Capítulo 16
—¿Y bien, Izuku? ¿Por qué no llamaste anoche? ¡Se suponía que era nuestra llamada semanal! —Uraraka se quejó a través del teléfono—. Pensé lo peor, casi reúno al escuadrón de protección a Izuku.
Midoriya rió suavemente mientras escuchaba parlotear a su mejor amiga, aunque la mayoría de cosas que decía eran exageraciones.
El día anterior fue normal, después de despertar junto a Todoroki y desayunar panqueques comenzó la rutina. Estuvo en los ensayos, fotografió y escribió sobre lo que sucedió en el día. Lo único extraño sucedió durante la noche porque terminó viendo algunas películas con Todoroki en su suite y cómo estaba cansado, acabó durmiendo con él.
Otra vez.
Ya iban dos noches seguidas y era demasiado extraño que ninguno de los dos hiciera un escándalo por ello. Era casi natural, como dormían juntos en el tour bus no era extraño que también sucediera en el hotel.
—Lo siento mucho, Ochako. Te prometo que te avisaré la próxima vez, olvidé que debía llamarte.
Uraraka jadeó.
—¡Oh, el dolor del olvido! —Ella se quejó como si de verdad le doliera—. Ya qué, puedo comprenderlo. Solo espero que no estés haciendo algo tonto y que disfrutes el viaje. Solo dime, ¿Todoroki está tratándote bien?
Midoriya pensó en las noches anteriores y luego observó el lugar en el que estaba. El camerino de Todoroki estaba realmente equipado con un montón de cosas y era casi privado, nadie podía entrar sin tener su permiso, los únicos que entraban sin preguntar eran Kirishima, Bakugou... y él mismo. Todoroki le cedió el camerino para lo que quisiera, lo que facilitaba su trabajo.
No pudo evitar sonrojarse por la vergüenza.
—Bueno, creo que me está tratando más que bien.
Hubo un silencio a través de la línea.
—¡U-Un momento! ¿Cayó por tus pecas?
—¡No! Es solo que está siendo muy amable conmigo y hace poco decidimos volvernos amigos... creo. El punto es que me está tratando muchísimo mejor de lo que merezco.
—No me vengas con esas, Izuku. Tú y él tuvieron una ardiente sesión de besos antes de todo esto, luego te trató mal y ahora quiere remendar sus errores. ¡Claramente lo mereces! —Uraraka bufó—. Además, quién sabe... puede ser que sí cayó por tus pecas y ahora quiera tu corazoncito.
Midoriya pensó un momento en Todoroki. Su actitud, sus palabras, la canción que le recordaba a la noche en que se conocieron. Todo parecía mágico y demasiado bueno para estarle pasando. Todoroki en verdad estaba siendo atento con él.
Sacudió su cabeza.
—¡Claro que no! —rió nerviosamente—. Solo intenta que nos llevemos bien.
—Uh... voy a ser sincera contigo, creo es posible que Shoto Todoroki te lleve a cenar un filete Wellington con champaña en el White Palace para luego dar una vuelta en su yate y besarse bajo las estrellas del firmamento.
Midoriya no pudo evitar reírse.
—¿Por qué recuerdas eso?
—Soy tu mejor amiga, debo recordar ese tipo de cosas para después utilizarlas a mi favor.
—Eres despiadada.
Alguien tocó la puerta del camerino un par de veces. Midoriya dio un respingo por la sorpresa. Probablemente era uno de los roadies buscando a Todoroki, el último concierto en Dublín comenzaría en un par de horas y apenas acababan de alistar los últimos detalles.
—¿Pasa algo, Izuku?
—Sí, voy a colgar. Te enviaré un mensaje porque hay algo que necesito hablar contigo.
—Vale, ahora iré a morir de intriga por ahí.
Midoriya cortó la llamada después de despedirse rápidamente.
—¡Adelante!
La puerta se abrió con lentitud y una joven mujer se asomó con un poco de vergüenza. Ella era alta, tenía una hermosa cabellera rubia y grandes ojos azules. Midoriya se percató, por sus rasgos, de que no era japonesa.
