto le saludó torpemente—. ¡Shochan!

Bien, fue un fracaso.

Shoto se dejó caer a su lado en la cama y miró de cerca a la mujer.

—Hola. Él lo hizo, pero se disculpó. Ahora tendrá una celebración de cumpleaños quiera o no. —Izuku se giró horrorizado, pero su madre se carcajeó—. No intentes negarlo, Izuku.

Lo sabía. —Ella negó su cabeza y frunció el ceño por un momento, al menos hasta que regresó su atención a Shoto—. ¿Tú eres...?

—Shoto Todoroki, soy amigo de Izuku. Es un gusto conocerle, señora...

Inko, soy Inko Midoriya. ¡Puedes llamarme madre si gustas! —La mujer parecía un poco nerviosa, pero la emoción era más grande y la sonrisa en sus labios era innegable.

Shoto sintió ternura, era la misma sonrisa de Izuku.

—¡Mamá, él no...!

—Gracias, madre.

—¡Shochan!

Entonces cuéntame, Shoto, ¿mi hijo se ha comportado bien? —Inko preguntó feliz de ver una cara nueva, especialmente tan cerca de su único hijo—. Es un poco temeroso de la gente guapa, perdónalo si te ha hecho algo.

—Oh, una vez me pateó. Fue divertido.

—¡Shochan, no le digas cosas así! —Izuku se quejó y a Shoto le importó muy poco, solo recostó su cabeza contra su hombro y se acomodó para seguir charlando con la mujer.

—Madre, ¿puede hablarme un poco de Izuku? No creo que quiera decirnos qué le gustaría para su cumpleaños, apenas pudimos enterarnos de la fecha hoy y fue por coincidencia.

Ella jadeó.

Sip. Definitivamente suena como algo que mi bebé haría. —Se lamentó—. ¡Con gusto te ayudaré, Shoto! Es un poco glotón, así que obtiene pastel en la mañana y preparamos muchos platillos para la noche, aunque su preferido es el katsudon. Oh, y no suele beber alcohol, pero adora las bebidas frutales.

—Ya veo.

—Por favor deténganse. —Izuku miró hacia el techo, casi cuestionándole a una existencia superior—. O alguien deténgalos.

Durante la mañana le llevamos a pasear algún lado en familia, a veces se nos unía Ochako.

—¿La demonio personal?

Inko se rió.

Sí, ese es su apodo.

—Bien, continúe, por favor.

Izuku ahogó un suspiro, haciéndose la idea que ahora debía presenciar una charla completa sobre sus cumpleaños con su madre y Shoto.

¡TERCERA SEMANA Y YA ME ESTABA OLVIDANDO DE  LA ACTU! HAHAHA Soy idiota, perdónenme. La cuarentena me tiene confundida con los días. En fin, ¡Hola, Tribu! ¿Cómo han estado? Espero que muy bien.

Estoy emocionada porque estamos entrando al nuevo dilema del fic. He dejado a Bakugou de lado a propósito y es momento de continuar con su personaje en esta historia. Solo quiero que recuerden que está prohibido insultar a los personajes, todos aquí tienen sus fallas y están trabajando en eso. Además no se adelanten a los hechos, en la vida no todo es lo que parece, al igual que en este fic.

Mucho drama, perdón. Sigamos con la programación habitual.

La canción de esta semana es algo más lindo, espero que les guste:

https://youtu.be/rVnR7dUzf-o

¡Recuerden que tenemos lista de Spotify con todas las canciones del fanfic! Pueden pedirme el link aquí si no lo tienen. ->

¡Es todo por esta semana! Les mando un beso tremendo, cuídense.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro