Capítulo 13.
Hobi:
Hyung.
La pasé realmente bien anoche
¡Muchas gracias por la salida!
Kookie hyung:
No fue nada, Hoseokie.
Yo igual la pasé muy bien.
Hobi:
Gracias por todo.
Incluso por ese beso...
Fue mi primer beso.
Pero está bien si no siente nada por mí, ¡entiendo que fue algo del momento!
Kookie hyung:
En realidad sí me gustas muchísimo, Hobi.
Pero las cosas son algo complicadas.
Hobi:
¿De verdad le gusto tanto?
Kookie hyung:
Sí.
Pero mis padres no lo entenderían.
Y está Soyeon...
Hobi:
Hyung
¿Es muy malo que estemos a escondidas?
Kookie hyung:
Es malísimo.
Pero yo también lo deseo.
Me gustas.
Hobi:
Pero hyung, no quiero ser tampoco el segundo para usted.
No me gusta verlo con Soyeon, me hace sentir mal.
Kookie hyung:
Prometo terminar con ella.
Deja que pasen unos días, ¿está bien?
Terminaré con ella, pero no creo que podamos estar juntos frente al mundo tan pronto.
La gente hablaría y mis padres no estarían contentos.
¿Lo entiendes, Hobi?
Hobi:
No me importa si debemos tener algo a escondidas mientras, pero no quiero verlo en una relación con otra persona
Además, a Seokjinnie no le haría gracia, no quiero que él tampoco se entere de esto.
Él no lo entendería.
Kookie hyung:
Sí, tienes razón.
¿Podemos vernos hoy más tarde?
Hobi:
Jajaja, claro hyung
Se ve muy bonito
Yo igual lo extrañé
Kookie hyung:
Eres el chico más hermoso del universo, Hobi.
Hobi:
No diga esas cosas, hyung.
Kookie hyung:
Me gustas.
Hobi:
Tú igual me gustas mucho.
Kookie hyung:
<3
Hoseok se sentía en las nubes, tan así que toda su familia lo notó a la hora del desayuno el día lunes porque era incapaz de borrar la mirada soñadora de su rostro. Y es que a cada momento recordaba los labios de Jungkook sobre los suyos, el chico inclinándose contra él mientras torpemente le daba pequeño besos, como si estuviera indeciso sobre la intensidad que podía aplicar.
El día anterior les había mentido a sus papás diciendo que iría a la casa de Seokjin un ratito para juntarse con Jungkook, y se escabulló a un parque vacío donde el mayor ya le estaba esperando. Ambos se ocultaron entre los árboles, y Hoseok estaba feliz de recibir tantos besos en su rostro dejados con cariño y calidez.
Hoseok estaba feliz.
Taeyeon miró a Jongwoon, enarcando una ceja.
—¿Es mi idea, o Hoseok parece brillar? —preguntó Heechul.
Haeri rascó su cabello.
—Hoseok—le dijo llamando su atención—, ¿ocurre algo? Luces muy contento.
Hoseok comenzó a comer.
—¡La vida es hermosa! —fue su única respuesta, decidido a no decir nada más porque sabía que a sus padres eso no les agradaría.
No porque Jungkook fuera un chico. Sino porque Jungkook tenía una novia, novia que era hermano de Jin.
Hoseok quería sentirse mal. Quería poder sentir un poco de culpabilidad por lo que estaba haciendo, pero si era honesto... Si era honesto, no le importaba demasiado. Soyeon no merecía pasarla mal, por supuesto, pero a él también le gustaba Jungkook, y si Jungkook gustaba de él, entonces Soyeon no tenía nada que hacer ahí.
Se sentía más mal, en realidad, por Jin. Porque Seokjin la quería mucho a pesar de que ella no fuera buena hermana, y si se enteraba de que el novio de Soyeon estaba interesado en él... Bien, eso no le haría demasiado feliz y probablemente pelearían.
Pero quizás Seokjin lo entendería. Seokjin iba a entenderlo porque eran mejores amigos.
Terminó de desayunar, y en ese momento el timbre de su casa fue tocado. Hoseok se puso de pie sabiendo que sería Seokjin, así que se despidió de sus papás, de tío Heechul y su abuelita Haeri, y salió hacia el colegio.
—¿Cómo estuvo tu fin de semana? —le preguntó Jin cuando comenzaron a caminar.
—Aburrido —contestó, mintiendo con facilidad—. No hice nada interesante.
—Somos dos —apoyo Jin—. Podríamos hacer algo este fin de semana, ¿no crees? Ya deberíamos estar terminando el trabajo con Wheein, y el sábado podrías quedarte a dormir en mi casa con Tae.
Hoseok trató de poner una expresión de lástima.
—No creo poder —contestó—, voy a salir con tío Heechul.
La verdad era que Jungkook le había invitado otra vez a D-Town y le había dicho que lo acompañaría cuando quisiera.
—Es una lástima —respondió Jin algo contrariado—, ¿y la noche del viernes?
—Le voy a preguntar a mamá —respondió, aunque en realidad no lo iba a hacer porque iba a tener que mentirle a sus papás para poder salir el sábado en la noche. Si se quedaba con Jin el viernes, no le dejarían salir al día siguiente.
Su mejor amigo hizo una pequeña mueca, algo incómodo porque podía notar un poco lejano a Hoseok, y no podía evitar culparse porque las cosas estaban así debido a la forma en la que actuó la semana pasada. Incluso Taehyung estaba algo receloso todavía, sin querer estar a solas con él, sintiéndose pésimo por lo que había hecho.
Minutos después llegaron al colegio, el timbre todavía sin tocar, y se quedaron afuera para esperar a Taehyung, que apareció unos segundos más tarde, murmurando por lo bajo.
—Hey, Tae—dijo Jin, llamando la atención de su amigo.
Taehyung levantó la vista antes de volver a bajarla.
—Hola, Seokjin—barboteó—. Hola, Hoseok—agregó en lenguaje de señas.
—¿Vamos? —preguntó Seokjin apuntando al interior del colegio.
Taehyung frunció el ceño.
—No, gatito apestoso me dijo que debía esperarlo todas las mañanas para darle su beso de buenos días —explicó Taehyung de forma ansiosa, mirando hacia el patio.
Seokjin ladeó la cabeza, confundido.
—¿Yoongi? —preguntó—. ¿Ya son novios, Tae?
—Eso me dijo —contestó Hoseok—. Salí con él y con Jeon Jungkook hyung y con...
De forma abrupta, Taehyung cerró su boca, frunciendo el ceño repentinamente, sus ojos chocando por un momento con la mirada de Hoseok. Taehyung sacudió su cabeza, contrariado, pero no dijo cosa alguna.
Seokjin, por otro lado, seguía con la misma expresión confusa.
—¿Cuándo saliste con él? —preguntó.
Taehyung hizo un ruido extraño.
—Salí con él y me pidió ser su novio y le dije que sí y luego me dio un besito y me dijo que debíamos darnos besitos todas las mañanas y que así iba a ser feliz —murmuró tomando aire.
—¡Ahí viene Yoongi! —dijo de pronto Hoseok, apuntando al estacionamiento, sonriendo.
Sonrisa que desapareció cuando vio a Jungkook detrás, caminando al lado de Soyeon, ambos de la mano.
Hoseok tuvo que contener los impulsos de morder a la chica, apretando sus puños por el disgusto, su expresión cambiando. Nadie lo notó, excepto Jungkook, que lo había estado mirando e ignorando la palabrería de Soyeon.
Jungkook mordió su labio inferior, soltándole la mano a la chica, fingiendo rascar su nuca.
La pareja pasó de largo, saludándolos sólo con la cabeza, y Hoseok los siguió con los ojos, apretando sus labios en un rictus de molestia.
Por otro lado, Yoongi estaba discutiendo otra vez con Taehyung.
—Anda, Tae, dame un besito en los labios —reclamaba Yoongi.
—No, en la mejilla —se resistía Taehyung—. Si nos besamos en los labios nos podemos compartir gérmenes, es antihigiénico.
—¡Pero eres mi novio! —insistía Yoongi.
—¿Si somos novios tengo que decirte que sí en todo?
—¡Por supuesto!
—Entonces ya no quiero serlo.
El timbre tocó antes de que Yoongi pudiera reclamar, y Jin le tomó la mano a Hoseok y Tae, diciendo que debían ir al salón de clases.
—Adiós, gatito apestoooooooooooooso —se despidió Taehyung ante la indignada mirada de Yoongi.
Hoseok observó los pasillos, esperando encontrar a Jungkook, pero el chico había desaparecido. Soyeon estaba sola, guardando unas cosas en su casillero con el ceño fruncido, y pudo suspirar aliviado.
Se giró, chocando con los ojos confundidos de Seokjin, pero sólo le sonrió.
Hoseok iba a tener que, al parecer, controlar más aún los nuevos sentimientos que lo estaban inundando porque nunca antes había experimentado los celos. O el querer a otra persona. O el de ansiar estar con esa persona todo el día.
Hoseok, al parecer, tendría mucho que aprender los siguientes días.
Jungkook sabía que tenía que terminar con Soyeon, después de todo, a estas alturas le había quedado bastante claro que ella no le gustaba mucho. Que no le gustaba como novia, en realidad.
Pero tampoco sabía cómo hacerlo porque, bueno, Soyeon no era una chica que aceptaría un término simple. Ella querría motivos reales, de peso, con fundamento suficiente para acabar con esa relación que estaba destinada a un matrimonio.
Pensar en un matrimonio envió un escalofrío por su espina dorsal.
Matrimonio. Trabajo. Hijos.
No, Jungkook no se sentía listo para ello.
Pero pronto sería mitad de año, y debería empezar a preparar sus postulaciones para la universidad. El tiempo se estaba acabando. Jungkook sólo quería volver a sentirse feliz como antes, aunque le asustaba volver a decepcionar a sus padres.
Para la hora de almuerzo, observó a Hoseok de reojo, tan hermoso y brillante como siempre. El chico estaba sonriendo ampliamente mientras Jin le hablaba, y una parte en su interior quería correr a abrazarlo, a darle un beso, a permanecer a su lado todo el tiempo.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Yoongi se sentó a su lado, enfurruñado y con los brazos cruzados.
—¿Ocurre algo? —preguntó volviendo su vista al almuerzo.
—Taehyung terminó conmigo —se quejó Yoongi—, este ha sido mi noviazgo más corto y no es justo.
—Ha sido tu único noviazgo —recordó Jungkook.
Yoongi parecía dispuesto a reclamar, sin embargo, Soyeon apareció en ese instante.
—No me esperaste, oppa —reprochó Soyeon.
Se encogió de hombros, incómodo.
—Tenía hambre —fue su respuesta.
Soyeon arrugó el ceño, inconforme, pero no dijo cosa alguna mientras se sentaba a su lado. Yoongi soltó un bufido.
—¿Cómo puedo recuperar a Taehyung? —le preguntó Yoongi a Jungkook, ignorando a la chica—. ¿Debería rapearle otra letra?
—Depende de qué letra vas a rapearle —contestó Jungkook.
—¿De qué estás hablando, Yoongi oppa? —preguntó Soyeon con los labios arrugados—. ¿Sigues detrás de ese chico?
Ay, dios, no...
Jungkook podía sentir cómo un tic iba a aparecer en su rostro si esos dos se ponían a pelear con él entremedio, como siempre solían hacer.
Yoongi se encogió de hombros.
—Somos novios —dijo Yoongi como si nada.
Soyeon se crispó, su expresión asqueada.
—¿Novios? No es gracioso —replicó ella—. Son dos chicos, eso no está bien. Dile algo, Jungkook.
Yoongi miró a su mejor amigo con curiosidad, la expresión de su rostro algo desafiante, como si le estuviera retando a decir algo sobre eso.
Rascó su nuca.
—No nos metamos en su vida, Soyeon —le dijo con voz suave—, Yoongi ya es grande como para tomar sus propias decisiones.
—¡Decisiones! —la chica se obligó a bajar su tono—. ¡Salir con un chico es repulsivo, además de que Taehyung es... bueno... raro!
Yoongi se puso de pie.
—Repítelo —gruñó hacia Soyeon sin burla en su rostro—. Atrévete a repetirlo, mojigata aburrida.
—¡Oppa!
—Soyeon, de verdad, decir esas cosas sobre Taehyung... —comenzó a decir Jungkook con algo de fastidio.
—¡Es la verdad! —replicó Soyeon—. Será simpático y todo, como lo es Hoseok, pero son raros, ¡más si le gustan los chicos! De todos los amigos que podría tener Seokjin, escoge a los más extraños...
—Voy a matarte —murmuró Yoongi dando un paso.
—Estás siendo grosera —le dijo Jungkook a Soyeon, llamando su atención—. No sé qué pretendes, Soyeon, ¡eres la presidenta de tu curso! —regañó ahora importándole poco si alguien más escuchaba—. ¿Así tratas a tus compañeros? Te recuerdo que en tu curso hay una chica con discapacidad motora y un chico ciego, ¿también los llamas a ellos raros?
Soyeon no dijo nada, sorprendida y visiblemente afectada por las palabras de su novio. Jungkook se puso de pie, con el día arruinado, y antes de voltearse vio el rostro alarmado de Hoseok, como si hubiera estado viendo la discusión. Su móvil vibró segundos después anunciando haber recibido un mensaje.
—Oppa... —murmuró Soyeon, obligándolo a mirarla—, no quise...
—Hablaremos después —contestó, saliendo del comedor con Yoongi a su lado, que parecía realmente fastidiado por lo recién ocurrido.
Una vez se quedaron los dos solos, pudieron respirar con más calma.
—La respeto porque es tu novia y amiga —dijo Yoongi mirándolo a los ojos—, pero espero que tomes una decisión pronto, Jungkook, porque realmente Soyeon se está excediendo. Y no es sólo por sus comentarios contra los homosexuales, sino también contra Hoseok y Taehyung.
Jungkook se apoyó en la pared, asintiendo, pues sabía que Yoongi tenía razón. Sabía que Soyeon estaba actuando así para tener su atención, para que, por último, le mirara más de lo que realmente hacía. Jungkook sabía que era una forma demasiado estúpida de lograrlo, pero parecía ser la única porque la relación estaba alcanzando un punto tenso en ese instante. Apenas se hablaban, y las pocas conversaciones que mantenían eran superfluas y aburridas.
—Lo arreglaré —dijo Jungkook.
Yoongi asintió.
—Volviendo a mi ruptura con Taehyung—prosiguió Yoongi—, ¿qué tal si me prestas uno de tus raps?
—¿Cuál?
—Expensive Girl, pero le cambiaré algunas partes...
Jungkook se tropezó.
¿Cómo se dice te quiero en lenguaje de señas?
Hoseok levantó la vista de su tarea, observando el rostro avergonzado de Jungkook, y sonrió ampliamente mientras olvidaba los deberes del colegio y subía a la cama, deslizándose entre los brazos del mayor.
Jungkook verificó que la puerta estuviera cerrada con llave, y al ver que era así, se inclinó y le dio un beso en los labios a Hoseok. El chico lo recibió con gusto, feliz de la posición en la que estaba. La boca de Jungkook era cálida, húmeda y cómoda, ajustándose para él sin problema alguno.
El mayor se alejó unos centímetros, dándole ahora pequeños besos en la nariz, haciéndolo reír –sin voz, sólo el gesto de risa, sus ojos arrugándose, su boca abierta.
Hoseok se giró, ubicándose sobre Jungkook, e hizo un gesto: apuntó a su corazón, luego cruzó sus brazos sobre su pecho, apretándolos repetidas veces, y luego apuntó a Jungkook. Acto seguido, recogió su cuaderno.
Así se dice te quiero. También puedes decirlo así:
Levantó su mano en un puño, luego el dedo meñique, acto seguido el índice y finalmente el pulgar, sin dejar de sonreír. Jungkook asintió, comprendiendo, pero no pudo imitar el accionar porque Hoseok se inclinó y lo besó otra vez, ambas narices chocando. A Jungkook le dolió, pero el beso le pareció demasiado torpe y tierno como para quejarse.
En ese instante, se sobresaltó cuando la puerta fue tocada.
Alejó a Hoseok, aclarando la garganta.
—¿Quién es? —preguntó tratando de que su voz no sonara ronca.
—Mamá dice que es la hora de cenar —contestó Wheein al otro lado—. ¿Por qué cierras con llave, Jungkook? ¿Estás haciendo cosas sucias?
—¡Qué te importa! —le gritó con un bufido, y Wheein se marchó riendo con fuerza.
Al voltearse, recibió otra vez un beso de Hoseok lo que le sorprendió bastante porque el menor parecía amar el contacto. Las caricias, los abrazos, el pelo siendo revuelto, los besos, Hoseok parecía ansiar cada uno de esos toques y le encantaba más aún que fuera Jungkook el que le acariciara así.
Soyeon no era así: a ella un simple beso en los labios le parecía suficiente por el resto del día, y por otro lado, Jinho tampoco fue nunca tan pegajoso. Sí, se había acostado con él un par de veces, y compartieron muchos besos, pero Hoseok era distinto. Hoseok parecía un cachorro que quería más y más.
Jungkook no se sentía capaz de negarle algo.
El menor se alejó, sin dejar de sonreír, y Jungkook buscó a tientas la libreta olvidada.
Debo ir a cenar y tú tienes que volver a tu casa.
Hoseok hizo un gesto de desagrado al leer el mensaje, y aquella expresión envió un sentamiento cálido por su pecho. Dios, ese chico... ¿podía ser acaso más perfecto?
Quédate conmigo, hyung. Te extraño mucho en el colegio.
Le acarició el cabello, dándole un beso en la frente.
Yo igual te extraño, Hobi, pero piensa que la noche del sábado la pasaremos juntos.
Hoseok sonrió con felicidad al leer el mensaje, besándolo una vez más. En realidad, fueron varios besos pequeños, seguidos, apenas un toque pero que revolvió su estómago de una buena forma.
Le gustaba eso. Le encantaba que Hoseok estuviera en sus brazos.
El chico se levantó a regañadientes, yendo a buscar su mochila para irse, y se acercó a la ventana de Jungkook. Antes de voltearse, miró al mayor.
—Te quiero —le dijo en lenguaje de señas, sonriendo.
Jungkook, torpemente, le contestó:
—Te quiero —imitó un poco inseguro.
Pero Hoseok sonrió, y eso fue suficiente para hacerlo sentir contento.
El menor bajó por el árbol con cuidado, el cielo oscureciéndose de a poco, y se despidió una vez más de Jungkook una vez en el suelo, sonriendo y sintiendo emoción porque se sentía como en una de esas viejas películas que a su mamá le gustaba ver, donde los protagonistas vivían un amor prohibido y hacían lo posible por verse. A Hoseok le fascinaban, porque era un romántico de primera, un chico que se fijaba en cientos de detalles y pensaba en todas las cosas que le gustaban de otra persona. Pero también le encantaban porque tenían finales felices, y él quería un final feliz.
Luego de todo lo ocurrido, luego de haber estado en un infierno, Hoseok quería poder tener un final feliz donde la persona que amaba estuviera a su lado.
Donde Jungkook jamás le soltara.
Llegó a su casa minutos después, entrando con cuidado, y su mamá se asomó al pasillo. Hoseok le sonrió, saludándola, pero ella le detuvo.
—Vino Seokjin—le dijo en lenguaje de señas, y Hoseok se detuvo, tratando de que la sonrisa de su rostro no desapareciera—. Creí que iba a ir contigo a casa de Taehyung.
Mordió su labio inferior, su primer impulso era decirle la verdad a su mamá, porque sabía que mentir era malo, y que no debía hacerlo.
Pero ella no lo entendería. Ella le daría un sermón por haberle mentido en primer lugar, y luego le diría que Jungkook no era bueno para él. Y Hoseok no quería eso. No quería que la gente se interpusiera porque él quería estar con Jungkook.
—Taehyung y Jin tuvieron una pelea —le explicó a su mamá con cuidado—, entonces Tae no lo quiere ver por ahora.
Taeyeon frunció los labios, algo pensativa.
—La próxima vez que salgas, sé más claro —le pidió ella—, no me gusta no saber dónde estás, Hoseok.
Hoseok la abrazó, asintiendo y sonriendo, sabiendo que no podía decirle que no porque su mamá tenía todos los motivos para estar preocupada. Después de todo, un simple descuido de su papá había terminado en un desastre.
Se estremeció cuando un breve recuerdo cruzó su mente.
"—Eres un chico muy bueno, ¿no lo crees? Y te voy a premiar por ser tan bueno. No serás ningún animal, sino un muñequito. Un hermoso muñequito. Eres muy afortunado."
Hundió su rostro contra el pecho de Taeyeon, respirando profundamente para calmarse de alguna forma, y dejó que su mamá le abrazara. Dejó que le envolviera en su tranquilizador aroma, buscando calmarse, y se dijo que estaba bien. Estaba a salvo.
Ya no era un muñequito, se repitió, había dejado de serlo hace mucho.
Era Hoseok, no un muñequito.
Seokjin observó su celular por décima vez durante la tarde, ansioso y nervioso por la situación, y trató de no pensar demasiado las cosas, de no darle muchas vueltas al asunto a pesar del miedo.
Queriendo creer que no le había dejado plantado.
Aunque muy probablemente se lo merecía. Jimin no tenía por qué hablarle, no luego de todo lo que había hecho, no luego de haberle roto el corazón. Jimin tenía todo el derecho de rehacer su vida como quisiera, después de todo, puede que él ni siquiera fuera tan importante. Sólo estuvieron unos meses juntos, nada más, y Jin siempre le trató algo mal porque Jimin era pegajoso y eso le ponía los nervios de punta.
Seokjin no estaba acostumbrado a las caricias, a los abrazos, a las palabras dulces, porque en su familia nadie le quería. Bueno, Soyeon había sido una buena hermana hasta que las cosas se torcieron, pero las otras personas...
Sus tíos y tías, primos y primas, sus abuelos, todos, lo consideraban una vergüenza por sus gustos. Por no ser normal.
Jin había aprendido a manejarlo hasta un punto en que ya casi no le afectaba, por ello que Jimin se preocupara tanto de él, le hiciera sentir merecedor de tanto amor, se le hacía extraño e incluso incómodo muchas veces.
Pero eso no significaba que le quisiera menos. Jin realmente le quería demasiado.
—Seokjinnie.
Levantó la vista, chocando con los ojos amables de Jimin, y soltó el aire que estuvo conteniendo.
Sonrió con debilidad, haciéndose a un lado para dejarle espacio en la banca.
—Hola, Jimin hyung —contestó con voz temblorosa.
—Me sorprendió tu mensaje —dijo Jimin encogiéndose de hombros—, ¿ocurre algo, Jin? La verdad es que quedé en juntarme más tarde con unos amigos, así que...
—Lo siento —barboteó interrumpiéndolo—, yo sólo... sólo quería pedirte perdón, hyung —su voz se quebró—. Te extraño mucho, Jimin —Jimin permaneció imperturbable ante sus palabras y eso lo puso más ansioso—. Todavía te quiero. Te quiero, Mochi...
Jimin arrugó el ceño, algo confundido.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión? —preguntó, y no había cariño en su voz, sino molestia.
Jin mordió su labio inferior, a punto de llorar.
—No soporto a Dongsung —confesó—, ya no lo aguanto más. No puedo... —jadeó, a punto de llorar—. Él hace que nadie nos moleste, que nadie moleste a Tae y a Hobi, pero me pide cosas a cambio y no... —pensar en todo eso lo estremeció—. Yo sólo te quiero a ti, y esto se siente tan mal...
Comenzó a llorar, importándole poco si la gente lo miraba, si las personas creían que era un imbécil maricón por llorar como un bebé. Él sólo quería que Jimin le abrazara, le sostuviera un instante.
Pero Jimin no lo hizo. Jimin sólo lo miró, sin moverse.
—¿Qué te hizo hacer? —preguntó, y Seokjin bajó la vista demasiado avergonzado—. ¿Te acostabas con él?
Lloró con más fuerza, negando con la cabeza.
—No le permití eso —balbuceó en voz baja—, pero otras cosas... —Jin hipó—. Lo siento, Jiminie, soy asqueroso. Soy un prostituto, soy repulsivo, tú no deberías...
—¿No debería quererte? —preguntó Jimin interrumpiéndolo con brusquedad—. Claro que no, Jin, no cuando eres sólo un niñito que no sabe recibir ayuda de los demás, es celoso y se niega a verse débil ante al resto —Jimin alzó su barbilla—. Pero te quiero, maldita sea, y voy a matar a ese idiota.
Seokjin limpió sus ojos, su labio temblando, pero la expresión enfurecida de Jimin no cambió, sólo se endureció.
—Haré que pague por lo que te hizo —dijo Jimin con voz grave, y Jin se estremeció.
—No —gimió, y abrazó al mayor de forma sorpresiva, hundiendo su rostro en el pecho del chico, oliendo su perfume. Ese perfume que tanto le gustaba—, no, no lo hagas. Lo... lo único que necesito es que me abraces, Mochi...
Jimin soltó un gruñido, enojado todavía, pero le devolvió el abrazo a Jin porque era una de las pocas veces en que el menor parecía tomar la iniciativa. No era como si a Jimin le molestara que Jin fuera algo cerrado con sus sentimientos, era parte de su personalidad, y se había acostumbrado a ser siempre el que estaba detrás del menor para tener su atención. Pero tampoco iba a desperdiciar esos momentos en los que Jin era quién le buscaba por cariño.
Jimin quería ser capaz de ofrecerle el mundo entero a ese mocoso irrespetuoso que tanto le gustaba.
—Dame un beso, Nochu —le dijo en voz baja, llamando su atención.
Jin un día normal se habría negado, habría dicho que no, sin embargo, en ese instante sólo quería que Jimin le sostuviera, le besara, le hiciera saber que todavía le quería. Que todavía gustaba de él a pesar de ser un desastre.
El chico le dio un beso pequeño y tímido en los labios, pero para Jimin fue suficiente en ese instante.
—Te protegeré —le murmuró Jimin—, no permitiré que nadie más te haga daño, Jinnie.
Seokjin cerró sus ojos y se dijo que eso estaba bien. Que Jimin jamás le iba a abandonar ni a hacerle sentir como una basura.
Taehyung frunció los labios con disgusto mientras su mamá le peinaba el cabello. Hoseok estaba jugueteando con su cámara, sentado en el sofá, ajeno a todo el mundo.
No podía entender muy bien por qué estaba allí sentado, sin ver la televisión cuando los sábados a esa hora mamá solía poner su telenovela y la veían los dos juntos. Taehyung la encontraba muy aburrida, pero le gustaba estar al lado de mamá y recostarse contra ella mientras mamá le acariciaba el cabello con cariño, así que Taehyung se sentaba al costado de la mujer y permanecía allí hasta que se quedaba dormido.
Pero ahora, ¿por qué su mamá le estaba peinando? No le gustaba eso. No le gustaba estar allí.
¡Él quería ver la telenovela con su mamá!
—Te ves muy guapo, cariño —le dijo ella agarrándolo de las mejillas para darle un apretón—. Tu gatito va a enamorarse un poco más de ti hoy día.
Taehyung hizo una mueca con los labios.
—Pero no quiero salir —se quejó—, ya salí la semana pasada y ahora quiero estar contigo, mami, es hora de la telenovela.
Yuwon le pellizcó la nariz con cariño, aunque por dentro estaba algo preocupada.
—Hyungie, ¿qué hablamos ayer con el psicólogo? —le dijo con voz suave.
—Que debo compartir con otros chicos —balbuceó Taehyung.
—Y Yoongi quiere llevarte con él otra a sus cosas de chico delincuente, ¿no es así?
—¿Yoongi es un delincuente? —preguntó Taehyung abriendo más sus ojos.
—Entonces si Yoongi te invita, tú...
—Yo voy con él —terminó de decir Taehyung cruzándose de brazos en el momento en el que el timbre fue tocado—, ¿somos novios con mi gatito?
Yuwon sonrió.
—No sé, podrías preguntarle —ofreció.
Tae asintió, poco convencido, pero se puso de pie cuando su mamá fue a abrir la puerta. Hoseok se enderezó, feliz cuando vio a Jungkook ingresar al comedor para llevarlos esa noche a D-Town.
Yoongi observó a Tae con una mirada embobada.
—Te ves hermoso —le dijo.
Taehyung parpadeó.
—¿Somos novios, gatito apestoso? —preguntó Taehyung entonces.
—Sí, ¿son novios? —agregó Yuwon con tranquilidad.
Yoongi comenzó a sudar.
Mientras esto ocurría, Hoseok se puso de pie, caminando hacia Jungkook para darle un abrazo, suspirando cuando los brazos del mayor lo rodearon. Le había extrañado mucho a pesar de haberle visto el día anterior.
Jungkook le revolvió el cabello, sonriendo, y le dio un beso en la frente.
—Taehyung terminó conmigo —estaba diciendo Yoongi.
—Pero es que Yoongi me estaba pidiendo besitos y los besitos tiene gérmenes —se quejó Tae.
Yoongi se iba a hacer pipí ante la mirada de Yuwon.
—Bueno, ¿vamos? —balbuceó Yoongi mirando a Jungkook.
—A las una de la mañana aquí —dijo Yuwon abrigando a Taehyung—. ¿Seokjin no irá con ustedes, chicos?
Yoongi miró a Jungkook mientras Hoseok seguía abrazando al mayor. Tae se encogió de hombros.
—Jin no tiene pareja así que se va a sentir mal si va —barboteó Tae.
Yuwon parecía algo atónita, pero no dijo cosa alguna mientras se despedía de su hijo y sus amigos.
Salieron del departamento, Jungkook llevando de la mano a Hoseok hacia el auto, tratando de ignorar la mirada de advertencia de Yoongi.
Tae observó a la pareja delante de él.
—¿Por qué van de la mano si Jeon Jungkook hyung es el novio de Kim Soyeon? —preguntó frunciendo el ceño.
Jungkook observó el rostro confundido de Hoseok al no escuchar la pregunta, y se rascó su nuca. Yoongi se aclaró la garganta.
—Porque van a ser novios —le explicó Yoongi.
Taehyung sacudió la cabeza, perplejo.
—¿Y Seokjin lo sabe?
Yoongi rascó su nuca, sin saber qué decir.
Una vez subieron al auto, Jungkook le escribió lo que preguntó Taehyung a Hoseok, viendo la expresión de su rostro decaía un poco. Hoseok se volteó hacia Tae, llamando su atención.
Seokjin no lo sabe. No le vamos a decir, Taehyungie.
¿Por qué? Soyeon es su hermana, ¿no debería saberlo? Le estamos mintiendo y mentir es malo.
Hoseok mordió su labio inferior.
Jin se enojaría y nos gritaría, Hyungie.
Taehyung abrió los ojos con espanto y Yoongi lo miró, preocupado, leyendo el mensaje. Al comprenderlo, la mirada de Yoongi se tornó molesta.
¿Pero no es para mejor? Si él sabe que a ti te gusta Jeon Jungkook hyung, y él gusta de ti, ¿no es mejor?
Él no lo entendería, Tae. Por favor, no le digamos nada. Somos amigos, ¿no?
Hoseok nunca se había sentido tan manipulador como en ese instante, sin embargo, no iba a dejar que Jin se enterara, no por ahora. Más adelante sí, cuando las cosas se calmaran, pero no podía hacerlo en ese instante.
Está bien, escribió Taehyung con inseguridad, no le diré nada.
Hoseok le sonrió para tranquilizarlo.
Cuando se bajaron, Yoongi detuvo a Jungkook un instante.
—Vayan a buscar una mesa —le dijo a Taehyung, que le observó atónito—, Iron te dejará entrar si le dices que vienes con Gloss.
—Pero...
—Vamos, y te compraré un dinosaurio de juguete —animó Yoongi.
Taehyung asintió, tomándole la mano a Hoseok y tirando de él. Los dos los vieron desaparecer por la puerta, y Yoongi soltó un bufido.
—Comprendo que quieran mantenerlo a escondidas —gruñó Yoongi fastidiado—, ¿pero involucrar a Taehyung?
Jungkook suspiró.
—Tampoco me agrada esto —contestó decaído.
—Termina con Soyeon —insistió Yoongi—, no es necesario que ustedes salgan a la luz, pero debes terminar con ella o las cosas van a seguir complicándose.
Jungkook lo sabía, lo tenía claro desde hace mucho, pero realmente no sabía cómo hacerlo. Cómo pararse frente a ella y decirle que lo suyo había acabado.
Pero sabía que debía hacerlo, sobre todo cuando Hoseok y él compartían un breve momento, intercambiando miradas, besos y abrazos. Esos toques se sentían demasiado bien como para cambiarlos por la monotonía que significaba Soyeon.
—Lo haré el lunes —prometió para tranquilizarlo.
Yoongi asintió, caminando para entrar al club, y Iron les sonrió al verlos volver.
Encontraron a Hoseok y Taehyung sentados en una esquina, con bebidas ya servidas, y se sentaron a sus respectivos lados, observando el escenario donde dos chicos estaban compitiendo, animados por Zico.
—¿Vas a competir hoy? —preguntó Taehyung, mirando a Yoongi.
Yoongi observó a Tae.
—¿Quieres que lo haga? —le dijo, acariciándole el cabello.
—Sí, me gusta verte rapear —contestó Taehyung sin vergüenza alguna, porque para él eso era un hecho.
Yoongi, por el contrario, sintió timidez de pronto ante sus palabras, sin saber qué responder, olvidando por un breve instante que Taehyung era demasiado directo con sus palabras.
Jungkook y Hoseok, por otro lado, estaban en su mundo.
Hyung, ¿vas a rapear igual?
Jungkook rascó su nuca, sacudiendo su cabeza en una negativa.
He perdido práctica, escribió.
Hoseok sintió su mirada decaer, sin embargo, siguió insistiendo.
Me gustaría verte rapear, hyung...
El mayor suspiró, indeciso, viendo a Yoongi levantarse junto a Taehyung.
—Iré al escenario con TaeTae—dijo como si nada, tomándole la mano al menor.
Jungkook asintió, dejando que Hoseok se apegara a su lado.
¿Aunque rapee mal?
Hoseok sonrió con resignación.
Tampoco es como si pudiera escucharlo, hyung...
Jungkook sintió un dolor en su pecho al leer sus palabras, sin saber qué escribir inmediatamente, y se inclinó a darle un beso pequeño en los labios para levantarle el ánimo a Hoseok.
Su primer instinto fue preguntarle lo que había ocurrido, pero una parte suya parecía advertirlo no hacerlo, mantenerse al margen, porque quizás no le iba a gustar la respuesta. Quizás le rompería el corazón.
Está bien, voy a rapear, hizo una pequeña pausa, poniéndose de pie, iré al baño y regreso, le diré a Yoongi que compita contra mí para no pasar vergüenza.
Hoseok sonrió, repentinamente feliz, y asintió por la emoción.
Jungkook desapareció segundos después entre la multitud, y Hoseok bebió la bebida, jugueteando con su celular.
—¿Tú eres el nuevo novio de Jungkook?
Hoseok levantó la vista por la sorpresa, mirando a un chico frente a él. No parecía demasiado alto, era más bien bajito y delgado, con una mirada algo aniñada, y ladeó la cabeza por la confusión.
Cuidado, cuidado muñequito. Recuerda: los muñecos no oyen, los muñecos no hablan, ronroneó una voz en su oído, y se estremeció.
—Hey, te estoy hablando —dijo el desconocido, su mirada llena de disgusto—, ¿eres su novio?
Hoseok agarró la libreta, escribiendo algo veloz, todavía algo aturdido.
Disculpa, soy sordomudo. ¿Ocurre algo?
La expresión del chico cambió al leer sus palabras, y Hoseok se molestó al ver lástima en sus ojos. Él no quería lástima, no quería que le miraran como un pobre idiota.
El desconocido escribió algo.
Oh, lo siento. Te pregunté si eres el novio de Jungkook.
Hoseok frunció el ceño, confundido por la pregunta.
Somos amigos, aclaró algo titubeante, ¿quién eres tú?
El chico escribió algo y luego se inclinó. La lástima se convirtió en molestia e incluso burla.
Soy Jinho, su ex novio.
¿Dramita? :0
Dedicado: KimwendyJung tu_pan_con_nutella HobitaJk ♡
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