Capítulo 26
Nunca pongo notas al inicio, pero ahora es necesario.
Advertencia: La clasificación del fic subió a clasificación de contenido adulto debido a que en este capítulo se trata de temas sensibles como ligera aversión al sexo (rechazo a realizar contacto sexual). Es muy probable que profundice en este tema durante algunos capítulos, así que si no te sientes cómodo te recomiendo saltar este capítulo.
Midoriya tomó su laptop del camerino de Todoroki y se apresuró por el pasillo. Los roadies estaban corriendo en todas las direcciones y cargando todo tipo de cosas, desde cajas hasta cables, así que debió hacer algunas maniobras para esquivarlos. El único concierto que Todoroki daría en Berna, Suiza, estaba terminado y todos debían apresurarse en desmantelar el escenario para poder enviarlo hacia la siguiente ubicación lo más pronto posible, después de todo, el próximo concierto en Italia sería en dos días más.
Había visto a los roadies hacer todo tipo de trabajo y esa noche deberían quedarse trabajando de más, incluso Melissa estaba ayudando a sus compañeros de sonido con el equipo. Midoriya realmente sentía un poco de pena, tanto los músicos como él podían retirarse sin ningún tipo de problema e irse a pasar la noche en el hotel, sin necesidad de ayudar en nada. Tenía un cargo de conciencia, pero por más que tuviera buenas intenciones sabía que solo sería un estorbo, él no comprendía absolutamente nada y podía acabar rompiendo algo importante.
Además Shoto estaba esperándole en el tour bus para irse de vuelta al hotel, por su culpa debieron retrasar la partida ya que olvidó su laptop en el camerino y como no estaba dispuesto a dejar que un roadie la trajera, prefirió hacer el trabajo por sí mismo y no incomodar a nadie más.
Ahogando un suspiro apresuró el paso, pero paró en seco al notar a Bakugou caminando en la dirección contraria. Odiaba esas situaciones, era normal que se topara con medio mundo a través de los pasillos del backstage porque el lugar era muy reducido, pero cuando se trataba de Bakugou acababa congelándose estúpidamente. Al menos la mayoría de veces que eso sucedía tenía a Todoroki a su lado y él, con demasiada paciencia, abrazaba sus hombros y le hacía caminar otra vez.
Ahora estaba solo.
En cuanto sus ojos carmín se posaron sobre los de él se sobresaltó estúpidamente y fue peor porque él se quedó de pie cuando estuvieron frente a frente. Izuku solo pudo bajar la cabeza sabiendo que estaba viéndole. Las disculpas le escalaron por la garganta como borbotones, pero sus labios temblaban demasiado como para decir alguna palabra.
—Dabi llamó.
Midoriya tiró de las mangas de su chaqueta de cuero —que realmente era de Todoroki, pero se le prestó esa tarde—, y volvió lentamente la cabeza hacia arriba, sintiéndose intimidado por Bakugou, pero sorprendentemente él no le estaba viendo como una bolsa de basura en su camino.
—¿Qué? —la pequeña silaba se escapó de sus labios. Bakugou casi rodó los ojos con hartazgo—. ¿Quién es?
—Si vas a quedarte con el bastardo al menos aprende algo de él. —Midoriya podría jurar que Bakugou mordió su lengua para no llamarle por un insulto otra vez—. Es probable que vengan a verle, pero se contactó con la persona equivocada para conseguir información. Asegúrate de que el idiota de Todoroki le explique la situación y dejen de molestarme a mí.
La ardilla en su cabeza comenzó a correr a toda velocidad en busca de alguna respuesta. Era extraño que Bakugou se comportara tan amable con él después de todo lo que hizo, pero era más extraño que le soltara una frase nada coherente a mitad de un pasillo.
—Oh, ¡espera! —Midoriya apenas pudo abrir la boca cuando notó que el comenzó a marcharse, y como era de esperarse, no se dignó a verle otra vez.
