Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23

Midoriya comprobó los mensajes recibidos en su teléfono una vez más deseando que una notificación apareciera por arte de magia, pero no encontró ninguna.

Los últimos dos días los había pasado revisando compulsivamente su teléfono esperando conseguir un mensaje de Todoroki que no se tratara de unos buenos días o buenas noches, que era lo único que recibía de su parte desde que se fue. Pero no tuvo mucha suerte al respecto porque por más que intentara mantener una conversación Todoroki no le seguía el juego y parecía estar charlando solo.

Midoriya quería creer que su tratamiento médico le mantenía ocupado y que por eso no le respondía como debería, porque en el peor de los casos Todoroki estaría enojado con él, y de solo pensarlo se sentía terriblemente mal.

Midoriya jamás odió las despedidas, no realmente. Hubo muchas en su vida y la gran mayoría fue por parte de personas que no deseaba volver a ver, mientras que las despedidas con sus seres queridos no duraban mucho y estaba seguro de que volvería a verlos pronto. Así que no, jamás sufrió mucho por una despedida.

Por eso no entendía por qué se sintió tan triste desde que Todoroki se fue.

Ni siquiera se trataba de una despedida larga, volvería a verlo muy pronto cuando fueran a Ámsterdam y eso solo sería en cuestión de días. Sin embargo le extrañaba. Todoroki era callado y Midoriya debía llenar los espacios en sus conversaciones, pero su compañía era grata, le escuchaba y respondía cándidamente. Era como sentirse cálido y querido después de meses de frío. Ser separado abruptamente no fue bueno para Midoriya.

Y era algo extraño, considerando lo que sucedió la noche antes de que Todoroki se fuera Midoriya debería estar apreciando cada minuto alejado de él, pero no era así. Si bien la sinceridad de Todoroki puso su mundo de cabeza y le hizo pasar una noche de insomnio pensando en un montón de horrores que podían ocurrirle de ahora en adelante, no podía engañar a su corazón, un corazón que le reclamaba por ser tan negativo y no haber aceptado la propuesta de Todoroki al instante.

Estaba herido y desconfiado, por esas razones se alejaba de las personas a su alrededor y repudiaba las relaciones amorosas. Todoroki consiguió descubrir todos sus temores, comprenderlos y ofrecerle una oportunidad para sanarle, y Midoriya deseaba hacer lo mismo por él, conocer los temores de su pasado, la razón concreta para negarse al amor y si era posible... ayudarle a sanar, tal y como Todoroki quería hacer con él.

Aunque el riesgo era alto, Midoriya sabía que lo peor que podía pasarle sería encariñarse, o aun peor... enamorarse perdidamente de Todoroki, porque si eso sucedía el único perdedor sería él. Todoroki reconocía sentirse atraído por él, pero eso no significaba que llegaría enamorarse de Midoriya, de hecho, sería cuestión de tiempo para que comenzara a notar todos sus defectos. ¿No?

¡Por todos los cielos, que complicado!

Prefirió dejar boca abajo el teléfono sobre la mesa para olvidarse de eso un momento, al menos por el desayuno.

Barrió la mirada a través de la terraza del hermoso café al que Melissa le arrastró esa mañana, su desayuno lucía sumamente apetitoso sobre la mesa con mantel bordado y un pequeño florero en el centro. Midoriya no podía entender lo que hablaban las personas a su alrededor, así que prefería ver la ciudad donde a la lejanía lograba identificar la torre Eiffel.

Estaba en un lugar maravilloso y aun así no podía dejar de pensar en Shoto Todoroki.

—Lamento la tardanza. ¿Recibiste alguna respuesta?

Midoriya volvió la vista hacia Melissa, ella se había ido al baño durante unos minutos dándole tiempo para angustiarse con el teléfono. La chica solo sonrió cálidamente y se sentó frente a él otra vez.

—Me envió el emoji de un gato. —Midoriya hizo un puchero involuntario. La verdad, no tenía pensado decirle a Melissa lo mucho que extrañaba a Todoroki, pero ella acabó descubriéndolo por su propia cuenta. Lo que sí no sabía era la propuesta que el cantante le había hecho la noche antes de irse, eso no podía decírselo a absolutamente nadie—. Quiero creer que está ocupado, porque si se enfadó conmigo...

—No pongas esa cara, Izuku. Estoy segura que Todoroki solo está ocupado con su tratamiento. Y no deberías preocuparte tanto, muchas veces solo se encierra a componer y ni siquiera los managers podemos sacarlo. —Melissa intentó calmarle y en cierta parte, funcionó. Ella llevaba mucho más tiempo que él trabajando con Todoroki—. Él es la estrella aquí, así que ninguno tiene el derecho de cuestionarle. Aunque por supuesto, creo que tú deberías ser la excepción.

Midoriya frunció sus labios en una línea recta.

—No soy su novio.

—¡Ujú! Lo sé. —Melissa escondió su sonrisa tras su humeante taza de café.

Midoriya guardó su teléfono otra vez porque ya no quería verse tan desesperado. Por suerte solo Melissa se dio cuenta, quien era demasiado recatada y amigable como para cuestionarle por ello, es más, ella parecía estar sumamente divertida al respecto, como si fuera la espectadora de una historia de amor que crecía poco a poco.

Ese pensamiento le revolvía el estómago. Su nueva amiga parecía tener muchas expectativas con la relación de Todoroki y él.

—M-Melissa, tú... ¿desde hace cuánto conoces a Todoroki?

Melissa bajó su taza de café con una mirada pensativa, como si intentara hacer memoria.

—No mucho tiempo. Si te soy sincera yo no hablo demasiado con él, pero mi tío siempre me hablaba sobre Todoroki porque es su artista favorito dentro de la disquera. —Melissa posó un dedo bajo su mentón—. ¿Quieres saber un poco más de él?

Midoriya se sobresaltó ligeramente. Sí, quería saber más sobre Todoroki y lamentablemente solo podía hablar con Kirishima al respecto, el problema era que el bajista pasaba la gran mayoría del tiempo con Bakugou y Midoriya no quería interrumpirlos por nada del mundo. Así que la única persona que conocía medianamente a Todoroki y con quien podía acudir ahí era Melissa.

—La verdad... sí. ¡P-Pero no soy un fan loco obsesionado! Solo creo que podría... uh...

—¿Servir para el libro?

—¿S-Sí?

Midoriya era un pésimo mentiroso, pero Melissa aun así sonrió. Midoriya juró ver algo de gracia en sus ojos, como si se hubiera dado cuenta de sus reales intenciones.

—Aizawa le encontró antes de cumplir los quince años, fue casi un golpe de suerte porque Todoroki tenía mucho potencial para crecer en la industria, así que Aizawa le habló a mi tío sobre él y decidieron que debía entrar a Yuuei en primer lugar, porque apenas era un niño y tenía mucho que aprender. —Melissa comenzó, y aunque Midoriya ya sabía parte de eso, escuchó atentamente—. Cuando el mundo empezó a prestarle atención se realizaron los proyectos más grandes y frecuentó la disquera más veces que antes, para ese tiempo solía verle desde lejos y como parecía muy reservado apenas me atrevía a saludarle. Hace unos años me uní al staff de sus conciertos, aunque de no ser por Kirishima no hablaría realmente con él.

—Los medios siempre han hablado de él como una persona muy seria, casi rayando lo arrogante. Quiero que los demás se den cuenta de que no es así...

—No eres el único. Sus fans están esmeradas en demostrarle al mundo que se equivocan con él, ¿alguna vez has visto sus peleas en internet? Kirishima suele leerlas en voz alta para reírnos un poco, aunque Todoroki parece más espantado que halagado.

Midoriya sonrió ligeramente. Cierto, olvidaba que un montón de personas sostenían la fama de Todoroki.

Un montón de personas que matarían por estar en sus zapatos solo para poder estar con Todoroki.

—Eso solo prueba que como mínimo eres su persona favorita ahora. —Melissa razonó viendo hacia ninguna parte en particular, consiguiendo que Midoriya se sonrojara—. ¡Se nota que le agradas mucho!

Midoriya podía jurar que ella recargó melosamente esa última palabra.

—S-Somos amigos.

Melissa apretó sus labios para no reír, la reacción de Midoriya era adorable. La verdad, ella no debería estar tan encimada en ese asunto, pero Kirishima insistió en que era cuestión de tiempo para que algo muy lindo surgiera entre ambos y a ella por supuesto que le gustó la idea, Todoroki necesitaba en su vida a alguien que perteneciera al mundo normal que dejó hace mucho tiempo atrás, una persona tan dulce como Midoriya. Y aunque Melissa apenas comenzaba a conocerlo, podía asegurar que Midoriya también necesitaba a Todoroki.

—Puedo jurar que seguirán siendo muy buenos amigos incluso después de acabar el libro. —En cuanto dijo eso Midoriya se hizo un poco más pequeño en su asiento y tiró de las mangas de su camisa. Era momento de cambiar de tema o el chico pronto moriría de un ataque al corazón—. ¿Probaste los croissants? ¡Son una verdadera delicia!

Midoriya agradeció a todos sus ancestros porque Melissa cambió de tema con rapidez. Al menos hablar de comida no le provocaba taquicardia.

—L-La verdad no.

Melissa se tomó la molestia de alzar el platillo y acercárselo para que tomara uno de los pastelitos, pero en cuanto lo hizo el sonido del teléfono de Melissa le hizo crisparse. Ella hizo una mueca antes de dejar el plato devuelta en la mesa y rebuscar su teléfono en su bolso.

Le habían estado llamando y enviando mensajes durante toda la mañana. En un principio Midoriya creyó que se trataba de una cuestión de trabajo o un familiar, pero las llamadas eran demasiado insistentes y Melissa no parecía muy feliz por eso.

—¿Ocurre algo malo?

Melissa frunció sus labios y sacudió su cabeza en negación antes de rechazar la llamada, era obvio que tampoco quería hablar al respecto.

—No. Solo es un amigo problemático de quien intento escaparme. —Melissa sacudió su mano—. Probablemente acabe cambiando de número y asunto resuelto.

Esas palabras no consiguieron calmarle del todo, pero no quería verse como un entrometido así que prefirió no volver a preguntar.

—¡Pero eso no importa ahora! Prueba pronto el croissant, estoy realmente emocionada porque pruebes lo demás. También conozco las recetas y podríamos prepararlas algún día.

Midoriya asintió y accedió a probar el pastelillo.

Tal vez ambos podrían sentirse mejor si olvidaban por un momento sus problemas.

El día que estaba esperando con todas sus ansias llegó. Esa misma tarde todo el staff se dirigiría hacia Ámsterdam para los próximos dos conciertos de Todoroki, eso significaba que estaba a unas cuantas horas de reunirse con el hombre que estaba deshaciendo su mente y alterando su corazón. No debería sentirse feliz por eso, pero lo estaba, y demasiado.

Y joder, era absurdo.

O humillante. Tal vez ambos.

Midoriya se concentró en empacar todas sus pertenencias y dejar todo listo para cuando llegara la hora de marcharse. Incluso debió adquirir una pequeña para trasladar los obsequios y otras cosas que fue comprando en los distintos viajes. Según lo que Melissa dijo, debía bajar todo un poco antes de las seis para no ir contra el tiempo luego. La verdad, le dio algo de vergüenza preguntarle a Kirishima si viajaría con ellos ahora que Todoroki no estaba así que optó por aferrarse a Melissa.

No parecía muy buena idea ir junto a Kirishima y Bakugou.

Aunque los días pasaron Todoroki y Bakugou no se reconciliaron, esperaba que en algún momento lo hicieran y todo volviera a la normalidad, pero no fue así. Ellos seguían distanciados y Kirishima seguía en medio de esa amistad rota.

De solo pensarlo se le revolvía el estómago terriblemente.

Era un poco doloroso también. Midoriya había decidido dejar de pensar en lo que opinaría el resto cuando tomara sus decisiones, que empezaría a vivir por sí mismo y lo que le gustaba hacer o decir. Pero desde que Todoroki le propuso empezar esa especie de relación simulada sentía un hueco en el corazón. Todoroki le gustaba, era amable, tierno y le entendía con solo observarle, por eso quería aceptar con todo su corazón, pero no podía dejar de pensar que ganó el afecto de Todoroki a costas de lo sucedido con Bakugou.

No podía sacarse ese pensamiento de la cabeza cada vez que pensaba en aceptar, y era estúpido. Se suponía que dejaría de pensar en los demás y pensaría en el mismo. Además Bakugou no era cualquier persona, él le causó daño, demasiado. Incluso movió los hilos para que un montón de personas le utilizaran como un chivo expiatorio, para que le humillaran sin piedad.

Su parte egoísta reclamaba que no debería pensar en el bien de Bakugou. Pero su parte noble, esa que su madre se encargó de pulir a base de afectuosas enseñanzas, le rogaba que intentara ser feliz, pero que no se perdiera a sí mismo.

¿Podía ser feliz sin dañar a alguien en el proceso?

Era tan ridículamente extraño.

Su teléfono vibró sobre la mesita de noche, era un mensaje. Midoriya miró el teléfono con una mueca en los labios antes de tomarlo finalmente y leer.

"Ochako:

¡Hey! ¿Qué tal estás? Pensaba llamarte ahora, el trabajo está ridículamente sencillo hoy y me quedé con una hora libre. Así que... ¿charlemos?"

