5. Interés.
Minseok despertó a media noche gracias al ruido... y no, milagrosamente esta vez no tenía nada que ver con el idiota con el que vivía.
Se sentó en la cama de un tirón y miró alrededor en medio de la oscuridad. El chillido volvió a reproducirse y el corazón de Minseok se disparó. Algo rasgó la caja que contenía sus libros de la universidad y el chillido volvió a escucharse.
Minseok maldijo, eso era un ratón... o más de uno. Se levantó para encender la luz y tan pronto como sus pies pisaron el suelo las palabras de Jongdae llenaron su cabeza.
"Una vez escuché de un hombre al que le comieron un dedo del pie mientras dormía".
Minseok subió los pies de nuevo a su cama y esperó. Podía escuchar el correteo de los roedores en un rincón. Encendió la lámpara de su móvil e iluminó el camino hacia la puerta. Al comprobar que estaba despejado echó a correr fuera de la habitación como si lo persiguiera el diablo.
Cerró la puerta tras de sí e intentó no pensar en que podrían haber más ratones paseando por el departamento a esa hora. Se apresuró a encender la luz del área común y fue a la puerta de Jongdae, pero se detuvo antes de tocar. Pasaba de la media noche y su luz estaba apagada, seguro dormía.
Suspiró y se alejó de la puerta. Fue al sofá y se acurrucó ahí. Estaba tan cansado que no tardó en quedarse dormido de nuevo, a pesar del temor que le provocaba que hubieran más roedores al acecho.
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Jongdae alzó su mirada cuando las luces del área común se colaron por el marco de su puerta. Notó la sombra de alguien que se acercaba a su habitación y se quitó los auriculares. Esperó, pero solo notó a la persona alejarse. Se preguntó qué habría querido Minseok a esa hora y la curiosidad no hizo más que crecer con el paso de los minutos. Cuando se percató de que no podría continuar con su vida hasta que no supiera qué mantenía a Minseok despierto a esa hora, se levantó de su cama y salió de su habitación.
Se le habían ocurrido muchas cosas, pero no que Minseok se había quedado dormido acurrucado en su mitad del sofá. Jongdae lo observó por algunos segundos, preguntándose si debía solo dejarlo ahí. Bueno, no podía desaprovechar la oportunidad, así que primero le sacó una fotografía y luego le sacudió un hombro.
Minseok abrió los ojos de inmediato y frunció el ceño al verlo. Lucía adorablemente desorientado.
—¿Por qué estás dormido en el sofá?
Minseok estiró sus piernas e intentó relajar su cuello.
—Hay ratones en mi habitación.
—Parece que no tienes estándares.
Minseok bostezó.
—Idiota, ayúdame a sacarlos de ahí.
Jongdae sonrió.
—¿Que te ayude? ¡Si todo el trabajo me lo dejas a mí!
—Por favor —Minseok suplicó juntando sus manos y haciéndole ojitos.
—Mejor ven a dormir conmigo.
—¿Estás loco? Solo ayúdame, te haré la cena.
—Eso me lo debes de la vez pasada.
—Por favor.
Jongdae intentó no ceder, pero la verdad es que era muy difícil no rendirse ante esos ojos de gatito en problemas. Soltó un suspiro y fue por las escobas.
Buscaron juntos a los supuestos ratones al menos por media hora, pero no pudieron encontrarlos y no tuvieron más remedio que darse por vencidos.
—¿Crees que ya se hayan ido? —Minseok preguntó con temor.
—Tal vez, o tal vez solo esperan a que apagues las luces y te metas a la cama para luego salir de tu almohada.
—¡Jongdae!
Jongdae rio suavemente.
—Solo duérmete, ya se fueron... o eres bienvenido a dormir conmigo.
—Jamás.
—De acuerdo, entonces buenas noches...
—¿De verdad crees que puedan meterse dentro de las almohadas?
—Claro, buenas noches.
Jongdae salió de su habitación y cerró la puerta tras de sí. Se dirigió a la suya lentamente y sonrió cuando escuchó la puerta de Minseok abrirse a sus espaldas.
—Si intentas propasarte conmigo te juro que voy a matarte.
Jongdae deshizo su sonrisa y se giró para enfrentar a Minseok.
—Seré un caballero —prometió solemnemente.
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A petición de Minseok dividieron la cama a la mitad usando todos los peluches que Jongdae tenía apilados en un rincón. Minseok le preguntó por qué tenía tantos, pero Jongdae simplemente alzó los hombros y respondió que la gente se los regalaba. Aquella respuesta evasiva despertó mucha curiosidad en Minseok, pero no iba a preguntar, no quería que Jongdae interpretara su curiosidad como interés. Cerró sus ojos y se dispuso a dormir, pero la simple tarea se estaba convirtiendo en una misión imposible.
—¿Puedes quedarte quieto? —Jongdae preguntó luego de que Minseok se girara por séptima vez.
—No me puedo dormir —Minseok protestó en un tono molesto que parecía culparlo a él por aquello.
—No te preocupes, aquí no hay...
—¡Cállate! —Minseok exclamó sentándose en la cama repentinamente—. Intento no pensar en ellos, pero ¿y si hay una invasión? ¿Y si también se meten aquí mientras dormimos?
Jongdae tomó un brazo de Minseok y tiró de él para atraerlo de nuevo a la cama. Minseok se alejó de su agarre y volvió a acomodarse en su lado de la cama, pero Jongdae apartó los peluches y se acercó a él.
—Prometiste que no...
—Ven aquí —Jongdae lo interrumpió y le pasó una mano por debajo de la espalda para traerlo al centro de la cama.
Minseok llevó sus palmas al pecho de Jongdae e intentó poner distancia entre ellos, pero Jongdae lo sostuvo con firmeza a su lado.
—Relájate, no intento propasarme —aseguró en un susurro. Luego le acomodó en la oreja uno de los audífonos con cable que llevaba puestos y le acarició el ceño con su pulgar, intentando suavizar su gesto que estaba a medio camino entre la molestia y la confusión.
Minseok lo miró y fue consciente de muchas cosas a la vez; de lo fuerte y cálido que el pecho de Jongdae se sentía bajo el toque de sus manos; del agradable aroma que desprendía su cuerpo; de la forma en que su corazón latía a un ritmo irregular... de su mirada, que parecía destellar en la oscuridad de esa noche tranquila.
—Duérmete —Jongdae le pidió en un murmullo y juntó sus cuerpos todavía un poco más.
Y entonces Minseok se encontró atrapado entre los brazos y el pecho de Jongdae, haciendo un absolutamente nulo esfuerzo por alejarse. Jongdae largó un suspiro y empezó a cantar en voz muy baja la canción que sonaba por los auriculares que ambos compartían.
No cambiaría nada en ti si al mirar tus ojos me inundan como el mar...
Su aliento chocaba contra el cabello de Minseok y sus dedos continuaban acariciándole ceño de un lado a otro lentamente, empujándolo con sutileza hacia la inconsciencia.
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—¿Qué? —Minseok preguntó al notar que su mejor amigo lo miraba acusadoramente.
—¿Qué de qué? —Yixing desvió su mirada haciéndose el desentendido.
—¿Por qué me miras así?
Yixing alzó sus hombros y le dio una mordida a su pan.
—Estás distraído.
—No es cierto.
—Ni siquiera has tocado tu comida —Yixing señaló y de pronto una idea desagradable cruzó su cabeza—. Más te vale no estar matandote de hambre de nuevo. ¿Lo haces por tu cita del viernes?
Minseok alzó una mano y negó.
—No es eso.
—Entonces ¿qué te pasa?
Minseok tomó una profunda respiración y lo soltó entredientes, lo cuál no evitó que Yixing lo escuchara a la perfección.
—Anoche dormí con Jongdae.
Una sonrisa traviesa tiró de los labios de Yixing.
—Hasta mucho se habían tardado.
—¡No tuvimos sexo! —Minseok exclamó, pero bajó la voz al recordar que estaban en la cafetería del campus. Por suerte era temprano aún y el lugar se encontraba casi vacío—. Solo dormimos.
Yixing frunció el ceño y sus labios se abultaron en un claro gesto de confusión.
—¿Entonces solo se manosearon? —preguntó—. Creo que eso casi cuenta como sexo...
—¡Que no! Ya te dije que no estoy interesado en alguien como él.
—De acuerdo —Yixing murmuró, sin ánimos de contradecirlo y volvió a su desayuno.
—Pero... me quedé dormido contra su pecho.
—Lo bueno es que no estás ni un poco interesado, porque si lo estuvieras seguro estarías volviéndote loco, perdiendo el apetito y sin poder sacar de tu cabeza la sensación de estar entre sus brazos —Yixing señaló y tomó otro bocado de su desayuno.
Cuando alzó su mirada, notó que Minseok miraba fijamente su comida con el ceño fruncido.
—No estoy interesado —Minseok repitió testarudamente—. Deja de usar tu psicología conmigo, solo dormimos en la misma cama porque habían ratones en mi habitación.
—Y me imagino que dormir acurrucados mantiene a los ratones alejados.
—N-no pero... Ya te dije que no me interesa, ¿por qué insistes?
Minseok se llevó las manos a la cabeza luciendo muy angustiado y su amigo se apiadó de él.
—Cambiemos de tema —Yixing propuso—. ¿Ya decidiste qué usar el viernes?
—¿El viernes?
Yixing suspiró impaciente.
—Para tu cita con Changmin —le recordó—. ¿Lo olvidaste? Si piensas cancelarle para irte a dormir con Jongdae está bien, pero hazlo con tiempo.
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Gracias por leer!
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