Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

Todoroki se había levantado esa mañana con el mismo ánimo perezoso de siempre, se dio una ducha y se vistió con lo más cómodo de su maleta. Tenía pensado ir con Kirishima y hacer un poco de ejercicio después del desayuno, no había nada importante por hacer, faltaban algunos días antes de tener el primer concierto en Londres y su canción ya estaba casi terminada.

Creyó que tendría un día calmado y aburrido, al menos hasta que recordó a Midoriya y el pánico le recorrió de pies a cabeza.

Él iba a salir.

Con Midoriya.

El corazón le martilló fuertemente en el pecho y aunque trató no angustiarse, lo hizo.

Todoroki no acostumbraba tomar la iniciativa, nunca lo hacía. Todas sus parejas anteriores tiraban de él para llevarle a algún lado y tener una insípida cita, a él jamás le importó lo suficiente como para esforzarse en algo y simplemente aceptaba lo que le pedían.

Y no, no tenía ni la menor idea de qué hacer con Midoriya.

Él era como una lucecita parpadeante que calentaba todo a su alrededor y Todoroki jamás conoció alguien así, tan suave y deslumbrante a la vez que lograba robarle el aliento.

Un bar sería inapropiado, los lugares turísticos estaban copados en esa fecha, caminar sería demasiado aburrido.

Antes de que acabara chocando su cabeza contra la pared más cercana, salió directamente hacia el cuarto de Kirishima que estaba al lado del suyo. Kirishima podría ayudarle. Él había sido novio de Mina Ashido durante la academia, la chica más alocada y divertida de toda la institución, así que probablemente tendría la respuesta.

No se molestó en tocar la puerta y simplemente entró, encontrándose con su amigo recostado sobre la cama mientras veía Bob Esponja en inglés.

Antes de que Kirishima dijera una palabra, le interrumpió.

—Estoy jodido.

Kirishima se sentó sobre la cama y pausó su programa infantil.

—Amigo, vamos por partes —pidió—, en primer lugar debemos trazar límites, ¿y si entrabas cuando estoy desnudo?

—Te desnudaste en la fiesta del año pasado.

Kirishima frunció el ceño.

—Carajo, es cierto. —Cruzó los brazos por sobre su amplio pecho—. Bien, ¿qué pasó? No me digas que tus hermanos publicaron ese vídeo donde cantas con una peluca, eso sería divertido de ver.

—No, es peor. Necesito asesoramiento de citas, rápido.

Kirishima le miró estupefacto, como si le hubiese dicho que era el fin del mundo y una horda de zombis les esperaban afuera.

—¡¿T-Tienes una cita?!

—No. Bueno, sí... pero no —Todoroki vaciló mientras intentaba responder—. El punto aquí es que no tengo ni la menor idea de qué hacer.

—Nunca la tienes.

—Ese es el problema. —Todoroki casi rodó los ojos, eso era una obviedad. La mayoría creía que era un hombre sensato, pero hacía mucho que Kirishima se había dado cuenta de la verdad, era un desastre con cara de póker—. ¿Alguna idea?

—Rememorar —dijo encogiéndose de hombros—, ¿qué solías hacer con Yaoyorozu? ¡Fueron siete largos años! Algo divertido debieron hacer durante ese tiempo, ¿no? Tenían dinero de sobra y gustos parecidos, debió ser sencillo.

Kirishima tenía una idea muy equivocada. Aunque a simple vista Yaoyorozu y él aparentaban ser la pareja perfecta, todo resultaba ser una gran estafa. Podían ser un par de niños acomodados con modales perfectos y gustos refinados, pero eso no era suficiente para compatibilizar. Eran demasiado parecidos, y si era sincero, en su corazón ella cumplía el rol de mejor amiga, casi hermana.

—Si te soy sincero, no. Siempre estábamos ocupados y cuando estábamos libres nos quedábamos en casa. —No tenía ningún recuerdo memorable, su relación no tenía ningún tipo de emoción, todo era bastante plano y aburrido. Alguna vez hicieron viajes juntos o salieron a cenar, pero no fue importante ni emocionante, solo simple—. Descarta a Yaoyorozu, dudo que algo bueno haya quedado de eso.

—Uh. ¿Y el chico con quien salías en la academia?

—¿Quién? —Todoroki frunció el ceño, ni siquiera podía recordar su nombre—. Al diablo, descarta todo. ¿Qué hacías tú?

Kirishima se llevó una mano bajo el mentón y pensó. Todoroki sabía que estaba poniendo un gran peso sobre sus hombros, porque aunque Kirishima fuese mucho más sociable y amigable, hacía muchísimo tiempo que no le veía con alguien.

—Bueno... con Mina hacíamos solo estupideces, dudo que a Midoriya le agrade ir a rayar paredes cuando están en Londres. Amigo, es Londres y sabemos que es su primera vez aquí, algo se nos ha de ocurrir.

Todoroki alzó una ceja ante eso.

—Espera, ¿en qué momento dije que era Midoriya?

Kirishima se echó a reír y le dio una mirada cómica.

—¡Porque te trae loquito! ¿Quién más sería, bro? —Sacudió la cabeza—. No hay nadie que te tenga tan desesperado.

Todoroki casi puso los ojos en blanco. Mierda, estaba siendo demasiado evidente. Aún se mantenía firme en no hacer nada respecto al mutis, pero Midoriya estaba siendo demasiado para él y le sacaba de sus casillas. Sentía deseo de devorarle los labios y aferrarse a sus suaves manos, y a la vez, quería echarse a correr hacia cualquier parte porque se desconocía a sí mismo.

Él no era... no era... tan bobo.

Pero ahora se sentía como un completo idiota.

—Bien, pero que quede claro que no es una cita —dictó señalando a Kirishima que parecía querer decir algo—. No lo es, no lo repitas.

Él hizo un puchero.

—Está bien, llamémoslo: la salida especial para dos, que probablemente tenga segundas intenciones, pero fingiremos demencia. —Kirishima jugueteó exagerada y pícaramente con sus cejas—. ¿Te parece?

—Me parece absurdo.

—Claro que no, bro. ¿Sabes que es absurdo? Que digas: "Debo alejarme de Midoriya" y que a los días después me digas que dormirás con él en el tour bus. —Kirishima sonrió con sorna—. ¿Ves esa ventana? —preguntó señalando hacia el balcón de la habitación que regalaba una preciosa vista de la ciudad. Todoroki observó el nublado paisaje, esperando—. Ahí, bien lejos... ¿lo ves?

—¿El qué?

—Tu autocontrol. Le crecieron patitas y salió corriendo.

Todoroki volvió a verle con una mueca en los labios.

—No eres gracioso. Además, ¿no has intentado empujarme a Midoriya durante todo este tiempo?

—Ajá, pero no me des el crédito, la mayoría lo haces tú solito. Aplausos para ti, estoy orgulloso —le felicitó irónicamente, dando un par de aplausos—. Así que ahora que pones de tu parte... ¡busquemos algo que puedas hacer con Midoriya!

La puerta fue abierta una vez más, ambos voltearon para encontrarse con Bakugou. Él los miró larga y aburridamente mientras bebía una lata de gaseosa.

Ni uno de los dos dijo palabra alguna.

—Mierda, ni siquiera sé qué hacen, pero presiento que es una estupidez —El baterista dijo entre dientes antes de intentar salir de la habitación—. Me avisan cuando fracasen.

—¡Espera, Blasty! ¡Necesitamos de tu ayuda!

Bakugou se volteó con una mueca de repulsión.

—No me vas a enredar en esto.

—¡Ni siquiera te lo hemos dicho! —Kirishima protestó—. ¡Por favor!

Bakugou observó la cara de cachorrito pateado de Kirishima y después la mueca afligida en Todoroki. Suspiró exasperadamente y cerró la puerta.

—¿Bien? ¿Qué?

—¡Todoroki tiene una cita!

—Salida.

—¡Salida! —corrigió.

Bakugou guardó silencio antes de apretar su puente de la nariz entre los dedos.

—¿Es en serio?

Todoroki vaciló antes de responder. No tenía pensado tener una consulta entre amigos como si se tratasen de adolescentes, además, aún no sabía qué diablos había sucedido con Midoriya y Bakugou, pero para ese punto, la situación era caótica y necesitaba ayuda de cualquier tipo.

—Sí —acabó por responder—. Y necesito ayuda.

—¿Crees que soy doctora corazón? ¡Tienes millones en el puto banco, págale a una psicóloga! —Bakugou vociferó antes de darle un sorbo a su bebida—. Mejor, págale a tu cita para que finja ser feliz.

—Blasty, no ayudas.

—Repito. ¿Soy doctora corazón? —Frunció el ceño—. Es más, ¿por qué pensaron que podría ayudarles?

—Nunca has hablado sobre tus relaciones —Todoroki señaló—, tal vez habías tenido más suerte.

—Mis relaciones están donde deben estar, en la basura. —Bakugou le dio un empujón a Kirishima para tener un lugar donde sentarse en la cama—. No es mi culpa que sean un par de fracasados con faltas de referencias, busquen en otro lado.

—Bien, pero acepta que entre todos eres un poco más sensato. —Kirishima robó su gaseosa y le dio un sorbo antes de devolverla—. Cuando no gritas, claro está... digo, Todoroki podría ser el más sensato, pero ya sabes que a veces se pone...

—¿Qué me pongo qué?

—Soso, lento, idiota, exasperante... —Bakugou enumeró—, la lista sigue y sigue. ¿No que eras el más inteligente y maduro de tu salón? —preguntó con ironía—. Vaya mentira.

—Yo jamás dije eso, fue culpa de los demás.

—Es verdad, todos pensábamos que Todoroki era una especie de joven maduro y apático, pero resultó ser más como un gato dormilón.

—Eso no tiene sentido, Kirishima.

—Para mí sí. —Sonrió risueñamente—. ¿Y bien? No debemos desviarnos del tema. ¿Dónde podrías llevar a Midoriya?

—Sabes que no tengo la menor idea.

—Bien, ¿Blasty?

—¿Por qué me preguntas a mí? —replicó completamente a la defensiva—. No lo sé, no es mi problema.

Todoroki entrecerró sus ojos. Estaba seguro que Bakugou rechinaba los dientes al hablar. Notó que Bakugou se negaba a decir algo sobre Midoriya antes, desde que les comunicó que invitó al chico a dormir con él, Bakugou se abstuvo de decir cualquier cosa, ni siquiera reclamaba por su presencia en el tour bus. Sin embargo, era más que obvio que le desagradaba.

Todoroki se abstuvo de preguntar aunque la duda comenzaba devorárselo vivo. Si Midoriya y Bakugou no querían hablar del tema debían tener sus razones, no podía imponerse a pedir respuestas cuando no le concernía.

—Oh vamos —Kirishima hizo un exagerado puchero, haciendo un gran contraste con su cuerpo fuerte y grande, siempre que hacía esas muecas parecía un niño pequeño—. ¡Oh, esperen! ¿Recuerdan ese café muy bonito y pintoresco? Podría servir, es decir, ni sueñes con arrastrarlo a un lugar turístico, ¡es mayo!

—Concuerdo con el pelos de erizo —Bakugou gruñó—, con lo lento que eres es posible que lo hayas olvidado.

—Lo siento, bro. Sabes que Blasty tiene razón, así que déjanos pensar en algo por ti.

—No me incluyas en eso.

—Blasty, tu y yo sabemos que en cuanto piense en algo estúpido me lo dirás.

Bakugou le dio un zape en la cabeza a Kirishima, aunque él ni se inmutó.

Todoroki se abstuvo de replicar.

Despertar en Londres fue mucho más simple de lo que pensó, la ciudad londinense se veía preciosa a través de las ventanas de su habitación y se sintió encantado por la visión, pero lo único en que podía pensar era en la salida con Todoroki.

Midoriya tenía el corazón en la mano y los nervios de punta. ¿Y si Todoroki se arrepentía? Era posible, después de todo, Midoriya no era realmente importante y Todoroki podría tener muchísimas oportunidades de obtener una mejor compañía que él.

Era una vergüenza que, teniendo veinticinco años, nunca hubiese tenido una cita mínimamente decente. Durante sus años de secundaria salió repetidas veces con Himiko, una chica de su salón que estaba un poco desquiciada, aunque lo hizo más para callarle la boca a su padre que por gusto propio. También estaba su relación con Shinso, pero aquello fue tan jodidamente complicado que nunca se mostraron en público, siempre con la excusa que era mejor quedarse en casa.

Sacudió levemente su cabeza y alejó toda esa ola de malos pensamientos.

—Él vendrá —dijo al aire, más para asegurarse a sí mismo que por otra cosa.

Porque aunque intentó controlarse toda la mañana, no pudo evitar pensar en aquello como una especie de cita. Y era peligroso, no debería pensar en estupideces. Si soñaba con la mínima posibilidad de tener algo más con Todoroki... sería su sentencia de muerte, sabía cómo acabaría todo, y apuntaba que él terminaría con el corazón roto.

No, no era una cita, era una sencilla salida amistosa.

Observó su relejo en el espejo, conteniéndose de meter las manos en su cabello otra vez, porque podría quedar muchísimo peor.

Alguien tocó la puerta de su habitación.

Midoriya abrió lentamente, como si temiera encontrarse con la persona detrás. Un suspiro aliviado escapó de su boca al notar un par de ojos rubís y una radiante sonrisa.

—Buenos días, Kiri —saludó al hombre bajo el umbral—. ¿Ocurre algo?

Kirishima sacudió su cabeza, pero no quitó la sonrisa de sus labios.

—Técnicamente, no. Solo tengo la tarea de llevarte.

Midoriya parpadeó incrédulamente.

—¿Disculpa?

Él rió, suave, como si toda la situación le divirtiera.

—Bien, no me expliqué bien, así que repasemos todo esto: Todoroki te invitó a salir, pero tuvo un pequeño inconveniente, así que te llevaré hasta allá —dijo, aunque Midoriya no le entendió nada.

—Él...

—Oh, no pongas esa cara de angustia. Solo seré tu transporte, luego pasarás el día con Todoroki. —Kirishima metió una mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó una llave de automóvil—. Conseguí que uno de los managers de producción me prestara una van, pero debo devolverla antes de las doce.

Aunque su corazón palpitaba acelerado por la inseguridad, fue en busca del pequeño bolso de cuero donde cargaba sus cosas y cerró la puerta de su habitación.

Kirishima no dijo absolutamente ni una palabra, llegaron al estacionamiento en completo silencio, donde el bajista abrió la puerta para él. Midoriya solamente se rió, Kirishima estaba tomándose su papel de chofer muy en serio.

Él condujo unas calles más abajo, Midoriya no sabía exactamente dónde, así que simplemente guardó sus preguntas. Sobre todo porque estaba más ocupado aferrándose a su cinturón de seguridad, Kirishima tendía a hacer unas vueltas a alta velocidad que podrían romperle el cuello a cualquier copiloto.

Finalmente se detuvo en una zona poco concurrida, pero para nada despreciable. Era, con toda sinceridad, esplendido y muy bello.

—¿Debería abrir la puerta para ti?

Midoriya rió.

—Oh, no, por favor. Soy hombre y tengo más edad de la necesaria para abrir por mi cuenta, muchas gracias.

Kirishima se encogió de hombros y le sonrió.

—Espérale allí —dijo señalando una cafetería que parecía sacada de una película—. Él llegará pronto.

Midoriya salió de la van y cerró la puerta, luego se volteó.

—Gracias por traerme.

—No hay de qué. —Kirishima hizo una mueca, cómo si se debatiera internamente sobre si hablar o no, finalmente habló—. Oh, por cierto, Midoriya... en serio eres agradable y si Todoroki ha decidido acercarse a ti es por una muy buena razón, por favor cuida de nuestro gato perezoso.

Midoriya asintió lentamente aunque las palabras fueron difíciles de comprender. Kirishima sonrió y partió haciendo rechinar las ruedas de la van contra el asfalto.

No sabía si entrar en la cafetería o no, así que prefirió quedarse en la acera, esperando mientras les enviaba un par de mensajes a su madre y a Uraraka, ambas le respondieron casi al instante deseándole toda la buena suerte en su trabajo, por supuesto, había omitido que estaba esperando por Todoroki.

Se quedó allí por casi diez minutos completos, conociéndose a sí mismo, ya debería haber confabulado un par malas ideas al respecto, pero optó por confiar en las palabras de Kirishima y, por sobre todo, en la palabra de Todoroki.

Él no era una mala persona. Sí, se habían conocido de pésima manera e intentaron huir el uno del otro, pero resultó que podían llevarse bien, más que bien.

—¿Qué haces ahí?

Cálido aliento rozó la piel de su cuello, acompañando a las palabras cargadas con un ligero tono de gracia. Midoriya se volteó sobre sus talones para encontrarse con la figura alta de Todoroki, él vestía un par de jeans, una sudadera blanca y una chaqueta de mezclilla. A Midoriya comenzaba a encantarle su guardarropa, mezclaba el urbano chic y el rock style, pero para ese punto, comenzaba a creer que cualquier cosa haría lucir bien a Todoroki.

—No sabía si entrar o esperarte aquí... —Midoriya frunció los labios incómodamente, aunque en su interior, se sentía aliviado de verle allí—. En fin, hola.

Todoroki volteó la mirada hacia la pintoresca cafetería.

—No se me ocurrió algo mejor que esto, pensaba que podríamos comer aquí y luego dar un par de vueltas al rededor. —Todoroki le vio con cierta consternación—. Lo siento, no puedo llevarte a recorrer lugares turísticos, ya sabes...

Aizawa probablemente le mataría si se enteraba.

—No te disculpes, tampoco siento fascinación por los lugares repletos... a menos que sea una convención —agregó con una pequeña risa culpable—. ¿Entramos?

Todoroki dudó entre tomar su mano o no, finalmente desistió de la idea, no quería hacer las cosas incomodas entre ellos.

Abrió la puerta y dejó que entrara primero. Midoriya se impresionó por la bella combinación de colores pasteles y arreglos florales que destacaban por encima de las blancas paredes, en realidad parecía el escenario de un cuento. El rico aroma a granos molidos de café y dulces recién preparados abrió su apetito, no pudo desayunar absolutamente nada producto de los nervios.

Una bella mesera se acercó.

Buenos días. ¿Me permite buscarle una mesa?