Izuku miró hacia el suelo y apresó su laptop contra su pecho, tenía muchos sentimientos encontrados en ese momento. Aunque más que nada tenía una gran duda. ¿Quién era Dabi? Todoroki jamás le habló de él y ahora, por las palabras de Bakugou, podía deducir que se trataba de una persona cercana.
Dispuesto a dejar de perder el tiempo se echó a correr por el pasillo hacia el estacionamiento. El chofer del tour bus le abrió la puerta mientras Izuku murmuraba unas disculpas apresuradas porque el hombre debía estar desesperado por salir.
En cuanto entró dejó la laptop sobre el sofá y resopló al mechón rizado que caía por su frente. Su cabello estaba demasiado largo y ya no solo se acomodaba tras sus orejas sino que le faltaba poco para llegar a la mitad de su cuello. Si seguía así, pronto acabaría por lucir como una enredadera escalando por su nuca. Solo se conformó con peinarse un poco, ya estaba cansado de pelear consigo mismo por cosas sin sentido.
Al llegar a la puerta de la habitación de Todoroki no se debatió si tocar o no, simplemente entró, pero se arrepintió rápidamente al notar a Todoroki en la esquina de la habitación cambiando su producida ropa de escenario por algo casual. Apenas pudo ver el tatuaje del fénix y los músculos de su espalda contrayéndose antes de que la holgada camiseta blanca cubriera su torso por completo.
Midoriya tragó saliva. No iba a tener un gay panic en ese momento. Por supuesto que no.
—Bienvenido de vuelta —Todoroki soltó como si fuera lo más normal del mundo, ignorando que Izuku lucía como una roja esfera de navidad—. ¿No tuviste problemas allá afuera?
—No... está tan acelerado como siempre.
Midoriya presionó sus labios en una línea recta mientras le vio sentarse sobre la cama. Se debatió internamente. Era suficiente de pensar demasiado, tenía al hombre más hermoso y adorable en frente admitiendo que le gustaba. Reuniendo valor se subió a la cama también y se sentó a su lado, dejando caer su cabeza contra su hombro.
—Shoto, tengo una pregunta.
—Adelante.
—¿Quién es Dabi?
Todoroki buscó su mirada encontrándose con sus ojos esmeraldas repletos de curiosidad.
—¿Dónde oíste ese nombre? ¿Fue Kirishima?
Midoriya por poco dijo el nombre de Bakugou, pero la culpa pesó sobre su boca y le hizo callar. No quería destrozar los pedazos de esa amistad que aun esperaba tuviera un arreglo.
—Sí —Midoriya mintió, pero su voz sonó casi robótica.
Todoroki alzó una ceja con escepticismo y luego picó su mejilla.
—Que mal mentiroso eres, Izuku. —Todoroki le vio con una mezcla de preocupación y enfado—. ¿Qué te hizo?
—¡Nada, lo juro! Fue extrañamente bueno conmigo. —Midoriya se apresuró en explicar—. Solo mencionó que Dabi llamó. Dijo que es probable que "ellos" vengan a verte, pero que le explicaras la situación para que no le llamen a él para preguntar sobre ti.
Todoroki se llevó una mano hacia su flequillo y lo hizo a un lado. Midoriya pudo notar una extraña preocupación emanando de él.
—Mierda.
Midoriya parpadeó. Todoroki tenía una mueca realmente inquietada en su rostro. Por su reacción podía deducir que se trataba de algo malo. El nombre de "Dabi" no inspiraba mucha confianza y sonaba como un apodo, pero Izuku no quería pensar en que Shoto estuviera metido en problemas con gente extraña.
—¿Sucede algo malo? ¿Puedo ayudar?
—No hay mucho que puedas hacer contra ellos.
Ahora sí. Izuku se sintió realmente nervioso, sobre todo porque Shoto no le dirigía la mirada como si intentara buscar una solución rápida a ese inesperado problema.
—¿Quiénes son ellos?
—Mis hermanos —Todoroki dijo completamente derrotado y Midoriya deseó chocar su cabeza contra la pared—. Dabi es el apodo de Touya, y si él no llamó para preguntarme directamente a mí debe estar tramando algo.
—Oh, vamos... no es para tanto, ¿o sí? —Izuku sonrió—. Además es increíble que tus hermanos vengan a apoyarte en uno de tus conciertos. Alejarse mucho de una familia que te aprecia puede ser duro y que les veas te ayudará a sentirte como en casa.
Todoroki le vio como si no estuviera diciéndole más que falacias.
—No, Izuku. No estás entendiendo. Estoy corriendo peligro. —Todoroki masculló—. Más importante, tú estás corriendo peligro. Natsuo y Touya aprovecharán de acapararte y contarte todo tipo de cosas extrañas. Mi única esperanza aquí es Fuyumi, ella es la única dentro de la familia que puede actuar como una persona normal.
—Shoto, ¿estás exagerando? —Midoriya pudo reírse en ese momento si él no le hubiera visto con un sentimiento que rozaba la agonía—. No estás exagerando, hablas en serio.
—No puedo exponerte a mi familia, son un desastre completo. Incluso, después de que mamá nos dejó y nos pusiéramos en contra de mi viejo, él nos envió a terapia familiar y sin ningún tipo de esfuerzo nos las arreglamos para volver loca a la terapeuta.
—Espera, ¿qué?
—Ella comenzó a enviarnos licencias médicas por depresión.
—Oh por All Might. ¿Qué le hicieron a esa pobre mujer?
—Touya jugaba con encendedores y amenazaba con hacer una fogata en la mitad de su oficina, Natsuo no paraba de soltar indirectas sobre lo mucho que aborrecía al viejo, Fuyumi se volvía un mar de lágrimas y yo solo quería que acabáramos pronto para ir a almorzar.
Izuku presionó sus labios para no carcajearse. No era un buen momento, sabía que a pesar de las historias graciosas la vida de los Todoroki fue demasiado complicada, y eso que aún había mucho que desconocía, pero debía ser sincero, no podía entender a qué se debía tanto pánico ahora, los cuatro hermanos parecían llevarse muy bien. Sí, las historias de Shoto sobre sus hermanos y los desastres que causaban podían resultar preocupantes, pero eran historias de cuando eran jóvenes e indisciplinados, ahora debían ser adultos con objetivos claros y vidas rutinarias con todas las obligaciones que acarreaban.
—Pero ahora es diferente, ¿no? —Midoriya intentó tomar su mano, pero Todoroki se dejó caer sobre la cama y cubrió sus ojos como si hubiera partido de ese mundo—. ¿Shoto?
—Ayúdame a fingir mi muerte.
—¡Shoto!
Ahora sí, Midoriya no pudo soportarlo más y acabó riéndose a carcajadas. Después de quedarse con dolor de estómago se inclinó hacia Todoroki y quitó ambas manos que tenía sobre su rostro, pero él estaba serio e inflexivo. Sintiendo profunda ternura, Izuku se permitió dejar un par de besos en su mejilla en un torpe intento de calmarle.
Todoroki envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo y le hizo caer sobre él. Midoriya debió hacer un movimiento rápido para apoyarse sobre sus codos y no aplastar a Todoroki.
—¡Woah! ¡N-No me des esos sustos! Pude haberte golpeado por accidente, ¡sería terrible que tuvieras un ojo morado!
—No exageres, Izuku.
Midoriya hizo un puchero. No estaba exagerando, su mala suerte era ridículamente grande y uno de sus mayores temores actuales era que con un movimiento torpe o un golpe burdo acabara afectando la imagen de Todoroki.
—Uh. No importa, solo avísame antes de hacer algo... así —Midoriya musitó—. ¿Qué pasará con tus hermanos? No te ayudaré a fingir tu muerte.
—Hablaré con ellos, aunque dudo que logre poner algo de sentido en sus cabezas.
Midoriya se preguntó si debía informarle a Todoroki que tampoco era tan calmado como creía serlo. En un principio aparentaba ser serio y tajante, pero mientras más le conocía se daba cuenta que no era de esa manera, porque también podía llegar a ser impulsivo y cometer varios errores.
Y así le gustaba.
—Dime si al final vendrán, me gustaría estar mentalmente preparado para que no se lleven una mala impresión de mí.
—Eso es tierno de tu parte, pero quien se llevará una mala impresión eres tú.
—Shoto.
—¿Podemos cambiar de tema?
Izuku frunció el ceño.
—¿De qué podríamos hablar?
Había bastante. Podían hablar de todo y nada, disfrutar del tiempo correr mientras se mantenían amando la compañía del otro, pero en ese momento Izuku quería tranquilizar a Shoto, no hablar de algo más.
—¿No te sientes enfadado por lo sucedido en Alemania? Estaba preparado para que me dieras otra patada en el estómago, esta vez con intención.
—¡Perdón! No sé cuántas veces lo he dicho, no era mi intención golpearte. — Izuku se sonrojó por la pena—. Y, ¿por qué estaría enfadado por lo de Alemania?
Todoroki movió sus manos por sus costados hasta posicionarlas sobre su espalda, dibujando pequeños círculos con sus pulgares y arrastrando ligeramente la chaqueta de cuero. La pequeña caricia le hizo derretirse, pero no pudo evitar pensar que era un pequeño truco para mantenerle bajo control.
—Me presenté ante ellos como tu novio. En ese momento no medí mis palabras y ahora comienzo a creer que puede traerte problemas.
Midoriya separó sus labios en una pequeña "o" debido a la sorpresa. Pensó en eso un par de veces, pero al final llegaba a la misma conclusión: no existía problema alguno. Para suerte de ambos solo se trataba de Shinso y Kaminari, personas de su absoluta confianza. Shinso tuvo un papel muy importante en su vida y Midoriya sabía que era lo mismo para él, porque Shinso seguía sintiéndose culpable de la razón de su ruptura. Midoriya fue capaz de entregar su orgullo por su bienestar, era obvio que Shinso jamás se atrevería a traicionar su confianza. Por otro lado, Kaminari era sumamente abierto con lo que pensaba llegando a ser un poco boca floja, pero no era una mala persona y no estaba dispuesto a traicionar a un amigo.
En resumidas cuentas, todo estaba bien.
Aunque Midoriya debería encargarse de crear una historia sobre cómo mantuvo una relación de unos meses con Todoroki y además, una razón creíble para su inminente ruptura. Sería difícil crear una historia convincente, pero no imposible.
—No estoy enfadado, pero por lo que más quieras, no digas que soy tu... uh, ¿novio? —Midoriya desvió la mirada con pena—. Creo que decirlo puede traer demasiados problemas, además, tú y yo solo estamos...
Midoriya no pudo continuar con sus excusas vagas porque el agarre suave que Todoroki mantuvo sobre su cuerpo de pronto se volvió firme y en un solo y ágil movimiento logró cambiar sus posiciones, dejándole recostado sobre la mullida cama. Todas las palabras murieron en su boca cuando solo pudo admirar embobado el rostro de Shoto con el incomprensible brillo en sus ojos. Ambos irises tan desiguales, pero de un color intenso.
En ese momento, Izuku ni siquiera podía decir qué era lo que Shoto quería de él, pero por su reacción, consideró que solo debía callarse.
Él deslizó sus labios contra los suyos y le besó tan suave y gentil como solía hacerlo. Su mano se ahuecó suavemente sobre su pecosa mejilla para mantenerle quieto mientras devoraba su boca en un beso lento y placentero. Izuku amó como su calor le envolvió de un segundo a otro, pero no pudo engañar a su intranquilo corazón que no conseguía acallar.
Todoroki era auténticamente increíble y Midoriya no podía entender cómo entre tantas personas en el mundo acabó fijándose en un problema andante como era él. Ni siquiera podía dejarse llevar entre sus brazos porque de algún modo u otro su cabeza acababa sobrecalentándose como computador antiguo. Por más que intentara dejar el pasado atrás y comenzar otra vez era su mente le jugaba en contra, porque muy en el fondo sabía que su experiencia estaba en su contra y su falta de confianza hacia de las suyas para dejarle paralizado.
Shoto abandonó su boca, pero no se alejó, solo respiró contra sus labios haciéndole estremecer.
—¿Ocurre algo, Izuku?
Midoriya tuvo miedo de abrir sus ojos por completo y verse descubierto una vez más por ese hombre. No tenía sentido, por alguna razón Todoroki podía leerle como si se tratara de un libro abierto, siempre notando sus preocupaciones, sus temores, todo lo que le acomplejaba. Cuando finalmente tomó el valor para mirarle a los ojos deseó suspirar. Como siempre, no había una pizca de enfado, solo infinita paciencia para tratar con Izuku.
Estar apresado entre su cuerpo y la cama parecía ser el mejor refugio que pudo encontrar en toda su vida. Por primera vez en mucho tiempo podía decir que se sentía auténticamente seguro, porque sabía que mientras estuviera junto a Shoto nada podría hacerle daño, y si lo hacía, él estaría ahí para secar sus lágrimas y consolarle sin necesidad de palabras.
Envolvió titubeantemente sus brazos alrededor de sus hombros, escabullendo sus manos en su cabello. Las hebras rojas y blancas se deslizaron entre sus dedos como si se tratara de gotas de agua e hicieron cosquillas en su piel.
—¿Puedes...? —musitó suavemente—. ¿Puedes besarme otra vez?
Sus palabras debieron escucharse como una verdadera orden para Shoto, ya que sin perder un segundo más volvió a descender hasta sus labios para juntarlos en un beso más profundo, más íntimo, pero no menos gentil.
Sus dedos se arremolinaron en su cabello sin quererlo, simplemente trataba de tenerle cerca, verse envuelto por su calor mientras las manos de Shoto danzaban por los costados de su cuerpo, como si no pudiera tener suficiente de él. Izuku jamás se sintió tan deseado como en ese momento, jamás anheló con tanta hambre el toque de alguien, pero ahora lo hacía tanto que creyó que se derrumbaría.
Entonces... ¿por qué su respiración se agitaba y lágrimas amenazaban con resbalar por sus mejillas?
Amó cada toque y el sentimiento apasionado que causó remolinos en su pecho, quería sentirlo más, hundirse en el placer que solo la piel de ese hombre podía entregarle, pero engañar al miedo en su interior era algo imposible y en ese momento no podía sonreír para ocultarlo puesto que estaba realmente aterrado. Era torpe, poco experimentado, no había forma en el universo en que podría hacer sentir bien a alguien, mucho menos a Todoroki.
Era un fracaso... y tenía miedo de que finalmente Todoroki se diera cuenta de esa verdad.
Su beso se rompió y en cuanto el primer sollozo brotó de sus labios Todoroki quitó sus manos de su cuerpo como si se tratara de hierro ardiente. Izuku solo pudo arrastrarse por el edredón hasta apoyarse contra el respaldo de la cama temiendo un inminente rechazo. Sus sollozos parecían ser incontrolables y sus lágrimas imposibles de detener, ni siquiera cubriendo su boca pudo acallar su lamento.
Oh, vamos. ¿Qué clase de idiota rompía un momento como ese para largarse a llorar?
Midoriya no quería abrir sus ojos, en serio no quería ver cómo le estaba viendo Todoroki en ese momento. ¿Se trataría de lastima o algo de desprecio?
—¡Lo siento tanto, Shoto! Soy un idiota, perdóname por favor —suplicó rápidamente mientras intentaba secar sus lágrimas sin mucho éxito—. N-No pensé que justo ahora... solo... —sus palabras se apagaron.
Todoroki envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo antes de que otro amargo gimoteo revoloteara fuera de su boca. Él le sostuvo fuertemente entre sus brazos y acarició suavemente su espalda como si se tratara de cristal fino a nada de romperse.
—Fue mi culpa, te asusté.
—¡Por supuesto que no lo hiciste! Yo te lo pedí, lo quería y... —hipó—. Soy un desastre, Shoto.
Era un desastre de pies a cabeza. Habían pasado años desde la primera y última vez que tuvo sexo con alguien y aun así ese día se grabó en su mente como una experiencia traumática, porque aun existían noches que pasaba sin dormir debido a eso, completamente arrepentido de sus absurdas decisiones.
Él pudo negarse a esa última petición de Himiko, pero fue lo suficientemente cobarde para acceder creyendo que algo dentro de él cambiaría. Esa tarde, cuando solo era un adolescente torpe, se dirigió a la casa de su única amiga para ponerle fin a ese teatro burlesco, fingir que eran novios no dio ningún tipo de resultado positivo para Izuku, sí, los rumores de su orientación sexual desaparecieron desde que comenzó a aparecer junto a Toga, pero no consiguió hacerle cambiar de parecer.
Ella se lo tomó terriblemente mal, ideó excusas, le asustó diciéndole que todos se enterarían de la verdad y que otra vez sería pisoteado, pero por primera vez Izuku se mantuvo firme para acabar con esa falacia de una vez por todas.
Al menos hasta que dijo lo que no quería oír.
"—¿No has pensado en tu padre? ¡Qué dirá de ti! ¿No ves que solo intento ayudarte?"
Himiko lo sabía, Midoriya temía de su padre y lo que llegaría a pensar de él cuando se enterara de su gusto por los chicos, así que utilizó eso como última carta a su favor, pero aunque eso le dolió y le hizo sentir al borde del abismo siguió negándose a continuar. Entonces ella le propuso tener sexo, como si eso se tratara de un simple experimento, una última prueba para que Izuku se sintiera seguro de su "decisión" aunque realmente jamás tuvo una opción.
El problema fue que aunque su corazón le dijo que era una idea terrible, que no importaba lo que hiciera sus gustos no cambiarían, creyó ciegamente que podría cambiar algo. Tal vez... de algún modo acababa deseando a una mujer y podría volver a formar parte de la sociedad, ser como un chico común sin preocupaciones.
Por eso accedió.
Estar bajo ella fue incómodo, no pudo relajarse en lo absoluto y su toque fue áspero, pero más allá de la sensación desagradable lo que no podría olvidar fueron las sucias palabras susurradas entre jadeos.
"—Se siente bien, ¿no es así? No trates de decir que no te gusta, sabes que no es cierto. Solo una chica puede hacer sentir bien a un chico, esto es lo normal."
Recordarlo le producía nauseas.
Acabar no se sintió bien. En cuanto ella se bajó de su regazo lo único que pudo hacer fue vestirse y salir huyendo, ni siquiera pudo decir alguna palabra. La cabeza le daba vueltas y la sensación de suciedad no se le quitó a pesar de estar horas y horas bajo el agua fría de la ducha.
Los días comenzaron a pasar, pero no fue capaz ni de levantarse para asistir a la escuela. Su madre se asustó, por supuesto, pero Izuku no fue capaz de decirle nada y solo se recostaba sobre sus piernas, como un niño pequeño, hasta caer profundamente dormido.
Ese recuerdo le persiguió incontables veces, sobre todo cuando decidió comenzar algo con Shinso y pensar en eso se volvió una obligación, después de todo, estaban en una relación. El problema fue que cuando intentó contárselo apenas pudo decir algunas palabras, no todo el daño que Himiko le causó, aunque para su suerte Shinso solo le revolvió el cabello y le aseguró que todo estaría bien, que hacer las cosas lentamente era lo correcto y que no debía preocuparse.
