IX
•|.Malas habilidades.|•
•~•
Es extraño comenzar esto.
No te asustes por tu identidad, no tengo idea de quién seas, no me interesa averiguarlo tampoco.
Aún así, no puedo evitar preguntarme cómo eres, siento un capricho y quiero que me digas tu altura y edad.
Pienso mucho en tí, he de confesarlo, es por eso que me gustaría tener una imagen fija en mi cerebro para cuando sueñe contigo.
Pero no seas idiota tampoco, eso no quiere decir que me gustas.
Solo me importas, y por ende me tienes preocupado, somos cazadores después de todo. Es normal el peligro de muerte en cada misión, he llegado a pensar que estás muerto por la falta de cartas.
Me acostumbré a leerte, me resultaría tan decepcionante pensar que moriste sin siquiera tener el valor de haber confesado tus sentimientos de frente.
Quisiera escucharte, pero repito; no me gustas.
Tan solo es halagador todo lo que dices, me haces sentir bien con tus cartas.
Eres tan detallista y tierno que termino derritiendome.
Siempre terminas por hacerme sonrojar y actuar casi como si estuviese enamorado, supongo que es un logro para tí.
Me agradas, espero que tengas una buena tarde.
Obanai Iguro.
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No puedo dejar de leer tu carta, de pensar en la pequeña charla que tuvimos y de oler el papel del sobre.
Miro el enorme espacio de la habitación, mi finca no tiene muchas cosas salvó de una mesita y objetos o muebles muy básicos, no me gustan los lugares llenos de cosas pretenciosas.
Disfruto de la paz de este día, alegrandome y disfrutando de la tarde al mismo tiempo que degustó una comida antes de caminar a la finca de Mitsuri, hacia la reunión con los demás Pilares.
Estoy nervioso, no me importan demasiado los otros pero tú estarás ahí, se supone que no es una reunión sino una 'fiesta', el Patrón se tomó el tiempo de explicarme cuando le pregunté.
Juegos, comidas, charlas y bebidas. Todo siempre siendo preparado por Kanroji con toda la intensión de mejorar nuestro compañerismo y fortalecer nuestras relaciones.
Sera un poco difícil, no me gustaría quedarme en una esquina viendo a los demás divertirse, pero tampoco quiero participar en cosas muy físicas o donde se requiera conversar mucho, sería muy difícil para mí.
Decido no adelantarme a los hechos y procuro pensar en tí en lugar de lo que haré allá, prosigo a pararme del suelo y lavar los tazones sucios antes de irme con toda la tranquilidad.
El cielo estaba naranja, dando inicio al comienzo de un atardecer, no estoy de acuerdo con la idea de que todos los Pilares dejen los puestos por simple 'compañerismo' pero no me quejare. No he podido darme un tiempo de descanso desde hace tiempo, intentaré no pensar en eso.
No me tomó mucho tiempo para llegar a la finca de Kanroji, desde la entrada se podía oler postres y escuchar voces sobrepuestas, me quedé unos segundos parado pensando en tocar.
¿Ya habrás llegado?
¿Mi presencia será bien recibida?
¿Cómo me comporto?
El flujo de mis preguntas se ve interrumpido cuando escucho tu voz detrás de la puerta, entro en pánico y me alejo un par de pasos, soy incapaz de hacer algo cuando soy consiente de que te acercas a la puerta para abrirla.
Mantengo la serenidad lo mejor que puedo, medito y recuerdo en segundos la conversación que tuvimos está mañana y al menos me siento más seguro, por tu parte las cosas estarán más calmadas.
Me concentro en mi mismo y tocó repetidamente la puerta de madera, evitando que al abrirse pienses que soy un extraño que se quedó al frente de esta por un rato indefinido.
Mis manos tiemblan en anticipación, no puedo controlarme correctamente cuando de manera lenta la puerta es abierta, dejando ver ver al hombre más atractivo que he visto alguna vez: tú.
Cómo era de esperarse te quedas un segundo mirándome, probablemente pensando que no debí haber venido con una mirada fastidiada. Aún así hiciste tu mejor intento en ser cordial y me dejaste pasar.
—H-Hola, Iguro.— Saludé, intentando seguir con mi racha amable contigo. Necesito abrirme más para tí.
Cierras la puerta después de quedarte estancado un segundo, cruzas los brazos y me miras desde abajo sin un cambio de animo.
—Hola, Tomioka, me gratifica que sí vinieras.
¿Gratificar? ¿Que significaba esa palabra?
Tiene que ver con algo agradable, ¿te sientes felíz por mi llegada? Mi corazón se siente a punto de estallar.
Vuelves a decir mi nombre y mi corazón late enamorado, tan alegre de seguir llevando nuestra cordialidad y que incluso me hablaras mucho más de lo que imaginé.
—Vamos, Kanroji y los demás estan en otra habitación.
Te sigo en el instante que comienzas a caminar, observandote de vez en cuando ansioso de pasar la tarde contigo, aunque no solo por tí, la realidad es que me pone nervioso respirar el mismo aire que los demás Pilares.
No se supone que deba permanecer allí pues no soy un verdadero Pilar. Pero seré egoísta y me creeré con el derecho de sentirme parte de ellos y, en consecuente, parte de tí.
Llegamos a la habitación que antes mencionabas y el olor a dulces se intensificó, en segundos escapaste de mi lado y te fuiste junto a Kanroji dejándome en la entrada, siendo observado e inspeccionado por los Pilares.
Faltaban algunos, específicamente el Pilar de la Niebla y Shinazugawa, aunque sea considerablemente malo desear algo así, quise que este último no llegara nunca. No quiero que empiece gritarme, no me gusta cuando dice cosas de mí.
Y mas importante que mis sentimientos, seguramente él te invitará a que me trates igual, derrumbando la poca cordialidad que me costó crear.
—¡Oh, hola Tomioka!— Kanroji habló, parándose ignorando tu presencia un segundo para acercarse a mí.— ¡Me alegro mucho de que llegaras!
Ella hacia su mayor esfuerzo en ser buena anfitriona, se notó por la forma en la que tomo mi brazo sin la necesidad de acercarse mucho y me hizo ir con los demás. Me sentó a lado de Kochō, tal vez pensando que me llevo bien con ella.
Es medianamente cierto.
—Vaya, vaya Tomioka.— Como era de esperarse Kochō se expreso con sorpresa.— No pensé que vinieras, cuando Iguro lo dijo pensé que estaba mintiendo.
—¡Yo pensé que era broma!— Exclamó Uzui.— Pero espero que tu presencia signifique pasar una noche más extravagante que las anteriores.
—Me contenta que por fin te hayas decidido a abrir con nosotros, Tomioka.— Rengoku habló desde su posición, sentado con las piernas cruzadas y una sonrisa imperturbable.
Mucha atención.
¿Que debería decir?
Estoy sentando sobre mis talones y mis manos juegan entre si con disimulo, intentando buscar algo en mi mente que me ayude.
—Gracias a Buda que Iguro te invito, de lo contrario jamás te hubiésemos visto aquí.— Himejima habló y de inmediato sentí mi interior revolverse.
¿Por qué dijo eso?
¿Él lo sabe?
No, no, no.
No debería.
Sabía que esto sería un problema, nunca había venido ni aunque el propio Shinazugawa me amenazara, que haya aceptado tu invitación quiere decir que me interesas. Y sí, me interesas mucho, demasiado, pero se supone que nadie debe saberlo.
Mucho menos hablarlo tan a la ligera.
¿Y si juntas los cabos y por la descripción que te dí sabes que soy el escritor?
Debo irme, no puedo seguir aquí.
—No digas estupideces Himejima.— Hablaste y yo te mire esperanzado, pensando en que me defenderas.— Solo se estaba haciendo el de rogar, ya sabes cómo es.
Bueno, creo que aún piensas que soy narcisista. Pero al menos me sacaste de un apuro y calmaste mi ansiedad, lo agradezco en silencio.
—¡Es igualito a mí!— Uzui exclamó y yo me le quedé viendo confundido, somos completamente diferentes.— ¡Todos deben suplicar la presencia del rey de las festividades!
—Lo único que te suplicamos es que te calles, Tengen.
Por alguna razón todos se rieron de lo dicho por Rengoku, yo no entendí el porqué de la risa y en su lugar miré a Himejima, quien seguía tan imponente y serio en su lugar, pero se podía observar una sonrisa amable.
Él... él seguramente sabe.
Aquello lo pensé con temor, después consideré que era estúpido y que no tendría sentido. No es por subestimarlo, pero si nadie antes se ha dado cuenta de mis sentimientos ¿por qué lo haría un hombre ciego? No dudó de sus capacidades, pero no creo que yo sea tan fácil de leer.
Después gire y te miré, estabas sentado sobre tus propios talones con una expresión molesta, casi me haces reír pues nunca te he visto sonreír o feliz durante largos periodos de tiempo. Es como si solo el desagrado y la furia estuviesen en tu repertorio de emociones.
Sentí la necesidad de sonreír y actúe en consecuencia, sentí mis labios curvarse por verte y lo oculte mirando mis manos.
—¡Bien, podemos comenzar!— Exclamó Uzui otra vez.
—No, aún falta Tokito.— Señaló Himejima con desapruebo.
—¡Probablemente ese niño no se acuerde de ésta reunión!
—Shinazugawa también falta.— Apreté las telas de mis ropas al escucharte pronunciar su nombre con insistencia.
Sé que es tu amigo pero me niego a querer que llegue, eso complicaría mucho más las cosas, haría que esta noche sea aún más molesta.
—¡Mejor comenzar sin él!— Señaló Uzui, lo miré interesado y satisfecho de que diga lo que pienso sin miedo a sonar mala persona.
—¡No es correcto comenzar una reunión sin todos los invitados!— Rengoku dijo lo evidente, sería un problema aún mayor si en medio de alguna actividad llegara Shinazugawa y se enojara.
El verdadero problema era la volatilidad del Pilar del Viento, con Tokito no había caso tomarlo tanto en cuenta por ser un niño muy olvidadizo.
—¡Estás reuniones siempre terminan mal! ¿Cuál es el problema?
La insolencia y falta de respeto de Uzui hizo que hubiera una especie de disputa entre los presentes, ni siquiera supe en qué bando ponerme y por lo tanto me quedé en mi sitio sin decir nada, pensando en que lo ideal es no dar mi opinión.
Kochō me miró apenada, aún con una sonrisa en sus labios.
—Esto siempre sucede, no te preocupes.— Dijo ella con bastante calma.—¿Tú qué opinas, Tomioka?
Me era un poco más habitual hablarle a ella, es por eso que no dure tanto en responderle, ni siquiera sentí nervios al hacerlo.
—No me gustaría esperar a Shinazugawa.— Mi voz fue sutilmente opacada por los gritos de Rengoku.
—Oh, te entiendo. Deberías decirlo.— Lo bueno de Kochō es que no estaba tan metida en los problemas, no parecía importarle algo más allá de la simple pregunta.
—No creo que sea buena idea.
Ella asintió, volviendo su atención a los demás y yo copié su acción, dando por terminada nuestra pequeña conversación.
—¡Ya d-dejen de discutir, por favor!— Señaló Kanroji con vergüenza, bastante asustada de que su intervención sea más leña al fuego.
Sorpresivamente Uzui se quedó callado junto a Rengoku, mirándose mal entre ellos, tú también te callaste pero no es una sorpresa para nadie que obedezcas sus palabras sin enojarte.
—Vamos a-a hacer votaciones, los que quieran comenzar o los que quieran esperar al resto.— La idea me parecía buena, me iría al bando que vaya ganando para evitarme situaciones incómodas.
Aunque me haya parecido buena idea, el resto de Pilares se quedaron callados y renuentes a sus palabras, a excepción tuya que parecías bastante complacido.
—¿Puede haber votos nulos?— Preguntó amablemente Kochō, alzando la mano.
—¡Por supuesto!— Contestó nuevamente la de cabellos rosados, sonriendo feliz de que al menos Kochō se haya mostrado interesada en su propuesta.
Así es más fácil.
Himejima quiso esperar.
Uzui sobra decir que estaba impaciente.
Kochō por un momento pensé que votaría nulo por su pregunta, pero señaló que quería comenzar para terminar temprano. Supongo que preguntó para que yo no tuviera que votar en algún bando. Le agradecí por eso.
Rengoku quiso esperar, bastante seguro de que lo correcto es comenzar todos juntos.
Kanroji me sorprendió votando con comenzar, tal vez porque estaba emocionada con presentar sus actividades.
Tú quisiste esperar a que llegara Shinazugawa bastante insistente y yo arrugue el rostro.
Eran un 3 contra 3 en cuestión de votos, ahora porque tarde en dar mi opinión no puedo simplemente votar nulo, sería el colmo y me haría ver mucho peor ante tí.
¿Soy sincero o no?
De todas formas mi voto no impediría que Shinazugawa venga, el hombre llegaría tarde o temprano, supongo.
Pero daría un tiempo de paz jugando entre nosotros antes de que llegue aquella bomba de tiempo.
Estoy siendo incapaz de decidir en este momento, ¿Pongo mi opinión por delante o te complazco en esta cosita mínima?
—¿Y bien? ¿Cuál es tu opinión Tomioka?— Pregunta Kanroji desde su sitio, sonriendo con paciencia.
Me alarmé y mire a Kochō un segundo como si pidiera ayuda, ella solo se limitó a sonreír y después jugué con mis manos.
No pude creer lo que dije.
—C-comenzar.— Dije con una voz suave.
Si bien el festejo de Uzui se robó la atención de todos en el lugar yo solo pude fijarme en tí, la pequeña mirada de fastidio que me diste y como te cruzaste de brazos.
¿Fue buena idea?
Debí ser más rápido y votar nulo, o en su lugar cumplir lo que querías.
Posiblemente pienses que soy egoísta por no tener la amabilidad de esperar la llegada de todos los presentes.
Soy un tonto.
—¡Muy bien, a jugar!— Dijo Kanroji parándose de su lugar yendo a buscar algo en otra mesa, habían dulces.
—Lo siento, Kanroji, pero tengo una mejor idea que ese tonto juego de mesa.— Dijo Uzui con voz arrogante, gire a la mujer y tenía en sus manos un tablero de damas chinas.
—¡Oh, bien!— Casi olvidando su propia preparación la de cabellos rosados dejo el juego a un lado, con una emoción expectante a lo que diría el ex Shinobi.
—Espero que no tenga nada que ver con emborracharse está vez, Uzui.— Dijo Himejima sentado desde su sitio, con sus manos juntas en desaprobación.
No soy fan de la idea, es irresponsable por la posibilidad de que llegara un niño en cualquier momento pero ¿tal vez así pueda ver tu rostro? ¿Será que tienes una debilidad por el alcohol?
—Agh, si es así yo no juego. Que inmadurez.— Afinaste la mirada y tus ojos desaprobaron al igual que el Pilar de la roca la posibilidad.
Me quitaste la ilusión que se formaba en mi cabeza, pero aún así no me enojé ni decepcione. Simplemente pareces no estar cómodo.
—¡Por supuesto que hay que beber!— Exclamó el hombre, ignorando deliberadamente la mirada de asco de todos los presentes; menos Rengoku quien tenía una sonrisa ansiosa.— Vamos, no gaste dinero en los mejores Sakes y Sojus para que me rechacen de esa manera.
—Uzui, ¿Por qué siempre intentas emborracharnos? Eso es de mala educación.— Preguntó Kochō, ella también tenía una pequeña ceja arqueada en señal de molestia pero fue camuflada.
—¿Yo mal educado? ¡Esos son ustedes que siempre rechazan mi buena vibra! ¿A caso no saben relajarse?
—Yo no quiero alcoholizarme.— Dijiste con desdén.
—Yo menos.— Dijeron algunos en el unisono.
Aunque, Kanroji y Rengoku parecían interesados en la idea.
—¡No sean aguafiestas! Un buen sake jamás se niega, menos si es de un amigo.—El apoyo de Rengoku le volvió a subir visiblemente el ego a Tengen.
—Y-yo creo que debemos escuchar la propuesta de Uzui, seguramente será divertido.— La Pilar del amor parece estar emocionada por Uzui, tal vez le gusta divertirse de esa manera.
Otra pequeña discusión entre los presentes.
¿En esto se resumen todas las reuniones no laborales entre Pilares? Por supuesto que jamás se podrían llevar bien, son tan diferentes que me sorprende que no se hayan ido.
Me sentí como un mero expectador, soy incapaz de decir algo o dar mi opinión sobre la discusión por mera vergüenza y la sensación de no permanecer allí. Me siento fuera de lugar y soy consiente que mi presencia no suma ni resta absolutamente nada en este sitio. Mis malas habilidades sociales me dejan en una posición incomoda como siempre.
Me límite a observar todo el lugar. Fijándome de las mesas donde hay Sakura Mochis y Dangos, también hay té en tazas decorativas visiblemente costosas.
Luego ví una repisa donde hay varios jarrones con rosas, me cautive unos segundos por el color carmesí brillante y después volví a verte.
Te mantuviste callado en la disputa está vez, mirando con recelo a los demás mientras murmurabas cosas a tu serpiente.
Me sentí embelesado por tus ojos brillantes cuando le hablas al animal y se me vino el recuerdo de tu carta, cuando confesaste que te hago sonrojar con mis escritos.
¿Si te comparo con lo delicado y bello de una rosa te sentirás nuevamente halagado? Son tan lindas y muy hipnotizantes de ver.
¿Y si te regalo unas?
Un ramo voluminoso de rosas recién cortadas puede ser igual de costoso que una joya, son muy raras de conseguir en esta época del año. No quiero pensar que seas materialista pero me gusta imaginar que si intento ser más detallista contigo podrías darme una diminuta oportunidad.
Después de todo, dijiste que sueñas conmigo...
Un ramo de rosas enviado por tu cuervo, o le pido de por favor la ayuda a uno de los Kakushi para que lleguen todas las flores en perfectas condiciones.
¿Te gustaría también que te regale algun accesorio? No usas nada más allá de tu ropa habitual.
¿Te sentirás demasiado harto de mis intentos por conquistarte? Confesé que te escribo por el gusto de confesarte mis sentimientos, pero igualmente siento el deseo de algún día estar a tu lado, al menos como un amigo.
Que me veas con el mismo amor que sientes al ver a Kanroji y que me esperes con la misma insistencia que sientes al esperar a Shinazugawa.
—¡Tomioka, hola!— La voz gritona de Uzui me sacó de mis pensamientos y me alarmé un segundo.— Hasta que por fin me prestas atención, mhm.— Sonó ofendido y me miró un poco enojado, ¿No le gustará que lo ignoren? Aunque fue sin querer.— ¿Qué opinas de mi idea?
¿Cuál idea?
No me digan que volvieron a hacer votaciones.
—¿En qué piensas que te hace no prestar atención?— La pregunta fue hecha por Rengoku, quien parece ser que también ignoro a Uzui.
Alce las manos en señal de nervios sin saber que contestar.
—¿A quien le importa?— Volvió a quejarse el Pilar del Sonido.— ¡Que dé su opinión sobre mi juego!
Un juego.
¿No estaban hablando sobre Sake y Sojus hace un momento?
Miré al rededor viendo la mirada intensiva de todos, me pedían mi opinión otra vez y se sentía muy incómodo. Sobretodo porque no tengo idea sobre qué juego habla Uzui.
No debe ser algo tan malo, supongo.
Rengoku y Kanroji parecen estar bastante satisfechos con la idea del mayor, después mire a alguien resto y se veían algo ¿desconfiados? No creo. Debe ser mi imaginación. Siempre soy muy malo para leer a las personas.
Volví mi atención al ex Shinobi y dudé un segundo.
—U-uh, me...— Estaba muy asfixiado por las miradas sobre mí.— Está bien. Me gusta.
La sonrisa de malicia que se formó en los labios de Uzui no me dió el alivio que esperaba con mi decisión.
El suspiro derrotado y aterrado de los demás tampoco.
¿Qué clase de juego es?
•~•
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