Apenas habían dejado las cosas en la casa de los tíos de Enid, apenas en la entrada, dejando que el señor Sinclair se encargue de entrar todo, y volvieron a subir al auto para ir hacia el médico.

Merlina notó que Enid estaba bastante nerviosa y tensa, por más que no entendía la razón y las palabras de su madre tampoco le aclaraban mucho las cosas.

La pelinegra pasó su mano sobre los hombros de Enid, acariciando un poco su cuello, dejando su mano en el hombro opuesto, tocando su cuello con sus dedos.

Enid la miró y un poco de preocupación dejó sus ojos.

𑁋Todo está bien 𑁋dijo Merlina, sonriendo levemente𑁋. Estoy aquí.

Enid sonrió y asintió, como diciendo "Lo sé", y sonrió un poco.

Al llegar al consultorio del médico este los saludó a todos cálidamente y estrechó la mano de Merlina cuando se presentó.

Prosiguió a hablar con Enid, quien respondía con lenguaje de señas.

El doctor entendía casi todo lo que quería decir, pero solía dar unas miradas a la señora Sinclair cuando se perdía, para que ella tradujera sus gestos.

A diferencia de la señora Sinclair, el médico no le habla junto con señas a Enid, lo hacía como si fuera una persona normal, y Merlina notó lo dinámico de la conversación si Enid no tenía que escribir todo lo que quería decir.

El médico revisó su pecho, boca, garganta y oídos, revisó sus reflejos, su pulso y presión, para luego decir que estaba todo bien, darle una paleta a Enid y decirle que esperara afuera mientras él hablaba con su madre.

La mirada de Enid fue automáticamente a Merlina, quien hizo una seña para salir.

Luego de la visita al médico Enid parecía más tranquila, pero estaba mucho más callada, en el sentido que respondía a todo lo que Merlina decía con la cabeza, sin escribir nada en su cuaderno.

Eso ofendió y preocupó un poco a la pelinegra.

Minutos después, la madre salió del consultorio despidiéndose del doctor y subiendo al auto, haciendo que las chicas hicieran lo mismo.