Capítulo 45
Sabía que algo andaba mal, ella lo sabía.
"Athea"
Adonis desapareció en el instante en que el primer golpe apareció.
Aparece encima del colegio, dando un vistazo al rededor, teniendo un informe detallado de lo que está pasando.
Es una chica, golpea el campo de fuerza con sus manos. No parece haber nadie más alrededor.
Adonis aparece nuevamente, logrando que algunos chicos en la cafetería se sobresalten. Todos están nerviosos, pero en ese momento el cuerpo de Athea parece reaccionar.
Aparta todos los pensamientos de los presentes y se concentra en la chica que está afuera.
No parece querer dejar de decir su nombre así que comienza a caminar hacia las puertas de comedor.
—El director.—dice, pero Adonis niega con la cabeza.
No está aquí.
¿Por qué nunca está aquí?
—Atheeeeaaa.—un nuevo grito invade la cafetería, los chicos empiezan a gritar, algunos, más valientes, caminan con cautela detrás de Athea para ver que sucede
Bemus y Neo son uno de ellos. Las chicas parecen querer seguirlos, pero Gea no logra poder ponerse de pie.
Un nuevo golpe. Athea trata de entrar en la mente de la chica, pero hay un bloqueo.
Tiene un aparato, en su oído izquierdo. Tal vez pueda comunicarse con alguien, pero sirve para bloquear tu paso.
—Si me esforzara un poco más podría penetrarlo.—digo, pero antes de hacerlo un nuevo golpe aparece.—Veamos que quiere.
—Atheeeeeeaaaaaa. Sal, saaal, a menos que quieras que entre.— la chica se carcajea, pero se queda quieta al ver el cuerpo de Athea saliendo del colegio.
Su cara se llena de asombro, como si hubiera esperado mucho tiempo para estar frente a ella.
Athea la mira, tiene el cabello rojo oscuro, sus ojos del mismo color parecen encendidos, estos están inyectados de sangre. Lleva un uniforme de mallas gris que la cubre el cuerpo entero.
Aunque tiene una grietas en los brazos, como si se hubiera cortado con algo.
—Alfin, al fin, al fin...—la chica balbucea y empieza a reírse.—¡Athea! Me han contado mucho de ti. ¿Adónde está Adonis? ¡Quiero verlo! ¡Muéstramelo!—el grito exigente de la chica hace que Athea se sorprenda.
Trata de buscar algún punto en común con cualquier persona que haya visto en su vida, pero no logra encontrar a nadie.
¿Quién es esta loca?
Athea no responde, porque simplemente no puede hacerlo.
La pelirroja vuelve a golpear el campo, provocando que unas hondas azules se esparzan por este.
No puede romperlo.
Entonces ¿porque quiero que lo haga?
Si lo hace podré irme ¿no?
Podré escapar.
—¡Athea!—Athea se sobresalta al escuchar la voz del rubio. Ha estado a su lado desde que salió del colegio y ella no se había dado cuenta.—¿Qué...?¿Quién...?
—Athea, no parece haber ninguna abertura, no hay daños en el campo de fuerza.—volteo a ver a Adonis, ignorando completamente la pregunta del chico rubio.
Noto que más y más estudiantes empiezas a acercarse. Pero hay algo que noto inmediatamente.
No hay profesores.
Ni uno solo.
Ha pesar de que no ha pasado tanto tiempo desde que la voz de la chica empezó a rezar con los golpes que da, no se ha asomado ningún profesor.
Adonis voltea a ver al edificio al mismo tiempo que yo, buscando entre la masa de gente.
—¿Pero...?
Otro golpe hace que el suelo tiemble, los gritos de algunos alumnos hace que voltee nuevamente hacia la chica.
—Oh... Me dijeron que eras indiferente a nadie más que a ti misma, pero no creí que tu atención se iria tan rápido de mí.—los ojos de la chica están más rojos, inyectados de sangre.— ¿Qué necesito hacer para que no despegues tus hermosos ojos de mí? ¿Necesito destruir este campo? Podría destruir todo el colegio.—una gran carcajada sale de sus labios, su lengua, tan roja como si sangrara, lame sus labios antes de volver a dar un golpe con su puño cerrado.
