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Capítulo 11 - Enloquecido en media noche

Si eres menor de 18 años, no lo leas. Si eres menor de edad, y lo lees. Pues me vale madres
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POV Narrador

Debido a que ambos empezaron a enloquecer, ya les era común que las sábanas de las camas estén llenas de sangre, ya que no querían ensuciar la mesa o la sala con los cadáveres. Aún que hacían lo mejor para evitar ensuciar las ropas se manchen de sangre, ya que no era fácil limpiarla, por eso usaban un delantal de cocina para no ensuciarse, se habían acostumbrado bastante a comer carne humana para no pasar tanta hambre y comer comida vencida.

Los cadáveres empezaron a disminuir debido a que que los comían, ¿Pero, y el cadáver de la madre de Benjamín?

No tuvieron de otra más que enterrarlo, aún que primero la quemaron para después tirarla en un montón de tierra con gusanos, dónde la enterraron, ahora el olor a putrefacto del sótano ya no estaba, solo el olor metálico de la sangre. Todos los cadáveres siempre estaban ocultos en el sótano, en el cuál había sangre en las paredes, en suelo y un olor a carne cruda. Sin embargo, a ninguno de los dos les molestaba nada de esas cosas, ya ni se molestaban en limpiar, han pasado 4 meses desde hace tiempo y solo lo han limpiado una vez.

Mientras que la lluvia seguía cayendo, los truenos no se hicieron esperar, ya que se oían en todas partes del bosque, hasta llegaron a oírse cerca de la cabaña donde se hospedan, junto al sonidos de los árboles moverse por el viendo y las gotas chocar contra el suelo y las ventanas, las luces de la cabaña estaban apagadas por obra de los truenos, las velas eran lo único que iluminaban todo el interior de la cabaña.

En el comedor de la cocina, se encontraba Benjamín pensativo sobre un tema, no se asustaba por los truenos, no les tenía miedo desde hace un tiempo, y Pico estaba bastante acostumbrado, lo suficiente como para dormir, eran las 11:30 pm. Benjamín había tenido mucho insomnio, causando que no pudiera reconciliar el sueño, trataba de pensar en otras cosas con tal de distraerse, hasta ha llegado a cambiar lijeramente de gustos, ahora mismo había estado pensado en tener relaciones sexuales con su pareja desde hace un tiempo, aún que por alguna razón, sentía qué no podía.

Se miró la mano para acto seguido medirse el pulsó, no tenía nada de pulso.

— Era de esperar... — Habló desanimado, se recostó sobre la mesa, completamente aburrido.

Hasta que en segundos, sus pupilas iluminaron de un rojo vivo, solo fueron por unos instantes para volver a ser blancas, sintió un sentimiento que nunca había experimentado, causando insconcientemente una gran sonrisa que fue reflejada en la máscara, ahora estaba con la mente un tanto traviesa, se levantó de donde estaba recostado, para después dirigirse en silencio a la habitación que compartía con su pareja.

Pico se encontraba durmiendo, su pillama era una camisa sin mangas negra y unos shorts cortos de color grises, dormía plácidamente, aún que desde aquel día, había estado teniendo el sueño muy lijero, un sonido simple lo despierta, afortunadamente los truenos los ignora para poder dormir mejor. La puerta se empezó a abrir de una forma lenta, el chirrido de esta fue lo suficientemente claro para despertarlo, sabiendo que era su pareja intento seguir durmiendo.

Sin embargo no pudo, ya que logró sentir un pesó sobre la cintura sobre la entre pierna, al mirar, vió a Benjamín sin la máscara puesta, sentado sobre él con la intención de querer, atención sexual.

— ¿Ben, que haces? — Preguntó Pico sonrojado.

— ¿No es obvio? — Contestó Benjamín, moviendo sus caderas en círculos, con la clara intención de conseguir una erección.

— No creo que podamos, las sábanas están llenas de sangre, ademas somos cadaveres de cierta forma — Exclamó Pico, trataba de resistirse a la tentación.

— ¿Y? — Preguntó de forma sarcástica Benjamín, no iba a cambiar de opinión así que le fue quitando lentamente la ropa.

Pico aún trataba de contenerse, sin duda quería hacerlo, aún sintiendo que no podían, los dos seguían siendo cadáveres, no importaba si estaban vivos de alguna forma y otra, seguían siendo cadáveres. ¿Entonces, por qué no detenía a Benjamín sabiendo que lo que iban a hacer podría quizás no lograrse? La respuesta es que en verdad quiere hacerlo con su amado pelíceleste, aún quería se contenerse.

— Benjamín, aún así n- — Fue callado por el contrario.

El pelíceleste había besado al pelinaranja, no iba a dejar que un simple "No podemos" lo detuviera, le fue quitando lentamente las ropas a su amado pelinaranja. Aún sin separarse del beso, empezó a masajear suavemente la zona del miembro, haría que tuviera una erección de una u otra forma, ya que sabe así haría que su pareja no se contenga tanto.

El resultado fue una gran erección, se separó del beso para verla, el pelinaranja estaba completamente sorprendido de haber logrado tener una erección, mientras que el pelíceleste solo sonreía, se acercó a la erección, era una notoriamente grande, así que sin que el pelinaranja se diera cuenta de sus intenciones, le fue quitando el short, los lanzó lejos de la cama para después mirar por unos segundos el bóxer para luego lamerlo sobre el miembro, lograba escuchar los jadeos del pelinaranja.

— ¿Te gusta provocarme? — Preguntó Pico entre jadeos.

Benjamín no respondió, lamió con tal de provocarlo un poco, le dió un beso a la erección y bajar el bóxer, vaya que se había olvidado lo grande que era el miembro del pelinaranja.

De forma insconciente, empezó a lamerlo para después meterlo de apoco en su boca, solo logró meter menos de la mitad, aún que lo que no pudo meter, lo empezó a masturbar, haciendo lijeros vaivienes. El pelinaranja solo se limitaba a soltar jadeos y gemidos roncos, sentía tanto placer que no podía dejar de pensar en lo bien que se siente la boca de su amado.

Lo que ocasionó que no tardará en correrse,  sintiendo como mucho estrés acumulado, se iba en solo cuestión de segundos, llenando la boca del pelíceleste, quién empezó a tragarse todo el esperma rápidamente, saco el miembro para recuperar algo de aire, le dió una última lamida para darle un beso.

— Lo siento por no avisar — Habló Pico soltando jadeos, aún se sentía muy bien.

— Tranquilo, está bien — Contesto Benjamín, para después quitarse la ropa.

El pelinaranja pudo notar que su contrario tenía una erección, el pelíceleste se quitó toda la ropa lanzandola a un lado de fuera de la cama, se subió sobre el miembro y con cuidado fue bajando metiendo el miembro en la pequeña y estrecha entrada. El pelíceleste soltaba gemidos bajos de dolor y placer, sintió como el pelinaranja lo tomaba de la cintura para poder ayudarlo, hasta que no quedo rastro del miembro al estar dentro del pelíceleste.

— No recordaba que lo tenías tan grande — Dijo entre jadeos Benjamín, movía levemente la cadera con el fin de acostumbrarse más rápido.

El pelinaranja no respondió, solo acariciaba el cuerpo del pelíceleste.

*  *  *  *  *  *

A los minutos, ya se oía como los choques de piel iban cada vez más rápido, y los gemidos de placer del pelícelestes aumentaban, siendo cada vez más altos. Benjamín estaba disfrutando hacer los sentones cada vez más rápido, aún que apretaba su interior de forma insconciente, lo que le causaba placer al pelinaranja. Los sentones seguían cada vez más rápidos, hasta que el pelíceleste se detuvo soltando un gemido alto y agudo, había sido por obra de haber tocado su punto dulce, sintiendo una ola de placer recorrer por todo su cuerpo.

— Pico, creo que n- no puedo seguir e- en esta posición — Avisó Benjamín, quería seguir pero el punto dulce daba demasiado placer que hacía que no pudiera moverse, solo temblar.

El pelinaranja al entenderlo, cambio la posición, dejando al pelíceleste abajo, le mantuvo las piernas abiertas para comenzar a embestir como un animal en celo, consiguendo los gemidos de placer del pelíceleste muy altos y agudos, el sonido de las pieles chocar se podía oír claramente por toda la habitación.

El pelinaranja estaba siendo bastante brusco por el placer, actuaba de forma tan insconciente que durante las embestidas, empezó a morder la piel del pelíceleste de una forma algo caníbal, dejando que las mordidas sangraran, chupones por todo el cuello y lamidas, el pelíceleste se sentía tan bien que al abrazar a su contrario, enterró sus uñas en su espalda, rasguñandolo tan brusco, lo suficientemente profundo que los arañazos sangren.

*  *  *  *  *  *

El pelinaranja a las 2 horas aún no se corria, cuando el pelíceleste se había logrado correrse unas 3 veces, sentía como el miembro empezó a palpitar en su interior. Mientras que el pelinaranja sintió un escalofrío...

— N- No tardaré en... — Hablo Pico entre jadeos y gemidos roncos.

El pelíceleste rápidamente lo miro, el rostro de puro placer se notaba, teniendo una sonrisa ligera, babeando al no poder cerrar la boca por gemir.

— Ha- Hazlo a- adentró — Contesto Benjamín entre gemidos, casi gritos.

— Ben, s- sin duda... — Se tomó una pausa para gruñir al sentir como el interior de su contrario se apretaba más — E- Estás más loco qu- que yo... — Terminó de hablar.

La velocidad de las embestidas aumento, solo necesito unas últimas 10 embestidas para finalmente correrse dentro del pelíceleste, la cantidad del esperma era notable, hasta un poco de esta salió de la entrada del pelíceleste aún teniendo el miembro en su interior.

La mente del pelíceleste, se quedó en blanco por unos instantes por el placer, cuando el pelinaranja termino de correrse, salió de su contrarió y cayo en la cama a su lado.

Ambos se quedaron agotados, satisfechos y con unas cuantas, para no decir bastantes, heridas en todo el cuerpo, Pico aún sentía el sabor  dulcemente metálico de la sangre de Benjamín entre sus afilados dientes. Miró al nombrado que estaba durmiendo, lo había dejado bastante agotado, delicadamente lo arropó para abrazarlo.

Ahora no solo las sábanas estaban llenas de sangre seca, si no sangre nueva y semen. Finalmente, el pelinaranja se quedó dormido abrazando al pelíceleste, quién se acomodó para quedarse dormido abrazandolo.

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Nos vemos en el próximo capítulo, bye

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