Capítulo 21
Sus párpados se sintieron extrañamente pesados cuando comenzó a despertar, el sol estaba escabulléndose a través de las cortinas y molestaba al darle contra el rostro. Un bostezo perezoso brotó de sus labios mientras se sentó sobre el edredón de la gran cama digna de un rey antiguo.
Barrió la mirada alrededor de la pomposa habitación y no pudo evitar sentir que el alma se le caía a los pies. ¡Otra vez no...!
Midoriya miró hacia todos lados cual suricata en busca de Todoroki, pero no había ni rastro de él, tampoco algún indicio de que en algún momento de la noche hubiera vuelto. Se suponía que Midoriya tenía el permiso de quedarse en su suite y ver un par de películas en lo que volvía de ensayar, pero luego debería irse a su propia habitación.
Y no lo hizo. Después de terminar se recostó en silencio y se acabó durmiendo en la cama de Todoroki.
¡Por su lorito, era un desastre! Alguien debería darle un par de cachetadas, necesitaba a Uraraka y sus regaños, aunque probablemente ella solo le molestaría sobre tener un crush por Todoroki.
¡No lo tenía, claro que no!
—Buenos días.
Midoriya chilló sin poder evitarlo. Todoroki acababa de salir por la puerta del baño con una ligera bruma de vapor rodeándole. Podía sufrir un ataque de taquicardia si le veía sin camiseta otra vez, pero para su suerte él estaba vestido con cómoda ropa de pijama. Midoriya esperó que le dijera algo, pero no parecía que a Todoroki le importara mucho tenerle allí, porque se sentó en el borde de la cama completamente en silencio mientras secaba su cabello con una toalla esponjosa.
Sus facciones duras y su semblante serio le hacían parecer un poquito mayor, pero no le causaban temor, sabía que él podía ser demasiado cuidadoso y amable... casi como un esposo. Midoriya no pudo evitar imaginar una cotidiana escena matutina, despertar al lado de ese hombre debía ser maravilloso, tanto que Midoriya no se molestaría en levantase temprano para prepararle su café con tres cucharitas de azúcar.
—¿Te sientes bien, Midoriya?
Oh, bebé. Me siento perfecto.
Podrían tener un tranquilo desayuno japonés luego, sabía que Todoroki estaba muy acoplado a las costumbres de su país, así que sopa de miso blanco, un poco de arroz y salmón a la parrilla sonaban como una buena idea.
—¿Midoriya?
¡Oh, rayos! ¡La realidad!
—¡Lo siento, Todoroki! Me dormí sin quererlo, no era mi intención. ¿F-Fui una molestia? ¡De seguro sí! Tomé tu cama sin tu permiso cuando solo querías ser amable conmigo. —Midoriya movió sus brazos de arriba abajo—. ¡Perdón!
Mieeeerda. ¡¿En qué estaba pensando?!
Todoroki solo asintió secamente antes de regresar a vista al suelo alfombrado. Sus balbuceos le bastaron como respuesta, al parecer.
Midoriya debió obligarse a sí mismo a concentrarse cuando notó las ojeras bajo sus ojos. Se esforzó para notarlo mejor, porque aunque eran casi imperceptibles, había signos de cansancio en su rostro.
—Todoroki, perdón por preguntar, pero... ¿dormiste algo noche?
—No dormí. Estuve tocando hasta hace media hora, aproximadamente.
Midoriya parpadeó perplejo.
—¿El ensayo duró tanto tiempo?
Notó como su cuerpo se puso tenso de un momento a otro, Midoriya no debió ser un genio para interpretar las señales y saber que algo había sucedido.
Se removió sobre la cama para llegar a su lado y tocar suavemente su hombro, intentando llamarlo con toda calma.
—¿Qué sucedió?
—¿Puedes buscar en el cajón? —Todoroki señaló la mesita de noche junto a la cama. Midoriya no refutó, solo asintió para después estirarse y alcanzar el mueble victoriano. Al abrirlo se encontró con una pequeña cajita recubierta de papel de regalo—. Es un regalo para ti.
—¿Uh? —Midoriya tomó la pequeña caja forrada con un gran y pomposo lazo en el borde—. No tenías por qué molestarte, Todoroki. Realmente me preocupa que te tomes tantas molestias por mí, cuando solo soy tu escritor y...
—Solo ábrelo.
Midoriya sabía que no debía hacerle enfadar en ese momento, así que acató sus órdenes y rasgó el papel para descubrir su obsequio. Había un set de lapiceras con temática de All Might y una pequeña caja de crayones. Midoriya no pudo evitar sonreír.
Veinte años después, la vida le devolvía sus crayones, pero de la mano de un hombre encantador.
—¡Todoroki, esto es...! —Apenas pudo decir un par de palabras antes de reírse—. Por All Might, eres demasiado...
—¿Demasiado...? —Todoroki ladeó su cabeza, sin comprender a qué se refería.
—Increíble.
No, Midoriya no sabía qué rayos haría él, un hombre de veinticinco años, con una caja de crayones. Pero el valor sentimental que eso implicaba era excesivo, casi como una curita en las heridas de su infancia.
—¡Oh, espera! Necesito prepararte soba, suficiente para que te hartes de ella al menos por hoy. —Las ansias picaban en su interior, rogándole que hiciera algo para recompensar a esa persona tan maravillosa que tuvo la suerte de conocer—. ¿Puedo utilizar la cocina? ¡Prometo limpiar luego!
—Espera, Midoriya. —Todoroki le detuvo—. Aún... aún hay cosas que debo decirte.
Midoriya se quedó quieto sobre la cama, presionando sus regalos contra su pecho mientras mordisqueaba sus labios. Se sentía feliz en ese momento, pero el ceño fruncido de Todoroki le tenía sumamente preocupado.
—¿Qué sucedió?
—Yo hice algo malo y no sé si... puedas perdonármelo. —Todoroki bajó la cabeza como si la culpa pesara sobre sus hombros—. Me enfrenté a Bakugou.
Las cortas oraciones de Todoroki consiguieron golpearle. La alegría que sentía se cayó para ser suplantada por pavor. Midoriya no pudo evitarlo, había miedo en cada rincón de su cuerpo, desde su cabeza hasta la punta de sus dedos.
¡No era un niño pequeño! Pero aun así... se aterró.
Midoriya odiaba que el pasado le persiguiera, por eso intentó enterrarlo metros bajo tierra, tratando de olvidar y vivir su vida día a día. Ahora que Bakugou pareció haber cambiado, era obvio que tampoco deseaba que su pasado saliera a la luz, y como Midoriya no era la persona indicada para juzgarle, pensó en callarse.
¡Y al final lo hizo! Sus palabras... su historia, trajo todo eso al presente y acabó impulsando a Todoroki para hacer una estupidez.
Era su culpa, no debió hablar.
Todoroki estaba arrepentido por hacer lo que Midoriya intentó evitar, era obvio, pero también debía estar sumamente consternado por pelearse con uno de sus amigos más cercanos.
Arruinó una amistad. De años.
¿Fue él? ¿Su aparición causó ese desastre?
—P-Perdón, Todoroki. Yo...
—¿Por qué te estás disculpando? —Todoroki frunció el ceño—. Fui yo quien te pidió contarme todo, tampoco es como si me hubieras dicho lo sucedido con Bakugou.
—¿Recuerdas lo que te dije sobre ser un antagonista patético? Porque me siento así en este momento...
Todoroki sostuvo sus mejillas y le hizo verle otra vez.
—¿Puedes escucharme? No fue tu culpa.
—Pero...
—Me enfadé por algo que dijo sobre ti y antes de darme cuenta le golpeé —Todoroki contó con sinceridad—. Intenté que no me afectara, pero sucedió. Además, él acabó diciendo algunas de las cosas que te hicieron en el pasado.
Midoriya abrió los ojos por la impresión. ¿Qué Bakugou hizo qué...?
—¿Por... por qué?
—No lo sé. Creo que perdió el control sobre sí mismo. —Midoriya notó como apretó fuertemente su mandíbula, como si tratara de suprimir la ira en su interior—. Lo peor es que no pude disculparme, solo quería golpearlo.
No tuvo control sobre sí mismo. Por eso en cuanto tuvo la oportunidad salió de esa habitación y dejó a Kirishima con Bakugou.
No pensó en regresar a su habitación, no sabía cómo podría enfrentarse a Midoriya después de lo que hizo, así que simplemente salió del hotel para comprarle un obsequio pequeño. Pasó varios minutos observando peluches de felpa preguntándose si le gustaban o no, así que para no arruinarlo, eligió comprar los crayones por las que tanto se decepcionó Midoriya cuando era un niño.
Al regresar encontró a Midoriya en su cama y no tuvo corazón para levantarle, además no tenía sueño aun, así que estuvo tocando el teclado con audífonos conectados para no despertar a Midoriya.
No durmió por estar componiendo otra vez.
La primera canción no bastaba, no cuando tenía a Midoriya a su lado. Por él, los sonidos se acoplaban en su mente para expresar los sentimientos que conseguía producir en su corazón. Cada nota, cada acorde, se fusionaban y le calmaban, le daban un momento de paz y recuperaba el amor que alguna vez sintió por la música, aquella pasión que le hizo echar todo a un lado y le costó perder a su familia.
Quería dedicarle un montón de canciones, todo lo que su corazón podía crear gracias a las emociones que le regalaba. Demostrarle que solo él, un periodista enfrascado en su mundo con un pasado triste, aquel que se despreciaba a sí mismo, lograba inspirarle.
Eres tú
Conoció a tantas personas antes, pero ninguna como Izuku Midoriya, porque solo él lograba lo inimaginable.
—Perdóname, Todoroki.
—Te dije que no es necesario.
Midoriya hizo un puchero, dejó sus lápices a un lado y se abalanzó sobre su cuerpo, abrazándole. Su calor fue un golpe alucinante y Todoroki no pudo evitar tensarse bajo sus brazos que le sostenían con tanta fuerza como cariño. Dudó unos segundos antes de corresponder a su afecto, aunque lo hizo tan sutilmente que sus manos apenas sentían su cuerpo.
—¿Midoriya? ¿Esto es por...?
—Uh. ¿Amistad? Ya sabes... no homo —Midoriya balbuceó—. Solo quería, no sé... ¡agradecerte! En parte, porque te preocupas tanto por mí y yo solo... arruino las cosas para ti.
—No arruinaste nada. Solo... este asunto se convirtió en uno nuestro ahora, si Bakugou se atreve a denigrarte, también tendrá problemas conmigo. —Todoroki sabía que era una situación difícil, pero no se trataba de estar del lado de alguno de los dos, se trataba de simple apoyo. Aun consideraba a Bakugou su amigo, bastaba con que dejara de ser un idiota y pusiera los pies sobre la tierra—. ¿Cómo te sentirías si él se disculpara?
—Suena un poco utópico para mí. Pero, ¿sabes? Lo apreciaría, él no fue el único en hacerme daño, hubo muchas personas... que uno de ellos se diera cuenta del daño que me hicieron... estaría bien. —Midoriya sonó suave, pero Todoroki sabía que estaba lejos de serlo. Entre sus brazos tenía un héroe, uno fuerte, indulgente y benevolente—. Aunque no me gusta sentirme como una víctima.
Todoroki lo sabía, Midoriya odiaba ser visto como la victima de todas esas situaciones, pero lamentablemente lo era.
—Eres impresionante.
—¡C-Claro que no! —Midoriya soltó el agarre que mantenía sobre él y tan pronto se alejó encontró una sensación de vacío—. Solo intento ser un buen adulto.
—Adultito.
—¡¿Eh?!
Todoroki se dejó caer sobre la cama, el sueño comenzaba a hacer estragos en su cuerpo y muy poco tiempo tardaría en caer dormido.
—¿Todoroki?
—Voy a dormir. Pedí servicio a la habitación, trajeron tu desayuno. —Todoroki murmuró sobre el edredón—. Recuerda que saldrás con Melissa.
Midoriya saltó de la cama en cuanto Todoroki le recordó su salida con su nueva amiga. Apresuradamente tomó su teléfono y suspiró de alivio al notar que aún tenía tiempo para desayunar, alistarse y buscar a Melissa.
—¡Gracias, Todoroki!
—Ajá.
Midoriya comprendió que Todoroki estaba muriéndose lentamente.
—Descansa, Todoroki.
Melissa Shield era una de las personas más agradables que pudo conocer en su vida. Era tan amable y risueña como Uraraka, pero menos diabólica y más calmada. Hablar con ella le pareció sumamente sencillo, además que compartían algunos gustos como la fotografía y la cocina, así que Midoriya tomó fotografías que ella podría mandar a su papá y Melissa a cambio le enseñaría algunos trucos y recetas que no le vendrían nada mal.
Estuvieron un buen tiempo haciendo turismo sencillo, simplemente visitando calles y un par de tiendas donde consiguieron souvenirs para sus familiares y amigos. Al menos hasta que Melissa confesó comprar un paquete turístico que les permitiría recorrer el Sena con un guía. Midoriya no pudo negarse en acompañarle aunque se sintió apenado porque de seguro ella gastó demasiado dinero.
Midoriya apenas podía tolerar la facilidad que tenía Todoroki para gastar, pero después de estar con Melissa comprendió que debería acostumbrarse a eso durante los próximos meses.
Recorrer el Sena en bote era una maravilla, la ciudad se desplegó ante sus ojos de manera diferente, así que no dudó en fotografiar hasta la mínima cosa que se le hiciera interesante.
—¿No tomas fotografías de ti mismo? —Melissa preguntó de pronto—. La mayoría de personas toman una selfie y en menos de cinco minutos la postean.
—Ah, no soy fotogénico. —Midoriya rascó su mejilla con nerviosismo—. También, no me gusta fotografiarme a mí mismo.
Desde que obtuvo su cámara creía que fotografiarse a sí mismo solo sería una pérdida de tiempo y espacio, podía llenar la memoria de imágenes preciosas y no de intentos absurdos de apreciarse.
—Es una pena. ¡Pero si cambias de opinión no temas en pedirlo!
Midoriya comprendía a lo que se refería. Estaba en un barco por el río Sena y a diferencia de todos los millennials no pensaba en tomarse una fotografía, solo quería fotografiar el río y si se podía, alguna paloma para decirle a Uraraka: "¡Mira, una paloma francesa!"
La única fotografía suya que aún era existente fue la que Todoroki tomó. Al recordar a Todoroki describirle como si fuera la representación viva de un poema a la belleza, los colores se le subían a la cara y se le hacía imposible borrarla, porque en esa fotografía dejó de ver al chico patético de cabello desordenado y piel manchada, ahora veía aquel de belleza exótica con cabello indomable, ojos verdes como esmeraldas y mejillas salpicadas por estrellas.
Su mente, de algún modo, se convenció de las palabras de Todoroki y ya no le parecía tan absurdo como la primera vez. Su torpe corazón creyó que toda esa hermosa descripción era suya, que al menos una persona en el universo le consideraba de esa manera.
Y descubrió que la foto le gustó.
Pero aún no se sentía preparado para tomar otra foto de él mismo, temía que el encanto de las palabras de Todoroki desapareciera si su apariencia no le gustaba. ¿Qué haría? Jamás volvería a sentirse tan calmado y esa pequeña paz que sentía se iría.
—¿Tampoco te has tomado una foto con Todoroki? Haciendo señas o algo parecido. —Melissa preguntó, Midoriya solo negó en respuesta—. La mayoría del staff compite por conseguir una foto de él haciendo una mosqueta, pero siempre que accede a tomarse una fotografía aparece serio. Algunos creían que tú podrías lograrlo.
Midoriya se sonrojó.
—¿Y eso p-por qué?
—Bueno... beneficios del novio.
Ella sonrió dulcemente, pero Midoriya pensó en lanzarse del barco al agua y morirse ahogado allá abajo.
—¡¿Los qué...?! —Midoriya chilló—. ¡M-Melissa! Creo que hay un error, yo no soy... Todoroki no es mí...
Mientras Midoriya intentaba explicarse moviendo las manos como un maniático, Melissa comprendió lo que intentaba decirle.
—¡Oh, lo siento tanto! Es que Kirishima dijo...¡ups! Será mejor que guarde silencio ahora.
—¿Las personas del staff piensan que somos...?
—¡No, lo prometo! Es solo que yo malinterpreté todo, es mi culpa. —Melissa palmeó sus hombros en un intento de calmarle—. Lo siento muchísimo, Midoriya.
Midoriya pudo respirar tranquilo.
—¿P-Por qué creíste eso?
Necesitaba arreglar lo que sea que causaba esas confusiones. Midoriya no podía ir por la vida mientras los demás creían que era novio de Todoroki, acabaría muriendo.
—¿Realmente quieres saberlo? —Midoriya asintió y Melissa suspiró pesadamente, ella estaba muy apenada—. Conozco a Todoroki desde hace algún tiempo, no hablo con él, pero le veía constantemente alrededor porque es el favorito de mi tío. Muchas veces le vi con Yaoyorozu, pensaba que solo eran amigos... algo, ¿alianza cantante-modelo? En fin, cuando me dijeron que eran novios pensé que me estaban engañando, ¡jamás lo parecieron!
—¿Entonces...?
—Bueno, llevas casi un mes trabajando con él y parecías tan cercano... mucho más que Yaoyorozu. —Melissa cerró los ojos e hizo una súplica con sus manos—. ¡Perdóname, malinterpreté todo!
No había forma de cambiar eso. A Midoriya le agradaba la compañía de Todoroki y no quería alejarse de él, además su trabajo de escritor fantasma también se lo impedía.
—N-No te disculpes tanto, por favor. Solo pensaba en Todoroki, que piensen que yo soy su novio sería...
—¿Perfecto para limpiar su imagen? Pasaría de ser el cornudo del año a un cantante con un novio lindo. —Melissa puso una mano bajó su mentón mientras pensaba rápidamente—. En cierto punto, le beneficia bastante, pero si te causa problemas a ti deberías hablar con él.
Midoriya parpadeó perplejo, ¿era el único que veía lo patético que era? ¡Porque parecía que sí!
Además, ¿por qué Melissa no le importaba su orientación? Midoriya ni siquiera le había dicho que era gay, pero ella no parecía tener problema alguno. Aunque considerando que ella trabajaba con Todoroki y Kirishima, tenía sentido que no le importara en lo absoluto.
—Lo decía por él, yo podría causarle problemas.
Melissa ladeó la cabeza.
—¿Por? No me malentiendas, pero creo que jamás le he visto tan animado, me atrevería a decir alegre, pero no lo sé con exactitud. Todoroki no es del tipo que sonríe porque sí. —Melissa se apoyó sobre la barandilla del barco—.Tampoco sonríe con Ashido, aunque ella pueda levantarle el ánimo a todos.
—¿Ashido?
—Oh, perdón. Mina Ashido es una bailarina muy reconocida, parece ser que es muy amiga de Kirishima, Todoroki y Bakugou. —Melissa le explicó—. Les visitó durante las últimas dos giras, se quedó un par de días y luego desapareció. No sé si ella aparecerá en esta gira otra vez.
Midoriya asintió y se alegró un poco, eso significaba que Todoroki si tenía más amigos aparte de Kirishima y Bakugou. Tal vez sí ella aparecía ahora, podría ayudar a solucionar el quiebre que surgió entre ellos tres.
Midoriya se sentiría muy aliviado si esa amistad de tantos años volvía a unificarse.
Nunca en su vida sintió una tensión tan pesada como esa, y si Todoroki lo pensaba detenidamente, era ridículo. Kirishima le levantó a las cinco de la tarde y le arrastró fuera de su cama para que pudieran hablar respecto a lo sucedido, pero en cuanto estuvo en sus cinco sentidos y se sentaron en la pequeña sala de su suite, Kirishima no dijo una palabra.
Por primera vez comprendió que era difícil hablar con Kirishima si se quedaba callado.
Todoroki suspiró y tomó un segundo late cargado de azúcar, el primero se le acabó en cuestión de minutos.
—Hombre, terminarás diabético.
—No quiero escuchar eso de ti. —Todoroki frunció el ceño—. ¿Hablaremos o debo pedir vino?
—¿Por qué pedirías vino?
—Hablas más cuando estás borracho.
—¡Yo tampoco quiero escuchar eso de ti! —Kirishima rió y sacudió su cabeza—. Lo siento, no sabía por dónde comenzar esta conversación. En primer lugar, ¿estás molesto conmigo?
—No, y tampoco estoy molesto con Bakugou. —Todoroki pensó en sus palabras, porque lo que dijo sonó a mentira pura—. No estoy tan molesto con Bakugou.
Kirishima asintió como si entendiera sus sentimientos en ese momento.
—Bueno, es obvio que te enfadarías con él después de eso. Jamás imaginé que hubiera hecho tanto mal a alguien, sobre todo a Midoriya, que es como un conejito indefenso aun a esta edad. —Kirishima se dejó caer sobre el respaldo del sofá, también parecía estar mentalmente exhausto—. Blasty siempre ha sido complicado, pero de eso a ser un bully... es más, ¿cómo te enteraste de eso?
Todoroki suprimió la ira en su interior al recordar el llanto de Midoriya. Santo cielo, jamás podría olvidar ese momento. Nunca antes estuvo tan cerca de una persona destruida, jamás tuvo la necesidad de consolar a alguien y no podía dejar de sentirse tan inútil porque no supo cómo actuar, qué decirle.
—No quieres saberlo.
Solo él fue testigo de la pena y frustración de Midoriya, nadie más debería enterarse de eso. Sabía del repudio que Midoriya sentía a la lastima, debía suponer que no quería más personas considerándole una pobre victima herida.
—Entonces es algo muy duro para Midoriya. —Kirishima le observó con los ojos entre cerrados, a pesar de lucir cansado, sonrió—. Ustedes se están haciendo tan cercanos. ¿Preguntaste si quiere un traje o casarse de tradicional japonés?
—¿Hablaremos seriamente o planearás una boda?
—Perdón. Es solo que intento darle un mejor enfoque a esto, pero no lo encuentro y dudo que exista. Siento que nos dividimos, Midoriya y tú, Bakugou y yo.
—Midoriya no quería esto, aún cree que es su culpa, nunca quiso que esto sucediera. Además no estoy pensando en esto como una división, Kirishima.
—¿No? ¿Entonces?
—Quiero que Bakugou se dé cuenta de sus errores, creo que si él se disculpa con Midoriya muchas cosas podrían cambiar —Todoroki habló seriamente—. Midoriya cree que es un error, creció en un mundo donde ser homosexual era un pecado imperdonable. Si una de las personas que más daño le causó admite su error, Midoriya comprenderá que jamás tuvo la culpa.
—¿Midoriya qué...? ¿Qué sucedió con él?
—Vivió para los demás y no para sí mismo, es más, parece que aún lo hace.
Kirishima comprendió la verdad tras sus palabras ambiguas. Ni él, ni Kirishima podían entender cómo fue para Midoriya vivir de ese modo.
—¿Al menos tenía el apoyo de sus padres?
—De su madre. Si te preguntabas porqué es tan apegado a ella ya tienes una respuesta.
Kirishima hizo una mueca, como si intentara ponerse en el lugar de Midoriya.
—Vivir con la desaprobación de su papá debió ser aterrador, considerando lo nervioso que es de seguro la pasó mal —dijo por lo bajo—. Bueno, tú no eres muy diferente. Enji tampoco te dio su apoyo, pero tú tenías la ventaja de no considerarlo tu padre. Además tenías a tus incondicionales hermanos.
—Touya me dijo que no le importaba donde metiera mi pene, siempre y cuando no fuera dentro de una puta de cinco dólares.
Kirishima se carcajeó fuertemente, pero sonó apagado, como si riera por mero compromiso y no porque realmente quisiera hacerlo.
—Maldita sea, no digas cosas como esas tan seriamente —le pidió mientras negaba con la cabeza, luego se mantuvo en un pesado silencio hasta que volvió a hablar—.Te aseguro que Bakugou se disculpará, amigo. Esto también es pesado para él, se siente culpable, pero al ser tan orgulloso no encontrará la forma de actuar.
Todoroki lo sabía. Bakugou era demasiado difícil de tratar y su orgullo podía segarle la mayoría de las veces. Cuando le conoció fue de la misma manera, era un chiquillo obsesionado por superar a su madre, pero no se daba cuenta que no hacía más que imitarla. De ese modo jamás hubiera obtenido su propio lugar, su propio valor. Ayudarle a cambiar fue difícil, Todoroki le ayudó haciéndole creer que tomaba sus propias decisiones, y no se arrepentía de ello, porque después de todo Bakugou acabó tomando el camino correcto.
Ahora no quería interferir, si Bakugou deseaba cambiar necesitaba hacerlo por sí mismo, además ahora contaba con el apoyo incondicional de Kirishima.
—No importa cuánto demore. Solo quiero que se disculpe con Midoriya.
Kirishima asintió.
—Gracias, viejo. Me siento muy aliviado de que ni tú ni Midoriya me odien o algo así, sabes que siempre acabo ayudando a Bakugou... de alguna forma.
Todoroki jamás fue suspicaz en su vida diaria, de hecho, sus hermanos se burlaban de él por ser completamente ajeno a todo, pero tampoco era tan denso. Sabía que Kirishima sentía algo más allá de la amistad por Bakugou, y era realmente deprimente, porque Bakugou jamás pareció sentirse atraído por su mismo sexo, así que suponían que era heterosexual.
Igualmente, le gustaría que se diera una oportunidad con Kirishima, era demasiado obvio que haría todo por él, pero lamentablemente, el amor no podía forzarse, lo sabía por experiencia propia.
El amor era un desastre, y aun así se sentía en la novena nube por culpa de Midoriya.
Tocaron un par de veces la puerta antes de que se abriera, como si fuera una ensoñación provocada por sus ansias de verle, Midoriya entró con cuidado. Traía una camiseta de mangas largas, holgada y un poco gastada que le hacía lucir pequeño, también su cabello estaba ligeramente más esponjoso y cargaba con un par de bolsas. A Todoroki se le hizo tan lindo como casual, a pesar de estar en París Midoriya no se preocupaba por lo superficial, simplemente era él.
—Permiso. ¿Uh? ¡Perdón!—Midoriya les miró con pena—. ¿Estoy interrumpiendo? ¡No era mi intención!
—¡Para nada, Midoriya! ¡Todo está bien, lo prometo! —Kirishima exclamó con una sonrisa. Todoroki notó que ahora lo hacía sinceramente gracias a que sabía que Midoriya no le guardaba resentimiento—. Solo vine a charlar con Todoroki. No durmió nada, ¿cierto?
Midoriya apretó ligeramente el agarre sobre sus bolsas, Todoroki estaba seguro que de no tenerlas estaría jalando el borde de su camiseta de mangas largas.
—S-Sí. Pensé que estaría durmiendo ahora...
—Le saqué de la cama, cambiar su horario de sueño sería un desastre.
—Podía dormir hasta mañana.
—Como sea, ¿saliste con Melissa? Le vi muy animada durante la mañana. —Kirishima ignoró su protesta y comenzó a charlar con Midoriya. Su escritor asintió y entró apropiadamente a la habitación, tomando asiento en el sofá libre—. ¿Y qué tal te fue?
—Muy bien, hablar con ella es divertido. —Midoriya estaba retrayéndose sobre sí mismo, como si tratara de hacerse bolita sobre el asiento—. Así que... estuve bien...
Todoroki no puedo evitar recordar que Midoriya era de esa manera cuando llegó. Hablaba poco y lo hacía muy bajo, como si temiera decir algo malo.
—Midoriya, Kirishima no está enfadado contigo, puedes estar tranquilo.
Su interrupción causó que un silencio se formara en la sala. Midoriya rápidamente volvió la vista al frente y notó que Kirishima le sonreía apenadamente, luego sus ojos esmeraldas cayeron sobre él otra vez, completamente cauteloso.
—¿No lo está...? —preguntó como un niño pequeño asustado, esperando su aprobación.
—¡No lo estoy, hombre! Puedes estar tranquilo, no te voy a morder o algo así.
—Lo que menos pensé era que podías morderme... —Midoriya parpadeó—. Pero, ¡muchas gracias! Me sentía muy preocupado, yo no quería...
—¡Tranquilo! Estoy al tanto de lo sucedido, lamentablemente me quedé en el centro, pero me siento feliz de que esto sea pasajero —Kirishima dijo con su infaltable sonrisa para inspirar confianza en el hombre más pequeño—. Ya sabes, si algo se rompe solo debes construirlo otra vez, y pegarle un poquito de pegamento como refuerzo.
—Esa fue una pésima alegoría.
—¡Al menos lo intenté, Todoroki!
Midoriya rió suavemente y por lo bajo.
—¡Me distraes, hombre! Déjame ponerme al día con Midoriya, luego puedes quedarte con él. —Kirishima alegó, aunque Todoroki no pudo evitar leer el doble sentido en sus declaraciones. Que su mejor amigo supiera de lo baboso que estaba por Midoriya no le ayudaba en nada—. ¿Qué compraste? ¿Regalos? ¿Comida? ¡Aunque por ser verano todo está carísimo!
—Oh. Pensaba preparar algo de soba hoy, así que Melissa me ayudó a conseguir los fideos aquí.
—¿Soba? ¡Genial! ¿Puedo quedarme? ¿Puedo? —Kirishima le rogó a Midoriya, pasando por alto que la habitación era de Todoroki.
—Por mí bien, pero...
La atención cayó sobre Todoroki otra vez, aun así no tuvo pena en abrir la boca y negar.
—Denegado.
—Pero mamá dijo que sí. —Kirishima batió sus rojizas cejas, Todoroki se preguntó por qué las personas a su alrededor se esmeraban en dejarle en ridículo—. ¿Puedo cortar vegetales? Mis padres tienen un restaurante casero, así que estoy familiarizado con la cocina.
Todoroki perdió la idea de pasar el resto de la tarde tranquilamente con Midoriya, ahora debería tolerar las insinuaciones de Kirishima y las anécdotas vergonzosas sobre él que gozaba de contarle a Midoriya.
—Claro, Kiri. Iré a poner el agua para la soba y prepararé la sopa mientras. —Midoriya avisó claramente más animado y menos tenso.
Al irse por el pequeño pasillo en dirección a la cocina, Kirishima también se puso de pie para seguirle, pero antes de que pudiera dar un paso más Todoroki le tomó por el brazo, deteniéndole. Su amigo volvió a verle con perplejidad.
—¿Qué sucede?
—Hay algo que aún no me has dicho, Kirishima. ¿Cómo fue que Fuyumi se enteró de Midoriya?
Kirishima ladeó su cabeza.
—¿No lo has visto? Ah, lo olvidaba, jamás te buscas en internet. —Kirishima palmeó su frente, castigándose por no recordar ese detalle de Todoroki—. Hay un pequeño video dando vueltas por ahí de ustedes dos, ya sabes, cuando le ayudaste de no resbalar en el aeropuerto de Londres.
Todoroki sintió que una ráfaga de viento frío le golpeaba. Oh no. Si Midoriya llegaba a enterarse de eso entraría en pánico y no volverían a salir juntos, jamás. Lo que más temía ese chico era ser visto con él, y Todoroki aún no lograba convencerle de que no había problema.
—Dime que no muchos saben, por favor.
Kirishima notó lo tenso que estaba.
—Tranquilo, hombre. Solo fue algo casual, el video ni siquiera alcanza las mil visitas y tu horda de seguidores lo tomó como un acto de caballerosidad. —Kirishima le palmeó la cabeza—. Todo está bien, nadie notó que estás babeando por él.
Eso consiguió aliviarle, habían pasado varios días desde Londres, así que el video debería morir en poco tiempo por culpa del olvido.
Rogaba que así fuera.
¡Ah, tengo el trasero plano!
¡Hola, tribu! ¿Cómo están? Espero que muy bien.
Ya pasamos a la tercera parte y creo que es en este momento cuando comience a quedarme calva. El próximo capítulo me van a quemar viva, lo sé. Así que espero y me tengan paciencia, sé qué estoy haciendo con este fic, supongo, y todo saldrá bien... supongox2.
Por cierto, no se impresionen tanto si Todoroki dice malas palabras, en su descripción del manga dice que es ligeramente irrespetuoso. O sea, llamó a su esposo "bastardo" todo el arco del Festival Deportivo, es un bebé malo. xD
Siempre he olvidado explicar los cargos dentro del Staff, así que lo diré ahora.
Roadies: Son un rango menor, trabajan en áreas determinadas bajo el mandato de un encargado. Roadies de luz, sonido, escenografía, etc.
Nueve once: Básicamente, son los guardias.
Managers/Encargados: Los semi-jefazos. Ellos están a cargo de los roadies.
Y creo que eso es todo.
¡Estoy algo enfadada! Soy una persona muy especial cuando se trata de números, odio los números impares, no puedo estar tranquila si un capítulo tiene un número de palabras impar, así como odio tener fics con capítulos en números impares. Las secciones de este fic están divididas en capítulos de diez, ¡y la canción que le dio origen a la sección quedó fuera del número! ¡Como sea, quizás nadie entendió este delirio pero aquí está la canción!
https://youtu.be/e_MDxP23C5I
¡Recuerden que hay lista de spotify! Si alguien la quiere, pídala->
¡Estoy muy feliz, por cierto! Esto a nadie de aquí le importa, pero me gusta el dibujo y blah, la cosa es que reuní suficiente dinero y compré una tablet para dibujar, así que es posible que comience a dibujar más y desaparecer un poquito por estos lugares. Solo espero no muera la laptop, se supone que el dinero era para una nueva, pero me tenté. Si muere la laptop, pues... volveré en Febrero.
¡A rezar para que mi cacharro no muera!
¡Creo que eso es todo! ¡Nos vemos en el próximo capítulo!
Cuídense.
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