De algún modo resultó, el proceso lento fue cómodo y muy pocas veces acabó huyendo completamente asustado producto de su mal recuerdo. Pero finalmente... no llegaron a nada. El asunto del beso descubierto salió a la luz y Midoriya tomó la responsabilidad delante de sus amigos y compañeros, luego terminó su relación con Shinso.
Desde ese momento no volvió a intentar algo con nadie más, convencido que mantenerse en soledad era lo ideal para él y que así no debería enfrentarse a sus molestos fantasmas del pasado.
Pero el destino hizo de las suyas para burlarse en su cara y puso en su camino a Shoto Todoroki, una persona completamente diferente a Izuku, pero que acabó siendo la persona que necesitaba.
La noche en que se conocieron fue como un tifón. De algún modo que Izuku aún no lograba de entender Shoto logró hacerle olvidar todo, acaparó su mente y corazón mientras le sostenía entre sus brazos y tomaba su boca con avidez. Casi como si se tratara de una fantasía, Izuku olvidó sus temores y complejos, solamente para entregarse a él.
Se sintió bien.
Lo que no esperaba era volver a verle, esta vez obligado a entablar un vínculo entre ellos para escribir un libro sobre su vida, aunque no esperaba acabar en una extraña relación con él.
Por eso ahora su mundo estaba de cabeza.
Deseaba a Shoto. Tenía que ser demasiado hipócrita consigo mismo para no darse cuenta. Su imaginación desmedida ya había hecho de las suyas varias veces creando torpes ilusiones que le gustaría cumplir, pero al final entraba en pánico y acababa derrumbándolo todo. No podía pensar en estar con alguien sin arrastrar ese recuerdo conjunto a su pena y vergüenza. Aun con todos esos años seguía sintiéndose culpable por dejarse engañar y terminar haciendo algo que realmente no deseaba. Además estaban las palabras de Himiko. No quería descubrir que al final ella tenía la razón, que solo una mujer podía hacer sentir bien a un hombre y que él fuera completamente insuficiente para esa tarea. ¡No tenía semejanza alguna con la belleza de una mujer! Carecía de la suavidad, la voz melodiosa y el encanto. Ni siquiera era un hombre atractivo, era simplemente... normal.
Por eso temía.
Sobre todo con Shoto. Un hombre tan único y perfecto como él merecía una persona a su altura, alguien que pudiera complacerlo y no le diera más problemas innecesarios.
Mientras pensamientos negativos envolvían su mente en una nube borrosa Shoto entrelazó sus dedos y posó su frente contra la suya a la espera de una palabra de su parte, pero Izuku no se sentía capaz de abrir la boca sin soltar un montón de disculpas para después preguntar por qué. ¿Por qué Shoto estaba junto a alguien como él? ¿Por qué deseaba arreglarle con tanto esmero? ¿Por qué le tenía tanta paciencia?
—¿Contra qué estás luchando en este momento? —Todoroki preguntó en un susurro tranquilo, incluso su gruesa voz sonó más suave de lo habitual—. Puedes decírmelo, Izuku.
Midoriya tragó el incómodo nudo en su garganta.
—No puedo llegar más allá de esto, yo... yo no... —gimoteó—. Estoy asustado, Shoto. Jamás podría ser suficiente para ti, simplemente... no.
De no ser por el firme agarre de Shoto sus manos hubieran seguido temblando incesantemente. Estaba aterrado, se sentía patético. Era una pésima condición para estar a la espera de una respuesta por parte de Shoto porque sentía que con cada segundo un trozo más de su corazón se partía.
No quería decepcionar a Todoroki.
—No estoy apresurándote, Izuku. Te lo dije, eres tú quién decide cuanto me darás de ti y cuanto tomarás de mí. Soy yo quien está en tus manos.
—¿Por qué?
Su voz sonaba tan rota, apenas podía hablar con las pequeñas pausas que sus labios temblorosos le obligaban a tomar. A Todoroki realmente le dolió oírle de esa manera, porque apenas unos minutos atrás le escuchó reír sin ningún tipo de preocupación. Fue difícil pensar en todos los años que Midoriya debió vivir de esa manera, ahogándose junto a sus demonios internos. Todoroki podía comprenderlo, las heridas de su pasado y sus problemas sin resolver conseguían desanimarle y arrepentirse de muchas cosas, pero su corazón frío lograba amortiguar el golpe de las memorias.
Midoriya era diferente, expresivo y sentimental como un niño pequeño. Dulce y sincero como pocos en el mundo. Claro y armonioso como una canción de cuna.
Y por sobre todo era amable, perseverante, capaz de poner una sonrisa en sus labios aunque el mundo se le viniera encima y enfrentaba la vida aun con el corazón roto.
Por esa razón se quedaba sin respuesta cuando Izuku preguntaba cosas como esas, como si se tratara de una persona sin valor, sin saber lo fascinante que era su simple existencia.
—Porque me gustas —su respuesta resbaló sin su permiso, pero no estaba dispuesto a retirarla—. Me gustas, Izuku.
Shoto obtuvo de regreso una mirada de color esmeralda tan profunda que por poco le devoró el alma. Izuku soltó su mano solamente para echarle los brazos alrededor de sus hombros y abrazarle con fuerza. Shoto juró sentir el acelerado ritmo del corazón de Izuku contra su pecho.
—No lo entiendo, Shoto.
—No es necesario que lo hagas.
Izuku estaba tan agradecido, tan encantado que dolía, porque no importaba qué hiciera al final del día solo se trataba de Shoto siendo amable, se trataba de Shoto curando sus heridas, se trataba de Izuku sin saber cómo reaccionar porque temía arruinarlo de alguna manera.
Ahora, una vez más, Todoroki actuaba como su héroe y ofrecía su hombro para derramar sus lágrimas. Le hacía sentir querido y a la vez en deuda, porque Izuku quería significar lo mismo para Shoto, descubrir los temores y el dolor que aguardaba para sanarle.
No pudo evitar recordar las palabras de Bakugou ya que resultaban ser una verdad.
Él también debía aprender de Todoroki y así, de alguna manera, regalarle la misma paz que él le daba.
—También me gustas, Shochan.
Hola, tribu.
Bueno, esto fue un poco extraño y bastante salido de mi zona de confort. Tardé bastante con este capítulo porque me debatí mucho sobre si agregar este tema o no, finalmente pensé que era necesario, aquí el personaje de Izuku es muy inseguro debido a sus malas experiencias y esta era una de las que pensaba a medida que escribía sobre él. Intentaré dar lo mejor de mí para mostrar como avanzan poco a poco.
Como dije al inicio del capítulo, es probable que profundice en este tema, espero que no les moleste porque también estoy pensando en poner un poco de lime.
Además debo confesar que se me hace muy tierno pensar en Shoto cuidando de Izuku, ya que la mayoría de fics se apegan al canónico de Izuku siendo su héroe. ¡Aunque pronto será el turno de Izuku-bebé!
Me entusiasma la idea de traer a los hermanos Todoroki, tengo el head-canon de que son un desmadre y espero darle gloria a eso. Llegó el momento de sacar la comedia barata del baúl o a este paso moriremos de tanto drama.
La canción para este capítulo:
https://youtu.be/o4_obn4hbUQ
Recuerden que contamos con lista de spotify.
Eso sería todo en esta oportunidad, espero volver el próximo miércoles y volver a la tradición de miércoles de Mutis. ;u;
¡Un beso! ¡Nos vemos la próxima semana si no estoy muerta!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro