Capítulo 21
¿Saben lo importante que es la respiración? Es muy importante.
Normalmente no nos damos cuenta de ello, de cuando respiración, que lo hacemos automáticamente cada tantos segundos. Es, hasta que nos ponemos a pensar en ello, que se nos hace más difícil mantener el ritmo monótono que inconscientemente tenemos.
Empezamos a trata de llevar un ritmo. Respirar mucho, muy fuerte o no hacerlo.
Esperar y ver hasta que tanto puede pasar tu cuerpo sin recibir una sola pisca de aire antes de quemarse por dentro, suplicándote que no lo dejes morir.
Desde que era pequeña, habían pocas cosas que lograban tranquilizarme. Que lograban hacerme parar de gritar por las voces fuertes, los dolores ajenos y los sentimientos que carcomían cada una de las personas a mi alrededor.
Y, aunque muchas personas prefieren seguir con su respiración monótona, era de hecho eso, lo que me hacía olvidarme de todo.
Concentraba tanto mis pensamientos en mentalizar el aire entrando a mi cuerpo. Desde mí nariz hasta todos los compartimentos de nuestro organismo. Todo el esfuerzo que inconscientemente mi cuerpo pone en dejar entrar las voces, problemas y crisis a mi cuero. lo cubro con el movimiento del aire.
Y hay momentos, donde mi mente es amenazada con tanto pensamiento, emoción y sensación, que le pongo más esmero en concentrarme que termino perdiéndome completamente.
Como ahora.
—¿Como pierdes a una gran manada de estudiantes?—Adonis aparece a mi lado. Voltea hacia un lado del pasillo vacío y luego al otro.
Mis ojos se abren con fastidio, y la calma que mi mente había estado sintiendo desde que decidí concentrarme en algo más que en los estudiantes, se esfumó.
Dejo salir el aire fuertemente mientras veo el pasillo vacío.
Sin darme cuenta he bajado hasta el primer piso y como Adonis mencionó, en un punto de mi camino he perdido a todos y cada uno de los alumnos.
—Tu eres el encargado de prestar atención.—lo recrimino. Adonis me mira con las cejas alzadas dándome a entender que si yo era distraída el era el rey. —Como sea, hay que buscarlos, no quiero llegar tarde. Sería una molestia que el profesor me regañe por eso
Cierro mis ojos unos momentos tratando concentrarme para vizualizar el aura de los estudiantes.
"Segundo piso"
Bufo molesta al ver las inmensas gradas de piedra detrás de mí ,pensando el fastidio que me da volver a subir.
Mi pie esta a punto de elevarse lo justo y necesario para subir la primera grada cuando un voz conocida me hace girar mi cabeza.
Una sonrisa de lado aparece en mi rostro.
Mis ojos se iluminan con emoción y no puedo evitar morder mi labio antes de entrelazar mis manos sobre mi espalda y comenzar a caminar hacia el jardín trasero del colegio.
—Creo que encontré nuestro camino Adonis.—le sonrío y él rueda los ojos antes de desaparecer.
"Se prudente esta vez" responde y no puedo evitar morder mi lengua para evitar que una risa salga de mis labios.
Mis ojos se achican cuando la artificial luz del colegio es remplazada por el sol.
Cuando mis ojos se acostumbran, buscan ansiosos la voz que escuché antes.
Cuando logro enfocarlo, no puedo evitar que mi sonrisa crezca y mis pies se muevan hacia él.
No me mira, esta de espaldas a mí. Sus hombros están relajados y charla animadamente con una chica.
Me tomo el tiempo de ver quien es y noto que es la chica de cabello gris, la que le oculta un secreto nada interesante a sus amigos.
"Esto puede ser más divertido de lo que creí"
Me quejo un poco al sentir molestia de parte de Adonis, mi ceño se frunce un poco por eso, pero lo dejo pasar debido a que el sentimiento fue tan efímero que pareciera que nunca estuvo ahí.
Suspiro moviendo un poco mi cabeza antes de ponerme detrás de Neo y ladear mi cabeza para que pueda notarme.
—Hola Neo.—el chico pelirrojo se sobresalta al verme a su lado.
Sus ojos se abren sorprendidos, retiene la respiración y salta un poco, alejándose de mí.
Mi río un poco por su reacción.
—Lo lamento, no quería asustarte.—le digo, mis ojos miran fijos sus ojos rojos, sin siquiera interesarme en mirar a la chica de cabello gris que tiene los labios ligeramente abiertos.
—Athea.—susurra el chico, como si no creyera que estuviera ahí tan cerca de él.
—Neo.—respondo burlándome, mostrándose una de mis mejores sonrisas.
Espero un poco a que el chico se anime a preguntarme algo pero noto que sus puños están apretados y su vista recorre la verde grama. Eso antes de tratar de ver mi mano, que estratégicamente sigue entrelazada detrás de mi espalda.
—Que divertido que en esta clase estemos juntos. A pesar de que nos separan entre especialidades, mi mun no encaja realmente con ninguna categoría, pero me hubiera gustado tener a un rostro conocido en alguna de ellas.— digo ladeando mi cabeza hacia él. Espero, de nuevo, una respuesta o pregunta pero el chico solo asiente.
"Aburrido" ruedo los ojos internamente.
—Bueno, he estado algo perdida con todo esto de las clases, si te puedo ser honesta entrar a mitad del año no fue una idea muy brillante.—esta vez no espero respuesta, meto mi mano en mi mochila y saco el pedazo de papel arrugado y lo ojeo un poco dándole vuelta de manera exagerada y poniéndoselo frente a su rostro, lo que hace que el chico se sobresalte otra vez.— Aquí dice que tenemos fuerza y resistencia.—menciono antes de alejar el papel de él, lo miro unos segundos.— No tengo ni idea de lo que sea o adonde sea. Estaba siguiendo a unos alumnos pero los perdí en el camino. ¿Podrías ayudarme?
—Has llegado.—una desconfiada voz hace que mis ojos se separen de Neo y se pongan sobre unos grises ojos. Mi boca se abre para preguntarle algo pero la chica, firmemente sigue hablando.— Aquí es fuerza y resistencia.
Mi cabeza se ladea un poco, tratando de ver mejor a la chica de cabello gris que Neo parece querer ocultar tras su cuerpo.
—Oh, hola. Lamento no haberte saludado antes, no te había visto.—digo con una sonrisa de lado.— Me llamo Athea, un gusto.—alzo mi mano con un sonrisa, logrando lo que me propongo, que Neo note mi intacta mano y que la chica de cabello gris se sobresalta al ver mi mano tan cerca de su rostro.
No espero a que ella la estreche, no necesito leer sus molestos e irritados pensamientos para saber que ella no respondería mi saludo aunque que su vida dependiera de ello.
Aunque no puedo evitar pensar que tanto haría por mí al saber que yo tengo algo muy importante para ella.
Muerdo mi lengua otra vez para evitar reír.
—Neo ya lo conoce así que lo justo es que tu también.—digo bajando mi mano rapidamente.— El es Adonis.—presento apuntoando a mi lado.
Por alguna razón los dos retorceden un poco, como si le temieran.
Neo y la chica voltea a mi lado y luego de un rato noto como fruncen el ceño.
Cierro los ojos y suspiro.
"Cobarde" lo recrimino pero no obtengo respuesta.
—Adonis tiende a hacerme quedar mal.—les sonrío. Luego mi vista va hacia el inmenso jardín delante de nosotros y mi mano tapa mi rostro para evitar que el sol ataque tan de frente.
Luego regreso mi mirada a los chicos, que no han dejado de examinar cada uno de mis movimientos.
Mi ceño se frunce al recordar lo que la chica de cabello gris mencionó.
—Espera, ¿dijiste que aquí es fuerza y resistencia? ¿Aquí?—digo haciendo una mueca, confundida, mientras apunto el césped bajo mis pies.