Midoriya no debió esforzarse mucho para entender el idioma. No era muy indiferente con el inglés, de hecho, podía defenderse bastante bien en ese campo.

Claro. Preferiblemente aislada, si no es mucha molestia.

Todoroki le respondió claramente y sin titubeos. Midoriya no supo qué hubo en su forma de hablar, si el tono profundo o la perfecta pronunciación, pero juró derretirse. Por supuesto, Todoroki sabía inglés perfectamente, incluso sacó algunas canciones en el pasado en esa lengua.

Era demasiado maravilloso.

La chica asintió con una sonrisa y les guió hasta una mesa que daba hacia el ventanal de la calle. Midoriya se deslizó en su asiento y sonrió a Todoroki.

Definitivamente se sentía como en una película.

—Tú inglés es sorprendente —le felicitó—, yo logro comprenderlo, pero fallo bastante en la pronunciación.

—No es tan complicado.

—Oh vamos.

—Lo digo en serio, el ruso es muchísimo peor.

Midoriya casi puso los ojos en blanco.

—Espera, ¿sabes más?

—Ingles, chino, italiano —Todoroki tenía una expresión embarazosa, como si temiera ser demasiado presumido—, y un poco de francés, pero apesto en ese último. Ah, y también intenté durante un tiempo con el ruso, pero desistí.

Midoriya le vio maravillado.

—¿Por qué tanto?

Todoroki le miró a los ojos, robándole el aliento al notar sus ojos de distinto tono, el contraste del gris oscuro y el radiante celeste le hacían especial. Ese hombre parecía único en todos los sentidos.

—Mi padre pensó que sería su heredero perfecto y que tomaría la empresa familiar al cumplir la mayoría de edad. Me hizo aprender diversas cosas durante mi vida, idiomas parecía ser lo más importante. —Todoroki cerró sus ojos y suspiró desganado—. Aunque eso me ha servido en este rubro.

Midoriya pudo notar que él no estaba muy satisfecho con las ideas de su padre, incluso, Todoroki ni siquiera había mencionado a su padre antes. Podía deducir que estaba evitando el tema y debía tener muy buenas razonas para hacerlo.

—Aun así, pienso que eres impresionante. Yo dudo poder aprender tanto... —Midoriya mordió su labio inferior, tenía un montón de elogios para Todoroki, pero era preferible cerrar la boca a parecer un patán desesperado por su atención.

—Gracias. —Todoroki tomó la carta sobre la mesa y se la entregó—. Tómate tu tiempo al elegir y evita mirar el precio.

Midoriya parpadeó.

—¿Por qué?

—Eres demasiado modesto. No quiero que te guíes por costos, elige lo que realmente quieres.

Midoriya se sintió ruborizar. De seguro Todoroki había notado su manía de preocuparse por el dinero cuando fueron al supermercado, ese día no pudo evitar sentir culpa y solo buscó lo justo y necesario, nada demasiado costoso.

Tragándose sus disculpas se sumergió en la carta, tratando de ignorar la mirada avasallante de Todoroki sobre él. Parecía estar pendiente de todos sus gestos y movimientos.

Midoriya temió estarle desagradando, pero descubrió con asombro que Todoroki no le juzgaba, solo le observaba con anhelo.

Finalmente descubrió que no podría concentrarse, así que dejó el menú sobre la mesa.

—¿Ocurre algo? —Todoroki preguntó con inocencia.

Sí, tú.

Midoriya podría enloquecer si comenzaba a imaginar estupideces.

—No, es solo... —Izuku jugueteó suavemente con sus dedos—. ¿Qué me recomendarías? Es mi primera vez aquí, dudo elegir correctamente.

Todoroki sintió ternura ante su reacción tímida. Un tipo como él, tan frío e inmutable, no podía evitar sentir ternura ante ese chico que lucía y actuaba como un príncipe de cuento de hadas.

—¿Qué piensas de los frutos rojos?

—Son deliciosos.

—Entonces, ¿te apetece un trifle?

Midoriya sonrió, no había escuchado de eso antes, pero era bueno probar.

—Me encantaría.

Todoroki alzó la mano y la hermosa mesera volvió a acercarse, ella cargaba una sonrisa coqueta en los labios y se dedicaba a observar únicamente al hombre frente a él.

Aquello le hizo sentir un poco incómodo.

Todoroki se encargó del pedido, y aunque Midoriya esperó que correspondiera a las intenciones de la chica, no lo hizo, solo volvió a verle como si no hubiese notado el ligero coqueteo.

—Dime que no eres alérgico a la naranja.

—No lo soy...

¿Era real? ¿En serio era real?

—Es precaución. —Midoriya ladeó su cabeza, esperando que explicara—. Una vez, uno de mis hermanos, Natsuo, invitó a su novia a casa y mi hermana preparó ensalada con nueces, la chica era alérgica y... fue un día algo caótico para nosotros.

Midoriya se rió y cubrió su boca por temor a ser escandaloso. Shoto decía todo con tanto escepticismo que resultaba gracioso, además que su casa sonaba como un verdadero y divertido desastre.

—L-Lo siento, no puedo. —Midoriya se mordió el labio para evitar reír—. Suena divertido y trágico.

—Bueno... fue peor cuando Touya decidió llevarla al hospital en el auto de mi viejo. —Frunció el ceño—. Chocó contra la pared del sector de emergencias.

Ahora sí podía confirmarlo, esa casa debió ser un desastre.

—Me hubiese gustado tener hermanos.

Todoroki se inclinó hacia delante, como si intentara encontrar su mirada.

—¿Qué hay de ti?

—¿Sobre qué?

—Tu familia.

Midoriya suspiró. No quería mentirle, pero si podía evitar un poco de su tormento con su padre.

—Crecí más apegado a mi madre, mi padre trabajaba en los Estados Unidos y nos visitaba una semana al año. Pero no la pasé mal, mamá era muy divertida y siempre velaba por mí. —Sonrió con dulzura al recordar a la mujer más importante de su vida—. Luego se divorciaron...

—¿Por la distancia?

Midoriya tragó la angustia que sintió en su garganta.

—Sí —carraspeó—, como notarás, no tengo mucho para contar.

Midoriya era un mal mentiroso. Todoroki notó como fruncía sus labios y desviaba la mirada, claro lenguaje corporal que delataba su incomodidad.

Otra vez, prefirió no intervenir en el tema. Si algún día Midoriya sentía confianza por él, sucedería.

—¿Y tus padres?

Midoriya juró ver cierto atisbo de sorpresa en la mirada de Todoroki.

—Mi madre vive en otro país y mi viejo murió hace dos años.

La respuesta de Todoroki le cayó como pesados ladrillos sobre su cabeza. Midoriya jamás imaginó que respondería algo como eso.

—¿Q-Qué...? Dios, lo siento mucho. —Midoriya bajó la cabeza por la culpa.

Todoroki negó.

—No es necesario, Midoriya. Todo está bien, en serio.

—Pero...

—Además, mi relación con mi padre no era la mejor, aunque era peor con Touya. —Todoroki suspiró—. Él vistió esmoquin rojo y una máscara de Halloween en su funeral, eso sí fue tragicómico.

Midoriya no sabía qué opinar de eso.

La mesera trajo sus órdenes, sirviéndolas sobre la mesa, y luego se retiró. Midoriya se acomodó en su silla y observó el postre en copa que lucía delicioso con esa capa de crema, frutas y almendras sobre un bizcocho suave.

Todoroki comenzó a comer, él era refinado y obviamente sabía de modales.

—¿Ocurre algo?

Midoriya dio un respingo al verse descubierto.

—No, no es nada.

Todoroki le vio sumergir el pequeño tenedor en la copa y probar la delicia inglesa. Sus irises esmeraldas recobraron brillo, Midoriya parecía complacido por el sabor dulzón en su paladar. El tenedor se deslizó a través de sus bonitos labios, quitando la crema del metal, y para aumentar su tortura personal, Midoriya relamió delicadamente la comisura de su labio.

Mierda, podría terminar matándolo.

—¡Tenías razón! —Midoriya sonrió radiantemente, casi dándole un susto de muerte—. ¡Es delicioso!

Midoriya siguió comiendo entusiasmado, él era un poco desordenado al comer, pero era divertido de admirar. A esas alturas, Todoroki ya no podía sorprenderse por la cantidad de emociones que ese chico estaba causándole.

Era impresionante.

Ambos transcurrieron el postre en una conversación calmada y divertida, Midoriya preguntó por algunas cuestiones de su trabajo que aún le costaba comprender, y él no tuvo problemas en explicarle, aunque con cada cosa que decía, Midoriya parecía más y más sorprendido.

Una vez terminaron, ambos se retiraron de la cafetería y fueron hacia la calle.

Recorrer las calles de Londres a pie fue sin duda alguna una buena idea, Midoriya había llevado su cámara consigo y tomó un montón de fotografías que sin duda le gustarían a su madre y a Uraraka. También consiguió el permiso de Todoroki para tomarle un par de fotografías que podría agregar en el libro, así que se sentía más que satisfecho.

Cada vez que el lente de su cámara enfocaba su silueta, Midoriya sentía que su corazón daba un vuelco, él realmente era perfecto para el público, su porte serio y rostro masculino lograban atraer a cualquiera, inclusive a Midoriya, que intentaba por todos los medios no fijarse en la gente guapa. Y Todoroki lo era, por supuesto, ni siquiera esa extraña cicatriz que bordeaba su ojo izquierdo lograba opacar su encanto.

Además, Todoroki era agradable y sincero, aunque Midoriya debía llevar el mando de la conversación, Todoroki hacía y decía cosas que le sacaban sonrisas y leves carcajadas. Pasar horas a su lado no era para nada aburrido y realmente podría llegar a adorar ese ambiente ligero que obtenía a su lado.

—Oh, no, por supuesto que no —Midoriya musitó con incredulidad—. ¡Retráctate!

Todoroki volteó a verle una ceja alzada.

—¿Por qué?

—¡¿Cómo puedes decir que All For One no es buen villano?! —espetó con fingida indignación. Todoroki solo rodó los ojos—. ¡Te vi!

—¿Y? Apareció solo un par de veces y ya está en la cárcel, le dejó todo a su pupilo. —Todoroki metió las manos en los bolsillos de su chaqueta, como si la charla no fuese importante y pudiera ganarla con facilidad—. Me niego a creer que es el mejor villano en los comics de All Might.

—¡Pero es el enemigo jurado! Por su culpa ocurre todo.

—En el pasado, en el presente nada.

Midoriya jadeó y se llevó una mano al pecho.

—Retráctate antes de que te restriegue su biografía de la wiki.

Todoroki sacudió su cabeza.

—Midoriya, es Londres, ¿en serio quieres discutir esto aquí?

—No me culpes a mí, tú insultaste mi espectacular fondo de pantalla de All For One —Izuku farfulló y se cruzó de brazos.

—Bien, lo siento. —Todoroki guardó silencio—. Pero los ocho preceptos son mejores, acéptalo. —Midoriya iba a reclamar, pero alcanzó a cubrirle la boca—. Ahora que la discusión está terminada, ¿qué te parece volver?

Midoriya quitó su mano para poder hablar.

—Trampa, pura trampa —reclamó—. Y está bien volver, ¿cómo? ¿Quieres caminar hasta allá?

—No, tengo mi motocicleta estacionada un par de cuadras más atrás —Todoroki suspiró—, pero sé que no te agrada la idea, así que podemos tomar un taxi.

Midoriya sonrió débil y culpablemente, Todoroki siempre se tomaba molestias por él de alguna u otra forma.

Aun así, sabía que no podría subirse a la condenada motocicleta, aparte de temerle, también estaba el hecho de que debería abrazar a Todoroki durante todo el trayecto y su corazón no daría para tanto.

—Gracias por pensar en ello... —dijo con toda la sinceridad—. Sigues siendo amable conmigo.

—Lo mereces.

Su corazón se oprimió bajo la cálida sinceridad de sus palabras. ¿Él lo merecía?

—Aunque deberíamos salir de este barrio, podríamos encontrar un taxi en la siguiente avenida.

La melodía genérica de llamada celular comenzó a resonar, Todoroki suspiró pesadamente antes de buscar su móvil dentro de su bolsillo y verificar el número. Todoroki le entregó el café amargo que había comprado y se alejó para contestar.

Izuku suspiró con el calor del vaso de papel entre sus manos mientras veía a Todoroki, él parecía estar discutiendo con la otra persona al lado de la línea.

Se preguntó si salir con él le había causado algún problema. Tenía entendido que Aizawa solía aparecer durante las últimas semanas del mes para verificar todo, así que dudaba que estuviese en Londres. Sin embargo, Todoroki aún debía rendir cuentas a muchas personas, quién sabía a cuantas.

Un empujón fuerte y bruto le sacó de sus pensamientos, un tipo robusto que bordeaba los treinta años chocó estrepitosamente con él y provocó que el vaso de café se derramara justo sobre el abrigo del tipo.

¡Oh, por...! ¡Lo siento mucho! —Izuku se disculpó en inglés, pero la mueca del sujeto le hizo ver que se metió en un lio.

¡Fíjate por dónde vas! ¡¿Acaso sabes el precio de este abrigo?!

Se había topado con el típico prepotente. Diablos.

Algunas de las personas que pasaban por la calle se le quedaron viendo.

Disculpe, señor, pero quién tiene la culpa aquí es usted.

Midoriya pudo notar que sus palabras no hicieron ningún tipo de bien, de hecho fue peor. Aunque no iba a retractarse, no era su culpa que él anduviera distraído.

¡¿Cómo te atreves?!

Midoriya se cruzó de brazos y se mantuvo firme sobre sus pies, no iba a titubear con un tipejo. Ya había tenido suficiente de verse pisoteado y sabía cómo defenderse. Uraraka, Shinso e Iida le incentivaron a volverse más defensivo consigo mismo y estaba determinado a serlo.

Un par de sujetos se acercaron, parecían ser amigos del primero y tampoco lucían muy contentos.

¿Qué te sucedió?

¡Este jodido japonés derramó café sobre mí!

Eso es solo una parte de lo que sucedió —Midoriya farfulló.

Una mano se posó en su hombro y Midoriya volteó, encontrándose con la mirada de Todoroki.

Ah, así que tienes compañía. —El tipo golpeó juguetonamente el pecho de su amigo—. Me pregunto si entre los dos pueden devolver el dinero que me deben.

Todoroki alzó una ceja con escepticismo. Midoriya solo mordió su labio ante la ironía, Todoroki tenía el dinero suficiente para obligar a quien sea a lamer sus zapatos.

¿Por qué deberíamos? —Todoroki ladeó su cabeza, las palabras del sujeto no le importaron.

Como le dije, señor. Fue su culpa, no puede culparme a mí por algo que no hice.

El tipo gruñó entre dientes, Midoriya notó como alzó la mano, como si estuviera dispuesto a darle un golpe allí mismo.

Sin embargo y antes de que Midoriya pudiera procesarlo, Todoroki le había encertado un puñetazo al tipo justo en la mandíbula.

Y ahora estaba en el suelo.

Los otros dos también procesaron lo sucedido con lentitud, pero tampoco pensaban quedarse al margen, Midoriya se percató de que intentarían comenzar una pelea allí mismo y Todoroki parecía estar de acuerdo. Eso le espantó. Por supuesto que no, no le dejaría cometer una locura por mera culpa suya.

¡Sería un grandísimo problema!

Entrelazó su mano con la suya y le jaló hacia atrás, Todoroki apenas volteó a verle con ligera sorpresa.

—¡Corre! —le gritó—. ¡Ahora!

Y volvió a tirar de su mano.

Pudo jurar que Todoroki le sonrió antes de echarse a correr junto a él como un par de adolescentes idiotas. Escuchó el grito de uno de los sujetos y una sarta de groserías en inglés, pero eso solo sirvió para aumentar la adrenalina que comenzó a sentir.

Midoriya no pudo evitar soltar un par de risas mientras corrían intentando evadir a los peatones, lo que era bastante difícil si seguían tomados de la mano, pero desatar esa unión no parecía opción.

Podía jurar que habían dejado de seguirles hacía muchísimo, sin embargo se dejó llevar por ese momento utópico. Era nuevo y divertido. Midoriya podía sentirse como un adolescente feliz y estúpido, sin preocupaciones, algo que nunca fue y que añoró ser.

Su respiración estaba acelerada, su pecho comenzaba a arder, ni siquiera sabía hacia donde iban porque Todoroki era quien le guiaba, y no le importaba.

Llegaron hacia una plaza de estacionamientos, no debió esforzarse demasiado para distinguir la oscura motocicleta de Todoroki en una de las secciones. Él tomó el casco que estaba sobre ella y se lo entregó en sus manos. Midoriya observó el oscuro protector mientras Todoroki subió al peligroso vehículo.

Él estiró su mano, invitándole a subir, esperando por su respuesta, su decisión.

La emoción subió como espuma y antes de detenerse a pensar, pasó el caso por sobre su cabeza y tomó la mano de Todoroki. Piel contra piel una vez más. Adrenalina corriendo como fuego liquido en sus venas.

Abrazó la estrecha cintura y apoyó su cabeza contra su amplia espalda, sin poder ocultar la sonrisa que se formó en sus labios. El motor rugió bajo su cuerpo y aunque debió exaltarse no lo hizo, no temió.

Incluso se sintió maravillado. Los paisajes pasando rápidamente por el rabillo de sus ojos, el ruido lejano de la motocicleta al acelerar, sus manos sosteniéndose del cuerpo de Todoroki.

Nuevo, extraño, desorbitante.

Se sintió vivo.

¡Hola, tribu! ¿Cómo han estado? Espero que bien.

Hoy vengo un tanto... muy tarde. Aunque veamos el lado bueno, salí de vacaciones y planeo escribir bastante. uwu

Estoy muy emocionada porque entraré con los dramas desde ahora en adelante. Además, me estoy divirtiendo bastante mientras los veo teorizar sobre las relaciones aquí, sobre todo con Bakugou, él tiene una verdad importante y nadie la ha adivinado.

Ah, por cierto, si alguien vuelve a mencionar KatsuDeku le rompo su madre >:v)9

Y sí, maté a Enji. Me estorbaba, pero tengo razones y otras cosas más, no me culpen. *sale volando por la ventana*

Canción para este capítulo:

https://youtu.be/U9JhKx4u9qw

¡Muchos besos y abrazos para todos! ¡Nos vemos la próxima semana!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro