Espero que les guste~

Nota: Creo que es un AU que se me vino a la cabeza y no pude evitar escribir, así que decidí compartirlo con ustedes ^_^

En términos generales, la mansión tenía un modelo estándar para aquellos drones que trabajaban allí. Cabello blanco o negro, sus ojos pudiendo ser blancos o azules pero siempre en tonos claros y que no llamaran mucho la atención, los modelos masculinos luciendo trajes completos a medida y las modelos femeninas vestidos con delantal. Nunca tan altos como los humanos pero tampoco tan bajos como para no servir para nada.

Entre todos ellos, había uno que sobresalía notablemente y era la adición más reciente.

Sus ojos eran violetas, brillantes y llamativos, su cabello un tono más oscuro del mismo color. Su nombre asignado era "U" en un principio pero ella se autoproclamo "Uzi" y nadie le llevo la contra. Era notablemente más pequeña que todos los demás a su alrededor pero siempre mantenía la frente en alto y no temía a las represarías a la hora de contestar. La mayoría de los humanos la dejaban en paz y se mantenían alejados, le temían y el temor se volvió miedo luego de que casi apuñalara con un tenedor a uno de los humanos que había intentado empujarla. Habían intentado dejarla afuera, amarrada a un tronco para que las aves salvajes y asesinas le arrancaran los cables con sus picos como lo habían hecho con otros drones, pero las aves no hicieron tal cosa, posándose sobre ella como si nada porque, sin que la mayoría lo supiera, ella era quien los alimentaba con los trozos de comida que se robaba.

Tessa la adoraba. Claro, aun pasaba más tiempo con J y tenía un favoritismo con N, pero había algo en la actitud rebelde de Uzi que le llamaba la atención. Así que si te descuidabas, podías verlas juntas en un rincón apartado de todo, lejos de los oídos de los demás humanos y a la vista de otros drones, riendo entre ellas, llegando a criticar a otros si estaban de ánimo. Se llevaban tan bien que daba algo de miedo.

J parecía odiarla. Tenían pequeños momentos en los que parecían estar de acuerdo, momentos únicos y muy raros, pero mayormente se llevaban bastante mal, mirándose como si quisieran matar a la otra o esperando a que una bajara la guardia para atacar. Se mantenían alejadas y eso era lo mejor.

V parecía tener curiosidad. V le hablo, con esa sonrisa nerviosa siempre presente en su rostro y torpe amabilidad pero Uzi parecía confundida y como si no supiera que debía hacer pero igual trato. No socializaban mucho y tampoco lo intentaban activamente.

Cyn quería conocerla. Aunque siempre había una extraña sensación que invadía el cuarto en las pocas ocasiones en las que estaban juntas. Cyn la buscaba en cada oportunidad que tenía, N la había acompañado en algunas ocasiones, pero Uzi parecía básicamente desaparecer y solo se mostraba cuando cuando Cyn se alejaba. Así que no se hablaban realmente.

N le tenía un cariño difícil de describir. Aun le gustaba V y se sentía protector respecto a Cyn pero había algo en su pequeña estatura y su actitud que llamaba su atención, que lo hacían sentir que debía cuidarla a pesar de que todo a su alrededor le decía lo contrario. Uzi era brusca y torpe pero era extrañamente amable a su manera. Cuando lo llamaba "tonto" se veía tan cariñosa qué era difícil sentir eso como un insulto y aunque le daba algunos empujones, ella era mucho más suave que J, sin tener la intención de hacerlo caer.

Además, le traía cosas en cada encuentro.

-¡N!- él apenas se sobresalto, terminando rápidamente de acomodar los vasos limpios para voltearse y verla, sonriendo sin poder evitarlo.

-¡Uzi!- su presencia lo animaba por alguna razón. -¿Qué te trae por aquí?-

-¡Conseguí un botín!- rebusco en los bolsillo de enfrente que tenía su delantal, su sonrisa enorme mientras sacaba y dejaba caer algo sobre el mostrador entre ellos. Eran monedas, un puñado de ella, de diferentes tamaños y bonita apariencia. -Para ti- se veía orgullosa, inflando el pecho con las manos en la cintura y todo.

-Oh...- las monedas no se usaban mucho, excepto quizás como munición para tirar a la cara de los drones cuando alguien no estaba de humor, pero a N le encantaban por alguna razón. Pequeñas, medianas y grandes, todas diferentes pero parecidas al mismo tiempo. -Gracias, Uzi- sonrió, suave y cariñoso. Uzi siempre le traía todas las que podía, sin falta, y aunque N estaba seguro de que tenía muchos, y de que todas estaban repetidas a estas alturas, no estaba dispuesto a rechazar nada de lo que ella le diera. Así que junto las nuevas monedas para guardarlas en el bolsillo de su traje, dispuesto a ponerlas con las demás que mantenía bien escondidas. -¿No te metiste en problemas?- y eso es lo que más le preocupaba porque a pesar del temor obvio de la mayoría de los humanos hacia ella, desconfiaba que no le hicieran algo.

-Por supuesto que no, ni me descubrieron- soltó una risa baja y burlona. Ella tenía la mala costumbre de robarle cosas a los humanos cuando estaban distraídos y en las raras ocasiones en las que debía estar a su alrededor. -¿Aun...?- de repente, se veía nerviosa y ansiosa, entrelazando sus manos y jugando con sus pulgares. Él no lo iba a decir en voz alta pero así, toda tímida, se veía adorable. -¿...nos vemos en la biblioteca?- preguntó en un susurro.

-No me lo perdería por nada- N tenía una especie de rutina cuando no estaba la mirada crítica de los humanos. Con Cyn, miraban juntos todas las películas que podían en el lugar más oculto de todos. Con V, se escondían en la biblioteca para jugar juegos de mesa que Tessa les entregaba en contrabando. Con Uzi, se juntaban en la biblioteca y él le leía cualquier libro que llamara su atención.

-¡Genial!- se animo al instante, su sonrisa de vuelta en su rostro, sus ojos violeta brillantes y N solo pudo verla con cariño. Ella era rara pero le agradaba.