Los dos asisten y es ahí cuando noto que los dos no llevan el típico uniforme. El saco con la falda y pantalón formales se han remplazado por pantalones de algodón y una camisa blanca sin mangas.
—¿Educación física?—pregunto extrañada. Y siento mi mente temblar debido a la profunda risa de Adonis.
—No realmente. Fuerza y resistencia es para mejorar tu mun, haciendo más fuerte tu cuerpo.—responde Neo, con las palabras justas como si no quisiera hablar más de lo necesario.
—¿Nos pondrán a correr para mejorar nuestro mun? Por que si es así mi mun no tiene mucho futuro.—le digo sonriendo un poco, pero sin lograr sacarles una sonrisa.
—No corremos, no en esta clase al menos.—ahora es la chica que habla.— El punto es mejorar el mun, para eso tu cuerpo tiene que adaptarse a niveles más altos de este.— responde.
Asiento con una mueca y volteo a ver a Neo para que él siga explicando por que mi cerebro sigue sin entender nada.
—Cuando liberas tu mun, este solo afecta a los demás, tu cuerpo ya está acostumbrado a liberar ese poder. Por ejemplo.—Neo voltea a ver a la chica un poco nervioso pero luego levanta su mano mostrándome su palma.
Me le quedo mirando un rato, cuando no pasa nada lo volteo a ver y noto que su ceño está fruncido, como si estuviera concentrándose. Sonrío al ver su esfuerzo antes de volver mi mirada a su palma.
De un momento a otro su palma desaparece bajo una masa de magma que empieza a derretirse, cayendo y quemando la grama.
—Lava.—susurro fascinada, viendo como el magma brota y brota de su palma.
De un momento a otro esta se defiende dejando ver la intacta palma del chico pelirrojo.
—Mi mun no me afecta, pero seria terrible que alguien tocara la lava. Sin embargo nuestro cuerpo tiene un limite. Para poder liberar con más poder, tenemos que asegurarnos de que nuestro cuerpo no se destruya. Fuerza y resistencia es para ello. En vez de liberar nuestro mun, tenemos que llenarnos de él. Logrando así que nuestro propio mun ataque nuestro cuerpo logrando que este pueda tener más resistencia y lograr usar el 100% de nuestro poder.
—¿Así que tenemos que destruirnos para ser mas fuertes? Que masoquismo.—me río, ellos asienten
"Esto es malo, esto en verdaderamente malo" menciona Adonis y yo tengo que reprimirme para no asentir.
—Suena doloroso.—menciono con una sonrisa disimulando el creciente nerviosismo en mi sistema.
Noto como la mirada de la chica se endurece.
—Lo es. Pero es la única forma.— digo y yo ruedo los ojos.
—Que aburrido. ¿Entonces qué? ¿Nos quedamos aquí viendo como cada uno se ataca a si mismo?— digo y los chicos me miran serios. Dejo salir aire por mi boca.— Bien, supongo que tengo que ir a cambiarme entonces.—digo señalando mi uniforme.
Neo asiente y voltea a ver que algunos alumnos empiezan a llegar al jardín, todos con su uniforme deportivo.
—Muchas gracias por ayudarme en esto. Nos vemos en un rato. Adiós Neo.—me despido mirándolo a los ojos y sonriéndole.—Casia.—digo y noto como los dos se sorprenden por el heco que sé su nombre sin siquiera preguntárselo.
Sonrío más grande antes de darme la vuelta y caminar hacia el colegio.
"No podemos quedarnos a esta clase" dice Adonis
Una penetrante mirada llama mi atención. Unos oscuros ojos cual pozos me observan desde una altura considerable. Un pelinegro con chaqueta amarilla pasa a mi lado. Y como si fuera cámara lenta una pequeña sonrisa de lado aparece en su rostro.
"Lo sé" le respondo a Adonis, separándome de esa intensa mirada y adentrándome de nuevo a la luz artificial del colegio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro