NT: Dios-Hombre = Hitogami

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En pleno invierno en la Sharia, la gente se reunía en una sola casa. ¿Por qué se reunía esta gente?, te preguntarás. Bueno, fue para una ocasión extraordinaria. Una fiesta como ninguna otra... ahh, ¿a quién engaño?

Yo, Rudeus Greyrat, me estaba acercando al final de mi vida y mi familia consideró oportuno despedirse de mí en el más allá.

Mis piernas decidieron fallar hace un rato, así que me senté en la cama. Hoy en día, incluso sentarme me parece una actividad agotadora. Es extraño que no hace mucho todavía esataba corriendo por todos lados haciendo trabajos para Orsted, pero un hombre viejo y senil como yo no puede seguir el ritmo de gente como Alek hoy en día.

"¿Rudy?" La voz de una mujer sonó desde mi derecha. Su cabello era blanco como la nieve, sus ojos rojos como rubíes y sus orejas largas como cuchillos. Incluso ahora, parecían terriblemente mordibles. La mujer me lanzó una mirada molesta. "Deberías dejar de pensar así, Rudy. Sabes que no tienes suficiente energía". Sus orejas se agitaron un poco, y aunque reprendió mi mirada, no hizo nada para detenerme. En todo caso, ella sólo se acercó y tomó mi mano. Es una pena que no pudiera levantar mi cuerpo porque me habría puesto manos a la obra mordisqueando.

"Todos están aquí, Rudy". Una voz femenina habló a mi izquierda cuando sentí el calor de una mano estrechando la otra vacía. Trenzas azules fueron lo primero que invadió mi visión cuando miré para encontrarme con los ojos azules de Roxy. Le ofrecí una simple sonrisa que ella me devolvió, pero cuando saqué mi mano de su cierre y la alcancé hacia su pecho, ella rápidamente apartó mi mano sin dudarlo, solo para volver a tomarla entre las suyas. "No es el momento, Rudy".

"Oh, vamos", le rogué. "¿Qué tal una última vez para tu precioso estudiante?" Mi comentario hizo que la sala se riera en respuesta mientras Roxy sacudía la cabeza con indiferencia.

"Creo que eres demasiado mayor para volver a ponerte manos a la obra, Rudeus". Una voz llamó y, mirando un poco, encontré el origen. Allí, en todo su esplendor habitual, estaba Elinalise, todavía luciendo tan joven como cuando la conocí. A su lado estaba un hombre mayor, y junto a ellos estaba un joven sosteniendo la mano de una mujer un poco mayor con cabello castaño a su lado. En pocas palabras, eran Cliff, Clive y mi hija Lucy.

"No creo que se te deba permitir hablar con Elinalise. Teniendo en cuenta tu historial". Repliqué, pero la mujer se rió entre dientes mientras abrazaba a su marido más cerca de ella.

Cliff finalmente se quitó de encima a la súcubo elfa mientras daba un paso adelante y ofrecía una pequeña oración. Incluso después de todos estos años, su fe nunca disminuyó ni un poco. Su nivel de compromiso puso celosos a personas como yo. "Lamento no poder hacer mucho más por ti, Rudeus, pero ya sabes que muchas de tus prácticas no son exactamente bienvenidas por la fe de Millis". Su voz era ronca y baja.

"Eso no es problema, pero ¿estás seguro de que deberías estar levantado ahora mismo, Cliff? Demonios, eres mayor que yo". El hombre me lanzó una sonrisa descarada en respuesta.

"Supongo que se podría decir que todavía tengo un trabajo que cumplir, incluso con mi edad". Miró a su esposa y ella le respondió con una sonrisa.

¿Está diciendo que todavía se van a dormir? ¿Debería estar celoso? Sí, debería estar celoso. De cualquiera de nosotros en nuestro grupo de amigos, pensé que yo era el desviado sexual del grupo, pero supongo que con el tiempo, se muestran los verdaderos colores de todos.

"Perro afortunado, tú". Eso fue todo lo que le ofrecí en forma de compasión. Era bastante impresionante que él todavía siguiera su ritmo después de todos estos años, pero supongo que tenía mucha práctica.

