Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

VIII

.•|¿Yo, atractivo?|•.

•~•

Ese estúpido.

¿Quiere ser mi amigo?

¿Cómo puede querer algo así cuando se la paso fanfarroneando en toda la misión?

Se hizo el de rogar para decir que iría a la reunión de Kanroji, no hablo en toda la misión aun cuando yo intentaba ser más 'abierto', pero como siempre ese cara de rata parecía estar encerrado escuchándose a si mismo.

Demasiado hundido en sus propios pensamientos.

Llegamos al sitio y no me dejó matar al demonio aún cuando yo estaba en el mejor lugar para atacar. Quede relegado a alejar y salvar civiles mientras él se tomaba todo el tiempo para decidir con qué postura atacar.

Pudo haber muerto, yo o incluso él mismo en sus intentos estúpidos por impresionar.

Además.

¿Por qué necesitaba impresionarme en primer lugar?

Comenzando por allí no tiene sentido, debió haber empezado a hablar como una persona normal.

Al menos se digno a conversar un poco, no me espere para nada que hablara tanto y que dijera esas cosas, podría ser que Tomioka no sea tan malo, pero de todas formas no lo soporto.

Me fui a mi finca y no le di una buena despedida sinceramente, solo una queja con una pequeña oportunidad para llegar a tener una relación un poco más civilizada sin tantos insultos o situaciones incómodas.

No estoy desesperado por hablarle ni mejorar nuestra relación, pero definitivamente sería un dolor de cabeza menos si de casualidad no resulta ser el imbécil que pienso.

Llegó a las afueras de mi finca mirando los alrededores y un peso cae sobre mis hombros, casi como si no hubiera dormido en días. Mis ojos se sienten pesados en busca de alguna recompensa de sueño.

Ese imbécil me dejó agotado.

Cuando decido por fin entrar a descansar veo parado en el tejado a mi cuervo, no sería algo tan extraño pero puedo distinguir un pedazo de papel en sus patas.

¿Será del escritor?

Siento energía en mi cuerpo otra vez y me acerco.

—¡Ey! ¿Qué tienes ahí?

Él se alarma y de inmediato toma la carta entre las garras, parecía no querer mostrarme y de inmediato supe por qué.

Ese no era la carta del escritor.

Era mi carta para el escritor.

¡¿Por qué sigue ahí parado en el mismo lugar donde lo deje hace más de 12 horas?

—¡Pajarraco estúpido! ¿Por qué no lo llevaste? ¡Me dijiste que sabías quién era y dónde estaba!

—¡Sí sé, sí sé!

El cuervo empezó a volar en círculos haciéndome sentir estúpido, probablemente no sepa quién es y solo dijo que lo sabía para que le diera alimento extra.

Antes de irme a la misión con el tonto de Giyū le dejé la carta, le dije que iría a una misión y me fuí confiando en que el cuervo de Tomioka nos mostraría el camino y así fue, ese viejo cuervo hacia un mejor trabajo llevándonos con el demonio que este inútil.

—Si sabes quién es ¿por qué te quedas parado como tarado?— Pregunté con los brazos a la altura de mi pecho.

Podría ser...

Aquella incertidumbre de que ha muerto no me deja en paz, ayer tampoco me mandó algo. Tal vez el pajarraco sabe que ya no está y no me quiere decir.

No entiendo, ¿por qué me deprime tanto?

—¡Misión, misión! ¡Cumpliendo misión!

—¿Estaba en una misión también?

El ave da vueltas como afirmación, eso me ayuda a suspirar con alivio y de pronto, casi como si supiera dónde está el escritor sale volando a una dirección desconocida.

Siento la tentación de ir, acercarme y saber su identidad pero simplemente no puedo moverme, mi cerebro me recuerda que las cosas son mejores para mí si todo sigue en correspondencia.

Me quedo viendo a la nada, en la misma dirección que se fue el cuervo hasta que Kaburamaru se mueve, haciéndome recordar que tengo que descansar.

Está tarde es la reunión con Mitsuri, yo tengo que llegar más temprano porque me pidió que la ayudara, probablemente a acomodar los bocadillos y a escoger los juegos, solo espero que no haya planeado nada tonto o cursi.

Kanroji se preocupa para que todo sea tan lindo y que nos llevemos bien que olvida que la vergüenza y dignidad existen.

Una vez nos pidió a todos tomar una pareja y cambiar de vestimenta con ella para copiar su personalidad durante un par de minutos,  los únicos que se divirtieron esa vez fueron ella y Rengoku. Maestro y alumna comenzaron a copiarse entre si.

Por primera vez no me dió celos, jamás me pondría la ropa de Mitsuri y menos actuando con la misma pasión que tenía Kyojirou, fue vergonzoso de ver.

En particular, mí me pareció molesto que las únicas opciones que tenía para cambiar de atuendo eran Tokito o Kochō, al menos son los más normales de comportamiento. La ropa de Tokito es de mi talla, un poco holgado pero cómoda de usar, parecía pijama.

Había otra ocasión que nos obligó a confesar cosas privadas para fortalecer la confianza, algo que no salió para nada bien porque un par de secretos se empezaron a dispersar entre los cazadores, haciendo que la confianza que teníamos se fracturara aún más.

Esa semana fue horrible, los cazadores inferiores habían empezado a decir que yo era un demonio o algo similar por simplemente poder aguantar días sin comer, dijeron que no era normal. No es mi culpa que la comida sea asquerosa.

Había otra ocasión donde Shinazugawa se enojo por decir que le gustaba la hermana de Kochō, y... Dios, creo que todos los intentos de mejorar nuestro compañerismo terminaron en un desastre. 

Sin pensarlo demasiado me acuesto en el suave futón quitando mi haori y la chaqueta negra del uniforme, cubriendo mi cuerpo con las sábanas mientras Kaburamaru se acurruca en mi pecho.

Una pequeña siesta antes de que comience la tortura.

•~•

Ese ruido.

Un maldito picoteo.

Mi estúpido pajarraco me despertó de mi sueño, cuando estaba a punto de lanzarle a Kaburamaru para que parara de gritar y me dejara descansar unas horas más, me entrego la carta que he estado esperando desde hace semanas.

La emoción es mucha, mi corazón se agita violentamente contra mis costillas y le impide a mis pulmones realizar de manera correcta su trabajo, es intenso y ardiente el sentimiento que viaja por mi cuerpo cuando veo entre mis manos por fin aquella correspondencia que tanto habia estado esperando.

Mi felicidad se debe solo a la idea de que esté vivo y por preguntarme que otras cosas podría decirme para halagarme el día de hoy, incluso espero que me de una buena explicación por la falta de cartas en estos dias.

Mi alegría no es por el escritor en si, solo curiosidad y un poco de preocupación.

Por supuesto que no es porque me está empezando a gustar, claro que no.

¿Por qué estoy negando tanto?

Solo es para pasar el rato.

Suspiro y me concentro en la carta nuevamente, puedo sentir el papel costoso y suave entre mis manos, observo el sellado en cera sonriendo por debajo de mis vendas.

Es una cera transparente con tintes dorados en forma circular con algunos pétalos impregnados contra el papel.

No me explico qué diablos hice para merecer está clase de cosas.

¿A caso le salve la vida o le hice ganar la lotería?

Respiro ondo, abro la carta y distingo entre el aire el aroma del perfume; es encantador, dulce y algo fuerte.

Es el olor a una fragancia masculina que he estado extrañando desde hace días, las últimas cartas perdieron por completo su olor al pasar el tiempo por la forma frecuente en la que las olía.

Nuevamente, solo es porque son lindos detalles, no me gusta.

Corro al cuervo por la ventana ventana y camino hasta el futón, sentándome en él sin ser capaz de apartar la vista del papel, la emoción no me deja concentrarme correctamente pero intento permanecer sereno.

Dejo el sobre a un lado, Kaburamaru se arrastra hasta una de mis piernas para mantenerse dormido como siempre hace a estas horas y después prosigo a leer.

•~•

Muchas gracias por tu carta.

Jamás pensé que me mandarías una, es un honor saber que te están gustando mis palabras. Me alegro en sobremedida que aún no sepas quien soy, es mejor mantenerlo en secreto.

Tu perfume es encantador, me enamoraste aún más cuando percibí tu aroma en el papel. Eres tan tierno y detallista con alguien como yo, no siento merecer esa clase de atención. Pero te lo agradezco mucho.

No te preocupes por no corresponderme, ya me encuentro feliz de saber que soy capaz de halagarte, nunca se me ocurrió que te fueras a sonrojar por mí, pensé que solo sucedería en mi imaginación.

Pido disculpas por no haberte escrito antes, había estado en una misión larga y cuando volví me mandaron a otra inmediatamente, pero prometo volver a escribirte con la frecuencia habitual.

Sé que es mejor que te mantengas ajeno a mi identidad pero te quiero conceder el capricho de una pista, me lo pediste y no soy capaz de negarme a tus órdenes.

Preguntaste mi edad y mi altura; te puedo asegurar que soy mucho más alto que tú, tengo 21 años y como bonus mi cabello es negro. No puedo decirte más, de lo contrario seria muy obvio y no me quiero arriesgar.

Sería una decepción que sepas quien soy, creeme.

No te haces una idea de lo mucho que extrañe escribirte. Todas las sensaciones y emociones que siento gracias a tí son agradables.

Me haces imaginar y desear tantas cosas.

A veces cuando te pienso quisiera besarte, lo siento si sueno muy atrevido, pero no puedo esconderte esto.

En las noches me preguntó cómo se sentiría besar tus lindos labios, seguramente sería tocar el cielo con las manos. Ver lo tierno de tu rostro por primera vez me lo imagino mágico e inolvidable.

Perderme en tus hermosos ojos después de quedarnos sin aliento es una fantasía que tengo desde hace tiempo. Eres un hombre muy atractivo, es difícil no imaginarse cosas inapropiadas.

Creo que me deje llevar un poco, no quiero incomodarte.
¡Lo siento mucho!

Espero que no te hayas molestado por mi atrevimiento, soy consiente de que es demasiado pero no me arrepiento de confesarlo.

Espero que tengas un buen día, gracias nuevamente por la carta.

Te amo

•~•

Dios mío.

DIOS MÍO.

Quiere besarme, él quiere besarme.

El ardor de mi cuello asciende hasta mi rostro adornandolo con un fuerte color rojizo, un leve temblor en mis manos me hizo soltar la carta sobre las sabanas un rato.

Desde la posición lejana me fijo en aquel párrafo en tinta sobre el papel, un poco borroso por mi visión deteriorada, pero ahí está. Claramente con una letra por demás decir legible y hermosa.

Piensa en besarme.

Nunca antes me habían dicho esto, jamás he pensado en hacer eso con alguien y nunca pensé que alguien querría hacerlo conmigo.

Mi amor por Kanroji no es algo más que platónico, sin deseos a algo más, y por ende jamás la he visto de otra manera que no sea para protegerla o ayudarla, nunca la ví y pensé en querer besarla porque lo sentía inapropiado y nada cómodo.

Pero él lo confiesa como si nada y no se arrepiente, es nuevo.

Hasta quedarnos sin aliento, ¿que significa eso? Cosquillas extrañas bajan de mi pecho a mi estómago, la sensación se queda allí hasta que baja un poco más y mi imaginación empieza a divagar, preguntándome cómo se sentiría besar a alguien.

No es con una persona en específico, al menos no en un comienzo y después de unos intentos sin resultados lo imagino a él. El escritor; alto, de mi edad, el cabello negro, le doy forma pero no una cara adecuada, y aun así pienso en como sería besarme con él.

Algo suave, corto y leve en mi imaginación, sin atreverme a pensar más por la vergüenza de mi propia mente.

Me regaño a mí mismo.

No debo imaginarlo con él sino con Kanroji, pero simplemente no soy capaz de querer hacerlo. No quiero besarla a ella, o mejor dicho, no puedo sentir el calor abrasador que me ahoga en sentimientos nuevos con ella. 

De pronto, simplemente evito pensar en Kanroji y me enfoco en la carta, tomándola en mis manos y manteniéndola firme entre mis dedos, aspirando el aroma dulce del papel mientras pienso en lo extraño que es todo esto.

Soy atractivo, suena gracioso leerlo en voz alta, el escritor escribe y lo siente como algo real, está muy equivocado.

Si intentará besarme saldría corriendo cuando me quite las vendas, y en ese momento ambos por supuesto que nos quedaríamos 'sin aliento', él del susto y yo por los nervios.

Me rió entre dientes desanimado, entristeciendome al mismo tiempo de mi desdicha.

Con cuidado vuelvo a recostarme en el futón, sintiendo la manera en la que Kaburamaru arrastra su cuerpo por sobre el mío hasta llegar a la altura de mi pecho, enrrollandose en si mismo en una posición comoda y listo para dormir.

Eres un flojo, pienso mirándolo con cariño. Incapaz de comprender los sentimientos tan extraños que siento.

Prefiero dormir otra vez, con la carta a un lado del futón y mi amigo, casi extensión de mí mismo, en el pecho.

Cualquier duda se resuelve con la almohada.

•~•

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro