Capítulo 7
Luego del descontrol Demetrius le ha pedido a una de las cocineras que subiera algo de comida.
Mi cuerpo sigue temblando de a momentos, exigiendo más energía.
Nadie sabe que yo me encuentro aquí.
Escuché cuando el director puso un mensaje en la mente de cada profesor, explicándoles que no hay nada por que alarmarse. Cuando en realidad si lo hay, yo soy algo por que alarmarse.
Mientras lo hace mi mirada recorre el desastre que causé. Los libros tirados, las ventanas agrietadas, los sillones volcados.
Demetrius habla con uno de los profesores en privado, cerciorándose de que todos estén bien. Mientras yo me dedico a levantar objetos sin moverme del sillón, que Adonis levanto para que me sentara, ordeno los libros, recojo los sillones y junto todos los papeles.
Cuando voy a dejarlos de nuevo sobre la mesa uno en específico llama mi atención.
Es un anuncio recortado de un viejo periódico.
"Niña sigue desaparecida"
—Athea—la gruesa voz de Demetrius me hace despegar la vista del papel. Se ha justo volteado luego de hablar con el profesor y nota el articulo que está frente a mi— Siguen buscándote.—dice calmadamente y yo lo miro confundida.
Él apunta el papel que flota delante de mis ojos.
—Nunca dejaron de hacerlo.
—Ni siquiera saben cómo era, como soy. — le digo viendo la foto del anuncio está borrosa, sin mostrar realmente nada que sirva para identificar a nadie. Demetrius sonríe de lado.
—Tienes razón, pero aun así lo hacen, todos los años sale una campaña para conseguir información. Saben que luego de tantos años ya ninguna información es realmente confiable pero no pierden la esperanza.
—Si supieran realmente que es esa niña no la buscarían con tantas ansias. — digo y veo como su mandíbula se tensa. —Claro que para sentirse bien hacen esto todos los años ¿no? ¿Donde estuvieron cuando él me llevó a ese lugar y me mantuvo ahí por 2 años?
— Athea. — susurra y yo gruño.
—Lo sé, no es su culpa.
—No es tu culpa tampoco. — dice y yo lo miro. —Sé que te culpas por lo que te pasó pero tú no merecías nada de eso Athea. — mi mentón tiembla pero me obligo a cambiar la cara.
—Ya no se puede hacer nada, el daño está hecho. — digo destruyendo el papel que seguía flotando delante de mí hace unos segundos, consumiéndose en llamas moradas.
—Lo que te hizo fue horrible, pero solo tú decides si quiere vivir como si fuera una maldición, como si fueras una abominación, o puedes aprender a usar cada uno de tus poderes, aquí, junto a mí.
—"Abominación"—me río antes sus palabras y él cierra los ojos, arrepintiéndose. — Es gracioso porque precisamente es lo que soy. Es precisamente la razón por la cual debería alejarme de aquí, por que a diferencia de todos tu estudiantes yo no solo tengo un poder. — escupo molesta. — Tengo todos ellos. Cada uno de los poderes. Él me convirtió en la perfecta arma, él experimentó conmigo hasta hacerme la abominación que soy.—Mi pies empieza a moverse, de arriba a bajo, mostrando una vez más la ansiedad dentro de mi, pero de un momento a otro paro, y encaro al director.— No puedo controlarme y tú no podrás ayudarme, ni siquiera conozco todos mis poderes y eso me asusta, más que nada. No quiero lastimar a nadie pero parece que es lo único en lo que soy buena.
—No lo harás, porque lograrás controlarlos. — afirma más seguro de lo que jamás he visto a nadie.
—¿Cómo lo sabes?—me levanto, con la garganta seca y las lágrimas en los ojos por el miedo que me produzco a mi misma.
—Porque ya lo has hecho antes. — dice y yo frunzo el ceño.—El 25 de mayo del 2015.—dice y una hoja que aún seguía tirada se pone frente a mis ojos. Yo la tomo confundida.—"Extraña explosión destruye monumento central"—recita como si se supiera el articulo de memoria.—La explosión tuvo que haber matado a todos, pero nadie lo hizo, ni un solo rasguño.—explica y yo no quiero mi cara de confusión.—Tú explotaste sin lastimar a nadie, porque aunque destrozaras todo, protegiste a todos, inconscientemente. La parte inconsciente de ti logró controlarse. Puedes hacerlo. — termina y sonríe al verme sin habla.
Veo la foto del artículo, los destrozos que ocasioné.
Recuerdo que después de eso, tuve que huir. Fue la primera vez que lo hice. Con tan solo 13 años, salí corriendo del país, con miedo de ver las noticias y ver el número de gente que maté, pero luego de 3 años descubro que no hubieron víctimas.
Ni una sola.
Un suspiro de alivio sale de mi garganta.
Adonis aparece y pone una de sus manos en mi hombro, leyendo el anuncio, sin creelo.
Sus ojos se llenan de lágrimas al sentir la misma felicidad que yo, el mismo alivio tras tres años de atormentarnos.
Por mi mente pasan todos los rostros que vi ese día, rostros que me obligué a ver día tras día, para no olvidarme nunca de las personas que maté, que maté con mi explosión. Pero, nadie murió. Todos esos rostros siguen ahí, vivos, no los lastimé.
Pude controlarme...
Inconscientemente yo...logré no lastimar a nadie.
Despego mis ojos del papel y busco la mirada de Demetrius. Trago grueso y asiento.
—¿Cómo lo haremos?—pregunto y sonríe.
Me indica que me siente y eso hago, guardándome el artículo en una de las bolsa de la larga túnica con capucha que decidí usar para ocultarme.
Demetrius cierra los ojos, meditando un poco antes de mover con sus dedos varios libros que saltan de las estanterías para ponerse sobre el escritorio.
—Tu mun de nacimiento es bueno...Adonis. — dice con un poco de burla a lo que Adonis aparece y toca su pecho con su mano, claramente ofendido ante su tono.
—Para tu información soy el mejor super poder de la historia. — dice y yo me río, muevo mi cabeza y lo hago desaparecer con un movimiento de mano.
—Ese es tu poder, ya sabes controlarlo a la perfección, pero con ese se suman todos los demás. Todos los poderes que derivan de los cuatro elementos principales que fueron mutando a lo largo de los años. Empezaremos trabajando con eso.
—¿Controlar a la perfección los cuatro elementos? Suena sencillo, ya lo he hecho antes. — digo confiada, esperando realmente un poco más de trabajo.
Pero mi semblante cae al ver la cara del director frente a mí, haciéndome dudar de mi misma.
—Athea, el poder que tienes es mucho más fuerte de lo que piensas. — dice serio y tranquilo, respirando en cada palabra.
—¿De qué hablas?
—Cuando te encontré, habían vídeos, papeles, apuntes de él.—mi cuerpo vuelve a tensarse y trato de asimilar la nueva información.—El experimentó contigo más de lo que crees, inyectó en ti todas las mutaciones que pudo, mutaciones que mutaron en tu cuerpo al estar juntas. Sin embargo, él lo hizo de manera apresurada, no dejó que mutaran adecuadamente, ni que tu cuerpo lograra adaptarse a las nuevas mutaciones. Haciendo que todo ese poder sea demasiado para tu cuerpo, mucho más que el cuerpo de cualquiera en el mundo. Analizando los hechos y los desechos del día de la explosión constaté que solo usaste el 2% de tu poder.—dice y mi boca se abre, mi piel se eriza y mi mente es un completo desastre.
Adonis aparece y siento como su cuerpo está completamente tenso, su boca está igual de abierta y la confusión entre ambos es gigantesca.
—¿Quieres decir que...?
—Jamás has llegado al máximo de tu poder. Hacerlo sin control sería mortal para todos, incluso para ti. Usarlo cuando tu cuerpo y mente no están listos te mataría, nos mataría a todos.—dice.
Me quedo sin palabras. Siempre supe que los experimentos me hicieron peligrosa pero nunca supe qué tanto hasta ahora.
Seguir huyendo sin aprender a controlarlos solo sería alargar el tiempo antes de explotar y destruirlo todo.
—No tienes porque preocuparte. Aprenderás, empezando de a poco. — me alienta y yo asiento, sin tener fuerzas para hablar pero confiando cien por ciento en él.
Adonis, a mi lado, está en el mismo estado de shock que yo. Sus bromas y comentarios han desaparecido de su mente. Es serio y él lo sabe.
—Pero bueno, antes de empezar con tu entrenamiento hay cosas que hacer, aún no estás admitida en el colegio.
—Espera ¿qué?— la burbuja de confusión de Adonis y yo explota, miro con incredulidad a Demitrius, como si estuviera jugando una terrible broma.
—Que no estas admitida dice. — se burla Adonis, regresando a su estado natural. Yo lo miro mal, él levanta sus manos y desaparece dramáticamente.
Miro a Demetrius con las cejas levantadas exigiendo una respuesta.
—Cada estudiante pasa un examen, al ser un caso distinto como el tuyo se tiene que hacer a través de una votación entre los profesores del colegio. — me responde y yo me río incrédula.
—¿Hablas de los profesores que acabo de aterrorizar? ¿Esos mismos?—hablo señalando la puerta con mi pulgar y el asiente. — Estoy en muy mal posición ¿cierto?—pregunto con una mueca antes de tomar mi cabeza con mis manos.
—Yo diría que sí. — responde y yo cierro los ojos.
Demonios.
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