Un momento de silencio se extendió entre nosotros por un momento.

"Ojalá Zanoba pudiera estar aquí". Cliff habló en voz baja y afligida. Después de lo de Zanoba, decidimos no hablar mucho sobre el hombre. Ninguno de nosotros quería revivir la tristeza de su muerte día tras día.

"Pensar que nuestros días escolares están tan lejos ahora". Él frunció los labios. "Saludaré a Zanoba de tu parte. Estoy seguro de que se alegrará de que todavía lo recuerdes". Él asintió con los ojos llorosos. Incluso mi respetable superior puede llorar cuando las cosas se ponen difíciles.

Miré la habitación después de que Cliff se fue y vi a una persona que pensé imposible. Incluso tuve que frotarme los ojos una vez para asegurarme de que realmente estaba en un rincón, sentado en el suelo. Allí vi a un hombre que pensé que no vería ese día.

"¿Finalmente decides dejar el Santuario de la Espada, Gino?" Por lo general, cualquier hombre se habría asustado muchísimo al ver al Dios de la Espada sentado casualmente en un rincón de una habitación. Especialmente el hombre conocido por no salir nunca de su casa. El mero hecho de que pudiera llamarlo tan casualmente fue sólo un testimonio de mis muchos años de conocer al hombre. Su presencia aquí me tranquilizó.

"Bueno, no hay nada mejor que hacer". Su comentario salió de una manera sedada. Desafortunadamente, Nina había fallecido sólo unos meses después de que lo hiciera Eris. Estoy seguro de que se tomó la pérdida tan mal como yo. "Además, cuando tu compañero de bebidas se va a morir, lo mínimo que puedes hacer es observarlo mientras se va". El hombre brusco asintió con la cabeza. Mirándolo ahora, nunca esperarías que un anciano geriátrico como él fuera el Dios de la Espada, pero cuando tu única razón era hacerte más fuerte para follar a la mujer que amabas, no muchos podían detenerlo. El hecho de que aún ostentara el título de Dios de la Espada demostró aún más su fuerza.

Era una pena que Zanoba o Doga no pudieran estar aquí. Los cinco podríamos haber tenido una última fiesta juntos para beber, pero ambos ya se habían ido. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Parece que no puedo recordarlo.

Bueno, será mejor que ponga este espectáculo en marcha antes de que todos se cansen de que un anciano hable hasta el cansancio.

Miré a Lucy y rápidamente encontré al resto de mis hijos entre la multitud. Ars estaba sentado junto a una pared, obviamente de guardia. Sieghart también estaba de pie junto a Alek, que estaba junto a la puerta. Lily estaba parada junto a sus hijos. Por extraño que parezca, ella no estaba jugando con nada. No muy lejos estaba mi última hija, Christina. Se tenía en tal estima que casi sentí la necesidad de inclinarme. Sin embargo, supongo que así es como se convierte una persona después de ser la reina de un reino.

"Venid, niños. Me gustaría algunas palabras". A estas alturas, todos habían notado mi mirada entre ellos, y con una mirada entre ellos, todos se acercaron y se pararon junto a mi cama, cada uno con caras de ansiedad y tristeza.

Incluso cuando los miro así, lo único que pasa por mi cabeza es un sentimiento de satisfacción. Ha sido una buena racha, ¿no? Todos mis hijos están sanos y han estado viviendo sus vidas como quieren. Esto es suficientemente bueno.

"¿Papá?" Lucy fue la primera en hablar. Su tono era incierto y sus ojos estaban llorosos por las lágrimas. Clive le tocó el hombro para aliviar un poco los sentimientos de mi hija.

"Lucy, gracias por aguantar cuando eras más joven". Su labio tembló una vez que comencé. "Gracias por amar a tu padre a pesar de todas sus insuficiencias". Ella comenzó a llorar un momento después y Clive la abrazó contra él. Con un movimiento de dedo, tomé el pañuelo del bolsillo de Ars con algo de magia de gravedad y le sequé las lágrimas. Nadie prestó atención a la interacción.

"¿Ars?" Volví mi atención a mi hijo mayor. Se había vuelto bastante atractivo. Después de todo, sólo obtuvo las partes buenas de Eris y mías. Bueno, no podría decir que fue sólo lo bueno, pero eso quedó en el pasado.

"¿Si padre?"

"Sigue trabajando duro, hijo". A Ars le gustaba resolver las cosas con acciones más que con palabras. Él era igual que su madre en ese sentido, así que pensé que eso sería suficiente para dejarlo.

"Seguiré dando lo mejor que pueda". Su voz tembló levemente mientras hablaba. Después bajó la cabeza. Me di cuenta de que las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos, pero no las mencionaría.

"¿Sieg?" El peliverde se acercó.

"Estoy aquí, padre".

"¿Ya te has convertido en un héroe?" Él asintió con la cabeza para no estar de acuerdo.

"Todavía me esfuerzo por convertirme en uno todos los días".

"Eso es bueno." Asentí. "Sé que tienes tus propios deberes, pero si no te importa, me gustaría pedirte un favor".

Su rostro permaneció resuelto. "Cualquier cosa."

"Entonces, si alguna vez están en peligro, me gustaría que protejas a tu madre por mí. ¿Puedes hacer eso por tu padre?" Miró a las mujeres a mi lado y asintió después de hacerlo.

"Te haré sentir orgulloso". Asentí y seguí adelante.

"¿Lily?" La niña ya estaba llorando antes de que yo empezara a hablar. Ella era muy diferente de su hermana de sangre, eso era seguro, pero casi se sentía bien que no estuviera tratando de esconderse bajo una fachada.

"¿S-Sí, papá?" Habló entre sollozos mientras Aisha se alejaba del lado de Ars para limpiarle la nariz.

"Ya no lo uso, así que puedes hacer con mi armadura mágica lo que quieras". Lily ya hacía tiempo que había sido designada al timón para investigar y mejorar la armadura mágica, pero no había dejado que la chica tocara mis trajes personales. No quería que ella convirtiera el Mark Zero en un Gundam. Oh, eso realmente me recuerda.

"Por favor, no hagas un Gundam o algo así después de que me haya ido". Era mejor pisotear la maleza antes de que creciera.

"No sé lo que eso significa". La niña lloró mientras hablaba. Una risita escapó de su garganta mientras lo hacía.

"Puedes preguntarle a Nanahoshi la próxima vez que la veas".

Hablando de ella. Todavía debe estar dormida, considerando que no la veo por ningún lado. Es una pena haber tenido que fallecer en un momento tan inadecuado. Al menos me hubiera gustado despedirme de mi compatriota japonés, pero bueno. Estas cosas pasan.

Volví la cabeza hacia mi último hijo. "¿Christina?"

Ella dio un paso adelante ligeramente. Edward la siguió vagamente. Su comportamiento digno permanece incluso ahora. Si tuviera que decir cuál de mis hijos cambió más, tendría que ser ella. Todavía extraño los días en que me rogaba que jugara con ella o que la llevara a cuestas por Sharia. Sólo para decirme que lo hiciera de nuevo porque no había tenido suficiente "tiempo de papá", como ella lo llamaba.

Sin embargo, su comportamiento no duró mucho ya que Sylphie, de forma casi tranquilizadora, tocó el brazo de la mujer cuando llegó hasta mí. Entonces, la fachada de la chica inmediatamente se vino abajo, y ella se derrumbó y cayó encima de mí en un ataque de llanto y sollozos. "¡N-no quiero que mueras, papá! ¡P-Por favor quédate un poco más!" La mujer que había sostenido esa fachada de hierro sólo un momento antes se había derrumbado fácilmente por mi culpa. Honestamente, fui lo suficientemente feliz como para morir; bueno, lo haré de todos modos, así que supongo que es técnicamente cierto.

