𖦹 Treinta y nueve 𖦹
Chan acompañó a Felix y a su madre al hospital, se quedó junto a su novio todo el día, entre las vueltas que tuvieron que dar, comenzaba a atardecer cuando finalmente pudieron volver a casa.
La señora Lee le ofreció a Chan llevarlo hasta su casa, pero Felix se negó, pidiendo con señas que el chico se quedara con él mientras se acurrucaba más sobre su novio.
La señora Lee no podía decirle que no a su hijo, así que llamó a la madre de Chris para decirle que se quedaría con ellos.
Por la noche, Felix con su pijama, una muñequera azul que le recomendaron no quitarse salvo para bañarse, y Chris con ropa cómoda, permanecieron un rato hablando, frente a frente, lo suficiente cerca para poder hablar en susurros y escucharse perfectamente -bien, sólo Chris hablaba en susurros, pero para ellos era una conversación baja-.
—Todavía no le he dicho a mis padres de lo nuestro— murmuró Chris, con lo que Felix puso ojos de perrito, que le partieron un poco el alma.
“¿Les dirás?”
—Estoy esperando el momento— dijo—. No quiero tener que reunirlos, sentarnos en la mesa del comedor y decirles que me gustan los chicos... Bien, que me gusta un chico, que estoy enamorado de él y que corresponde a mis sentimientos por lo que somos la mejor pareja del mundo— Chris sonrió, provocando a Felix sonreír también, sumado a que le había parecido las más lindas palabras.
Felix asintió, comprendiendo.
—Temo que no sean comprensivos, como tú familia— continuó Chan, ya más serio—. O como Chany, a ella sí le dije.
Felix asintió, emocionado, pidiendo que continúe.
—Me pidió ser la madrina de boda— Chris rió un poco—. Y de todos nuestros hijos.
Felix rió, el corazón de Chan explotó un poco de ternura.
“Ya tenemos una larga lista de padrinos y madrinas”. Escribió Felix.
—Tendremos que hacer muchos niños para satisfacer a todos— Chris sonrió de forma pícara.
La sonrisa de Felix flaqueó un poco.
“¿Tú quieres tener hijos?”. Preguntó.
Chan se encogió de hombros.
—No es algo que muera por tener, pero me gustaría, algún día.
Felix tardó un momento en reaccionar, mirándolo con algo que pareció pena, hasta que tomó su bolígrafo y escribió.
“Sabes que los hombres no pueden tener hijos entre ellos, ¿no?”
Chris se sintió un poco mal por Felix.
Desde que lo conoció, el chico siempre fue inseguro, no sabía el por qué, pero él permanecía a su lado para decirle todas sus certezas.
Aunque con frases como esas, Chan se planteaba si Felix dudaba de su relación.
Chris se acercó un poco más a él.
—Siempre se puede adoptar, Lixie. Además, como te dije, no es algo que muera por tener. Puedo ser feliz con o sin ellos, mientras te tenga puedo ser feliz incluso con nada.
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