—Ups. —Ella sonrió culpablemente—. ¿Todoroki no está aquí?
Midoriya negó.
—F-Fue a buscar algo al bus, estoy seguro de que volverá pronto.
Ella suspiró como si estuviera teniendo un día muy pesado y agotador.
—¿Podrías decirle que le necesitamos para la prueba de sonido? —Juntó sus manos como si suplicara—. Lo más prontamente posible, por favor.
—¡Por supuesto! —Midoriya dijo lo mejor que pudo, aún era torpe al tratar con gente que no conocía. A veces podía cruzar palabra con Ojiro y Hagakure, pero era principalmente porque ellos hablaban primero—. Uh, ¿cuál es tú nombre?
—Ay. Lo siento, estoy tan nerviosa que olvidé presentarme. —Ella entró en el camerino y se acercó hacia el sofá individual en el que estaba sentado. Estiró su mano y Midoriya dudo un poco antes de aceptar el saludo—. Soy Melissa Shield, encargada de sonido. ¿Y tú eres?
—I-Izuku Midoriya, periodista y fotógrafo.
—¡Oh, espera! Tú eres quien está escribiendo el libro sobre Todoroki, Kirishima lo mencionó. No sé si servirá, pero si necesitas algo en lo que pueda ayudarte no dudes en pedirlo.
Lo único que pudo pensar Midoriya en ese momento fue que Melissa era muy alegre y simpática. Escuchó a algunos roadies nombrarla antes y ahora entendía por qué, a pesar de ser una de las personas más importantes dentro del staff ella era amable y servicial. No como el manager de seguridad, ese hombre trataba a los nueve once como militares.
—¡Muchas gracias! La verdad, sería de mucha ayuda porque aún hay mucho sobre los conciertos que no comprendo —decidió ser sincero—. Esta es mi segunda vez trabajando en algo así y no se compara para nada con lo anterior.
Melissa asintió antes de sentarse en el sofá junto a él.
—¿Con quién trabajaste?
—Dark Fox.
—Oh, ellos son de la disquera rival. El libro que escribiste sobre ellos resultó un verdadero éxito. Eso explica por qué el tío Yagi te escogió a ti para el trabajo.
—¿Q-Qué?
Melissa cubrió su boca como si hubiese dicho algo malo.
—Quiero decir el señor Toshinori —farfulló—. Siempre olvido que no debo llamarle así.
—¿Quién es?
—Es el presidente de la disquera Plus Ultra. Le llamo tío porque es amigo de mi padre y... —suspiró pesadamente mientras se sonrojaba—. N-No te asustes por favor.
Midoriya parpadeó.
—¿P-Por qué? ¿Debería?
—¡No! Por supuesto que no. Es solo que el staff se enteró de que soy cercana a su jefe máximo y han comenzado a alejarse por eso. Es bastante vergonzoso que todos los roadies de sonido tiemblen como hojas cuando cometen un error delante de mí.
Midoriya le vio completamente derrotada y no pudo evitar sentir algo de pena por Melissa. Seguramente el staff comenzó a tener muchísimo cuidado cuando se trataba de ella y le veían como alguien capaz de despedirles.
—No soy muy cercano a la gente del staff tampoco, así que supongo que estamos en el mismo barco —Midoriya rió un poco—. Si no fuera por Todoroki y Kirishima estaría bastante solo.
—¿Uh? Pero se supone que Todoroki debería pasar la mayoría del tiempo contigo.
—Digamos que suele ser algo complicado, no puedo seguirle con la laptop a todos los lados que él va.
Melissa le observó atentamente, como si tuviera algo qué decirle, pero que no se atrevía a hacerlo. Midoriya sonrió un poco para darle confianza.
—Si gustas podríamos dar alguna vuelta durante los días libres. S-Solo si estás desocupado, digo...
La propuesta le golpeó como una ráfaga, no se esperaba que ella fuera tan sincera con sus sentimientos, pero sin duda alguna no dejaba de ser amable. Midoriya no pensaba rechazar una oportunidad como esa, prefería tener amistades a estar solo en un rincón.
—Me encantaría.
Melissa le vio con los ojos brillando por la emoción.
—¡¿En serio?! Después de esto estaremos en Francia y de verdad quiero dar una vuelta por París. —Los ojos azules de Melissa parecían brillar a medida que hablaba—. La última gira me resigné a quedarme en el hotel y fue decepcionante. Estaría agradecida si me acompañaras.
Midoriya sonrió ligeramente. Se sentía aliviado de encontrar a alguien casi en el mismo lugar de él. Si bien no estaba totalmente solo, si se sentía fuera de lugar cuando Todoroki o Kirishima no estaban cerca, así que era un poco triste.
Melissa parecía ser una chica agradable y fácil de tratar, sería bueno entablar una pequeña amistad con ella.
Escuchó un par de comentarios escandalosos antes de que la puerta fuera abierta otra vez y dos hombres entraran. Todoroki parecía agotado, pero Kirishima estaba riéndose a carcajadas tras su espalda, al menos hasta que notó su presencia en el camerino.
—¡Hola, Melissa! No te había visto hoy. —Kirishima dejó de reírse para saludar apropiadamente, pasando por el lado de Todoroki y acercándose a los sofás donde estaban sentados—. ¿El escenario está listo?
—Precisamente necesito ayuda con eso. —Melissa hizo un ligero puchero—. No estoy segura con el volumen en el micrófono de Todoroki, necesito hacer una prueba de sonido antes de que esto comience.
Las miradas cayeron encima del cantante que parecía haberse quedado de piedra bajo el umbral de la puerta. Midoriya notó su mueca ligeramente incómoda y no pudo evitar sonreír con pena.
—¿Todoroki?
Él parpadeó lentamente.
—¿Qué?
—El escenario, tú micrófono. —Kirishima repitió—. ¿Te sientes bien? Estás algo pálido.
Todoroki asintió y al fin entró dentro del camerino cerrando la puerta detrás de él. Midoriya dejó de sonreír cuando él se sentó en el brazo de su sofá, y como eso no fuera suficiente, Todoroki tomó su mano y jugó distraídamente con sus dedos.
—Podría ir en un rato, no hay problema —siguió con la conversación—. ¿No necesitas que todos estemos allí?
Midoriya notó que Melissa se sonrojó ligeramente al ver la cercanía entre Todoroki y él, seguramente se había hecho de una idea equivocada que podría causarle problemas luego.
—N-No, no es necesario. —Ella sonrió lo mejor que pudo, aunque parecía más una mueca incomoda que otra cosa—. Será mejor que deje de molestarlos, perdón por la intromisión. —Melissa se levantó del sofá, aún abochornada—. ¡Ven en cuanto puedas, Todoroki! Y... ¿Midoriya?
—¿Sí?
—Espero que podamos dar una vuelta por París. —Melissa sacudió su mano a modo de despedida—. ¡Les veo luego!
La habitación se quedó en completo silencio cuando la joven desapareció por la puerta. Midoriya inhaló todo el oxígeno que pudo en sus pulmones, tensándose al sentir que Todoroki dejaba de jugar con sus dedos, pero que no soltaba su mano.
Pronto comenzaría a sudar frío. ¿Por qué se aterraba tanto?
Kirishima rompió el silencio con un silbido.
—¿Te has hecho amigo de Melissa? Es una muy buena opción si buscabas una amiga, Midoriya. Ella es tan amable como tú.
Midoriya se abochornó.
—N-No lo sé. Hablamos solo un poco, pero ella se sentía un poco alejada del staff y yo también lo estoy, entonces... —Midoriya trató de explicarse con palabras rápidas y poco correctas—. Creo que daremos una vuelta en París.
Kirishima dejó de observarle para ver a Todoroki, sonriendo con sorna y frunciendo ligeramente sus rojizas cejas.
—¡Genial! ¿No, Todoroki? Después de todo, Midoriya tiene bastantes ratos libres porque estás ocupado, poder salir con otras personas mientras espera por trabajar será bueno para él.
Todoroki asintió, pero Midoriya pudo jurar que gruñó por lo bajo.
—Uhm, eso no quiere decir que descuidaré mi trabajo si eso te preocupa, Todoroki. Prometo que seré cien por ciento responsable y en cuanto quieras contarme historias de tu vida para la biografía vendré enseguida.
Todoroki le miró en completo silencio, Midoriya no pudo descifrar ningún tipo de emoción en su rostro. No sabía qué decirle para asegurarle que todo estaría bien. Midoriya debía ser profesional en ese momento, Todoroki pudo aceptar su propuesta de amistad, pero seguía siendo, teóricamente, su jefe. Si a él no le gustaba algo bastaba con una llamada a su manager para echarle.
Midoriya comprendía. Aunque hubieran pasado ciertas cosas entre ellos, seguían teniendo una relación profesional.
—Todoroki, deja de mirar a Midoriya con cara de póker, lo estás asustando —Kirishima musitó con una sonrisa incrédula—. Sé un buen jefe y permítele salir.
Todoroki frunció el ceño.
—Yo no le estoy negando nada.
Midoriya hizo un pequeño puchero. No, no le estaba negando nada, pero que no dijera palabra alguna no ayudaba en nada. Todoroki era una persona complicadísima, aunque Midoriya pudiera sentirse más cerca de él y entender algunas de sus muecas, aún se le hacía difícil.
—¡Entones genial! —Kirishima exclamó—. Te comportas como todo un hombre de tu edad, Todoroki.
—Tú no tienes derecho de decirlo. —Todoroki le acusó con el dedo—.Yo no soy quien usa crocs y hacía boberías en la secundaria.
Kirishima bufó.
—¿Qué no hacías boberías? ¿Y tu tatuaje de la gallina loca?
Midoriya solo pudo observar a ambos hombres en silencio, no entendió absolutamente una palabra de lo que decían. Eso era lo difícil de estar con dos amigos que se conocían hacía muchos años, no sabía si tenía permitido interrumpir.
Al menos eso le permitió llenarse la cabeza de teorías locas. ¿Todoroki tenía un tatuaje? No lo había visto en todo ese tiempo, ni siquiera cuando se conocieron. Midoriya tuvo que ser sincero consigo mismo, esa noche ni siquiera podía pensar claramente y por supuesto que no recordaba si Todoroki tenía un tatuaje, solo recordaba su vientre marcado por arduos abdominales y los músculos en sus bíceps. No había ningún tipo de tatuaje.
¡Mucho menos un tatuaje de una gallina loca!
—No es una gallina. —Todoroki bufó—. Y antes de que comiences a decir un montón de cosas vergonzosas otra vez, ¿te apetece callar?
Kirishima rió.
—Bien, no diré cosas vergonzosas delante de Midoriya. —Kirishima hizo una leve reverencia—. Lo siento, no podré decirte anécdotas divertidas para su libro. ¡Y es una pena porque tenía muchas! Lo recompensaré de algún modo.
—Descuida, Kiri.
Midoriya mordió su labio inferior cuando notó que Todoroki gruñó por lo bajo, otra vez.
—¿Qué ibas a hacer qué?
—Nada, bro.
Kirishima reprimió una risa que luchaba por escapar de sus labios. Midoriya pudo sentir el ambiente de incomodidad y lo comprendía, él también se sentía así de nervioso cuando Todoroki le observaba fijamente, viendo a través de su fingida máscara de estabilidad.
—¡Oh! ¿Saben? Recuerdo que debía hacer algo importante, les dejaré solos también. —comentó Kirishima y esta vez Midoriya debió resistir las ganas de reír—. Supongo que... me voy. ¡Les veo luego!
—Es una mala forma de cambiar de tema.
—¡Te quiero, bro! —Kirishima se despidió como si no hubiera escuchado a Todoroki y les dejó.
De pronto a Midoriya se le hizo difícil respirar, estaban solos y aún Todoroki sostenía su mano distraídamente.
—¿Querías conocer París?
—C-Claro, pero parecía que Melissa realmente quería hacerlo —Midoriya dijo por lo bajo—. Espero no hacer algo estúpido.
—No lo harás si eres sincero, Midoriya. —Todoroki soltó su mano y se sentó en el sofá a su lado, dándole un poco de espacio donde pudo respirar—. No debes esforzarte para ser agradable, te lo aseguro.
Midoriya sonrió.
—Eso me alivia bastante.
Todoroki asintió y dejó caer su cabeza sobre el respaldo, respirando profundamente. Durante la mañana le vio hacer ejercicio con Kirishima, así que Midoriya esperaba que estuviera cansado. Aparte de trabajar componiendo y actuando sobre el escenario también existían cuestiones estéticas de las que debía ocuparse, para ese punto, Midoriya estaba cien por ciento seguro de que le admiraba mucho.
—¿Te sientes bien?
—Cansado. —Todoroki le miró con simpleza. Midoriya sintió el incómodo deseo de revolver su sedoso cabello—. Quiero dormir.
—Tus horarios son pesados y tú gozas de dormir mucho, debe ser difícil. —Midoriya también comenzaba a fatigarse un poco, si bien tenían algunas horas libres no eran nada comparado con los cambios bruscos de localización. No estarían más de una semana en el mismo lugar hasta el viaje a Canadá. Midoriya sospechaba que esa fecha serían unas relativas vacaciones para Todoroki y todo el equipo.
—Midoriya, hay... algo que olvidé decirte.
Midoriya notó una sombra de incertidumbre en sus ojos y comprendió que podría ser un tema serio.
—¿Qué sucede?
Todoroki pareció aguantar el aliento antes de llevarse una mano cerca de la garganta.
—Hay un periodo vacío desde el día veintisiete en París hasta el uno en Ámsterdam, ¿lo sabías? —Midoriya asintió secamente—. Hay algo que no te he dicho todavía y es importante, considerando que eres mi escritor.
—¿El qué?
Todoroki suspiró.
—Tengo un... problema en la garganta. Eso no me permite dar el cien por ciento de mis capacidades y debo tratarlo.
Los ojos de Midoriya se ensancharon ante la noticia y una amargura se instaló en su pecho. Aquello era demasiado triste, ¿cómo era posible?
—¿P-Puedes perder la voz? —Midoriya balbuceó—. Imposible. Aún cantas increíble y tus actuaciones en el escenario no se ven perjudicadas, jamás te he escuchado desafinar.
—No sé si acabe perdiéndola, pero debo hacer un constante chequeo con un medico profesional y de la confianza de la disquera. —Todoroki frunció el ceño, como si revelar aquello le molestara—. Durante ese tiempo no viajaré con el staff.
—¿Qué hay de mí? En mi contrato solo decía que debía acompañarte durante la gira, entonces...
—Debo viajar solo. Lo siento si no te lo mencioné antes, de verdad es algo difícil para mí.
Todoroki no pudo evitar sentir asco de sí mismo. Otra vez debía mentir cuando no quería hacerlo, sobre todo con Midoriya, quien era sincero y amable como nadie que conoció antes.
Odiaba a mutis. Lo odiaba.
—¡No te preocupes por mí! Esperaré pacientemente por ti, puedes estar tranquilo. Cuando vuelvas podemos retomar el trabajo y no habrá problemas. —Midoriya le alentó con una preciosa sonrisa en los labios, intentando aliviar su pesada carga—. Sería una pena si perdieras solo un poco del don que tienes, así que debes preocuparte por tu salud.
Todoroki solo pudo corresponder débilmente a su sonrisa.
—¿Sería una pena?
—¡Por supuesto que sí, Todoroki! Antes de venir aquí no lograba comprender todo lo que provocabas en las personas que te admiran, ahora lo hago. —Midoriya tenía un deleitable sonrojo en sus mejillas—. Eres increíble.
Todoroki juró sentir un pequeño calor en su rostro ante las palabras sinceras de Midoriya. Recibió elogios antes, cientos de ellos, pero cada uno le parecía más falso y carente de sentido que el anterior. Pero Midoriya no decía las cosas solo porque sí, las decía porque así lo creía desde el fondo de su corazón.
—Gracias, Midoriya. —Todoroki apenas pudo hablar. Estaba avergonzado en el peor sentido de la palabra. Estaba mintiéndole a Midoriya, engañándole con una mentira burda y Midoriya simplemente sonreía y le halagaba como nunca lo hizo alguien—. Si necesitas algo no dudes en pedírmelo, me gustaría recompensarte por esos días donde no harás nada.
Y también recompensarle por la mentira.
Midoriya hizo una mueca pensando en las palabras de Todoroki. Él parecía ansioso porque le pidiera algo, cualquier cosa. Midoriya supuso que se sentía culpable por no decirlo antes, pero lo comprendía. Todoroki estaba en la cima del estrellato, era reconocido más allá de su propio país, contarle de un problema tan grave a un desconocido era muy peligroso.
Midoriya barrió su mirada sobre el hombre a su lado. Sus hombros amplios y los músculos en sus brazos estaban cubiertos por un cómodo y elegante suéter cuello de tortuga que se adhería cómodamente a su torso. Sintió intriga. ¿Dónde más podría tener un tatuaje?
—¿Puedo pedir cualquier cosa?
Todoroki no notó la mirada curiosa en Midoriya.
—Sí.
Midoriya carraspeó, sintiendo sumamente avergonzado por lo que pediría. Cuando sentía curiosidad, en serio lo hacía. Un sentimiento cosquillante se instalaba en la punta de su lengua y le incitaba a preguntar para saciar sus dudas.
—¿Puedo... ver tu tatuaje? —Todoroki le volvió a mirar sin ningún tipo de expresión en su rostro, pero Midoriya sintió que él estaba sorprendido por su petición. No pudo evitar que un extenso calor se extendiera sobre sus pecosas mejillas al creer que cruzó la raya de lo tolerable con Todoroki—. D-Digo, yo... no es necesario, solo quería preguntar porque... porque...
Escuchó a Todoroki suspirar mientras él seguía balbuceando patéticamente en busca de palabras para salvar su pecoso trasero. Midoriya debió dejar de hablar al notar que Todoroki jalaba del dobladillo de su suéter, quitándose la elegante prenda por sobre la cabeza.
—¡E-Espera! —casi chilló al verlo intentar quitarse la camiseta también—. ¿Q-Qué estás?
—Dijiste que querías ver mi tatuaje —Todoroki respondió con simpleza, como si la situación no le afectase para nada—. Eso dijiste, ¿no?
—¡Sí! Pero...
Todoroki pareció quedarse con la primera silaba de su respuesta porque también se quitó la camiseta, importándole poco todo lo demás que Midoriya intentó decirle.
Midoriya debió tragar duramente sin poder evitar admirar toda la piel expuesta y deliciosamente trabajada. ¡Todoroki no tenía ningún tipo de consideración! Sabía que Midoriya era gay y aun así se atrevía desvestirse. Al igual que la primera vez, Midoriya sabía que él no sentía pena alguna, nada de qué avergonzarse. Al diablo, Midoriya podría lavar la ropa sobre sus duros abdominales.
Todoroki, completamente ajeno a los pensamientos de su acompañante, solo se molestó en darse la vuelta y mostrar su espalda, donde descansaba el tatuaje.
—No es una gallina loca. Lo siento si lo pensaste así.
Midoriya dejó su sarta de pensamientos de lado para prestarle atención a Todoroki. Contuvo el aliento, observando el cabello de su nuca cayendo desprolijamente sobre su cuello, un poco más abajo terminaba el diseño de una pequeña llama de fuego saliendo de una pluma. Definitivamente no era una gallina loca. Era el glorioso diseño de un ave fénix rodeado de llamas que acaparaba su omóplato izquierdo y acababa antes de llegar a la espalda baja.
No pudo evitar preguntarse la razón del tatuaje. El ave fénix era una señal de resurgimiento. Después morir en un espectáculo lleno de llamas y combustión, el fénix volvía a nacer desde sus cenizas.
—Es... precioso. —Midoriya tragó con fuerza. Antes de poder evitarlo ya había extendido su mano y rozaba con la yema de sus dedos las alas tatuadas—. ¿Cómo te lo hiciste? He escuchado que hacerse un tatuaje es doloroso y el tuyo es particularmente grande.
—¿Estás dispuesto a escuchar otra estúpida historia sobre mis hermanos?
—Me encantaría.
Todoroki suspiró pesadamente.
—Touya es más tatuajes que persona, desde que soy un niño le he visto garabatearse la piel con dibujos grotescos y formas raras que solo él entiende. A mis hermanos no les gustaba mucho, y aunque yo fingía lo mismo, el idiota intuía que le admiraba por eso. —Todoroki suspiró. Midoriya seguía trazando distraídamente el tatuaje en su espalda a medida que hablaba—. Cuando tenía diecisiete, la mayoría de personas a mi alrededor pensaban que no era un adolescente estúpido e impulsivo como los demás, pero sí lo era. Touya lo sabía y sugirió hacerme un tatuaje con uno de sus amigos que acababa de abrir una tienda.
—Y lo hiciste. —Midoriya sonrió—. Es un trabajo maravilloso el que tienes aquí, pero... ¿dolió?
—Los tatuajes en la espalda no duelen, eso dijo Touya. —Todoroki sonó algo molesto—. Pero olvidó mencionar que no duelen a menos que sea en el maldito omóplato.
Midoriya jadeó. El tatuaje del fénix acaparaba todo el omóplato izquierdo. Instintivamente dejó de tocarle, como si le hiciera algún tipo de daño al hacerlo. Todoroki se volteó y comenzó a vestirse de nuevo. Midoriya no pudo evitar pensar que si alguien entraba al camerino en ese momento se armaría un gran malentendido.
—¿Sabes? He estado pensando en algo —Todoroki comentó después de ponerse el suéter. Midoriya esperó a que siguiera hablando—. Esa noche, después de hablar con Yaoyorozu dije algo antes de caer dormido y tu estuviste de acuerdo.
Midoriya parpadeó.
—¿Q-Que cosa?
—Dije que me gustaría escuchar tu historia y tú dijiste lo mismo sobre mí.
Midoriya enrojeció ante el vívido recuerdo. Había olvidado por completo ese pequeño detalle. ¿Todoroki realmente quería oír sobre su vida? Era una historia patética, como una montaña rusa llena de muchas bajadas. A la única persona que le contó la historia completa fue a Uraraka y ella siempre acababa casi sollozando mientras le abrazaba protectoramente.
No quería que Todoroki sintiera algún tipo de lástima por él, odiaba cuando la gente lo hacía. No le gustaba sentirse como la victima de muchos problemas, le hacía sentir débil y poco valiente. Midoriya pasó demasiados años de su vida viviendo en la victimización, creyendo que la culpa era del resto cuando la culpa era suya por no aceptarse con dignidad.
—No es una buena historia para contar.
—La mía tampoco, por ello prefiero evitarla. —Midoriya por supuesto que lo sabía. Todoroki evitaba hablar de su pasado cada vez que trabajaban en el libro como si estuviera acostumbrado a hacerlo—. Estamos en la misma situación, ¿no?
—Al parecer. —Midoriya observó el suelo en silencio. La ambigüedad de Todoroki le ponía en grandes problemas a la hora de escribir y no sabía cómo lidiar con eso—. ¿Podríamos hacer un trato?
Todoroki rió sin gracia.
—¿Tu historia a cambio de la mía?
Midoriya se estaba involucrando peligrosamente. Sabía que no era profesional, pero no encontraba otro tipo de respuesta para tratar con Todoroki. Además, se suponía que ellos eran algo similar a los amigos.
No tenía por qué estar asustado. ¿No?
—Eso pensaba.
—¿Podrías contarle tu historia a un extraño?
—No eres un extraño, Todoroki. —Midoriya hizo un ligero puchero—. Siento que puedo confiar en ti, no eres una persona que se mofe de los demás y siempre tienes un trato amable. Puede que aparentes ser una persona fría, pero no lo eres.
Todoroki guardó silencio, pensando en una respuesta. Midoriya juró ver un atisbo de curiosidad cuando posó sus ojos en él otra vez.
—Si estás de acuerdo...
—Entonces es un trato.
Aunque Midoriya intentó negarlo, estaba interesado por la historia de Todoroki. A medida que le conocía se volvía un enigma más y más extenso, todo a su alrededor era un misterio. Realmente tenía muchas preguntas, sus padres, la relación con sus hermanos, cómo comenzó su carrera, la razón de tener un tatuaje tan presuntuoso que ocultaba de todo el mundo.
—¿Puedo poner otra condición? —Todoroki preguntó sacándole de sus pensamientos—. Podría ser injusto, pero...
—¿Qué es?
—También me gustaría visitar París contigo.
Midoriya volvió a sonrojarse y se sintió patético por ello. ¿Por qué Todoroki hacía a su corazón acelerarse de esa manera? No tenía sentido.
—Me... encantaría —Midoriya balbuceó, desviando la mirada—. Sería muy divertido tomar fotografías de ti en un lugar inigualable.
Todoroki solo asintió y se puso de pie, seguramente para comprobar el estado del micrófono.
—Te veo más tarde.
—Claro.
Midoriya se sintió mucho más emocionado que antes. Su corazón martilló en su pecho y le hizo sonrojar ligeramente. Tenía miedo también, cada día junto a Todoroki se volvía utópico y no podía acostumbrarse a ello. Aun así, tenía una imaginación extensa llena de fantasías, por lo que no pudo evitar imaginar un montón de escenarios sobre esa nueva salida con Todoroki.
Pero a pesar de imaginar también varios desastres, jamás anticipó lo que ocurriría en París.
Un momento de quiebre estaba a la vuelta de la esquina.
¡Hola, tribu! He vuelto.
Le dedico este capítulo a TanakeChocolate porque hizo un dibujo muy lindo dónde me veía bien kawaii. xD ¡Muchas gracias, dulzura!
Este capítulo es más relajado debido el desastre de los últimos capítulos y una antesala a todo lo que sucederá más adelante. ¡También para introducir al personaje de Melissa! Necesitaba a una chica bonita y amable para apoyar a Deku y ella fue mi mejor opción, le amo desde que vi la película.
Ahora sí creo que se podría dar inaugurado el desmadre.
Referente a algunas dudas que ha dejado el síndrome de mutis: He visto que algunos creen que los mutis no pueden besar, pero no es así. Los mutis tienen una especie de "ataque" cada finales de mes que les deja mudos durante tres días. Es en ese momento cuando no pueden besar a nadie. Es en ese periodo de mudes cuando tienen la oportunidad de besar a alguien que les ame y puedan romper la maldición. Los demás días pueden hacer lo que quieran.
¿Alguna pregunta we? ->
¡Temón!
https://youtu.be/qqCl-RfzktY
Otro tema. Aquellas personas que decían que dejarían el fic porque no les gusta del TodoBaku me tienen hasta la madre, no sé cuantas veces he repetido que soy cien por ciento TodoDeku. Me gusta jugar con los sentimientos y situaciones de los personajes para hacer fics llamativos y emocionantes, ¿qué esperan? ¿Qué todos los fickers hagamos clichés y todo sea en base a una guía? ¡Hay que tener más posibilidades!
Y no we. No shippeo ninguna pareja que tenga a Todoroki o Midoriya, son ellos dos juntitos no nada, así que ni se asusten. Uwu
Además, ¿qué importa si hay quienes dejan el fic? No estoy llorando ni rogando para que me lean. Sí, puedo ser insegura cuando escribo y decir que me impulsan a seguir, pero eso no quiere decir que cambiaré cosas en una historia que planeé con anticipación para agradar a todo el mundo. ¡Escribo basura, pero es mi basura y le quiero un chingo!
Ahora, dejando el berrinche culero a un lado. ¡Afirmense! Tengo un montón de ideas para este fic, la verdad estuve reestructurando todas mis ideas y lo que podría resultar de Mutis, ¡me emociona que pronto puedan leer todo lo que tengo planeado!
Por cierto, a todas las personas que se dieron el tiempo de ver mi primer intento de animatic, ¡muchísimas gracias! Me gusta mucho dibujar y saber que de algún modo les agradó me hace muy feliz.
¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Un beso!
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