Mi hija me suplicó mientras su marido le frotaba la espalda. Le ofrecí a Edward una mirada consoladora y él simplemente se encogió de hombros con una sonrisa ligeramente sombría en sus labios. Levanté la mano y le froté la cabeza. "Tu papá tiene que irse pronto. Lo lamento." Sacudió la cabeza contra mi pecho mientras sofocaba sus lágrimas sobre la manta encima de mí. "Gracias por dejarme mimarte tanto como me gustaba cuando eras más joven". Le froté la cabeza mientras admiraba a la familia que yo... no, que Sylphie, Roxy, Eris y yo construimos juntos con esmero. Sólo gracias a las mujeres que amaba podía morir así.

"Es una pena que Lara no pueda estar aquí". Exhalé cuando Edward finalmente recogió a Chris, todavía sollozando, de mi pecho.

"Rudy, yo..." Roxy intentó hablar, probablemente para tratar de soportar una culpa innecesaria que no debería existir, así que decidí interrumpirla.

"Está bien, Roxy. Lara no es como yo. Tenía un objetivo que estaba persiguiendo. Estoy seguro de que incluso ahora está haciendo lo que hay que hacer dondequiera que esté. Así que me alegro". Mi hija separada era alguien a quien nunca entendí realmente, pero incluso ahora sé que dondequiera que estuviera, estaba haciendo algo que afectaría nuestra lucha contra el Hombre-Dios. Entonces, si eso significaba perderme la muerte de su padre, no me importaría mucho. Al final del día, todavía amaba a Lara. Ella es mi hija y sabía que tenía su propia manera de mostrar afecto.

En mi vida anterior, mojé mi silbato mientras se realizaba el funeral de mis padres. Entonces, puedo decir con confianza que cualquier cosa que esté haciendo es infinitamente mejor.

"¿Aisha, Norn?" Aisha se volvió hacia mí mientras Norn se acercaba a su hermana con Ruijerd a cuestas. Ambos me miraron mientras el hombre más alto permanecía detrás de ellos.

Los miré a ambos a los ojos, apartándome de Aisha y manteniendo mi mirada en Norn. "Nuestro padre y la madre estarían orgullosos". Esas palabras se escaparon de mi boca. Aisha se quedó allí con una expresión de desconcierto mientras las lágrimas comenzaban a caer lentamente de su rostro arrugado. A su lado, Norn no lo tomó tan bien. La mención de nuestros padres prácticamente envió a la mujer al límite mientras sollozaba en el pecho de Ruijerd. "Los saludaré de parte de ustedes dos". La rubia asintió sin mirarme mientras Aisha me hacía una leve reverencia.

Parece que de alguna manera he hecho la habitación aún más triste. En qué tonto me he convertido.

"¿Rudeus?" La voz áspera de Ruijerd cortó el aire como un cuchillo. Por supuesto, él no había cambiado en todos los años que lo conocía. Lo único que se podía considerar diferente era que ahora éramos familia.

"Saluda a Eris de mi parte". Por supuesto, las últimas palabras que me dio tuvieron que ser muy geniales. Eso era muy propio de él.

"Alek". Una simple llamada y el hombre llegó corriendo.

"Rudeus." Su tono alegre todavía estaba ahí. Me imagino que ver morir a una persona era normal para él.

"Un hombre muerto no necesita un lugar entre los Siete Poderes, así que puedes recuperarlo". Cerré los ojos por su respuesta. ¿Estaría feliz por eso? Probablemente no. A Alek le gustaba luchar por este tipo de cosas.

"Rechazo cortésmente tu oferta". Su respuesta no fue rimbombante ni optimista. En cambio, me encontré con un hombre que parecía completamente serio.

"No seas ridículo, Alek. No es que esté en condiciones de..."

"No soy digno del título. No hasta que me ponga en forma y descubra quién necesito ser. Así que, por ahora, no soy digno de reemplazar a 'Quagmire'". Parecía inflexible en negarse. Bueno, que así sea.

"Eres demasiado amable para tu propio bien, ¿sabes?"

"Lo dices tú". Me respondió con un tono burlón.

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Esto es solo una traducción, si les gusta la historia pueden apoyar al autor original en el siguiente link, esto lo ayudaría mucho:

https://www.fanfiction.net/s/14286970/1/Re-Beginning-A-Job-Filled-Reincarnation