Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

La culpabilidad de la Sra. Morrinson le devolvía la mirada, le hacían pensar en lo que pudo haber pasado, no tenía ni idea de lo que había sucedido, pero se culpaba continuamente por haber salido en esa cita y dejado a Alex con ella, nunca antes había pasado algo así. Porque siempre la llamas cada cinco minutos. ¿Cómo había dejado que eso pasara? Sin poder más ignora a los doctores, las advertencias de los enfermeros y las disculpas de la Sra. Morrinson. Sabía que Alex no se mantendría quieto en el cubículo, lloraba y gritaba mientras los médicos intentaban suturarle la barbilla, no era así por naturaleza, pero estar en el hospital sin su hermana lo ponía peor. Camille podía escuchar los gritos así que corrió hacia la fuente del sonido, verle allí llorando y con su ropa ensangrentada la hizo más vulnerable de lo que jamás había pensado.

Erick había decidido que no la dejaría sola, si estaba así de mal iba a necesitar ayuda, así que se bajó del auto y caminó dentro del hospital, los médicos le saludaban y las enfermeras le daban sonrisas no solo agradecidas, sino muy provocativas, pero las dejó pasar, mientras su mente se iba tras esa rubia tan provocativa, corrió tras de ella intentando llamarla, pero ella no ponía atención sino a los gritos de un bebé cuando llegó a su espalda pudo observar que no era un bebé, era un niño pequeño que lloraba a mares hasta que la vio, le estiro los brazos y la llamaba, ella estaba de piedra frente a él. Erick la empujó con suavidad y el niño gritó aun más cuando lo vio tocarla.

—No le hago daño, pequeño... tranquilo... —Se acercó con ella y miró al doctor, este se hizo atrás y les dejó el espacio.

—Tiene que calmarlo o no podremos hacer las suturas que necesita...

Camille estaba ida en Alex, lo tomó en brazos y lo mecía mientras escuchaba las voces, sin realmente entender lo que decían, su mundo se reducía al pequeño en sus brazos,  ese pequeño que había prometido cuidar y que dejó solo en la primera, por una cara bonita. Aunque realmente no había sido su idea, Mariana había pensado en eso y no le había dejado opción, miró a Erick y su mirada asesina decía todo lo que no podía. Él sólo levantó sus manos en señal de rendición, no sabía que ella tendría un hijo, parecía muy joven para eso, pero con el mundo de hoy en día, eso no era imposible, Erick se hizo atrás mientras veía al niño calmarse y hacerse un ovillo en su pecho, el médico nuevamente se acercó.

—Sólo necesitamos suturarle, no será nada dañino, sólo una punzada para la anestesia y después no sentirá nada, lo prometo —Sacó la jeringuilla con el calmante y lo inyectó cerca de la herida—. Ahora esperamos dos minutos y puedo coser, pero no puede moverse, necesito que lo suelte.

Camille lo miró con nuevo resentimiento y negó, no podría soltarlo, si lo hacía la calma de Alex se iría para siempre, no iba a arriesgarse a eso, miró de nuevo a Erick quien estaba aún en la puerta escuchando lo que el doctor decía, al menos hasta que intentó alejar al niño de brazos de ella.

—Deje que ella le sostenga, puede hacerlo mientras ella está con él en brazos, si lo suelta tendrá que luchar de nuevo, mire como el niño se queda solo con ella, no vaya a separarlos, su hijo es dependiente y es mejor que no vaya a separarlos...

El doctor miró a Erick y con un asentimiento se acercó a la barbilla de Alex, le puso la punta de la aguja y al no ver queja por parte del niño, comenzó a coser, no era algo a lo que acostumbraba hacer, pero era lo que ahora necesitaba. Mientras no tuviera problemas por ello, no iba a quejarse, una vez que terminó la mitad de la herida, limpió el resto con alcohol para poder tener una mejor visibilidad y terminar la sutura limpiamente, no iba a tener cicatriz de ninguna forma.

Camille no apartaba la vista del trabajo del doctor, aunque la presencia de Erick dentro del cubículo era más que notoria, algo que no le gustaba, no era algo que ella quería, ahora lo que realmente necesitaba y quería era sacar adelante a su hermana, no un hombre que fuera más un obstáculo, como lo había demostrado ahora, que una ayuda. Aunque para ser sinceros, había sido de ayuda para llegar rápido al lugar y logrado que ella se quedara con su hermano mientras lo curaban. No iba a negar que tanto como había sido parte de la causa, había sido parte de la solución.

Poco a poco Alex se iba quedando dormido en sus brazos, no era algo que fuera a ser malo, si no fuera que su complexión era menuda y el niño no era tan pequeño, además de que el camino a casa era un poco largo hasta la casa, pero eso no importaba, el médico le dio un bote con una crema para que no quedara marca en la suave piel del niño y con una inclinación de cabeza le dejó ir, sin tener que pagar nada por el tratamiento de emergencia, cuando salió del hospital se acomodó a Alex cuando de pronto sintió unos brazos alrededor del niño y que sostenía el pequeño y la voz gruesa le hizo dar un salto.

—Los llevo a casa, no quiero que tengas que ir sola con él hasta allá, vamos... —Erick estaba actuando con cautela, pero al mismo tiempo su parte de hombre de negocios lo hacía tomar el control. Por lo que con el niño en brazos comenzó a caminar hacia el vehículo—. No voy a hacerte nada... Lo prometo, sólo no puedo dejarlos así en medio de la nada...

—Ya has hecho mucho, no me han hablado de la factura del hospital y más bien me dieron más cosas para cuidarlo, no puedo abusarme de eso... En cambio, dime que es lo que quieres a cambio... —Para ella siempre había algo que los demás querían, detrás de cada buena acción había un deseo de un favor sexual a cambio y no, eso no era para ella, aún menos cuando se trataba de él—. Dime cuánto es todo y te lo pagaré y ahora, puedes devolverme a mi hermano, iré a casa con él, no quiero deberte más...

Esa afirmación golpeó hondo en Erick, se giró hacia ella y con el semblante lleno de furia, negó. —No quiero nada a cambio, no soy un maldito animal o un imbécil pagado de sí mismo que necesita que le paguen cuando él mismo puede hacerlo por desinterés, ahora sube al auto y te llevaré con él a casa... Mejor que lo hagas antes de que acarree con ambos en brazos hacia el auto y llame a tu amiga para que me dé tu dirección...

Con un gruñido, Camille se acercó a él y lo pasó en dirección al auto, si no fuera porque tenía a su hermano en brazos, le habría dado una patada en sus bolas, pero no podía hacerlo, no iba a exponer a Alex a otro golpe.

—Nos dejas y te vas, no quiero saber nada más de ti, ¿está claro?

—Como el agua —respondió Erick cuando le pasó al niño en el asiento delantero—. Pero yo quiero saber cómo está el niño...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro