Pelea #2
Espero que les guste~
N sabía que Uzi realmente no iba a hacer lo que dijo, que sólo había sido un comentario inducido por el cansancio porque ella no había podido dormir en días desde que V empezó a gritar, también sabía que V era insoportable después de unas horas y entendía un poco las ganas de su amiga porque él mismo había querido calmarla en algún momento del segundo día, pero a pesar de saber todo eso, había sido un tonto y aún así reaccionó sin pensar.
Ninguno había dormido nada, no cuando V se retorcía y gritaba para escapar, exclamando como los iba a asesinar y como se comería a la pequeña obrero. Estaban paranoicos, cansados, y todo se fue al diablo por un simple comentario.
Así que ahí estaba, acurrucado en una esquina, al final decidiendo atar a V por seguridad y ponerle una cinta en la boca para que dejara de gritar, queriendo algo de silencio para pensar un poco. En su momento había estado lleno de enojo pero tan pronto como Uzi se fue y desapareció de su vista, todo lo que quedó fue culpa y tristeza. Había metido la pata, lo sabía, y ahora sólo quedaba esperar a que ella volviera, quizás disculparse y rogar que ella lo perdonará pero había estado esperando por horas, estaba seguro, y el ritmo de la nieve que caía se estaba acelerando, lo cual no era muy buena señal.
La preocupación empezaba a ser insoportable y fue lo que lo obligó a levantarse, corriendo para salir y extendiendo sus alas para alzar vuelo, usando todos sus ojos disponibles para mirar porque era mejor tenerla a su lado enojada, en vez de que estuviera perdida y enojada sola. Había un rastro de calor más adelante, uno que estaba desapareciendo por la baja temperatura.
-¡Uzi!- llamó, sin saber si realmente obtendría alguna respuesta. Ella de seguro estaba furiosa, de seguro lo último que quería ver era su rostro pero en serio esperaba encontrarla, solo para poder arrastrarlo a un lugar seguro. Aguantaría sus malas miradas, aguantaría lo que sea que le dijera, siempre y cuando estuviera a salvo. -¡Uzi, por favor!- estaba desesperado en este punto y ahí es cuando, por alguna razón, bajo la vista y la vio. Un brazo que sobresalía de la nieve. Jadeo, horrorizado. -¡Uzi!- cayó en picada, aterrizando bruscamente en la nieve, tropezando un poco en su apuro de acercarse al pequeño montículo de nieve. Movió todo eso a un lado, jadeando al verla tan quieta, medio enterrada en la nieve aún. La acuno entre sus brazo, en pánico ante el visor apagado, sus análisis advirtiéndole que ella tenía muy baja temperatura. Divago con pánico mientras la alzaba, asegurándole que todo iba a estar bien mientras alzaba vuelo una vez más y salía lo más rápido que pudo para refugiarse, sintiendo la culpa creciendo cada vez que bajaba un poco la vista y notaba la falta de ojos violetas.
Llegó y se sacudió bruscamente la nieve, apresurándose a entrar, empujando el frío cuerpo de su amiga al montón de mantas que el amigo de esta había traído a montón. Se terminó por unir, abrazándola contra su pecho y esperando con impaciencia a que despertará, ansioso y lleno de culpa.
Robo-Jesús, que mal habían salido las cosas.
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