Capítulo 12.
Una hipótesis para nada errada se complementó en su cabeza. Y de ninguna manera iba a permitir que utilizaran a Jungkook con ese fin, ya había sido suficiente todo lo que le había ocurrido durante ese tiempo y no soportaba verlo sufrir, eso lo sacaba de su órbita.
No dijo nada ni siquiera se inmutó cuando Namjoon le contó todo aquello; su cabeza se mantenía ocupada en un plan para sacar a Jungkook de aquel lugar lo más pronto posible.
La tarde cayó y con ella la Luna se iba alzando hasta lo más alto del cielo, aunque no era visible para el chico de cabellos morados que se mantenía en su pequeño espacio privado esperando el momento perfecto para actuar.
No sabía dónde estaba Jungkook ni en que condiciones se encontraba por lo que le tocó trabajar a ciegas y confiar en sus instintos más que en cualquier otra cosa.
La preocupación que sentía no la descartaba. Sus años como científico lo habían llevado por un buen camino si de conocimientos se trataba, y sabía a cabalidad, que la sangre de una sola persona no era suficiente para crear billones de vacunas ni haciendo transfusiones una vez al mes para no afectar las salud del donante, por lo que su seguridad en cuanto a que otra estrategia se estaba formando en la cabeza de los jefes del proceso aumentaba cada vez que le daba cráneo a la situación.
El reloj en su mesita marcaba las 12:05 de la madrugada. Ya era hora de actuar. Se levantó de su cama y ajustó la capucha de su chaqueta de forma que se apretara contra el contorno de su rostro. Agarró el cuchillo y guardandolo dentro de su bota alta hizo girar la manecilla de la puerta y asomó su cabeza por la hendidura. El pasillo raramente estaba despejado, aunque lo pensó varias veces y se percató de que él nunca había salido a esa hora de su habitación por lo que no había caído nunca en la cuenta de que todos podían secretamente ir a dormir a partir de la media noche. Eso sin dudas generaba mucha ventaja a su plan.
Salió al pasillo y cuidando de cerrar bien la puerta caminó con suma sutileza. Por suerte las botas de gomas livianas que se había puesto no generaban ningún ruido al hacer fricción con el suelo resbaladizo del lugar.
Al no tener idea de dónde buscar pensó primeramente en el lugar donde otras veces lo habían tenido en cautiverio, las jaulas.
Continuó cerca por el pasillo y dobló a la derecha. Todo seguía en total y absoluto silencio. Hasta que se fue acercando a la puerta a la que tanto esperaba llegar y le extrañó mucho no ver ningún guardia en ella. Si estuviera allí la custodia no faltaría.
Aún así no perdía nada con revisar, de todos modos ese era el único citio que conocía allí dentro.
Sin mucho preámbulo y despojando todo miedo bajó la manecilla y se adentró al oscuro lugar. El mismo apestaba a polvo y suciedad lo que daba a entender que no lo usaban hacía varios días. Prendió las luces y todo quedó completamente iluminado.
La decepción lo golpeó fuerte al encontrar todo vacío, no había rastro de Jungkook. Las esperanzas lo abandonaron, ¿en dónde podía estar? Pensó. Pero de nada servía pensar, actuar era la única alternativa que resolvería todos sus problemas.
Decidió revisar todo. A lo mejor encontraba algo que le diera una pista de como llegar a Jungkook.
No encontró nada que fuera sospechoso hasta pasados unos minutos, cuando muy cerca de la pared del fondo, escuchó un leve pitido similar a las máquinas que monitorean los latidos del corazón, provenir del otro lado.
Frunció el seño, aquello era algo extraño, justamente lo extraño que necesitaba averiguar. Con la palma de su mano tanteo la superficie en busca de algún indicio blando en el material. Se sentía diferente en esa zona. Utilizó los nudillos de esa misma mano y golpeó suavemente la pared. Se escuchaba hueco.
Una sonrisa se dibujo en su rostro al pensar que el pelinegro podía estar detrás de esa pared.
Siguió observando los bordes para ver si encontraba la uniones y poder abrirla pero parecía no haber nada. Suponía que la entrada estaba por le otro lado cerca de las oficinas de los jefes a donde se les tenía prohibido acercarse. Po lo que no le quedó otra opción más que romper la falsa pared.
Agarrando el cuchillo que guardaba dentro de su bota comenzó a abrir un pequeño agujero en el centro. La dicha parecía estar de su lado esa noche ya que la madera artificial que conformaba la pared era suave y se podía cortar fácilmente. Con el filo de su cuchillo poco a poco y con calma fue haciendo el agujero más grande hasta que pudo introducir su cabeza por completo.
En ese instante su pecho se apretó y su alma abandonó su cuerpo. Justo frente a él estaba Jungkook acostado en una pequeña camilla con tubos conectado a su cuerpo mientras agujas en sus brazos le sacaban sangre y las iban almacenando en bolsas transparentes.
Lágrimas rodaron por sus mejillas, ¿cómo es que había llegado a esto? Era inconcebible que quisieran destruir así a una persona que no le había hecho mal a nadie y que siempre había preferido el bien de los demás al suyo propio.
Con sus manos terminó de rasgar la madera y logró entrar.
No se dio el lujo de perder más tiempo y se dispuso a quitar todo los artefactos que lo tenían aprisionado. Lo que más le dolió fue ver que habían conectado una aguja que administraba constantemente un leve sedante para mantenerlo dormido. Así sería imposible escaparse de allí, tenía que esperar a que despertara. Rogaba para que no fuera mucho tiempo.
—¿Qué hace científico Park?— una voz masculina lo hizo sobre saltarse. Se trataba de uno de los guardias con los que mejor había interactuado en todo el tiempo de estudios que había vivido en las instalaciones.
Este era el momento de que tomara una decisión, una que pondría en peligro la vida de su amor o simplemente cambiaría la suya para mal.
Y ahí estaba su enredada cabeza, debatiéndose por algo que nunca pensó que haría, matar.
Sigo enfermita🤧🤧. Pero aquí les dejo un capítulo, espero les guste❤💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro