No Esta Nada Mal
Estoy aburrido, la gente es tan incrédula, no hay motivo de seguír aquí, pero tengo que ser paciente. Entonces todos se pusieron de pie, tenía que fingir estar triste, así que lloré y estuve llorando hace minutos para que pareciese triste, después de todo si quiero salir tengo que hacer teatro. Yo solo quería que esto terminará pronto.
Entonces el secretario hablo:
– El acusado Victor Garza Domínguez, hombre soltero de 30 años, con capacidad plena. Fue acusado de asesinato cometido a Juan Fernández López, joven soltero, con 20 años de edad que fue encontrado fallecido el pasado 15 de junio de 2019 a horas 19:25 de la noche, en la calle Quijarro, en la Zona las Delicias.
«Fue encontrado gracias a algunos testigos que lograron escuchar sus gritos acompañados con una risa "diabólica" según dicen algunos testigos. La causa de su muerte fue la excesiva perdida de sangre ocasionada por repetidas a puñaladas en diversas partes de su cuerpo. También por el uso de un arma contundente que suponen que es un martillo que le ocasionaron fracturas en diversas partes de su cuerpo.
Algunos testigos aseguran que lograron ver a un hombre desconocido pasar por aquella calle, que lo describen como un hombre de nariz aguileña, piel blanca y ojos de color azul, y una peculiar cicatriz en su labio inferior, algunos testigos aseguran que la persona a la que vieron ese día es al Sr. Víctor Garza Domínguez.
El acusado salió de la universidad, lugar donde trabaja alrededor de las 17:30 con paradero desconocido.
Los testigos que aseguran a ver visto a Victor Garza Domínguez por la escena del crimen son: Nícol Benavidez Guzmán, Fernando Ramírez, Diego Campos y Luisa Vázquez. »
Cuando terminó de hablar todos se sentaron. Pasaron algunos segundos de silencio donde ni un susurro se escucho, hasta que lo interrumpió el Juez:
– ¿Dónde está el acusado?
Entonces me levante del asiento que estaba usando, le vi con cara apenada, entonces en ese momento logré ver en su rostro un poco de tristeza, ¡creo que saldré de está!.
– Aquí su Señoría. – levante la voz y pase al frente para declarar mi versión de los hechos.
Entonces un policía se acerco a mí y me preguntó:
–Jura decir solamente la verdad nada más que la verdad.
– Lo juró – dije.
– Usted ¿podría relatarme lo que hizo después de terminar su hora laboral?.
– Salí de mi trabajo alrededor de las cinco, hable con mis colegas y me retire del lugar. Yo vivo solo, así que quise ir a visitar a mi hermano; su casa está un poco lejos, pero aún así quería ir a pie para hacer un poco de ejercicio.
« En el camino sentí a un chico a mi lado, su piel era muy palida, lo ví alguna vez cerca de la Universidad. Parecía apurado, y doblo hacia un callejón. Seguido de él pasó un hombre robusto, tenía una cicatriz en el labio y vestía de negro; tal y como la tengo yo, la cicatriz que tengo es familiar y casi todos mis familiares la tienen.
Después de un tiempo llegue a la casa de mi hermano como a las 18:30, pero mi hermano no se encontraba en su hogar, yo tengo la llave de su casa así que entre y espere hasta que él regrese, llego como a las 20:00 diciendo que fue a comprar víveres.»
– Cuando vió a ese joven, ¿en dónde se encontraba usted?– preguntó el abogado acusador
– Estaba en la calle Quijarro, la casa de mi hermano se encuentra a finales de la Zona las Delicias. – dije.
– ¿Me podría decir a más detalle como se vía aquel sujeto que seguía a aquel joven?
– Estaba totalmente de negro, tenía una nariz aguileña. Para resumir era idéntico a mi en el estilo físico, escepto que tenía un tatuaje en la mano izquierda. Pero yo no tengo ningún tatuaje. – dije mostrando mi mano. – Al menos que sea un familiar mio.
Hubo un silencio en la sala, todos se veían entre sí, al parecer estoy jugando bien mis cartas. El juez tosio para aclararse la voz y preguntó:
– ¿No tiene nada más que preguntar?– preguntó al abogado acusador.
– No mi Señoría. – dijo esto y se sento en su lugar.
– Abogado Defensor, ¿tiene algo que declarar? . – volvió a preguntar el juez.
– ¡Si su Señoria! – se paró de su silla. – ¿Qué hora era cuando se encontraba en la calle Quijarro? – preguntó.
– Cómo a las seis de la tarde. – respondí.
– No tengo más preguntas. – dijo mi abogado.
Me paré y volví a mi lugar a lado de mi abogado, sabía que este juicio iba a ser largo, pero estaba feliz muy feliz; todo esta saliendo como lo pensé.
El secretario llamó a mi hermano. Mi hermano es muy parecido a mí, excepto por ese tatuaje en la mano (que se hizo recientemente), lo grave de su voz y algunos detalles que sólo nuestros familiares reconocerían, después de todo es mi gemelo.
El policía le hizo la típica pregunta, y el abogado acusador comenzó:
– Enrique Garza ¿Cuándo llegó a su hogar que estaba haciendo su hermano?.
– Él estaba leyendo un periódico que compré en la mañana. – dijo mi hermano.
– ¿No noto algo extraño en él?. – dijo el abogado acusador.
– No, estaba totalmente tranquilo.
– ¿Su hermano cómo estaba vestido cuando llegó a su hogar?.
– Estaba con una camisa y un pantalón de tela. Los cuales siempre utiliza para su trabajo. – respondió dudoso mi hermano.
– ¿No llevaba nada con él?– preguntó.
– Solo llevaba un maletin. – dijo tranquilo .
– ¿Podría saber que llevaba ese maletín? . – pregunto.
– Realmente no lo sé. – dije dudoso y un poco cohivido.
– Ya no tengo más preguntas. – declaró el abogado acusador y se sento otra vez.
Entonces mi abogado se levantó de su asiento y cuestionó a mi hermano:
– Antes de llegar a su casa. ¿Dónde estaba usted? –preguntó, mi abogado al parecer es inteligente.
– Estaba en la tienda para comprar víveres. – dijo despreocupado.
– ¿Usted trabaja?.
– No, ahora estoy desempleado.– dijo avergonzado, mi hermano siempre se portaba así cuando le hacían la misma pregunta.
– ¿A qué hora salió de su casa para comprar en la tienda?
– A las 17:00 me gusta caminar. – hermano en que lio te acabas de meter.
– ¿Qué tan lejos estaba la tienda?. – preguntó con cierto asombro mi abogado.
– Al principio de la Zona las Delicias. – justo cerca de la escena del crimen.
– Y aún así por que tardo tanto, yendo a paso normal se puede llegar hasta allí en menos de media hora. –declaró mi abogado. – ¿Se entretuvo con algo?.
Mi hermano parpadeo sorprendido, después de todo no sé espero esa pregunta. Abrió la boca, pero la volvió a cerrar no sabía que decir, pasaron unos segundos en silencio, y dijo:
– Estaba buscando a alguien. – dijo nervioso y cabizbajo.
– ¿A quién?. – dijo rápido y rígido mi abogado.
– A una persona que conozco. – dijo mi hermano, ni él sabía su nombre de la persona que buscaba.
Mi hermano quedó perdidamente enamorado de una chica que vive cerca de la tienda donde compra víveres. La buscaba todos los días, sin decir que la acosaba, pero él no sabía nada de ella.
– No tengo más preguntas. – dijo esto y se sento.
Hubo silencio en la corte, se escuchaba algunos susurros por donde estaban los testigos. Y el Juez dijo:
– El juicio continuará en una fecha que determinaremos con el Fiscal. – dijo haciendo sonar su martillo.
Todos se pararon para por fin salir de aquella corte tan fría. Los policías se acercaron a mi para ponerme las espozas, para luego llevarme al lugar donde estaba confinado.
Regrese a mi fría selda, aburrida, gris, pero al entrar no pude evitar sonreír. Y cuando se fueron los policías reí, como si no hubiera nadie allí, como si nadie me escuchará; todo salió perfecto. Solo tenía que esperar un poco más para ver que tan bien estoy jugando mis cartas.
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