Espero que les guste~

N no puede recordar mucho de su tiempo antes de ser mandado con la misión de exterminan a todos los obreros, esos archivos tiene triple candado y parecen estar protegidos en el fondo de su mente pero aun tiene destellos de lo que supone son recuerdos y aunque no lo entiende del todo, decide no prestarle mucha atención y seguir con su tarea, la cual esta en una reciente...pausa.

Saben que no han terminado, los múltiples ojos que tiene y su sistema avanzado se los confirma, pero el grupo de obreros se esconde y se mantiene protegidos con unas puertas grandes, reforzadas hasta el punto en el que ninguno de ellos puede atravesar sin importar cuanto lo intenten.

Así que eso deja algo de frustración, especialmente porque viniendo de la amante de las matanzas que se esta aburriendo de no tener a quien asesinar.

Es muy amable para decirlo pero para si mismo, en la privacidad de su mente, admite que sus compañeras son un dolor de cabeza.

Respeta a J, es su jefa, y quiere a V, es su crush por alguna razón, pero incluso entonces, no siempre puede soportar estar mucho tiempo con ellas. Llega un momento en el que es cansador escucharlas soltar insulta tras insulto hacia él, " el desperdicio de batería" odia ese apodo, y tampoco soporta los intentos de destruirlo, se a reconstruido más veces de lo que le gustaría. Así que aprovecha esos momentos en los que es ignorado y simplemente se va, solo queriendo estar lejos de la nave en la que vinieron, del montón de cadáveres que se acumulan y de ellas.

Abre las alas y se permite volar para moverse más rápido, sin detenerse hasta que ve ese conjunto de arboles medio muertos, permitiéndose caer allí. Este es su lugar aislado, lejos de los problemas, un lugar en donde no debe fingir lo que no es y solo puede relajarse, caminando con pasos lentos y pausados.

No lo dice, porque sabe que sería tachado de traidor y asesinado de manera permanente, pero siente una punzada de culpa por cada dron que asesina, sus gritos de piedad y sus miradas llenas de miedo lo perseguirán por que le quede de existencia, esta seguro. No tiene muchas opciones, debe seguir ordenes, aunque no le gustan.

Le gustaría tener alguna especie de paz, poder conocer a otros y tener a quienes no lo traten como si fuera una especie de desperdicio. Le gustaría a alguien a quien llamar un verdadero amigo.

Su sistema le advierte que no esta solo, que hay alguien más allá de los arboles que tiene en frente y decide asomarse por simple curiosidad.

-¡¿Quién rayos eres tu?!- la voz ajena es femenina y resuena un poco pero él esta más ocupado en simplemente verla, analizarla. Es pequeña para ser un dron de desmontaje pero tiene alas y una cola, así que tampoco es del todo una obrera. Hay destellos de un recuerdo, como si hubiera conocido a alguien como ella antes, pero no les presta mucha atención, solo se centra en ella. Los ojos violeta brillantes que lo miran fijamente, las alas grandes y de aspecto extraño que se extiende a todo lo que pueden, su postura tensa y luciendo dispuesta a pelear.

-Oh, Biscuits...- cuando se acerca nota que es más pequeña de lo que esperaba y puede comprobar que es liviana cuando la alza, simplemente encantado cuando ella le devuelve la mirada, confundida pero sin hacer el amague de golpearlo. -...¡Eres adorable~!- es sincero y directo, algo que parece tomarla por sorpresa.

-¡N-No lo soy!- puede notar el ligero rubor violeta que aparece en el visor ajeno y eso solo hace que se vea más tierna. Él no duda en volver a afirmar que lo es, algo divertido ante su nerviosismo pero toda su atención se centra en la cola que se agita de un lado al otro, notando su extraña apariencia. La suelta a favor de agarrar la cola ajena, asombrado por su parecido a una extraña cabeza, sus dedos metálicos apenas rozando los circulos violetas que casi parecen ser ojos.

-Tiene pequeños dientes~- no podía evitar estar maravillado cuando la pequeña cabeza abrió la boca, mostrando una hilera llena de pequeños y afilados dientes. -Yo solo tengo una ajuga- y agito su cola frente al rostro ajeno, divertida ante su expresión llena de asombro y la deja agarrarla, pudiendo ver su curiosidad ante los Nanobots de color amarillo brillante que tiene. Suelta la cola ajena a favor de poner sus manos sobe la de ella cuando la ve mirando fijamente la ajuga que él tiene, mostrándole una sonrisa amable. -No, no, no. Son Nanobots, no puedes tocarlo sin que te destruyan- le informo y aunque la de ojos violetas parecía querer seguir curioseando, no se quejo y lo soltó, aunque él a ella no.

Podía sentir su mirada encima suyo peo N estaba más entretenido mientras miraba sus manos unidas. Sus manos son realmente pequeñas entre las suyas y por alguna razón, eso lo fascina, acariciando inconscientemente la marca violeta que ella tiene en el dorso. Ella no lo aleja, ni siquiera hace el amague, y él esta encantado.

-¡Soy N!- sonrío, enorme y emocionado. Es la primera vez que conoce a alguien y es la sensación más asombrosa de todas.

-...Uzi...- suelta, mostrando después de unos segundos una sonrisa tentativa. -...es mi cumpleaños...- agrega  y al parecer, ella misma se sorprende con sus palabras.

-¡¿En serio?!- su sonrisa solo se agranda cuando la más pequeña asiente, ligero y tentativo. -¡Eso es asombros! ¡Feliz cumpleaños!- abre los ojos ante la realización. -...no tengo un regalo para ti...- hizo un puchero, pensativo. -¿Tienes juegos?- tiene vagos y muy borrosos recuerdos de haber jugado juegos de mesa con cartas y tableros pero tiene las reglas de muchos de ellos en su cabeza. Uzi parece pensarlo un poco, dudosa, antes de mirarlo y asentir, su sonrisa un poco más grande que la anterior. -¡Juguemos!- y puede ver como ella se anima, enderezándose antes de darle un tirón a sus manos unidas y empezando a caminar, él siguiéndola sin dudar. 

Ella será su primer amiga.