Lo noto enseguida, no está usando todo su poder, de hecho, aún no ha mostrado su mun.
—Athea.—la voz del rubio busca mi atención nuevamente, pero yo volteo a ver a Adonis.
—¿Eneas?—Adonis desaparece y reaparece inmediatamente. Niega con la cabeza.
—¿Pero adónde...?
—¡Athea!— un grito encolerizado hace que todo el ruido desaparezca.
Un escalofrío cubre a todos cuando, la chica de cabello rojo se eleva en el cielo con ayuda de lo que parecen unas gigantes patas de araña.
—Mira sus brazos.—el susurro de Adonis guia mi mirada, tiene dos cortadas que van desde sus muñecas hasta sus codos.
—Manipula su sangre.—digo asombrada.—Ha de tener unos fuertes problemas de anemia.
Boom
Otro golpe, pero este mucho más fuerte, una de las afiladas patas de sangre golpea el campo.
Los alumnos gritan, paralizados sin saber qué hacer.
—Athea, Athae, mirame, ¿no te gusta lo que ves? Juguemos un rato.—una escalofriante sonrisa aparece en el rostro de la chica.—Esta pared invisible nos interrumpe ¿no te parece? ¿Por qué no nos deshacemos de ella?
Mis ojos se alumbran y noto como la chica recibe un mensaje en el pequeño aparato que tiene en el oído. Sonríe de lado y, sorprendiendo a todos los alumnos que están detrás de mí, un nuevo golpe impacta en el campo, pero, a diferencia de los anteriores, este quiebra el campo de fuerza. Una de sus patas rojas logra crear una grieta.
Mi sonrisa aumenta, mis pies empiezan a caminar hacia la chica.
—¡Athea!—un agarre brusco me hace girar, mis ojos se encienden con furia ante la persona que me ha detenido. Adonis aparece, poniendo su mano sobre el fuerte agarre de Bemus.
Pero el chico rubio no disminuye el agarre, es más, lo presiona con más fuerza—Tienes que explicar que...
—¡¿Explicarles?! ¡Que necesitas que te explique? ¡No les debo nada, ni a ti, ni a tus amiguitos preguntones, ni a esta maldita escuela! No sé en que momento se te metió en la cabeza que mereces saber algo de mí, de mi pasado y de mi mun.— mi brazo empieza a arder y el molesto chico se queja, pero esta vez son yo que lo agarro a él, para que no se quite su agarre.—No sé si lo has notado, pero hay una maldita loca atacando tu preciado colegio, si no hacemos nada arrasara con todo, aun sabiendo eso ¿vienes a hacer preguntas? Concentrate de una maldita vez y lucha por lo que te importa.
Suelto mi agarre con fuerza, logrando que el chico tropiece y se pegue en el pecho de Neo.
Sus amigos se acerca y curiosamente, me miran a mí a la defensiva, a mí y no a la chica con patas hechas de sangre.
"Atención alumnos, el colegio esta bajo ataque, el campo de fuerza ha sido destruido, refúgiense en el colegio- Ahora."
Bemus, Neo, Casia, Gea y Talia se paralizan al escuchar la voz de su compañera en sus cabezas, tan fuerte como si las hubiera gritado justo en su odio.
Bemus voltea a ver a los estudiantes cerca de ellos y se da cuenta de que todos han recibido el comunicado, muchos de ellos empieza a correr dentro de las instalaciones, buscando refugio, otros se quedan parados, sin apartar la mirada de la amenaza.
Athea camina junto Adonis hacia las afueras del colegio. La chica de cabello rojo no se ha acercado más, sigue unos metros alejada de la gran puerta de metal del colegio.
Espera, con una sonrisa llena de emoción, que la chica y el chico de los cuales ha estado oyendo por los últimos dos años, se acerque a ella.
Porque, su misión no es atacar precisamente el colegio.
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