Midoriya sonrió ligeramente y sin molestarse en contestarle le llamó. Necesitaba de su consejo en ese momento y la verdad, cargar con todo eso le estaba volviendo loco a velocidades estúpidas.

Bastó con que el teléfono sonara unas cuantas veces para que Uraraka contestara.

¡Uh! Deberías avisarme primero, acabo de correr al baño de damas para poder contestarte. —Uraraka hablaba suavemente, pero Midoriya estaba seguro de que ella estaba haciendo un puchero—. Ahora déjame adivinar, tienes un problema.

—Me preocupan tus habilidades psíquicas.

Izuku, por favor no me digas que soy un x-men. ¡Aunque sería divertido serlo! Ahora, ¿tengo razón o no?

—Tengo miedo.

Y... tenía razón. —Uraraka gruñó por lo bajo—. ¿Qué hizo ahora el señor adonis cara de póker?

Midoriya se sentó en la orilla de la cama y se dejó caer hacia atrás mientras pensaba en cómo comenzar ese enredo. Empezó por la parte tranquila cuando días atrás tocaron juntos el teclado y luego... lo demás. Uraraka escuchó en completo silencio su relato y por primera vez, no le interrumpió con comentarios burlescos, sino que esperó hasta que acabó.

Entonces... —Ella inhaló profundamente—. Quiere una variante más seria de los amigos con derecho, ¿es así? Pero te niegas a aceptar no porque no quieras, sino porque te preocupa lo de Bakugou.

—En resumidas cuentas... ¿sí? —Midoriya se sintió nervioso de pronto, como si Uraraka fuera a golpearlo a la distancia por estar haciendo estupideces. Se suponía que iba a trabajar y conocer el hermoso clima de Europa en esas fechas, no abrir su corazón a un cantante que puso su mundo de cabeza—. Que... ¿qué piensas?

¿No acabas de decirme que no quieres preocuparte por lo que piensan los demás?

—P-Pero si me importas tú.

¿Uh? ¡Eso fue muy lindo de tu parte! Pero creo que tienes todo el derecho de hacer lo que quieres, Izuku. Tienes veinticinco años, vives solo en un buen apartamento, tienes un trabajo estable. ¿Por qué no divertirte un poco ahora?

—¿No piensas que es caer demasiado bajo? Es decir, estoy accediendo a una relación sin ningún tipo de compromiso. ¡Como un contrato!

No te preocupes por las apariencias ahora. Si te soy sincera, prefería un príncipe azul que sanara tu corazoncito hasta casarse contigo, pero siempre te has negado a todos los hombres que se te acercan, todos. Es la primera vez que escucho que alguien llama tu atención de este modo. Y te conozco, sé que no es por la fama o todo lo alucinante que Todoroki posee. Tú realmente estás interesado en él.

—Amar está totalmente fuera de mis deseos ahora.

Sí. Pero Todoroki te gusta lo suficiente para pensar seriamente una relación sin compromisos. —Uraraka bufó—. ¡Pero...! No quiero que él se aproveche de ti, tú solo has lo que quieres y si piensa obligarte a algo... bueno, tú eres hombre y sabes dónde duelen las patadas.

—Eso me alivia hasta cierto punto, pero... ¿qué hay de Bakugou?

¿A quién le importa? En serio, Izuku. El problema se dio entre Todoroki y Bakugou, tú no pintas nada ahí.

—Pero fui yo quién le contó a Todoroki-

¿La verdad? Porque fue lo único que hiciste, además Todoroki quería saberlo. Ahora, si realmente vas a comenzar a pensar en ti, has lo que creas mejor sin importarte lo demás. A menos que tu madre se oponga, las madres son sabias.

—Definitivamente no le contaré de esto a mamá.

Bien, has lo que tú quieras, Izu. Pero cuando te empieces a identificar con canciones de Selena Gómez y sus letras te recuerden a tu relación con Todoroki, es momento de salir huyendo. —Uraraka bromeó—. Y recuerda que siempre tendrás una amiga aquí, señor viajero.

—¡No me he ido por tanto tiempo! Ya pronto volveré y podremos tener una noche de películas o algo.

Suena perfecto, aunque me gustaría acompañar esas películas con los dulces que horneas. ¡También extraño comer el katsudon que preparas! O los bentos que traes al trabajo, se me hace agua la boca de solo recordarlo. Ahora almuerzo todos los días con Tenya, soy feliz, pero ya sabes qué pasa con la comida gourmet.

—¡Sirven muy poquito!

Uraraka se rió.

Exactamente.

Midoriya sonrió. Le hacía feliz escuchar a Uraraka, ella era la amiga más incondicional que pudo tener y sabía que no encontraría otra como ella en su vida. Definitivamente iba a cocinar todos los dulces y platillos que ella quisiera cuando volviera a casa.

Bien, volveré a mi lugar. He estado aquí por más de veinte minutos y alguien irá con el rumor de que estoy vomitando porque estoy embarazada. —Uraraka se rió—. Parece que nuestros compañeros de trabajo están mucho más pendientes de mí desde que me hice novia de Tenya.

Midoriya suspiró. Eso era un poco molesto también. Desde que se enteraron del noviazgo de Uraraka y su jefe, algunos de sus compañeros no hacían más que crear rumores y chismes falsos sobre su mejor amiga. Desde que todo era mero interés hasta que se comprometerían porque ella quedó embarazada por accidente. Una lista interminable de cuestiones falsas que no parecía tener fin.

Muchas veces Midoriya tuvo que defenderla, aunque a su amiga le importaba muy poco. Según ella, podían decir todo lo que quisieran, eso no cambiaría que tuviera una linda relación con Iida y una adorable silla rosada en su escritorio.

Era un comentario absurdo, pero muy divertido.

—¿Cuántos meses de embarazo tienes?

Diez. —Uraraka se rió—. ¡Bien! Volveré al trabajo. Ya sabes, si tienes algún problema solo llámame y llegaré a ti. Aunque estés en Francia o Italia. Llegaré en mi botecito de cartulina.

Esta vez fue su turno de reír.

—Te quiero, Ochako. No sé qué haría sin ti.

Yo también te quiero. Ah, y deja de dudar de ti mismo, si Todoroki está ofreciéndote algo como esto es porque sabes lo especial y lindo que eres.

—Ochako...

Lo digo en serio. Si no fueras gay y no tuvieras mejor cintura que yo estaríamos casados, pero te prefiero gay, bonito, dramático y chillón. Además besarte sería como besar a mi mellizo y eso es aterrador.

—¿Uh? ¿Tengo cara de galleta?

Espera. ¿Insinúas que yo tengo cara de galleta?

Midoriya se mordió la lengua para no reír.

—¡Supongo que es todo! ¡Hasta pronto, Ochako!

¡Ni creas que olvidaré esto!

Midoriya cortó rápidamente la llamada para no escuchar los reclamos de Ochako y dejó el teléfono sobre la almohada. Mientras observaba el blanco techo no pudo evitar sonreír, ya no se sentía tan angustiado como antes. La verdad era que aún no tenía una respuesta clara para la propuesta de Todoroki, pero resolver un par de trabas en su mente le había ayudado lo suficiente para darse cuenta algo tan pequeño como certero, realmente quería aceptar la propuesta de Todoroki.

Pero aún tenía problema consigo mismo.

Uraraka tenía razón, era la primera vez que una persona le hacía sentir de esa manera, y eso le aterraba. Temía que con el pasar del tiempo... terminara enamorándose de Todoroki, eso sería su completa ruina. Midoriya no podría lidiar con otro corazón roto, se derrumbaría.

Pero... no aceptar esa propuesta también podría hacerlo enloquecer. Permitió que Todoroki lo besara esa noche, él accedió a esa locura por un desliz y si Todoroki no hubiera sido franco con él estarían en una amistad defectuosa sin nada claro.

En cierta parte, la sinceridad de Todoroki le salvó de algo mucho peor.

E incluso le dio el total control de su relación. Era Midoriya quien podría decidir.

Escuchó como le dieron dos golpecitos a la puerta de su habitación y no pudo evitar gruñir por lo bajo. Era un mal momento para recibir visitas, estaba muy ocupado peleando consigo mismo, pero aun así se levantó y fue a abrir.

Solo había unas cuantas personas que hablaban con él y solo dos sabían cuál era su habitación, Melissa y Kirishima. Así que no se sorprendió demasiado al encontrarse con Kirishima y su eterna sonrisa.

—¡Hola, hombre! ¿Qué tal estás? Lamento venir de improviso, pero me acosaron cibernéticamente para que moviera el trasero y viniera a verificar que sigues vivo.

Midoriya parpadeó incrédulo mientras se hacía a un lado para dejar entrar al bajista.

—¿Qué?

—¡Todoroki! Dijo que te envió un mensaje y cómo no respondías comenzó a molestarme mí. —Kirishima se quejó, pero no borró su sonrisa burlesca—. Además me pidió que te ayudara a llevar tus cosas a la van.

Ahora sí, Midoriya estaba más que confundido. Es verdad, había estado hablando demasiado tiempo con Uraraka y no se molestó en revisar el resto de mensajes, pero que Todoroki le hiciera un escándalo a Kirishima solo por eso quería decir que acostumbraba que le respondiera al instante. Oh bien, el cantante sabía que lo extrañaba demasiado sin necesidad de que se lo dijera.

—¡Ah! Y por mi parte compré un paquete de caramelos por si entras en pánico y me haces entrar en pánico a mí.

—Oh... muchas gracias. —Midoriya ladeó su cabeza con confusión mientras veía a Kirishima mirar hacia todos lados.

—¿Y tus maletas?

—En la habitación, pero...

Midoriya no pudo terminar de hablar porque el bajista se precipitó hacia su habitación en busca de sus maletas. Conteniendo un suspiro le siguió también, era el momento de dejar definitivamente a París y no podía olvidar su teléfono ahí o lo perdería para siempre.

—Bien, ¿hay algo más que debas llevar? —Kirishima se había adueñado de la maleta más grande y solo se dignó a entregarle la pequeña—. Recuerda bien. Una vez olvidé mi camiseta favorita en la lavandería de un hotel en Italia y aun sufro la perdida.

Midoriya sonrió y guardó su teléfono en su bolso de correa.

—Estoy listo.

—¡Entonces es momento de irnos!

Midoriya le vio marcharse otra vez y se vio obligado a reprimir un suspiro cansado para seguirle fuera. Apenas pudo voltearse a mirar la habitación cuando salió, era un lugar demasiado bonito y debía despedirse de una vez.

Kirishima, que esperaba en completo silencio, puso una mano sobre su hombro.

—¡Te aseguro que hay lugares más asombrosos que ver! Conseguirás más fotografías en los demás países.

Midoriya sonrió.

—Aún queda mucho tiempo. —Midoriya cerró la puerta de la habitación de ensueño y volteó sobre sus talones para ir hacia el ascensor. Mientras esperaban que el ascensor llegara a su piso Midoriya no pudo evitar mirar al bajista—. Kirishima, yo... ¿esto quiere decir que viajaré con ustedes?

Kirishima le observó en silencio antes de palmearle la espalda.

—¡Por supuesto! Con o sin Todoroki ya tienes un lugar con nosotros. Además, estoy seguro de que Todoroki me daría un puñetazo si viajas con el staff en su ausencia. —Eso era tierno... hasta que recordaba que iría solo con Kirishima y Bakugou en esa van durante todo el trayecto—. ¿Hay algo que te preocupe? Parece que comenzarás a hacer pucheros.

—¿Uh? N-No, en lo absoluto.

El ascensor llegó y ambos ingresaron.

—¿Lo extrañaste?

—¿A quién? ¡Claro que no! Solo estoy... no. No. ¿Muy no?

—¿Qué fue eso? —Kirishima preguntó entre risas, pero ni siquiera Midoriya sabía qué estaba hablando, pero si sabía que estaba sonrojado como una esfera de navidad—. Había muchos "no" en esa frase, pero lo tomaré como un sí.

Midoriya bajó la cabeza.

—Solo no se lo digas, por favor.

—¡Trato hecho! —Kirishima silbó—. Entonces, ¿tradicional o traje?

—¿El qué? —Midoriya preguntó incrédulo.

—Uh... supongo que hay tiempo para debatirlo, entonces. —Kirishima guardó silencio por un momento, pero le duró demasiado poco porque volvió a hablar—. Todoroki es un buen hombre, Midoriya. No se burlará si le dices que lo extrañaste. De hecho, lo único malo que ha hecho es confiar en las personas incorrectas y cantar I Want To Break Free con una peluca una vez que se emborrachó.

—¿Uh?

El ascensor llegó al primer piso y la campanilla resonó.

—¡Nada!

Midoriya no pudo evitar pensar que Kirishima estaba actuando demasiado extraño, incluso llegó a pensar que Todoroki le contó lo sucedido entre ellos, pero pensándolo bien Todoroki era demasiado reservado incluso con sus amigos así que debió descartar la idea.

Tal vez solo era el afán de Kirishima por empujarle hacia Todoroki.

Sin decir una palabra más le siguió hasta el estacionamiento del hotel donde las vans les esperaban. Kirishima le entregó las maletas al chofer dejándole el camino libre para subirse, pero Midoriya tuvo que contener el aliento y reunir valor antes de asomarse. Y se llevó una sorpresa. Porque en lugar de Bakugou encontró a una hermosa mujer de cabellera dorada que escribía rápidamente en su laptop.

—¿Melissa? —preguntó casi en un balbuceo. La chica le miró con una sonrisa y se dispuso a cerrar su laptop—. ¿Qué...?

—Parece que soy un reemplazo de Todoroki. —Ella susurró muy bajito—. Kirishima me sacó de la van con el resto de managers y me trajo hasta aquí. La verdad, me alegro mucho, los demás son mucho más mayores que yo y no hablan mucho.

Midoriya sonrió genuinamente aliviado.

—¡Entonces...!

—¡Shh! —Melissa le silenció poniendo una mano sobre su boca, luego señaló a los asientos de atrás. Bakugou también estaba, pero parecía completamente dormido, incluso se veía sereno—. No creo que sea buena idea despertarlo.

Midoriya asintió rápidamente.

Al menos tendría un buen viaje hasta el aeropuerto.

Tres horas más tarde Midoriya se encontró en la capital de Países Bajos, una capital que no hacía más que deslumbrar con luces y colores resaltando por encima de la noche. Realmente disfrutó del paisaje camino al hotel y debió contenerse de intentar tomar fotografías desde dentro del auto, aunque Melissa no se contuvo demasiado y le hizo tomarse un par de fotos con ella.

Cuando llegaron al hotel ocurrió lo de siempre, le dieron su número de habitación, todos se separaron y se dispusieron a descansar para trabajar el día siguiente. Él pensaba hacer lo mismo y al día siguiente hablar con Todoroki, aunque se suponía que él estaba en el hotel desde hacía varios días antes.

Pero llegó un nuevo mensaje suyo.

"Todoroki.

¿Qué dirías si estuviera en la puerta de tu habitación?"

"Midoriya.

¿En serio estás ahí?"

"Todoroki.

...

Supongo que ya sabes."

Midoriya juntó sus labios en una fina línea recta, quería reírse.

—¿Pasa algo? —Melissa le preguntó al notar la mueca en su rostro.

—No es nada. —Midoriya suspiró—. Solo... creo que no descansaré hoy.

Melissa rió suavemente, probablemente sabía a qué se refería, pero prefirió no decir nada para no incomodarle.

De ser por Midoriya, él habría escogido las escaleras en lugar del ascensor para tardar un poco más en llegar a su habitación, pero estaba cargando dos maletas y aunque no eran muy pesadas si eran incomodas de trasladar, por ende, debió resignarse.

Se despidió de Melissa porque su habitación quedaba por el pasillo contrario y se dispuso a caminar hacia la suya. No debió mirar números, porque pudo divisar a Todoroki apoyado sobre la puerta de la que debía ser su habitación mientras revisaba su teléfono. Él solo vestía una cómoda camisa azul cielo y unos jeans negros desgastados, no parecía estar demasiado preocupado sobre cómo lucía en ese momento, simplemente era casual.

De pronto todos los sentimientos que estuvo acumulando a lo largo de los días escalaron por su cuerpo como zarpazos. Quería tirar las maletas y darle un abrazo, también darle un golpe por proponerle un romance clandestino y atreverse a ignorarlo luego.

Pero estaba acostumbrado a tragarse sus sentimientos, así que le ordenó a su corazón quedarse quieto y a su mente no perder el control de la situación.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca dejó la maleta pequeña en el suelo. Debido al pequeño golpe contra la loseta Todoroki dejó de prestarle atención a su teléfono y volvió a verle, entonces se quedaron viendo en un poco cómodo silencio.

Midoriya separó sus labios para hablar.

—Hola. —Su saludó sonó más monótono de lo que esperó—. Tú... ¿cómo has estado? ¿Tú tratamiento fue bien? ¿No tienes dolor de garganta?

Todoroki parpadeó perezosamente y no le contestó ninguna palabra. Midoriya hizo un puchero y se acercó aún más, preocupado por su silencio.

—¿Duele? —Todoroki negó—. ¿No quieres hablar conmigo? —Él volvió a negar y Midoriya frunció el ceño—. ¿Entonces?

Todoroki se inclinó hacia él y ahuecó sus manos sobre sus redondas mejillas. Midoriya en serio pensó que le besaría y no pudo evitar mirar sus labios, pero Todoroki solo acarició con sus pulgares las pecas salpicadas sobre sus mejillas.

—Tus pecas son lindas.

Midoriya perdió el aliento.

—¡Oh, por All Might! ¡Si te escuchas ronco! ¿Tomaste suficiente agua?

—Lo hice. Es normal que me escuche así durante unas horas. ¿Te parece raro? —Todoroki soltó sus mejillas con cuidado, pero no se alejó—. Podría intentar no hablar tanto.

—¡No te preocupes por mí! Es momento de que te preocupes por ti, hay muchas personas emocionadas por escucharte, tienes que cuidarte.

Todoroki sonrió suavemente y Midoriya no pudo evitar sonrojarse. Le gustaba la sonrisa de Todoroki, era sutil y aun así provocaba que sus ojos se retrajeran en las esquinas. Le hacía lucir verdaderamente feliz y eso derretía su corazón de algún modo.

—Eso es amable de tu parte.

—Solo... estoy preocupado.

Todoroki asintió, aunque parecía un niño perdido que buscaba las palabras correctas para hablar. Su actitud extrañamente inocente le hizo sonreír.

—¿Pensaste en...? ¿O es muy pronto hablar sobre eso?

Sí. Lo había pensado.

Y en ese momento lo tenía más que claro, porque sus labios cosquilleaban por las ansias de fundirse con él una vez más, pero Todoroki no estaba dispuesto a hacer nada sin que Midoriya lo aprobara primero.

Midoriya apoyó sus manos sobre sus amplios hombros, cerró la distancia entre ellos y puso sus labios contra los de él. Todoroki se tensó por pocos segundos antes de tomar su boca con devoción y abrazar su cintura como si se tratara de un anhelo que al fin era cumplido. Midoriya no tenía ni idea de lo fría que estaba su propia piel hasta que la calidez de Todoroki le envolvió provocándole deseos de suspirar.

Tenía la oportunidad de negarse y pudo hacerlo, sabía que Todoroki jamás le trataría mal por eso. Pero no quería negarse, quería tomar ese sentimiento alucinante que compartía con Todoroki y vivirlo.

Su cuerpo era cálido y firme, lo suficiente para sostenerle con cariño y hacerle sentir protegido. En ese torbellino de emociones que revolotearon a través de él solo una cosa era segura. Nunca, jamás, sintió algo como lo que ahora tenía con Todoroki.

Se vio obligado a separarse de él cuando le faltó el aliento. Su respiración se volvió medianamente errática mientras intentaba recuperar la normalidad, pero aún estaba entre los brazos de Todoroki y él le observaba como si se tratara de un espejismo.

—Tenemos mucho de qué hablar, Shoto. —Midoriya susurró.

Porque estaba bien, ambos querían esto. Pero si además Todoroki quería curar las heridas de su pasado, por supuesto que Midoriya querría hacer lo mismo por él.

Todoroki acabó por sonreírle otra vez con una extraña ternura.

—Entonces hablemos, Izuku.

¡Hola, tribu! Bien, cerraron mi año escolar y tengo mis mini vacaciones antes de entrar a mi práctica profesional. Se suponía que iba a escribir en este tiempo, pero mi país se fue a la verga y me la paso pendiente de twitter. Si hay chilenas o chilenos aquí... ¡fuerza cabros, la única lucha que se pierde es la que se deja!

En el capítulo pasado me dieron mucho amor, así que muchas gracias. La verdad, no pensaba contar parte de mi vida, pero necesitaba desahogarme un poco y dar mi punto de vista al respecto de lo que está pasando. Muchas gracias por entenderme y no tratarme mal, sé que el punto de vista político no pinta nada aquí, pero realmente me ayudó ese pequeño espacio.

¡Lo siento mucho, también! Sé que algunos se dieron cuenta en el capítulo pasado de los cambios bruscos en los párrafos o el ambiente, la verdad, mis emociones están revueltas y mi cerebro vomita pura pendejada. En una de esas termino haciendo un fic de los niños de Bnha luchando contra el gobierno. ¡Todo mal, todo mal!

Ahora, hablemos del fic. Les recuerdo que esto es totalmente absurdo y que apenas encontré información sobre lo que está atrás de un artista real, así que mis investigaciones truchas están manteniendo este fic.

Por cierto, en un principio todos los personajes tomarían decisiones de verga, de hecho, quería hacer un fic puerco, pero acabó siendo más sentimental de lo que pensé. No esperen mucho de mí, que se me decepcionan.

¡La canción!

https://youtu.be/9E-uTb1_ehU

Les recuerdo que tenemos lista de spotify. Pueden encontrarla como "Mutis-Miss_Shooting" o pedirme el link aquí. ->

¡Les mando un beso! Espero verlos pronto.

PD: No sé si hay personas aquí que lean MPMH. ¡Tengo que disculparme! El fic es, como saben, triste, y escribirlo me pone algo sentimental. Definitivamente no puedo escribir eso en una situación como esta, así que lo estoy posponiendo. Espero encontrar fuerza para escribirlo pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro