Yoko estacionó la camioneta frente a la casa de los Sinclair, tocando bocina repetidas veces, haciendo que la señora Sinclair se molestara por tanto ruido.

Su sorpresa fue bastante cuando el vidrio polarizado del asiento del acompañante bajó, dejando ver la sonrisa de disculpa de la pálida.

𑁋¿Directora Divina? 𑁋Merlina la reconoció automáticamente.

𑁋¡Ella no es tu directora! 𑁋se quejó Yoko, bajó del vehículo y tomó el bolso que Enid casi venía arrastrando desde la casa, para levantarlo sin esfuerzo y llevándolo hasta la parte trasera de la camioneta𑁋. A mí me llamas por mi nombre, ni siquiera un gramo de formalismo, y le dices directora a otra.

Merlina rio un poco.

𑁋¿Quieres que te llame Mamá Yoko? 𑁋preguntó, con lo que la pelinegra frunció el ceño.

Escucharon la risa de Divina desde donde estaban, la pálida asomó la cabeza por la ventana para mirarlas con diversión.

𑁋¿Recuerdas cuando nos juntamos a beber y estabas tan borracha que empezaste a decir que eras la madre de todas? 𑁋le recordó, Yoko se ruborizó de la vergüenza𑁋. Empezaste a decir que teníamos que llamarte Mamá Yoko.

Yoko se detuvo un segundo, totalmente ruborizada, hasta que arrojó con fuerza el bolso de Merlina en la cajuela.

𑁋Cállense, lo único que recuerdan de esa noche es eso, idiotas.

Merlina rio, porque tenía razón, casi todas las demás memorias eran de los videos, captados con el celular de Xavier pero grabados por Enid.

𑁋No 𑁋se quejó Divina, aunque sólo quería pelear con la menor𑁋. Recuerdo cuando Xavier y Merlina se-

𑁋¡No lo digas! 𑁋la interrumpió la azabache, haciendo reír a los otros𑁋. Vomitaré.

𑁋¡Suban de una vez! 𑁋se quejó la mayor𑁋. Voy a tener que soportarlas más tiempo si seguimos aquí 𑁋añadió, antes de rodear el vehículo y subir al asiento del conductor.

Merlina se volteó para ver a Enid, quién estaba hablando con su madre, moviendo sus manitos.

Apenas podía entender unos cuantos gestos, pero supo que Enid le prometía que se cuidaría, que no haría nada malo, entre cosas como dormir temprano y no alejarse mucho de los demás.

La señora Sinclair le dejó un beso en la frente como despedida y Merlina estiró el brazo hacia Enid, su novia tomó su mano con seguridad, antes de subir al vehículo.