6
Merlina Addams hizo prometer a su hermano que iba a cuidar a Enid Sinclair.
Aunque Enid nunca supo por qué, la verdad era que el mayor de los Addams no soportaba los matones, él mismo, en sus tiempos de estudiante, era el encargado de defender a los que no lo hacían por sí mismos.
Pero él ya había terminado el colegio, y no podía defenderla, así que confiaba que su hermana dejaría de importarle una mierda todo si al menos iba a la escuela para cuidar de ella.
Por más que una parte de Enid estaba ofendida, porque ella no quería ningún guardaespaldas, una parte de ella sabía que no le haría mal.
Y la idea de que Merlina la cuidara le gustaba.
Al día siguiente Merlina se había sentado en el banco junto al suyo, mandando a la mierda a la chica que reclamó su lugar.
Enid se había ganado miradas de odio por parte de la chica y de sus amigas, pero Merlina dijo que si ella no podía decirles nada ella lo haría.
Eso le había causado gracia y había soltado una risa muda, no pudo evitar ruborizarse cuando vio a Merlina sonreír por aquello.
Se preguntó si lo hacía porque su risa sin ruido era muy ridícula, si ella misma era ridícula.
Esos pensamientos la habían hecho bajar la cabeza, avergonzada, y Merlina se había dado cuenta de su cambio.
𑁋¿Qué pasa, Sinclair? 𑁋preguntó con amabilidad, doblándose para mirar a Enid al rostro, que tenía agachado.
La chico negó, aunque sus manos se movieron en un gesto que Merlina no pudo entender.
Merlina suspiró un poco, no sabía nada de Enid, pero parecía que ella no se había acostumbrado a no usar el lenguaje de señas.
Merlina tomó su cuaderno de notas y una lapicera, dejándolo caer sobre el banco de Enid, haciendo que la chica de irguiera con sorpresa.
𑁋Di lo que quieras 𑁋dijo, señalando al cuaderno.
Enid tomó la lapicera con duda, escribiendo lentamente y con vergüenza, luego le alcanzó el cuaderno a Merlina.
"¿Soy ridícula?" Preguntaba en la hoja.
Merlina frunció el ceño, mirando las palabras, luego alzando para ver a Enid, quién volvía a mirar hacia abajo, pero notó el brillo de las lágrimas.
Enojada, Merlina arrancó la hoja del cuaderno, rompiéndola en muchos papelitos, haciendo que Enid la mirara.
Juntando la hoja rota en su puño, apretando con fuerza, Merlina se inclinó hacia Enid, mirando directamente sus ojos.
𑁋No tienes nada de ridícula, Enid.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro