—A no claro que no, métete en la casa— agg esto es muy fastidioso

—Ya te e dicho que debo ir contigo a todos lados— abrió la puerta del copiloto y se metió a mi auto

—Donde dices lo que eres te corto la que te cuelga y no bromeo— sonrió con burla

—No podrías— ¿Quieres apostar muñecote?

—Tengo un cuchillo muy
afilado—le advertí

—Y yo una polla muy gruesa—sentí mis mejillas calentarce y desvié la mirada hacia adelante

—Lo digo enserio...

—Yo también—se quejó

—No me refería a tu fea polla, si vienes conmigo serás calladito ¿Comprendes?— asintió

El trayecto del auto a mi trabajo fue en completo silencio, lo que fue muy bueno para aclarar mis ideas y pensar una excusa para que Nicolás pasara desapercibido ante todas las personas que trabajan conmigo

Llegamos y en cuanto bajamos el se quedó mirando todo con la boca abierta

—¿Qué año y en qué continente estamos?— parecía que nunca había visto una ciudad

—Año dos mil veinte y estamos en América— asintió —Mejor quedate en el auto— no esperé una respuesta, parecía muy embobado como para poder hablar

—Llegas tarde—

—Buenos días para tí también Axel— amo utilizar mi sarcasmo y más con él porque sé que lo odia

—¿Qué querías ayer? Parecías asustada— enarqué una ceja

—Y aún así me cortaste— le recordé

—¿Qué querías que hiciera? Ya no te sigo a ningún lado, luego de que me dijeras "Eres un idiota y ya no te quiero" dejé de preocuparme por lo que te pasaba— es un punto a su favor

—Pero te dije que yo no había puesto esa caja allí, mira si era una bomba, al menos pudiste llamar a la policía o algo— se encogió de hombros

—Estás aquí así que supongo que no era una bomba—negué

—Era algo mucho peor—murmuré

—¡¡Hermosa!!— por favor que no sea él, por favor que no sea él el loco que está gritando en medio del pasillo frente a todos

Me giré y quise lanzarle mi zapato por la cabeza

—¿Quién es ese?—bufé

Este hombre me meterá en problemas

—Aquí estás— me tomó de la cintura y pegó mi espalda a su pecho abrazándome por detrás

—¿Y tú quién eres?— Axel nos fulminó a los dos con la mirada y me alejó de Nicolas

—Soy calladito— una carcajada se me escapó y la disimulé con una tos para que Axel dejara de hechar fuego por los ojos

—No, él se llama Nicolás— la mano de Axel atrapó la mía y me llevó al rincón mas alejado de todos para que nadie escuchara la posible discución que estaríamos por tener en este mismo instante

—¡Estás loca! ¡¿Trajiste a tu novio aquí?! Si se llegan a enterar que ya no estamos juntos perderemos todo—

—Primero que nada, yo no lo quise traer, segundo no tenía otra opción y tercero y más importante, él no es mi novio— pegué un saltito del susto y tardé en reaccionar cuando Axel posó sus labios sobre los míos

Le seguí el beso y luego lo corté

—¿A qué vino eso?— mi mañana no había sido buena, no dormí mucho, tenía a un muñeco en mi casa que solo me fastidiaba y no estaba de humor para soportar a mi ex que aún sigue besándome

—A que el becario nos escuchó—se relamió los labios y miró a Nicolás —Dile que se largue, nos arruinará todo— como si pudiera

—Eso no es posible, lo meteré en mi oficina y...

—Hay cámaras en todo el edificio alguien los vería— retrocedí asqueada y ofendida

—No pienso follar con él y menos en mi oficina— rodó los ojos y comenzó a caminar hacia la recepción

—Pero bien que te encantaba hacerlo en la mía— lo escuché decír justo antes de que desapareciera por los pasillos

Refunfuñé y le hice señas y Nicolas para que me siguiera

—¿No que era tu ex?—

—¿No que eras calladito?—sonrió y tocó el botón del ascensor por mí —¿Y qué es eso de hermosa? No puedes ir gritándome eso por ahí como si nadie más te escuchara— se encogió de hombros

—No me importa— se cruzó de brazos y miró hacia las puertas del ascensor

—Pues a mí sí— negó

—Si te importara me hubieras dicho tu nombre desde un principio y nos hubiéramos ahorrado está incómoda charla, por cierto ¿Tienes un escritorio en tu oficina?— asentí

—Todas las oficinas lo tienen— asintió con una sonrisa traviesa

-Sabes, podría detener el ascensor, apagar las luces y...

—Y cerrar el pico, no pasará—rodó los ojos

—¿Si no quieres hacerlo para qué estoy aquí?— me encogí de hombros

—Ese es tu problema y yo ya te dije que puedes irte, solo que tú no me haces caso— levantó una ceja

—¿Entonces quieres que sea tu sumiso? Ahora entiendo el porqué de la cachetada, eres una chica sado— negué

—Me gusta el sexo normal, no a los golpes y latigazos, ahora si no te importa, te agradecería muchísimo si pudieras quedarte callado, tengo mucho trabajo que hacer y una empresa por levantar a flote— las puertas del elevador se abrieron y sonreí al sentír el aroma a lavanda del ambiente

Esta era una de las cosas que más me gustaban de ser la segunda al mando, Axel y yo teníamos un piso solo para nosotros pero que ahora estaba dividido por dos grandes oficinas

Una para él y otra para mí, antes compartíamos la oficina pero luego de la separación no quisimos seguír compartiendo casi nada además de los perritos

—¿Hace cuanto que fingen?—fruncí el ceño y abrí la puerta de mi oficina

—Desde hace una semana, cuando rompimos—Nicolas cerró la puerta

—¿Y por qué lo hacen?— odio las preguntas

—Necesitamos que la empresa siga en pie, eso es todo lo que diré— asintió y miró todo a su alrededor

Mi oficina lucía como forrada en billetes

Paredes blancas con bordes dorados, los muebles de los mismos tonos y lo único que no era dorado ni blanco, era el techo que era completamente plateado

Mi escritorio era grande y de vidrio trasparente

Había algunos adornos que le daban el toque final, en la pared estaban todos mis títulos forrados en un marco dorado

Eso era lo primero que todas las personas que se pasaban por mi oficina veían y lo segundo era el bar ubicado en una de las esquinas junto a los sillones blancos

Antes era de Axel pero sin que se diera cuenta le pedí a los ingenieros que lo pasaran para esta oficina y una vez que llené cada uno de los estantes él no se pudo quejar y cada tanto viene por una que otra copa

—¿Quieres ahora o luego?—fruncí el ceño

—¿De qué hablas?— caminó hasta mí y se paró a escasos centímetros de mi cuerpo

—¿Quieres que te complazca ahora?— me quedé tan atónita con su propuesta que no noté que él y  sus labios se habían acercado hasta el punto en el que nuestras respiraciones se entremezclavan

Iba a replicar u ordenarle que se apartara pero fue más rápido y posó sus labios sobre los míos, sus manos se deslizaron dentro de mi camisa y
le dí un fuerte empujón haciéndolo caer

Cucha perro

Hola holaaa 😀

No tengo excusa para explicar porqué ayer no actualicé, solo diré que me dormí🤷😂

Hoy subiré 5 capítulos 🔥🔥

Les mando muchos besitos💕💕💕