Espero que les guste~

Tessa ama a sus drones, son lo más cercano que tiene a una familia.

J fue la primera de todas. Se la dieron como una especie de niñera cuando era una niña. Muy tranquila y profesional frente a todos lo demás pero relajándose cuando solo eran ellas, dejando salir esos comentarios sarcásticos que siempre le sacaban una carcajada e insultando a todos los humanos que los rodeaban, murmurando amenazas ocasionales. Era su amiga, su confidente, su protectora y mucho más, era quien siempre estaba a su lado para consolarla y cuidarla.

Tessa la adoraba y siempre se preguntaba si así seria tener una hermana mayor que siempre estuviera dispuesta a cuidarte de todo, incluyendo de las malas miradas de sus padres.

-¿Y si nos separan?- temía el día en el que sus padres decidieran que era demasiado mayor y le intentaran quitar a su única amiga que tenía en toda la mansión. La quería, era su consuelo y no quería perderla.

-Les arrancare los ojos- su sonrisa era enorme y no había un solo rastro de duda en su voz, algo que la hizo relajarse lentamente en su lugar porque J no le mentía y era alguien que siempre cumplía con su palabra. Eso la hizo sentir mucho mejor.

V le siguió no mucho después. Tranquila y hasta tímida pero que mostraba un carácter firme y casi sádico cuando la agarrabas en un mal momento o cuando algún tonto había logrado cruzar su limite. Lo que le faltaba a J de suavidad y amabilidad, todo eso lo tenía V. Era dulce, con esa torpeza viniendo de la misma timidez, pero que no tenía problemas de ponerse firme en situaciones precisas.

Tessa la quería con todo su corazón, era su confidente, ella guardaba sus secretos en cada momento que la necesitaba.

-Gracias- sonrío en cada momento en el que ella se coló en su habitación, dejando muchos de sus bocadillos favoritos

-Es un placer~- y aunque ella se paraba con firmeza, escuchando los reclamos de lo desaparecido, siempre lo volvía a hacer sin ningún tipo de arrepentimiento visible.

N fue el siguiente, el primer y único modelo masculino que aceptaron darle. Dulce y amable de una manera tan tierna que era difícil no encariñarse con él. Un poco tonto por momentos y torpe en otros pero siempre sonriendo, dispuesto a extender su mano a quien lo necesitaba y poner el hombro como fuente de consuelo.

Tessa lo amaba por su inocencia, una inocencia tan pura e infantil que lo envidaba por momentos pero que eso no evitaba mostrar su favoritismo.

-...no quiero estas sola...- sollozo contra su hombro en esos horribles momentos en el que todo a su alrededor se sentía demasiado, cuando los insultos de los demás le llegaban al corazón y las criticas de sus padres terminaban de romperla.

-Todo estará bien, estamos justo aquí- N nunca dudo, abrazándola con fuerza, susurrando palabras de consuelo y cariño a los que ella se aferra con todo lo que tiene en un intento de no ahogarse en todo lo malo, agradecida por la dulzura de N.

Cyn...ella fue un caso especial. Según lo que había escuchado, hubo una especie de fallo en su construcción, uno permanente e irreversible que afectaba tanto su movimiento como su habla. A ella le pareció adorable sus torpes movientes y dulce su suave actuar, era amble y tranquila, siempre curiosa y dispuesta a aprender todo lo que quisieran enseñarle. La quería, así que cuando se entero de las intención de sus padres de desecharla, rogo durante horas para que la dejaran conservarla pero lo logro.

Fue amable con ella, la trato con tanto cariño como trataba a los demás pero sus padres tenían un ojo atento en ella y en cada momento, ellos la arrastraban a un cuarto para gritarle y reclamarle que lo estaba haciendo todo mal, haciéndola sentir pequeña e indefensa. Odiaban a Cyn y por ende, querían que ella también la odiara. Fue brusca a partir de allí, grosera y odioso, y lamento cada segundo de eso.

-Lo siento, lo siento mucho- sollozo cuando estaban en soledad, solo Cyn y ella, encerradas en su cuarto. La culpa de como había actuado en el día la ahogaba.

-Esta bien, esta bien- a pesar de su tono robótico, Tessa podía sentir la sinceridad en sus palabras. -Palmada, palmada- ríe contra su hombro mientras siente las palmadas reconfortantes en su espalda y agradece a quien la escucha de que Cyn no le guarde rencor.

Uzi fue la última de todas y ella fue un caso único. Era su cumpleaños y como regalo, le dieron la oportunidad de poder elegir la apariencia de su siguiente adición al grupo. Ella siempre quiso algo diferente a lo estándar, algo que llamara la atención y molestara a sus padres, así que la hizo de uno de los colores que más le gustaba. Cabello violeta, corto y con las puntas ligeramente rizadas hacia arriba, con los ojos del mismo tono. Era más pequeña de lo que había esperado pero tenía actitud, del tipo en el que no se arrepentía de lo que decía o hacia y tenía una amplia cantidad de malas palabras que le hacia preguntarse de donde las había aprendido.

Tessa la admiraba, especialmente cuando la veía enfrentarse a los humanos más grandes que ella sin ningún tipo de miedo, y secretamente estaba complacida cuando la veía defenderse, casi queriendo reírse ante los rostros de sorpresa y frustración de los adultos a su alrededor.

-Ellos son de lo peor- era una de las frases que más repetía pero que era la verdad más cercana que podía decir sin temor a meterse en problemas. Era una libertad que se tomaba cuando estaba con Uzi, se permitía liberar algo de tensión.

-Puedo matarlos si me lo pides- Uzi la miro fijamente, sin ningún rastro de duda. -Pídeme que los mate- y Tessa no podía evitar reír por alguna razón pero era muy consiente que si algún día se lo pedía, ella estaría totalmente dispuesta a matar y esconder el cuerpo. Era extrañamente reconfortante saber eso.

Tessa ama a sus drones, son su familia.